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Mensaje del Presidente y Rabino: Iamim Noraim 5781

El rabbi de Berdichev llamo al sastre, en el Erev (víspera) Yom Kippur y le dijo: Se que anoche tuviste una conversación con Dios, el sastre le contesto q efectivamente así fue. El rabbi le preguntó sobre que habían hablado; el sastre contestó: Yo le dije: Ribbono shel Olam (Señor del Universo) te confieso pecados que he cometido éste año: no siempre me lave las manos ( netilat yadaim ) antes de comer en la casa de no judíos, no siempre devolví los retazos de las telas q me dieron para la confección, varias veces no dije las oraciones con la devoción debida y me distraje con otros pensamientos, ni siempre dije la verdad, y estos son mis pecados. En cambio, Tu dejaste tantas veces hijos sin padres y padres sin hijos, no siempre le otorgaste comida a los hambrientos, ni interviniste para que cesara un pogrom contra nuestro pueblo, y estos son tus pecados. Qué te parece si hacemos un trato: yo te perdono a Ti, y Tu me perdonas a mi. El Rabbi de Berdichev le gritó fuera de si, ”eres un insensato!!! entiendes lo que eres: un insensato!!. Lo retenías a Dios un poco más con tus argumentos y lo obligabas a enviar al Mashiaj para la Redención final!!

“El rabbí de Berdichev nos arroja a la palabra Teshuvá como “reconciliación”, es decir, tener el coraje de atreverse a reconciliarse con la vida, que es ese misterio que llamamos Dios.

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Nos reconciliamos con los otros, no para justificarlos, sino a veces sólo para comprender que no pueden hacer otra cosa en la vida.

Para el rabbí de Berdichev la reconciliación se resignifica como “perdón”. Por el perdón desmonto la armadura de mi personalidad y dejo de ser prisionero atrapado por el otro enemigo, real o imaginario, que me envenena, llena mi existencia de odio y amarguras y con eso vacía mi energía creativa y erótica.

El rabbí de Berdichev nos arroja también a la palabra de redención o salvación que significa que necesitamos que venga el Mashiaj.

Un rebe jasídico va al cielo y llama a la puerta del mesías y le pregunta por qué demora tanto en venir si lo necesitamos. El mesías le responde “No es a mí a quién ustedes esperan, lo que esperan es tener salud, seguridad económica, amores, felicidad”. El rebe enfurece y le dice: si no puedes resolver los problemas humanos, entonces no es a ti a quien estamos esperando. Pero cuando el rebe retorna a la tierra le dice a sus discípulos: “Está prohibido desesperar y a partir de ahora comienza la verdadera espera del Mashiaj”.

Si nosotros somos fuertes, humildes, sinceros y con coraje sensitivo el Mesías vendrá cada día ya que el Mashiaj no es otro sino cada uno de nosotros y todos los seres humanos.

El Mesías no nos salvará de la muerte. Pero nos salvará del hastío, de la mediocridad y de la rutina. Si nosotros lo esperamos es porque él también nos espera a nosotros. Si él nos salvará será solo porque nosotros también debemos salvarlo, al salvarnos.

El Mashiaj es el misterio entre un hombre y otro, el misterio entre un hombre y él mismo. El día que cada uno deje de considerar a su vecino un extraño y a él mismo como otro extraño, será porque le estamos dando la bienvenida al Mesías que todavía no llegó pero que llegará porque lo esperamos cuando nos esperamos, no ya como extraños sino como hermanos en el asombro del misterio de la vida.

El rabbí de Berdichev le recrimina al sastre porque no lo retuvo a Dios, porque lo dejó ir. Pero Dios sólo puede ser retenido en el encuentro genuino entre dos seres. Sólo puede ser retenido cuando amar a Dios significa amar a las criaturas de su mundo y al planeta. Dios no puede cumplir su obra sin nosotros. Él nos tiene que retener también a nosotros.

Están borrachos y no saben que cada uno es el Mashiaj. No saben como habitar las palabras como perdón y reconciliación.

Buber cuenta sobre dos borrachos en una taberna. Uno está llorando y le dice al otro: “ me amas?” “El otro le responde: “ Que pregunta tan tonta me haces!!. Como no te voy a amar si eres mi mejor amigo“. El que lloraba le contesta: “Mientes, desgraciadamente mientes, porque si de verdad me amaras, sabrías que está pasando en este instante en mi alma”

El amor entre ambos, que es el amor de Dios expresado a través de los seres humanos, se ve con más claridad cuando hay pasión de artistas para hacer de la vida una obra de arte

Yo sé, que el sastre somos cada uno de nosotros, en el me veo, te veo y veo a los otros. Sastre, que somos cada uno de nosotros, te pido que la próxima vez, trata de retener a Dios, para que la redención del Mashiaj llegue, no solo para mi ni para vos sino para Israel y para toda la humanidad, para reconocer que el valor del perdón no es más que la reconciliación con uno mismo, y que es lo que nos permite ni destruirnos a nosotros mismo por el las broncas y odios que nos esclavizan, ni destruir a los otros ni a la naturaleza. Y si no vuelves Sastre, a retener a Dios, te prometo que te señalaré allí donde estes, y hasta no lo dudes porque te llamaré por tu propio nombre que se que es Mashiaj.

Leshana Tova Tikatevu Rabbí Reubén Nisenbom

Un abrazo enorme Presidente

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