2 minute read

Mi vida como alumno del Instituto Rabínico

Hace aproximadamente dos años tome la decisión de inscribirme en el Instituto Iberoamericano de Formación Rabínica Reformista. En un comienzo solo motivado con la idea de encontrar un espacio de estudio acerca de mi tradición; pero, finalmente, convirtiéndose en mucho más que eso.

Hoy, luego de casi dos años, puedo decir que comenzar mis estudios rabínicos aquí ha sido una de las mejores decisiones que podría haber tomado; no solo desde el punto de vista académico, motorizado por las materias cursadas como Torá, Profetas, Halajá, Tefilá, Filosofía, Historia, Fuentes o Hebreo, sino también por los docentes y por los compañeros de cursada que me ha tocado tener.

Advertisement

Tengo la oportunidad de cursar diariamente con compañeros de distintos lugares del mundo: España, Brasil, Argentina, Chile, Perú e incluso Bélgica, cada uno con su historia, historias y particularidades de este modo haciendo que a las materias teóricas se les sume un rico intercambio entre compañeros acerca de las distintas cuestiones vinculadas al mundo judío en distintos países y regiones, aportando distintas miradas, costumbres, perspectivas e ideas.

La modalidad de estudio a distancia de las materias ha permitido que en el contexto mundial actual de pandemia no solo la cursada no se viera interrumpida sino que desde el punto de vista de los alumnos nada de nuestra rutina en relación al Instituto se haya modificado sustancialmente.

Ser alumno del Instituto también implica un compromiso constante con el estudio; demanda horas de cursada diarias y además requiere de muchas horas de estudio que necesitan de apoyo familiar para poder cursar desde casa y tener el espacio para poder desarrollar el estudio comprometidamente.

Todos los alumnos esperamos que sean los Kinusim (Encuentros presenciales de todos los alumnos del Instituto de los distintos niveles de varios días de duración) que se realizan en forma bianual. En estos encuentros no solo compartimos largas jornadas de clases, estudio y aprendizaje sino que tenemos además la oportunidad de conectar tanto con compañeros como docentes en forma presencial para nutrir aun más nuestra experiencia de estudio desde perspectivas vivenciales concretas. Sin dudas estos encuentros son una fuente de estudio pero también de anécdotas en un tiempo y espacio compartido.

Ser alumno del Instituto Reformista me ha permitido ser parte de un grupo de personas con ganas de estudiar pero además dónde se escucha y al mismo tiempo se es escuchado ,donde se abordan aspectos académicos pero al mismo tiempo vivenciales.

El Instituto Rabínico Reformista para mí no es solo un lugar donde se dictan clases, es el espacio donde me encuentro diariamente con amigos, compañeros y docentes, un lugar de intercambio de conocimiento y de perspectivas.

Por último a pocos meses de los Batei Din donde se determinará el paso o no al siguiente nivel de formación estoy muy contento de todo lo que he aprendido hasta el momento y ansioso por continuar estudiando todo lo que me queda por aprender.

Shaná Tová Umetuká.

Martín Pusseto

This article is from: