LA GRAN RUTA DE LA SEDA CAUCAS I ÀSIA CENTRAL Museu Valencià d’Etnologia
84 El material más utilizado para las alfombras de Asia Central y el Cáucaso eran los hilos hechos de vellón de oveja. En la zona del litoral del Caspio y en los fértiles oasis de Asia Central, donde se cultivaba algodón desde hace tiempos remotos solían utilizar para la urdimbre también los hilos de algodón. Así, por ejemplo, los turcomanos-salores utilizaban algodón y seda para crear alfombras. Las alfombreras del suroeste del Cáucaso y del este de Anatolia añadían en la trama lana de cabra y muchos pueblos nómadas utilizaban pelo de camello. En el Cáucaso eran populares alfombras de seda fina, evidente expresión de la influencia de la tradición persa o del deseo de imitarla. Con pocas excepciones, fueron las mujeres las que se dedicaban a tejer alfombras, transmitiendo su experiencia de generación en generación, asegurando de este modo la estabilidad a largo plazo de las técnicas de fabricación y decoración. Para mediados del siglo xix los pueblos de Asia Central y el Cáucaso recorrieron un largo camino en el arte de tejer alfombras, habiendo pasado por períodos de prosperidad y decadencia, apareciendo una gran variedad de un sinfín de piezas autóctonas hechas por pequeños grupos de tejedores que se distinguían en cuanto a la decoración o técnicas de fabricación. Una parte de estas alfombras era fácil de atribuir a una determinada etnia (por ejemplo, los grupos étnicos de los turcomanos), otras alfombras aglutinaban las influencias de varias étnicas debido a su posición fronteriza (por ejemplo, en Nagorno-Karabaj, provincia habitada por armenios y azeríes, etc.) Estos tipos de alfombras autóctonas proliferaban en la región del Cáucaso y de allí provienen sus nombres convencionales: kazajo, Karabaj, Kuba-Shirvan, Daguestán, Cáucaso del Norte, etc. Existen varias tradiciones de fabricación de alfombras en Asia Central y el Cáucaso, basadas en distintos elementos tecnológicos. Así, los nómadas (turkmenos, turcos y kurdos del sur del Cáucaso) usaban telares horizontales y accesorios simples, mientras que los pueblos sedentarios se decantaban por tornos verticales de varios tipos. En la fabricación de alfombras dominaban dos principales tendencias: alfombra de nudo y alfombra plana. Los nudos de las alfombras pueden ser simétricos («turcos») y asimétricos («persas»). Cada una de estas técnicas ofrece un amplio abanico de opciones: los turcomanos-salores hacían nudos asimétricos con una fuerte depresión en el lado derecho, los turcomanos-choudores los hacían con una ligera depresión, los turcomanos de Turkmenistán preferían hacer nudos asimétricos en el lado izquierdo, los turcomanos-Sarykes hacían nudos simétricos etc., lo que indica la diversidad de la etnogénesis de los turcomanos. La densidad de alfombras turcomanas varía desde dos mil hasta cinco mil nudos por decímetro cuadrado, alcanzando la cifra de diez-quince mil en algunas piezas de pequeño tamaño, mientras que en las alfombras de Azerbaiyán esta cifra oscila de dos mil a dos mil quinientos nudos. Había mucha variedad de alfombras planas: desde la trama, que no forma parte de ornamento (palas), pasando por la trama que emplea hilos de distintos colores formando el ornamento (kilim), hasta la trama adicional para hacer ornamento (zili, sumaks etc.) La variedad más extendida es el kilim. Al describir las tradiciones regionales de los alfombreros suelen hablar de las tradiciones de los nómadas en su totalidad (turkmenos, karakalpakos, kirguisos, turcos del sur del Cáucaso, etc.) y las antiguas tradiciones de la población agrícola del Cercano y Medio Oriente (armenios, tayikos). La tradición nómada puede ser contrapuesta a los vestigios de la tradición textil y cortesana en forma de talleres heredados de la Turquía de los Seldzuk y Persia de los Safávidas. Es sintomático que no todo el Cáucaso se dedica a tejer alfombras: al norte de Daguestán y en el Cáucaso del Norte para el uso doméstico las alfombras fueron sustituidas por profusamente decorados tapices de fieltro y esteras. A diferencia de la arraigada tradición de tejido de alfombras en Armenia, Azerbaiyán, centro y sur de Daguestán, en Georgia la única variedad de alfombras autóctonas eran pardag, tapices sin pelo realizados en zonas montañosas del noreste del país. En cuanto a la relación que puede existir entre las alfombras caucásicas y la Ruta de la Seda, suscita interés la suposición de que el ornamento de alfombras de Armenia y de Azerbaiyán llamado «dragón» y muy especialmente el diseño que se denomina «Dragón de las Nubes» tiene su origen en las artes aplicadas chinas.
Textiles no tejidos: fieltro y esteras con ornamento La fabricación de fieltro era una ocupación tradicional para muchos pueblos de Eurasia que habitaban en la franja al norte de la Ruta de la Seda, llamada el Corredor de la Estepa de Eurasia incluidos Kazajstán, Asia Central y el Cáucaso. La producción de objetos de fieltro es característica para la cultura de pueblos ganaderos, especialmente tratándose de los nómadas (kazajos, kirguises, karakalpakos, uzberkos, turkmenos, nogai y parte de los kurdos) y los pueblos de tradiciones nómadas o los que integraron a grupos de antiguos nómadas (Karachai, Balkaria, Kumik, Azerbaiyán). Tanto los georgianos- tushi , habitantes de las zonas montañosas del Cáucaso Central y parte del