Psicología social. Kassin, Saul

Page 33

El autoconcepto

59

emocionales ante la victoria o fracaso de su equipo de futbol de la escuela en un partido importante. Como es usual, tendieron a sobreestimar el tiempo que les llevaría recobrarse en cualquiera de los casos. Sin embargo, el sesgo desapareció cuando los estudiantes completaron por vez primera un “diario de perspectivas” en el que calcularon el tiempo futuro que pasarían realizando actividades cotidianas, como ir a clases, conversar con amigos, estudiar y comer (Wilson y Ross, 2000).

>

Autopercepción

Sin importar qué podamos saber a partir de la introspección, Daryl Bem (1972) propuso que la gente puede aprender acerca de sí en la misma forma que lo hacen los observadores externos: poniendo atención a su propio comportamiento. La teoría de autopercepción de Bem es simple, pero de gran profundidad. En la medida en que los estados emocionales internos son débiles o difíciles de interpretar, las personas infieren lo que piensan o cómo se sienten observando su propio comportamiento y la situación en que éste tiene lugar. ¿Alguna vez se ha escuchado a sí mismo mientras discute con otra persona, sólo para notar con sorpresa cuán enojado se siente? ¿Alguna vez ha comido rápidamente un alimento en tiempo récord, sólo para concluir que debió estar increíblemente hambriento? En cada uno de estos casos, usted hizo una inferencia respecto a sí mismo a partir de la observación de sus propias acciones. Por supuesto, la autopercepción tiene límites. De acuerdo con Bem, las personas no infieren sus propios estados internos a partir del comportamiento que se da en presencia de presiones situacionales apremiantes, como la amenaza o los castigos. Si usted discute con vehemencia o come vorazmente porque se le pagó para que lo hiciera, es probable que no asuma que está molesto ni que tiene hambre. En otras palabras, la gente aprende sobre sí misma mediante la autopercepción sólo cuando la situación por sí sola parece insuficiente para haber causado su comportamiento. Con los años, un buen número de investigaciones respalda la teoría de la autopercepción. Cuando las personas son coaccionadas con gentileza para decir o hacer algo y si, por otro lado, no tienen certidumbre respecto de cómo se sienten, suelen visualizarse de maneras que son consistentes con sus afirmaciones y comportamientos públicos (Chaiken y Baldwin, 1981; Kelly y Rodríguez, 2006; Schlenker y Trudeau, 1990). En un estudio, los participantes que fueron inducidos a describirse en términos halagadores obtuvieron puntuaciones más altas en pruebas de autoestima posteriores, en comparación con aquellos a quienes se les pidió describirse con mayor modestia (Jones et al., 1981; Rhodewalt y Agustsdottir, 1986). De manera similar, quienes fueron manipulados mediante preguntas amañadas para describirse como introvertidos o extrovertidos, lo fueran o no en la realidad, terminaron por definirse como tales más tarde, con excepción de algunos que estaban muy seguros de ese aspecto de su personalidad (Fazio y Zanna, 1981; Swann y Ely, 1984). El autor británico E. M. Foster se anticipó hace mucho a esta teoría cuando preguntó: “¿Cómo puedo decir qué pienso sin fijarme antes en lo que digo?”. La teoría de la autopercepción puede tener incluso más alcance del que había anticipado Bem, quien alegaba que las personas a veces aprenden sobre sí mismas al observar su propio comportamiento escogido libremente. Pero, ¿puede usted también inferir algo sobre sí mismo al observar el comportamiento de alguien más con quien usted se identifica por completo? En una serie de estudios, Noah Goldstein y Robert Cialdini (2007) demostraron este fenómeno, al que llaman autopercepción indirecta. En un experimento, por ejemplo, pidieron a estudiantes universitarios escuchar una entrevista con un condiscípulo que había estado de acuerdo en pasar unos minutos extra ayudando en un proyecto sobre gente sin casa. Antes de escuchar la entrevista, a todos los participantes se les colocó un aparato de grabación de electroencefalogramas en la frente, que supuestamente medía la actividad cerebral cuando veían una serie de imágenes y escuchaban unas palabras. Por asignación aleatoria a algunos participantes se les dijo que sus patrones de ondas cerebrales se asemejaban en forma muy cercana al de la persona cuya entrevista pronto escucharían, un nivel de semejanza, se les dijo, que señalaba la similitud genética y la cercanía de relación. Los participantes, en esta condición de realimentación de similitud, ¿sacarían inferencias acerca de sí mismos al observar el comportamiento de un condiscípulo? Sí. En un cuestionario posterior a la entrevista, estos participantes (en comparación con los del grupo de control que no recibieron realimentación) se clasificaron a sí mismos como más sensibles

cap3 052-101.indd 59

teoría de autopercepción Teoría según la cual, cuando los procesos internos resultan difíciles de interpretar, la gente obtiene autoconocimiento mediante la observación de su propia conducta.

07/11/14 22:07


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.
Psicología social. Kassin, Saul by Cengage - Issuu