Tradición en la modernidad avanzada : la Semana Santa Marinera de Valencia

Page 212

Se trata de una postura que se ha debatido en múltiples ocasiones en mi presencia a lo largo del trabajo de campo, y que se resume frecuentemente en la fórmula “una o setenta y dos semanas santas”. La opción mantenida por los primeros es clara a los ojos de los segundos: sencillamente, no quieren “complicaciones”: “No, no, viven... viven lo que es la Semana Santa, pero fuera... vamos, acaba el Domingo de Ramos y se olvidan totalmente de la Semana Santa hasta la otra Semana Santa. (...) cumple perfectamente su misión, él es el primero y es el que tiene... él es... y no falla, entonces, pues no le puedo decir nada... cumple perfectamente su cometido que es salir... (...) y los otros pasan, como pasa siempre, mucha gente pasa y no quiere complicaciones y se pasa y tal y cual... y para ellos, muchos son los siete días de la Semana Santa” (Hermandad

del Santísimo Cristo de los Afligidos, El Canyamelar).

Complicaciones que vendrían derivadas de los compromisos inherentes a la asunción de un cargo, y que se encuentran en colisión frecuente con ese individualismo exacerbado que caracteriza a las modernas sociedades globalizadas (Beck/Beck-Gernsheim, 2003; Lipovetsky, 2005a), a ese “crepúsculo del deber” del que nos habla, en un tono un tanto apocalíptico, Gilles Lipovetsky (2005b). El siguiente fragmento de entrevista es ilustrativo al respecto: “... porque la gente en el momento que le das obligaciones no quiere ninguna. Y eso lo tengo comprobao yo desde el año ochenta y uno que… que creamos la cofradía. En el momento que tú le das obligaciones, que tienes que hacer esto, que tienes que hacer lo otro… lo primero que te responden: ‘oye, yo aquí

211


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.