Villa escalante (santa clara del cobre)

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RESUMEN: VILLA ESCALANTE (SANTA CLARA DEL COBRE) Villa Escalante, mejor conocida en el país y en el extranjero por su antiguo nombre de Santa Clara del Cobre, es una población rítmica por el agradable golpeteo que surge del choque de los marros con el cobre, metal que allí es trabajado con habilidad y sentido artístico por los habitantes.

Reconocida como ejemplo para la conservación de una artesanía tradicional que data de los tiempos prehispánicos, en Santa Clara del Cobre Don Vasco de Quiroga introdujo la elaboración de cazos y otras piezas de origen español. Aquí se publican textos relativos del señor José Torres Punzo (cuyo peculiar estilo literario se respeta) y otros tomados de diversas publicaciones, donde se pone de relieve la jerarquía de este lugar en el contexto artesanal de México.

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VILLA ESCALANTE (SANTA CLARA DEL COBRE)

Monografía Municipal

SANTA CLARA DEL COBRE (Hoy Villa Escalante)

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EDICIÓN DE LA DIRECCIÓN GENERAL DE ARTE POPULAR, SEP 1975

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PRESENTACIÓN

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PÁTZCUARO, en el Estado de Michoacán, se encuentra enclavada una población risueña, laboriosa y rítmica llamada Villa Escalante, pero que es mejor conocida no sólo en el país sino en el extranjero como Santa Clara del Cobre. Se dice que esta población es rítmica porque desde la llegada se empieza a escuchar un agradable golpeteo produciendo así, una especie de armonía que surge del choque de los marros con el cobre, metal que es trabajado con maestría, habilidad y sentido artísticos por los habitantes de esta Villa. Un gran número se dedican a este oficio, heredado desde épocas prehispánicas, de culturas muy antiguas, es decir con una tradición que lo hace singular hasta más allá de nuestras fronteras. En abril de 1973, la Dirección General de Arte Popular de la Secretaría de Educación Pública creó la Casa del Artesano, que es un Taller Escuela manejado por los propios artesanos, donde los maestros más hábiles y expertos son los encargados de enseñar para que no se pierda esta tradición que ha dado fama al lugar. Santa Clara del Cobre se ha convertido en un ejemplo para la conservación de una artesanía tradicional y se puede afirmar que se encuentra en pleno auge, enriqueciéndose el paso del tiempo con nuevas formas para nuevos usos, pero sin perder su autenticidad ya que la técnica empleada para la elaboración de estos objetos sigue siendo la misma que emplearon los antiguos habitantes de esta región. El cobre según algunos investigadores está clasificado en el mismo grupo que la plata y el oro, metales con los que tiene muchas analogías entre otras las de ser metal puro, su densidad y maleabilidad, por la facilidad de ser trabajado por medio de calentamiento. En este pueblo enriqueció la artesanía Don Vasco de Quiroga, ilustre misionero que llegó a la Nueva España en 1531. "Tata Vasco" introdujo la hechura de cazos y otras piezas de origen español. Volviendo a la Santa Clara actual, algunos artesanos de este lugar han visitado otros países para demostrar su trabajo, como en el Perú, UY CERCA DE

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donde con la misma técnica empleada trabajaron objetos de plata y de oro. En la Feria Nacional de la Plata que se celebra en Taxco, Guerrero han ganado primeros lugares con piezas de plata martillada, de belleza y técnica indiscutibles. Reproducimos aquí el texto que el señor José Torres Punzo tuvo a bien proporcionarnos, fruto de "su experiencia de 48 años vividos en esta población" y que ha completado por medio de la consulta de documentos y publicaciones acerca de Villa Escalante, Michoacán. Igualmente publicamos un texto con datos importantes sobre Santa Clara que es el resultado de la consulta que se hizo a las siguientes publicaciones: Santa Clara de los Cobres, Impresiones y Recuerdos Históricos por Felipe Sosa. México, 1923; Monografía de Sta. Clara del Cobre por Antonio Arriaga y Jesús Rojas Sánchez. Michoacán, 1966; y Las Artesanías de Sta. Clara del Cobre por Ana Emilia Pellicer y Rodolfo Zamora Machín. México, 1971. EDICIÓN MIMEOGRÁFICA DE LA DIRECCIÓN GENERAL DE ARTE POPULAR. México, D. F. Julio de 1975.

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DATOS HISTÓRICOS Por José Torres

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que hay en el Título Virreinal de 1519 a 1607 se llamaba ya Santa Clara Xácuaro, posteriormente Santa Clara de los Cobres, después, en 1892 se llamó Santa Clara de Portugal, y de aquí en adelante hasta la fecha es Santa Clara del Cobre como se denomina el municipio; aun a pesar que actualmente le dieron el nombre de Villa Escalante, no dejará de llamarse Santa Clara del Cobre. El Título Virreinal nos da datos concretos de los cuales se saca la consecuencia de que los Indios Taré habitaron en un lugar que se llama Itziparátzico, aquí era el principal centro de población, lugar ubicado entre Oriente y Norte a kilómetro y medio de Santa Clara al margen del Río Silencio el que en ese tiempo se conocía por el Río Sisipucho, donde aun todavía se encuentran vestigios de una pirámide, así como también había otros centros de población muy pequeños a las márgenes del mencionado Río y que se llaman estos lugares Huitzila, Ceurindicho, Churumuco, Irícuaro y Andicua. Además había más núcleos de indios en otros lugares en el vasto terreno que nuestros antepasados poseyeron dentro de los límites que actualmente delimita nuestro Municipio a 19 y 20 kilómetros de la Cabecera Municipal como son Cuangatzio, Istaro y otros muchos que sería largo citar. Nuestros indios fueron congregados en Santa Clara el 3 de septiembre de 1607 por mandato del señor virrey Conde de Monterrey de fecha de 1599, 17 de julio y que según un padrón y memorial reza el que las casas quedaron hechas en el pueblo de Santa Clara para los indios que se habían congregado en él, hallándose en posesión de este lugar el Bachiller don Nicolás de Morras Berganza. Los indios de Opopeo y Parácuaro también fueron llamados a congregarse aquí pero no quisieron dejar sus lugares donde permanecen. EGÚN CONSTANCIAS

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TENENCIA, DESPOJO Y RESTITUCIÓN DE LA TIERRA A la llegada de los españoles al Reino Tarasco, con sede en la ciudad de Tzintzuntzan se apropiaron de casi todas las tierras de los naturales dizque comprándolas o haciendo permutas o en arrendamientos, prueba de ello los lugares de La Lagunita y Huaniqueo los tenía don Martín de Anzorena; las tierras de Iramucho y Thepamio eran de don Jerónimo de Zuloaga incluyendo las tierras de La Querencia, Cocotzio, Xapita y Copio, don Martín de Anzorena también tuvo otra gran extensión de tierras denominadas Hacienda de Paramuen, Los Talayotes, Anganguen, Caratzitumbio, Monte de Picuarembo, Itzicacatzio y la Hacienda de Apambo con sus anexos. Para mayor abundamiento del caso que nos ocupa tenemos las pruebas de que en la mayor parte de las Haciendas donde radicaron los españoles están los querendales vestigios de las fundiciones de cobre como se pueden ver en Irícuaro, Iramuco, La Querenda, Paramuen, La Estacada, Santa Juana, El Tepetate, Turirán, El Querendal, Paso del Muerto, Punzamarán, Camémbaro y otros. La mayor parte de estas tierras han sido restituidas para las comunidades de el Municipio de Santa Clara por las Leyes Agrarias y la Comunidad Indígena recibió en calidad de donación para la Virgen de la Inmaculada Concepción las fracciones del Valle de Cuitzitán, La Lagunilla y Huaniqueo, donadas para el culto del templo de la Limpia Concepción por doña Agustina Troyano, tierras éstas que habían sido de doña Inés de Castilleja y de don Diego de Segovia el 7 de junio de 1607, estas tierras fueron vendidas por los naturales en 1586. Cabe señalar que la comunidad indígena en la actualidad apenas si ha podido recuperar un promedio de 600 hectáreas de la ex Hacienda de Irícuaro invirtiendo en esto los fondos comunales de la explotación de sus montes que le fueron dotados por restitución presidencial 2,262.06 hectáreas, las compras se han hecho con aportaciones en efectivo por los comuneros para el completo de su importe y a través del Departamento Agrario y de Colonización. Existe también la constancia en el Título que para que los indios naturales de Santa Clara del Cobre fuesen dueños de la dimensión o dimensiones de todo el territorio que les pertenecía hubo necesidad de que enteraran la cantidad de 6,000.00 ps. (seis mil pesos 00/100 6


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M. N.) en la Real Caja de la ciudad de México en conformidad del despacho del señor Conde de Salvatierra, virrey que fue de la Nueva España expedido en México el 4 de diciembre de 1643, tomando posesión definitiva los indios el 14 de diciembre de 1661. La llegada del Ilustrísimo Benefactor de los Indios don Vasco de Quiroga a esta región fue el año de 1531 y la Cédula Real de fundación de Santa Clara del Cobre la obtuvo por Fray Juan de Villa Fuerte en el año de 1553. Organización que da don Vasco de Quiroga a la Comunidad Indígena de Santa Clara al fundar el Hospital bajo el nombre de la Inmaculada Concepción de María, Patrona del Pueblo Indígena y que en torno al culto de dicha imagen se desarrollan las costumbres que por tradición siguen viviendo como lo veremos adelante. El Cabeza de Pueblo (apoderado) es el representante nato de la comunidad de indígenas ante toda autoridad, es quien dirige, coordina, orienta y decide, esta persona ocupa el puesto por tiempo indefinido y es elegido de las personas del pueblo más honorables y de más ascendencia. Cargueros movibles cada año y los principales son Prioste, Mayordomo, Fiscal y Petaspe más dos personas que se les llama Huanonchas. El Prioste es el que manda y ejecuta. El Mayordomo es el administrador, teniendo a su responsabilidad el inmueble de la Guatapera más todos los objetos del templo y la Guatapera (Casa del Pueblo), esta casa es del siglo XVI en ella habita el Mayordomo el año que desempeña el cargo. El Fiscal y el Petaspe son como auxiliares de Prioste y Mayordomo y fungen también nada más que por un año. Se hace notar que en la Guatapera existe una mesa de madera con las imágenes de San Francisco y Santa Clara de Asís y que se guarda la versión que aquí celebraba la Santa Misa don Vasco de Quiroga cuando de paso por Santa Clara, se encaminaba a Uruapan. También en este lugar fue donde el 12 de mayo de 1911 siendo Sub-Prefecto de este lugar don Salvador Escalante convocando a los indígenas a través del apoderado del Pueblo don José Trinidad Paredes, reservadamente se planeó el levantamiento contra el porfirismo, siendo el número de 63 indígenas entre los que se 7


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recuerdan Eduardo Pureco, Jesús Pureco Punzo, Refugio Segundo, Pedro Valdez, Juan Valdez y todos de común acuerdo brindaron su apoyo al señor Escalante acompañándolo a hacer un recorrido por Ario de Rosales, Tacámbaro y Pátzcuaro para entrar y tomar Morelia el 30 del mismo mes con más de 3,000 hombres; volviendo a lo que atrás nos ocupa hay que saber que aunque los cuatro cargueros principales ya mencionados trabajan en todo coordinadamente, cada uno tiene su misión específica que cumplir y auxiliados por otros dos cargueros que se llaman Guanonchas son los que sufragan los gastos de todo el año que requiere el culto y mantenimiento en el templo de la Purísima Concepción y de los convivios que por varios motivos se ofrece a la comunidad. La comunidad en el pueblo tiene seis barrios. San Agustín, San Miguel, San Nicolás, San Francisco, San José y Las Ánimas. Se llama Cabeza de Barrio a la persona Jefe de la Casa donde se venera, o existe una imagen del Santo del nombre que tiene el Barrio; cada barrio por regla debe de tener 4 ó 5 capitanes y éstos son los encargados de mantener la veneración a la Virgen María que en rotación por semanas se rinde con las misas sabatinas y recitación del Santo Rosario por la tarde y que termina pasando a la Guatapera anexa al templo para coronar de flores a San Francisco y Santa Clara donde el Mayordomo, Prioste, Fiscal y Petaspe les brindan una cena o ponches. CALENDARIO DE FIESTAS, ACTIVIDADES Y CAMBIOS Para todos los funcionarios que son movibles, el año de su actuación termina el 12 de diciembre, día en que también los nuevos entran en funciones. Como principio se preparan para celebrar la Navidad arreglando el templo para las misas de aguinaldo y de gallo con el mayor esplendor posible sin dejar en olvido la gran buñuelada que ofrecen a toda la comunidad y a las pastoras o pastorela que presenta el Barrio quien funge en la presente semana. Esta pastorela visita a los templos para bailarle al Niño Dios y enseguida al párroco, a las autoridades 8


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civiles y a todos los barrios donde les regalan frutas, dulces y otros regalos. El día último del año es costumbre en el pueblo que se recurre a la iglesia parroquial por la tarde a dar gracias a Dios, llevando todos una vela, misma que sirva para alumbrar en la solemne procesión con el Santísimo Sacramento y la Virgen del Sagrario por las principales calles del pueblo terminando con la misa que empieza al principiar el nuevo año. En la Plaza hay tianguis, exposición y venta de artículos de cobre, por la noche serenata y confeti. Enero 6. DÍA DE LA EPIFANÍA DEL SEÑOR O ADORACIÓN DE LOS REYES En este día el barrio que está en turno organiza un grupo de pastorcillos con tres personas vestidas imaginariamente como los Reyes Magos o de Oriente para ir al templo y hacer el recorrido de visitas a los lugares y personas ya mencionados acompañados de buena música. Febrero 2. DÍA DE LAS CANDELAS Esta fiesta está a cargo del Prioste. Misa solemne en la que se realiza la ceremonia religiosa de la bendición de gran cantidad de velitas en miniatura que con la debida anticipación ha mandado elaborar el prioste, las cuales son distribuidas gratuitamente a la gente del pueblo, se les tiene especial apreciación a estas velitas porque se cree que ahuyentan todo lo malo en donde son encendidas, además toda la comunidad se reúne en casa del Prioste a disfrutar una buena comida donde se convive hermanablemente escuchando música.

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MARTES DE CARNAVAL En este día el barrio en turno viste unos chamacos de toreros y sacando el torito y acompañados de música, hace las visitas de costumbre a los barrios y demás haciéndose el Carnaval y brindándose tamales y vinos. MIÉRCOLES DE CENIZA Los cuatro cargueros principales de Prioste, Mayordomo, Fiscal y Petaspe salen con anticipación por el pueblo para acopiar sobrantes de laureles y palmas para que sus familias congregadas en la Guatapera las quemen y muelan y llevar a la iglesia las cenizas que son vendidas y así sean impuestas por el sacerdote, señal de que empieza el tiempo de penitencia o la Cuaresma. La semana anterior a la Santa o sea en la semana de Dolores el Fiscal y el Petaspe, el día viernes por la madrugada recorren las calles del pueblo con música y cohetes a invitar voluntarios a que vayan a traer los laureles que servirán para la solemne ceremonia del Domingo de Palmas o de Ramos, esperándolos a su regreso en la entrada del pueblo con Charapes, aguas frescas y vino, conduciendo la gran cantidad de laureles con cánticos y música a la casa del Fiscal, donde se les da una buena comida de pescado y tamales, para pasar la noche entera velando los laureles, cantando acompañados de la música hasta que por la mañana lo llevan a la Guatapera, donde les ofrecen pozole para que el domingo muy de mañana, los barrios con sus capitanes acudan a recibir su porción de laureles para adornarlos con flores y asistir a la bendición de las palmas. Las palmas son obsequiadas por uno de los barrios, una vez pasada la ceremonia salen al atrio donde los Guanonchas los esperan con atoles y pan, para que de inmediato salir por el pueblo a distribuir las palmas y laureles gratuitos, los que la gente conserva para llevarlos al campo y alejar las tempestades y combatir las plagas, así como un barrio aporta las palmas los demás obsequian uno o dos de la flor, otro la naranja o el altar del monumento del Jueves Santo, absteniéndose de aportar su 10


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colaboración el barrio al que corresponda ir por los Santos Óleos en la semana de Pascua. JUEVES SANTO A las tres de la tarde en la Guatapera hay un acto que se le llama bendición de la comida, que llevan unos cargueros que se les llama madres, Mayor Segunda y Tercera, pasando la bendición una decena de hombres vestidos con túnica y manto se encaminan al templo parroquial para que el sacerdote con el pueblo asistente, realice el acto conmemorativo cuando Cristo en la Última Cena, lava los pies a sus discípulos dejándonos así un ejemplo de amor y humildad. Este acto se verifica dentro de la Santa Misa una vez terminando el sacerdote reserva al Santísimo, el que en forma velada es expuesto en el Altar del Monumento magníficamente arreglado a la veneración de los fieles, hasta el Viernes Santo a las cinco de la tarde, hora en que se celebran los Santos Oficios de la Redención del género humano. VIERNES SANTO A las once de la mañana da principio el ejercicio del Santo Viacrucis en la puerta del templo de la Purísima para hacer el recorrido por la calle de la Alcantarilla hasta el cerrito, llevando cargada la Cruz alguna persona, acompañada por gran cantidad de gente y rodeado de niñas vestidas de ángeles en el mismo lugar sigue el acto de el Sermón de las Siete Palabras a las tres de la tarde; en forma general se sabe que desde el momento en que el día Jueves se reserva al Santísimo no se tocan las campanas hasta que en la misa de Resurrección vuelven a tocar esto en señal de duelo por la muerte de Cristo, pues estas costumbres las ha guardado con gran respeto y celo la comunidad de indígenas, hasta llegar al grado que las defendió el Viernes Santo de 1933 que por mal entendimiento o por querer quitar estas costumbres, la Comunidad Agraria entonces convertida en Defensa armada rural se atrevió a publicar con bando y tratando de repicar las campanas, a las cinco de la tarde perdieron la vida por defender el 11


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honor de su causa los indígenas Genaro Ziranda, J. Salud Paredes, Bonifacio Ángel y Pedro Ángel, los que fueron acribillados por las balas de sus mismos hermanos frente al templo, quedando heridos un señor humilde al que una bala de máuser le tumbó una mano y la señorita Rafaela Pureco de una pierna, siendo Presidente Municipal el señor Ramón Huerta. Volviendo un poco atrás, el Viernes Santo a las cinco de la tarde se realiza la celebración de los Santos Oficios en el templo parroquial, adoración de la Santa Cruz y a las ocho de la noche el rezo del Pésame y procesión del Santo Entierro y de los Cristos por la calle del Querendal. SÁBADO SANTO A las diez de la noche en la entrada del templo parroquial la ceremonia de la bendición del fuego; enseguida en el interior del templo bendición de la Pila Bautismal y del Cirio Pascual terminando con la Santa Misa a la una de la mañana del Domingo de Pascua, para lo que los cargueros están listos a las diez de la mañana para sacar con gran alegría en procesión al Señor de la Resurrección, acompañado de muchas imágenes de Santos por la calle del Querendal, la cual es adornada con arcos vistosos y terminando esto, les dan en el atrio atole y pan ofrecido por los cargueros Guanonchas, por la tarde jaripeos y por la noche kermess y baile popular, toda la Semana Santa hay exposición artesanal en objetos de cobre. MES DE MAYO La comunidad indígena con el pueblo en general, celebra en la Semana de Pascua o sea la siguiente de la Semana Mayor o Santa, el barrio que no aportó nada para los gastos de la Semana Santa; el día martes sale con todos su capitanes a Tacámbaro de donde son traídos los Santos Óleos, van y regresan a pie al regreso el jueves por la tarde son recibidos por todo el pueblo, con gran júbilo y alegría se queman muchos cohetes a su encuentro y una banda de música tocando por 12


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las calles por donde llegan, se arreglan Posas muy vistosas donde posan las cajas que contienen los Santos Óleos consagrados, cantándoles alabanzas hasta la llegada al templo de la Purísima, donde el sacerdote los recibe y de ahí pasan a la Guatapera al convivio que les tienen preparado los cargueros. Con especial devoción el mes de María diariamente gran cantidad de niñas menores vestidas de angelitos, por la tarde a la hora del Santo Rosario, ofrecen flores y el último día los capitanes de los barrios, adornan la calle por donde es sacada la Imagen de la Virgen María en procesión con música y muchos cohetes, colocándose bajo el manto de la Virgen. JUEVES DE CORPUS Hay una procesión solemne por las principales calles del pueblo con el Santísimo y las gentes acostumbran regalarse las tortas, que consiste en unos panes con conservas y capitanes sacan en procesión a sus seis imágenes, a las cuales les cuelgan toda especie o clase de frutas y tortas, las que después se regalan. JUEVES DE OCTAVA La Tarasca: La forman un grupo de hombres, los que se disfrazan con máscaras, trajes rotos, todos despilfarrados que bailando con la música recorren las calles del pueblo, esto significa a los judíos que después de haber crucificado a Cristo presencian su muerte y vieron los sucesos que acontecieron, huyeron despavoridos a los montes y que a los 50 días bajaron a Jerusalén hambrientos y desgarrados. AGOSTO, MES DE FIESTAS GRANDES Y SOLEMNES Concurso y Feria Nacional del Cobre. Del 12 al 19, exposición y demostración desde el día seis, peregrinaciones de los ranchos de la parroquia, manifestaciones de 13


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amor en honor a la patrona del pueblo de Santa Clara y de la Diócesis de Tacámbaro. Concurso de bandas de música, desfile de carretas y carros alegóricos los días 12 y 15, las carretas son presentadas por los barrios el día 12 en honor a la titular del pueblo Santa Clara, siendo premiadas las mejor presentadas. Bailes de danzas regionales, quema de fuegos artificiales. Torneo de gallos. Resalta en estas fiestas la participación del gremio cobrero, la Sociedad Cooperativa de Autotransportes "Unión", de la comunidad indígena, la del barrio de la Inspiración por la devoción a la Santísima Virgen del Sagrario, como final de estas fiestas se hace la magna procesión con la Virgen del Sagrario, el día 16 por las calles que conducen a la ermita de la Inspiración a la que se da cita todo el pueblo para colocarse bajo el manto de la Sagrada Imagen, donada al pueblo por don Vasco de Quiroga. NOVIEMBRE Del día 10 al 12 se hace el tradicional paseo de la lavadora. La comunidad indígena en forma simbólica lleva a través de un grupo de señoritas de los seis barrios, algunas piezas de ropa más deteriorada a lavar en un lugar que dista de Santa Clara dos kilómetros por la carretera Santa Clara a Zirahuén, llamado Irícuaro donde hay un hermoso manantial de agua, día en que todo el pueblo se va de paseo. Los cargueros brindan a toda la gente que más es posible a convivir y compartir una gran comida de sopa, rellena, mole y carnero, música, mariachis y sin faltar el tradicional torito, en el corral de la ex hacienda, por la tarde jaripeo, un paseo verdaderamente que sigue haciéndose popular en la región. DICIEMBRE Desde el último de noviembre los cargueros celebran un novenario en honor de la Inmaculada Concepción de María Santísima, centro y objetivo principal de todos los festejos y movimientos de la comunidad de los barrios; capitanes y en fin de la comunidad 14


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indígena, costumbres que en cuanto al culto religioso fueron legados por Tata Vasco. FEBRERO Desde tiempo inmemorable el pueblo de Santa Clara del Cobre ha tenido una gran devoción al Santo y Milagroso Cristo que se venera en Carácuaro, Mich., el Miércoles de Ceniza. Para lo que Santa Clara lleva una de las mejores danzas por no decir que la mejor de las que se ven ahí, empezando la caminata a pie desde Santa Clara a Carácuaro hay una distancia de 160 kilómetros, la cual hacen en tres jornadas con niños y gran cantidad de peregrinos, es de admirar la cordialidad y la mutua ayuda con que en el camino fraternalmente se ayudan y protegen; la cantidad de peregrinos que en total de Santa Clara del Cobre llega a Carácuaro media entre 2,000 y 2,500. Se sabe que también esto es una tradición y que gracias a la familia Parra no ha dejado que se pierda; en la actualidad entre otras personas el que más se interesa por esto es el gran amigo don Félix Parra Espino, quien no escatima sacrificios. COMPLEMENTO DE INFORMACIÓN HISTÓRICA DE VARIAS FUENTES Cientos de años antes de que los españoles llegaran a América, el reino tarasco comprendía lo que hoy es el Estado de Michoacán, gran parte de Guanajuato, Querétaro, Colima y el Estado de México. Esta comunidad floreciente, cuya capital, Tzintzuntzan, en las orillas del lago Pátzcuaro, fue como ninguna otra en el Nuevo Mundo, ya que tanto su independencia como prosperidad, estuvieron basadas en una industria de cobre altamente desarrollada. Mientras todos los pueblos del norte y sur del continente Americano estaban todavía en la Edad de Piedra, los tarascos usaban artefactos de todos tipos y denominaciones; y se debió a sus armas de cobre que sus vecinos los aztecas, aunque eran más numerosos, los trataran con respeto. 15


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Al usurpar los españoles en 1521 el reino de los Purépecha, que hasta entonces había sido invencible, los numerosos indios "Taré" que poblaban las orillas del río Sisipucho, huyeron a los montes inmediatos. Atraídos después por los misioneros cristianos, volvieron a sus hogares en Taborca, Churucumeo, Itziparátzico, Cuirindicho y Huitzila, de donde fueron nuevamente arrancados por los encomenderos españoles para hacerlos construir una gran fundición de minerales de cobre, que establecieron a principios del año 1530, en la falda norte de la risueña colina que se levanta al sur del mencionado río de Sisipucho. Al oriente de la fundición construyeron también una iglesia, y a sus espaldas un convento para monjas de la regla de la Virgen ibera, Santa Clara. Alrededor de estos edificios se fincó el caserío. El asiento de la primera industria metalúrgica diversificada en América estaba sin lugar a dudas, muy cerca de donde actualmente se encuentra Santa Clara del Cobre. Los objetos tarascos en cobre hechos en esta región, han sido encontrados a través de todo el territorio mexicano, al norte tan lejos como Nuevo México y Arizona; al sur tan lejos como Guatemala. Ahora los descendientes de estos cobreros indígenas trabajan con la misma técnica, como antaño lo hicieron sus antepasados. En 1553 uno de los Apóstoles de la Tierra Caliente michoacana, el agustino Fray Francisco Villafuerte, fundador de Cuitzeo y constructor del templo y convento del mismo lugar, así como los de Pátzcuaro, fundó una doctrina de indios y obtuvo la correspondiente Cédula Real que acreditaba la fundación legal del poblado con el nombre de Santa Clara de los Cobres que data de 1553. Santa Clara del Cobre es el único lugar en el mundo en donde se puede observar a una comunidad de más o menos 250 cobreros practicando un oficio que pertenece a la época de transición de la Edad de Piedra a la Edad del Metal. En efecto, todavía se pueden encontrar en muchas de las fraguas existentes en el lugar, yunques de piedra; y todo el proceso hecho en cada uno de los talleres del pueblo, desde la fundición del metal en un molde dentro de la tierra forrado de cenizas de encino, hasta el objeto de cobre terminado.

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LLEGADA DE DON VASCO El tratamiento tan brutal que los conquistadores tuvieron con los autóctonos hubiera hecho desaparecer la cultura tarasca, sin embargo con la llegada de Don Vasco de Quiroga a esa región (en 1531) para corregir algunos de los errores que sus congéneres europeos habían y estaban cometiendo, hizo que muchas de las tradiciones tarascas fueran conservadas. Es debido a Don Vasco, que Michoacán es hoy una de las regiones más ricas en la producción de objetos artísticos originales. Don Vasco, siguiendo los preceptos de Thomas Moro, era particularmente estricto y estaba en contra de cualquier objeto que no fuera utilitario, o de cualquier motivo decorativo. Pero él, a su vez, hizo posible que los cobreros de Santa Clara guardaran su técnica precolombina imponiéndoles hacer una copia de una cacerola con doble asa de origen hispano, con su propia técnica. Este cazo de cobre que aun representa una parte importante de la producción de esa región es llamado el cazo de Don Vasco, y en los últimos 400 años, ellos han estado manufacturando dicho cazo en diferentes tamaños. Los españoles que vinieron a Sta. Clara del Cobre después de Don Vasco fundían el cobre de las minas que están a unos cincuenta kilómetros de distancia, para mandar los lingotes a España; ya que la política de los españoles no favorecía la transformación de los metales en el Nuevo Mundo. Así ocurrió durante tres siglos de dominación española, los cobreros tarascos trabajaron con sus propias técnicas, y a pesar de estar tan cerca no fueron influenciados por los técnicos europeos; ya que los españoles utilizaron a los indígenas para la labor manual en las minas y la fundición del metal en hornos. PRIMER INCENDIO DE SANTA CLARA El progreso fue muy lento en el primer siglo de la dominación y adquirió mayores proporciones al finalizar el segundo; pero al comenzar el tercero, esto es, en la segunda mitad del siglo XVIII, un incendio de la fundición acabó con la mayor parte de las casas y con el 17


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convento. El artesanado del templo también sufrió con la destrucción del claustro de las monjas, y al repararlo fue necesario suprimir el uso de los cruceros y se clausuraron. El decorado se conservó ileso, y con el un altar de estilo churrigueresco, el cual podía admirarse aun por el año de 1870. En el sagrario de este altar, llamado de "Las Ánimas" se había depositado, desde antes del siniestro una imagen de María que veneraban los indios en el barrio de "La Expiración", cuya imagen alcanzó un culto tan elevado que mereció que en el "Zodiaco Mariano" se le considerase como una de las maravillas del reino, y que, por decreto de 15 de julio de 1826, se le consagrase un culto especial por el Obispado de Valladolid. Las reparaciones de los desperfectos ocasionados por el incendio suspendieron el servicio del templo como parroquia, y por tal motivo se trasladó la administración a la capilla contigua a la Guatapera, en que tenían lugar las deliberaciones de los indios. En el año de 1808 se terminó la pavimentación de la parroquia con madera de yarín, a expensas del señor don Juan Pablo Aldaiturriaga y de su esposa doña Josefa Sáenz. En el transcurso de los dos primeros siglos de vasallaje, la corona de España, la raza "Taré" comenzó a perder su pureza étnica, olvidar todo lo que constituyó su propia cultura. Encenegado en las supersticiones en que se transformaron sus teogonías sencillas en presencia del fausto y grandeza del culto católico, descendió al fanatismo más grosero bajo el pernicioso influjo de la ignorancia en que lo mantuvo el gobierno colonial. ¡Esa ceguera en que ha vivido no puede ser su felicidad!. ¡Bendito el siglo que lo llamó a la lucha por su libertad!. La reedificación de Santa Clara fue rápida, debido a la inmigración de operarios y capitalistas de Taximaroa, Tlalpujahua, Sinaloa y Churumuco, para quienes era ventajosa la concurrencia de los mineros de Inguarán, Oropeo, Churumuco y Huacana. El incendio de la fundición dio lugar al establecimiento de fundiciones en Santa Juana, Ruritán, Paso del Muerto, San Juan de Viñas, Yuretzio, Escobilla, Santa Inés, el Durazno, Iramuco y Pacheco. La raza primitiva o tarasca, como la llamaban los españoles, quedó representada en el nuevo pueblo por los descendientes de los últimos señores de Andicua, Churumuco, Cuirindicho, Iztiparatzico, 18


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Huitzila y Taborca llamados: Inacua, Chichitz, Pureco, Pahua, Cuhamo, Cuitriz, Urincho y Sintzincha, cuyos nombres personales pasaron a ser apellidos de su posteridad y no se ha extinguido en cuatrocientos años. La importancia de las operaciones de cobre que se realizaban aquí y la fertilidad notable de las vertientes occidentales del Valle Itziparátzico, llamadas Istaro, Tipitaro, Tomendán y Araparícuaro, radicó en Santa Clara. Un grupo de pudientes españoles entre los que sobresalieron los Luna, Cedano Sáenz, Pérez Arriaga, Menocal, Castrejón, Molina y Aldaiturriaga, poseedores de esclavos negros y de grandes encomiendas de indios. Como no podía ser utilizado todo el metal que afluía de las fundiciones de la comarca, surgió la industria de manufacturar el exceso fabricando utensilios de cobre, los que pronto llegaron a ser estimados y pedidos de todo el país. Los dos únicos caminos por donde se verificaba el tráfico de la naciente industria, eran el que, partiendo de la capital del extinguido imperio Tarasco Tzitzinpandácuaro, Tzintzuntzan, pasaba por Pátzcuaro, atravesaba el país de Huatzisca, tocaba Itziparátzico, Huitzila, Surupio, Huero, Cuitzitán, Camémbaro y Tazio, continuando hasta la región de las minas. Venía el otro de la capital de la sierra, llamada Paracho, pasaba por Pichátaro, Axunio, Zirahuén, Chapa, Irámuco, Camémbaro, y en Tzatzio se unía al otro para descender juntos a la Tierra Caliente. DON MIGUEL HIDALGO Y COSTILLA, SACRISTÁN HONORARIO El hermano de Don Miguel Hidalgo y Costilla, Don Joaquín, se hizo cargo de la Parroquia de Santa Clara a partir del 20 de enero de 1788, hasta 1794. Este hecho tiene importancia por una razón histórica, ya que con este motivo se le dio a Don Miguel el nombramiento de Sacristán Honorario de esta Parroquia. Así el pueblo tuvo la honra de que el héroe lo visitara muchas veces y no resulta aventurado pensar que en varias ocasiones, dejaba escapar de sus labios la crítica hacia los españoles y las ideas de libertad. Pero los indígenas del pueblo, 19


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recelosos y callados, prefirieron esperar la hora definitiva para declararse abiertamente en favor de la Independencia. En el mes de mayo de 1812, se hizo cargo de la Parroquia el señor cura don Manuel de la Torre Lloreda, originario de la ciudad de Pátzcuaro y quien lo ocupó hasta el 9 de marzo de 1824. El ambicionaba una Patria libre y aprovechando la fama de que disfrutaba como hombre de ciencia, a cada momento lograba convencer a miembros de todas las clases sociales para que secundaran el movimiento iniciado por el señor Hidalgo. Además el señor Lloreda había cultivado una amistad muy estrecha con el Cura de Dolores del que había sido discípulo en el Colegio de San Nicolás cuando aquél ocupó la Rectoría. Con mucha anticipación sostuvo correspondencia epistolar con el Cura Hidalgo, en la que planeaban, entre ambos, todo lo relativo a la preparación de la causa. El Sr. Lloreda fue nombrado Párroco de este lugar por el año de 1808, pero precisamente por sus ideas libertarias el gobierno virreinal sospechó de él y escoltado por cincuenta dragones, fue conducido de la ciudad de Pátzcuaro a Morelia y confinado en el Convento del Carmen; posteriormente se le cambió al de San Diego, de donde salió para venir a tomar posesión de la Parroquia de que era titular. Durante el tiempo de su cautiverio fue víctima de toda clase de vejaciones por parte del gobierno español, además de que contrajo enfermedades que pusieron en peligro su vida. Pero esta prueba fortaleció su espíritu, de suyo ya fuerte y avivó su amor por la causa libertaria convirtiéndolo en colaborador activo de los insurgentes para quienes su pluma hábil, elegante y fecunda en conocimiento de las ciencias humanas, fue de una utilidad incalculable. Este pueblo de Santa Clara del Cobre está enorgullecido por Don Onofre de Portugal, brigadier de las fuerzas insurgentes, persona distinguida de este lugar, que en aras de la libertad de su Patria, sucumbió cayendo prisionero juntamente con el señor Hidalgo en Las Norias de Baján y fusilado en Chihuahua el 27 de julio de 1811. La insurrección fracasada de Iturrigaray no afectó a Santa Clara, porque los españoles confiaban neciamente en que los nacionales, a ejemplo del pseudo europeo Iturbide, delatarían traidoramente cualquier idea patriótica, la que sería ahogada en su misma cuna. El 20


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gobierno del virrey, por su parte, cuidó de que no trascendiese la causa de la prisión de Iturrigaray, temeroso de que se propagase entre los indios la posibilidad de ser independientes. A pesar de todo, en uno de los últimos días de septiembre de 1810, el prioste comunicó a los naturales más ancianos y prudentes de los cuatro barrios, que acudieron a un llamado misterioso: el levantamiento de Dolores, encabezado por el señor Cura Don Miguel Hidalgo y Costilla, cuya noticia recibió el Cura de la Parroquia con la orden de reprimir entre los indios, toda manifestación de simpatía que pudiera relajar la obediencia de las encomiendas y de los esclavos de color. Pasada la discusión suscitada por la gravedad de los acontecimientos, para obrar sin imponer ninguna de las medidas ordenadas por el señor Cura. En tal estado de indiferencia aparente, vieron salir a muchos españoles, intempestivamente, sin llevarse sus cuantiosos bienes. Poco después vieron desmembrarse las encomiendas, transportar los esclavos a Pátzcuaro y extenderse la excitación en toda la masa del pueblo, seguida de la retirada furtiva de los europeos restantes. LOS VECINOS DE SANTA CLARA AL LADO DE LOS INSURGENTES Esta expectación pasiva llegó al entusiasmo activo al saberse que el señor Cura de Nocupétaro, antes de marcharse para Zacatula, había explicado el alcance de los anatemas por el Cabildo Eclesiástico, fulminados, contra todo deseo de libertad y contra los que impartiesen la menor ayuda a los insurgentes. Estimulándose mutuamente los indios, mulatos y mestizos corrieron en grupos numerosos a engrosar las filas de los patriotas que obedecían las veneradas órdenes del señor Cura Hidalgo y las de los señores Morelos y Matamoros. Fundándose en estos hechos, puede decirse que por amor a la independencia y por la profunda convicción que tenían de la justicia de la causa de la guerra, esta Villa de Santa Clara de los Cobres, estuvo siempre de parte de los defensores de la libertad, chocando con los pueblos vecinos y sufriendo vejaciones de las tropas de los realistas. 21


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Esta Villa se abstuvo de tomar parte en la glorificación del nombre de aquel tránsfuga enemigo de mexicanos que usurpó al General Guerrero la gloria de haber dominado con su denuedo y su constancia el ejército del virrey; que rechazó la legitimidad de las prerrogativas humanas proclamadas por Morelos en Chilpancingo y promulgadas por el primer congreso del país en Apatzingán; y que se presentó como el libertador de México, sólo para que su ambición lo declarase Emperador, con el nobilísimo y pomposo título de Agustín Primero. El muy ilustre Ayuntamiento de Santa Clara expresó su desafección hacia el Imperio, no dando al más tortuoso de sus callejones el nombre de Iturbide, como lo habían hecho las más importantes ciudades michoacanas. Mariano Ochoa es uno de los ejemplos, de una serie de hombres valientes que han servido a la patria. Nuestro héroe nació en este lugar y siendo casi un niño se dedicó a la carrera de las armas tomando partido contra la tiranía en la famosa Revolución de Ayutla; posteriormente al lado del partido liberal, hizo la campaña en la Guerra de Reforma y luego se retiró a su pueblo natal a disfrutar de una vida privada. Más tarde, se unió al ejército de los republicanos que combatió a los franceses. El 18 de diciembre de 1863, mandando una compañía de la Guardia Nacional concurrió al ataque de Morelia y luego siguió prestando sus servicios a las órdenes del General don Carlos Salazar que tenía su Cuartel General en Tacámbaro, Michoacán. El 26 de mayo de 1864, recibió una orden de su general para que con su Compañía de infantes, se estableciera en este lugar a fin de que interceptara todos los movimientos del enemigo, al llegar a Turirán ordenó a sus infantes que siguieran el mismo paso y él, haciendo trotar su cabalgadura, se adelantó y llegó a este lugar a las once de la mañana. Al mediodía fue tomado preso en su propia casa, por un grupo de contraguerrilleros capitaneados por Camilo Pureco, oriundo de este mismo lugar que estaba a las órdenes de Magdaleno del Río. Antes de llegar los cien infantes de Mariano Ochoa a Santa Clara, se dieron cuenta de lo ocurrido y regresaron a Tacámbaro a las órdenes del oficial Antonio Mata.

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LOS IMPERIALISTAS ATACAN SANTA CLARA Ochoa fue fusilado el 28 de mayo de 1864 y más tarde inhumado en Pátzcuaro. El día 23 de diciembre de 1864, llegaron a Santa Clara 350 imperialistas al mando de su comandante Evaristo Dávalos que iba a obrar en combinación con las fuerzas de Méndez. El día anterior había salido de Uruapan, con el mismo rumbo de Santa Clara, el general Carlos Salazar con una fuerza compuesta por 150 hombres del batallón de Zaragoza, al mando del teniente coronel José Dolores Vargas, igual número de jinetes del Escuadrón, Lanceros de Toluca a las órdenes del coronel Manuel García, 40 de la guerrilla de Agustín García, 30 capitaneados por Margarito Próspero, 15 capitaneados por el capitán Eleuterio Pérez que servían de escolta de la Comisaría y los 20 exploradores del comandante Rosendo Márquez. Cuando llegó a las puertas de la Villa se oyó el toque de clarines y todos supusieron, con mucha razón, que la Plaza estaba ocupada por los imperialistas. Fue el choque tan terrible que dio por resultado que los imperialistas se replegaran en el atrio del templo; ahí los siguieron atacando y mientras unos luchaban de frente, otros, entrando por la sacristía cayeron en la retaguardia del enemigo y la derrota sufrida por Dávalos fue completa. Bajo el imperio de la casa de Austria, que Napoleón el Pequeño en complicidad con los más notables retrógrados de México quiso imponerle, se sublevó el celo patriótico del pueblo de Santa Clara, y celebró con un esplendor muy superior a sus elementos, en los años de 1865, 1866 y 1867, el brillante triunfo de nuestros soldados en Puebla, sobre el ejército de los franceses, el cinco de Mayo de 1862. Al saberse en la Villa la ejecución del enemigo de nuestras instituciones democráticas, en Querétaro, las más respetables damas de su sociedad se apresuraron a festejar a la República vencedora, rivalizando en lujo y entusiasmo con el Cabildo Municipal. Entre los más hermosos carros alegóricos que dispusieron sobresalían: el que simbolizaba a "Juárez Inmortal" en su apoteosis; a "Escobedo coronado por la Patria", al "Águila Azteca", destrozando altanera entre sus garras una flamante corona imperial; y "El Ave Fénix", que representaba a la "Independencia Nacional" renaciendo en las 23


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candentes arenas del desierto del Norte, de las llamas del fuego patrio de sus venerados hijos los mexicanos. La lucha que todos podemos presenciar entre los restos fríos de la Villa, y la nada que los disputa, es el sello duro y candente que se interpone irremisiblemente entre las ingratitudes presentidas del porvenir, y la veneración y respeto que merecen los esfuerzos de sus nobles hijos en el pasado, para no morir en le seno de la sociedad actual. Pasado el periodo de las agitaciones, sucedió el de la fraternidad y de la reorganización. El caciquismo y el poder despótico de la burocracia del capitalismo, en su disputa necia sobre la exclusiva de la explotación del trabajador, se bifurca en los momentos actuales de reivindicación, a la vista del pueblo que llega, y que, como un león, le arrebata con sus potentes garras la dirección de su destino. El último resultado de esta lucha social cuyo fragor sólo amedrenta al criminal, ha de ser siempre un espíritu de la más amplia libertad y de la más cumplida justicia. REPERCUSIÓN DE LA MUERTE DE BENITO JUÁREZ El 19 de julio de 1872 el pabellón izado a media asta y las coronas enlutadas con crespones en las casas consistoriales y demás oficinas públicas, llevaron la consternación y la tristeza a todos los hogares, porque el día anterior había muerto el C. Don Benito Juárez. Durante nueve días los alumnos de las escuelas oficiales se pusieron en el brazo izquierdo un moño de listón negro y asistieron a la velada que organizó la "Sociedad de Emulación Mutua", en el Teatro "Ramón Álvarez", como un homenaje de duelo que la Villa unía al sentimiento nacional. Encargado de la Presidencia de la República el C. Lic. D. Sebastián Lerdo de Tejada, como Presidente de la Suprema Corte de Justicia, comenzaron los primeros síntomas de perturbación del orden por la ambición de algunos elementos militares y el desenfrenado fanatismo del Partido Conservador. Este riesgo determinó la salida de Santa 24


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Clara de los últimos capitalistas que habían permanecido al frente de sus empresas por sólo el cariño al pueblo natal. LOS CRISTEROS DEL SIGLO XIX El partido político-católico armó en 1875 el brazo de algunos michoacanos y desarrolló una serie de pillajes, merodeos, asaltos e incendios en la mayor parte de los distritos del Estado, al grito de "Religión y Fueros". Esta revolución se llamó de "Los Cristeros", porque ellos mismos se decían enviados de Cristo. Esta rebelión, que había llegado a ser un azote en todo el Estado y en algunos de los limítrofes, no había alterado las garantías en la Villa, hasta que Felipe Meza, originario del rancho de "La Puerta", comenzó exigiendo a don Juan Sandoval en la plaza misma de la población, la entrega de un caballo, y lograda se declaró cabecilla rebelde. Este robo impune trajo como consecuencia la repetición de otros. A los pocos días volvió Meza dejando en el puente a los veinte bandoleros que ya no lo seguían y penetró solo hasta la plaza, donde pidió a don Crescenciano Pérez la entrega de un magnífico caballo que se disponía a montar para salir a sus faenas del campo, Pérez suplicó atento y amable que no le molestara; pero Meza no cedió a tan noble resistencia y apeló a la fuerza. Forcejeando logró Meza montarse en el caballo de Pérez, sin poderse alejar, porque éste lo tenía sujeto a la rienda y se disponía a sacar su pistola, de cuya arma también quería apoderarse Meza. En un momento oportuno Pérez derribó a Meza del caballo y se montó en él. El cristero intentó detenerlo de la rienda a su vez, pero el caballo obedecía mejor a su dueño y echándose sobre Meza lo tiró al suelo al tiempo que Pérez amagaba al bandido, llegaban los hombres de éste y tendían sus armas sobre Pérez. Antes de que éstos dispararan, lo hicieron sobre ellos los señores Daniel Castrejón, Barquiel Esquivel y Juan Sandoval, quienes, habiendo acertado a pasar durante la lucha pudieron armarse en las tiendas vecinas, y apostándose en los pilares del portal, hicieron fuego tan oportunamente sobre los cristeros. Meza huyó con los suyos dejando tres muertos y dos heridos. 25


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Una semana después, el Presidente del H. Ayuntamiento recibió la comunicación de Francisco Gutiérrez, de entregarle la Plaza, y antes de contestar se le presentaron los señores Crescenciano Pérez, Daniel Castrejón y Juan Sandoval con una comunicación del Prefecto del Distrito, capitán don Eduardo Gil, para que, de acuerdo con los portadores procediese, incontinenti, a organizar una guerrilla para la defensa del Municipio. Se contestó con una enérgica negativa la conminación de Gutiérrez y se preparó la defensa con la actividad requerida. Al día siguiente, obedeciendo al acuerdo de que era preferible ir a perseguir a los bandidos a esperarlos en la población, salió la fuerza compuesta de dieciocho hombres bien montados y armados y se dirigieron a Istaro. Allí se encontraron con la partida de Francisco Gutiérrez que subía del Valle de Taretan para Santa Clara, con doscientos hombres. Mediante una escaramuza que costó cara a los guerrilleros, porque perdieron a Sandoval, Pérez logró atraerlos a los callejones de las Cruces en donde los atacó causándoles 43 bajas y recogiendo un regular botín de caballos, armas y municiones. El Presidente Municipal se había ocupado entretanto de atrincherar la plaza. Cerca de un mes había pasado cuando rodearon la Villa 800 cristeros a las órdenes del mismo Gutiérrez, de Antonio Pérez Reza, de Domingo Juárez y de José María Pureco. Cuatro horas de combate les bastaron para convencerse de la inutilidad de sus esfuerzos y se retiraron con once bajas. Reforzados nuevamente con los cristeros de Abraham Castañeda volvieron al asedio con más de mil hombres. Después de cuatro horas de combate, los cristeros pudieron romper las paredes de la casa de don Pedro Sandoval, que tiene frente a la Plaza, y penetraron sin ser vistos para sorprender a los cuatro o cinco guerrilleros que defendían las trincheras. Advertido Pérez del proyecto, esperó a que entrasen a la casa el mayor número para atacarlos a su vez, y al verificarlo, el éxito fue completo, porque los cristeros huyeron dejando sólo en la casa, sesenta y cinco muertos y otros diez en otros lugares. Sofocada esta revolución recobró la Villa su calma habitual.

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PERIODO DE PAZ Y DESARROLLO Si en el campo de batalla se luchó denodadamente y siempre en favor de las causas inspiradas en el patriotismo de los mejores mexicanos, en el taller, en el comercio y en la agricultura fue ésta la mejor época en la vida de Santa Clara. La pródiga tierra premiaba con abundancia a los esfuerzos de los agricultores que tenían siempre henchidas de grano sus bodegas. El domingo, día de comercio, la plaza era insuficiente para contener a todos los comerciantes y el gentío que se encontraba de todas las rancherías de la región venía a comprar lo necesario para la despensa de la semana. El murmullo era estentóreo y dada la configuración topográfica del lugar al que se encuentra el pueblo, al llegar al sitio denominado "Punta de la Calzada", a cuatro grandes cuadras de distancia ya se percibía una especie de zumbido que producían los gritos de los comerciantes y voces de los compradores. Por estos tiempos fueron también explotadas en mayor escala las minas de Inguarán y Oropeo de los Sres. Arriaga y Castrejón, vecinos de esta Villa, lo que permitió multiplicar las labores de más de veinte fraguas que abastecían a los comerciantes de Teocaltiche, Jal., Guanajuato, Tantoyuca, Ver., y Molango, Hgo., y también el aumento de operarios que cada día lograban perfeccionarse más y mejor en el arte de manejar el martillo. Y qué diremos de las inquietudes intelectuales de las gentes de esa época de oro; en el programa aprobado por la H. Junta Patriótica del año de 1878 para conmemorar la batalla del 5 de Mayo en Puebla contra los franceses, se incluyó un número sujeto a programa especial para inaugurar la "Sociedad Literaria de Emulación Mutua" fundada por iniciativa de los señores Felipe Treviño, Anacleto López y Francisco de Pahua Castrejón. Esta institución tenía por objeto cultivar las ciencias literarias empezando por la Gramática hasta la composición misma. A ella pertenecieron gentes de todas las clases sociales de la población y muchos tuvieron la oportunidad de demostrar su capacidad y excelentes facultades en el arte del buen hablar. La sociedad funcionó hasta la primera década de este siglo y fue para nuestro pueblo un yunque donde se forjaron y templaron sus espíritus que posteriormente participarían en la lucha social27


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revolucionaria, que culminaría con el establecimiento de bases permanentes donde actualmente se edifica la grandeza de la Patria. SALVADOR ESCALANTE Y SU ACTUACIÓN El último Subprefecto, Salvador Escalante, fiel intérprete del régimen de la opresión dictatorial, persiguió sin piedad toda idea contraria hasta que, en 1911, convencido de que el pueblo intentaba sacudir el yugo que él representaba, se identificó con él y levantó el estandarte de la rebelión. Finalizaba el año de 1910, acababan de celebrarse las Fiestas del Centenario de la Independencia; con este motivo varias personas que habían acudido a la Capital de la República, a su regreso a la Villa de Santa Clara de los Cobres traían noticias del movimiento anti-reeleccionista encabezado por don Francisco I. Madero; por lo que reinaba gran animación y entusiasmo en el pueblo, animación que fue creciendo con la llegada de don Alfredo López que procedente del estado de Guerrero, venía a hacer propaganda en favor del Sr. Madero; estas cosas tenían inquietos y preocupados a las autoridades, las que decidieron acabar con la angustia reinante. "Era, a la sazón, Sub-Prefecto de Santa Clara don Salvador Escalante, hombre entrado en años que había llegado a este puesto debido a su amistad con el gobernador del Estado, don Aristeo Mercado, a cuya administración sirvió con honestidad y honradez. Por esos días, o más bien a principios de 1911, sabiendo el Subprefecto de la llegada al pueblo de don Héctor López, hermano de don Alfredo y la de don Felipe Sosa, quienes traían la comisión de reforzar la propaganda que venía haciendo don Alfredo, dio órdenes terminantes a la policía para que aprehendiera a los mencionados propagandistas, los que, sabedores de la suerte que les esperaba, se refugiaron en la casa del señor don Leonardo Sosa, padre de don Felipe, y estando ahí, la casa fue rodeada por la policía para que no se escaparan y por fin fueron aprehendidos los hermanos López y Felipe Sosa y conducidos a Pátzcuaro, mas como se temiera que en el trayecto se les aplicara la "Ley Fuga", la señorita Josefa Sosa, hermana de don Felipe, acompañó a los reos hasta Pátzcuaro, haciendo la jornada a pie para no separarse de ellos. 28


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Los hechos anteriores fueron los preludios de la revolución en el Estado de Michoacán. Don Salvador Escalante, viendo inevitable la caída del señor general Díaz, de acuerdo con algunas personas planeó un levantamiento que él mismo encabezó. El levantamiento de Escalante fue el 10 de mayo de 1911. A las 2 de la tarde al grito de ¡Viva Madero!, se dio lectura a la proclamada rebelión y se hizo la designación de las nuevas autoridades quedando presidido el Ayuntamiento por el señor Carlos Pérez; se ordenó el acuartelamiento de la tropa que a lo más llegaba a unos doscientos hombres mal armados y se acuarteló a la gente que destruyó para siempre el gobierno despótico de Mercado. Este movimiento del pueblo de la Villa, arrastró tras sí al Subprefecto Escalante, que repercutió en todo el Estado casi al mismo tiempo. Pasada la semana trágica, él se mantuvo fiel a la causa que sostenía el primer Jefe don Venustiano Carranza. INÉS CHÁVEZ GARCÍA Y CONCHITO Hasta 1919 sufrió las vejaciones de las hordas del monstruo Chávez García, y el despego del Jefe del Sector de Pátzcuaro. En 1917, se organizó una "Defensa Social" a las inmediatas órdenes de José Concepción Pérez, a quien, por lo pequeño llamaban Conchito. La actuación de esta pequeña fuerza de cincuenta hombres fue muy eficaz a la población y al Estado; pero surgió el celo, el rencor o la envidia del Jefe del Sector, por constituir ésta un estorbo, para ciertos manejos deshonrosos y punibles militarmente. Conchito resultó siempre superior a las fuerzas mayores de rebeldes con quienes tuvo que combatir; pero se convirtió él y el pueblo en víctimas del Jefe del Sector. La reciprocidad más que el deber, alentó a Conchito a pedir auxilio al Jefe, cuando supo que unidos varios cabecillas Chavistas avanzaban sobre Santa Clara con más de dos mil hombres. Se le contestó negativamente a pesar de que no existía por el momento ninguna amenaza sobre la plaza de Pátzcuaro y le sobraba parque. Creía Conchito que no se había olvidado, por lo muy reciente, el auxilio tan oportuno que se dio a la misma plaza de la que había sido 29


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ya desalojado el jefe de los Chavistas que estaban entregados al saqueo y crímenes horrendos que los caracterizaban, cuya asistencia le permitió quitar a los bandidos el botín, entregarlo a sus dueños y ahuyentar a los asaltantes. En tal aprieto, aconsejó a los vecinos que huyesen por el Malpaís y que él con el escaso parque de que disponía, les protegería la salida. Fue un éxodo muy doloroso. Desde el cerro de la Cantera, él y su pueblo, pudieron ver el resultado del criminal abandono en que se les dejaba. Desde allí vieron cómo el incendio lo devoraba todo. Vieron extenderse las llamas y alzarse para marcar el tamaño sin medida, de un crimen que no hay justicia que lo comprenda, y el sacrificio de un pueblo, cuya gratitud no cabe en pecho humano. La vida de Conchito era acusación posible para el Jefe. Y para librarla de este peligro que tenía combinó con Cíntora, bandido que merodeaba el Sur de Michoacán, que tenías más de tres mil hombres, el medio más seguro de arrojarlo en sus manos. Para el efecto, le ordenó que pasase a Tepenahua en donde se le incorporarían suficientes fuerzas regulares que mandaría. Allí lo esperaría Cíntora, con sus hordas, y los destruiría por la falta de auxilio ofrecido el cual no llegaría Conchito anticipó su arribo y se hizo fuerte en el edificio de la hacienda, acaparando la mayor suma de las ventajas. Cíntora llegó por la noche y el fuego que se inició violentamente, causó todos los perjuicios a los rebeldes. Cuando presintió una derrota grave, Cíntora, hizo una embestida temeraria, al verse siempre estrellado, perdió la cabeza y se arrojó al asalto con sus hombres desmoralizados, recibiendo él mismo una herida mortal en el vientre. Al sobrevenir la muerte, casi enseguida se declaró la derrota más completa. Los partes oficiales de esa acción despojaban a la Defensa Social de todo mérito, a pesar de la paz que sobrevino con la muerte de ese cabecilla, casi tan temible como Chávez García, a quien la influenza española había ya quitado la vida. Ni un recuerdo para Conchito que falleció a pocos días de una enfermedad en Pátzcuaro, con el olvido que sigue siempre a la miseria.

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Los indios de Santa Clara, únicos que lo estimamos y lo recordaremos, pusimos una piedra de cantera sobre sus restos y en ella esculpimos esta frase: "Emoramini me, saltem vos Amici mei…" PITO PÉREZ Hijo de don José María Pérez y de doña María Concepción Gaona. J. Jesús Pérez Gaona "Pito Pérez", nació en Villa Escalante el día 24 de mayo de 1867. En compañía de su hermano Joaquín cursó su instrucción primaria elemental en este lugar, pasando posteriormente al Seminario de Morelia, en donde estudió las disciplinas propias de la carrera sacerdotal. Un año antes de recibir los hábitos abandonó sus estudios por falta de vocación y regresó a su tierra natal para dedicarse a la burocracia, desempeñando su primer cargo como Secretario del Ayuntamiento. Las muestras iniciales de su preparación intelectual, nada común, las dio al redactar un Reglamento de Policía que no sólo mereció la aprobación del Congreso, sino que fue modelo para todos los Municipios del Estado. Hasta la fecha no se tiene conocimiento de otro intento parecido. Fue la pluma de don José Rubén Romero la que hizo salir del anonimato a nuestro personaje. Dominador de un género literario bastante difícil, improvisaba con mordacidad, hería con sutileza, y en casi todas las ocasiones sus palabras eran acompañadas de una sátira cuyo reflejo nos da a entender el desprecio que frente a la vida su propia vida había acumulado. Nunca fue un hombre de fortuna puesto que hasta en las lides amorosas perdió siempre. Aceptó de buen grado los escarnios que le infirieron y fabricó para su propia justificación una filosofía casi exclusiva. Santa Clara lo recuerda no por el hecho de figurar como personaje central de una novela, sino porque con él vivió momentos gratos y amargos. Su actividad se pierde entre el polvo de los años pero presupone algo de lo que todos los hombres aspiramos a tener. Si el vicio y la holganza lo aprisionaron, debe profundizarse más sobre los móviles que pudieron inducirlo a ello. Pulcro y distinguido de tiempo en tiempo, aun lo recordamos vistiendo de acuerdo con la 31


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moda y la estación. Toca sin embargo el mérito a don José Rubén Romero, porque él lo proyectó hacia la posteridad, y lo lanza hacia el mundo. Descubre al hombre, sintetiza al poeta, exhibe al cínico, retrata al amargado y tal vez sin quererlo, refleja lo humano en sus dos características principales: lo sublime y lo vulgar, atendiendo sin embargo a esta última que destaca inclemente. ¡Vida Inútil! Como se ha calificado la de Jesús Pérez Gaona, adquirió lo trascendente de quien pasa por el mundo y deja la huella de su presencia. Lleva implícita los matices de lo mundano y deja entrever lo elevado de los valores. Analizarla en su justa apreciación será colocar al personaje en su sitio verdadero. LAS FERIAS DEL COBRE EN SANTA CLARA Corrían las fiestas decembrinas del año de 1946, el pueblo inauguraba el servicio de alumbrado. El Sr. Presidente Municipal, don Tomás García Pahua, tenía como preocupación principal el que las Fiestas resultaran lo más esplendorosas; para tal fin se creó una Junta que organizó un concurso de artefactos de cobre. Se les explicó a los artesanos detalladamente el fin y el sistema del concurso y se organizaron los actos de apertura y clausura. El resultado fue el siguiente: no asistieron el número de artesanos que estaban calculados; se expusieron un total de 36 piezas valuadas en 618.00 pesos y la mitad de éstas eran del siglo pasado; ningún personaje del mundo oficial asistió; además de que no fue un concurso comercial. A partir de la segunda Feria la exposición fue comercial y cada año nuestros artífices, al terminarse el concurso, reciben de manos de los organizadores fuertes cantidades de dinero, unos por concepto de premios y ventas y otros sólo por ventas, pero siempre han sido estas últimas el móvil que los obliga a exponer sus productos. A partir del año de 1949, se celebra esta Feria en el mes de agosto. En el año de 1949 se organizó el Comité Amigos del Cobrero que quedó integrado por los señores Profesores: Luis Guerrero, Gonzalo Cruz Sosa, Salvador Rosales, Ángel y Álvaro Rentería Argüello, Presidente honorario, Presidente efectivo, Secretario y Tesorero respectivamente. También a partir de 1949, las ventas ascendieron ya 32


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partir de entonces, años tras año las ventas han ido en aumento considerable. En el año de 1953, en el que se celebró el IV Centenario de la fundación del pueblo, la intensísima propaganda nos trajo un número considerable de turistas nacionales y extranjeros, lo que hizo que las ventas ascendieran a cerca de los 30,000.00 pesos. El comité Amigos del Cobrero funcionó desde el año de 1949, hasta 1957; durante esos años siempre hubo la preocupación por el progreso de la Feria. A partir de 1949, han sido el Museo de Antropología e Historia en combinación con el de Artes e Industrias Populares y el Gobierno del Estado los organizadores y jurados. Desde el año de 1958 la organización del evento quedó a cargo de los mismos artesanos quienes se encontraron con un sinnúmero de dificultades que hizo de cada Feria una mediocridad. Al finalizar el periodo de gobierno del Sr. Gral. Dámaso Cárdenas, por gestiones del presidente del Comité, se había logrado que el Ejecutivo donara la cantidad de 5,000.00 ps., para crear un fondo común a todos los artesanos con miras a organizar una sociedad cooperativa. Pero la mala administración, producto de la inmoralidad de los dirigentes, y la apatía de los socios, hizo que lo que se perfilaba como una obra de gran beneficio para los cobreros, se convirtiera en un verdadero fracaso que a la fecha sólo existe de nombre. En el año de 1964, se integró el "Comité Organizador de la Feria del Cobre". En este nuevo organismo figuran las personas que integraban el anterior organizado en 1949. Con la ayuda del gobierno del Estado se ha logrado que lo que antes era una simple Feria regional, ahora por acuerdo del gobierno Federal a través del Departamento de Turismo, adquiere el carácter de Feria Nacional del Cobre. Desde 1972, el Fideicomiso para el Fomento de las Artesanías, entonces del Banco de Fomento Cooperativo y ahora de la Nacional Financiera, ha colaborado en la organización y premiación en las Ferias; en 1973 auspició la presentación de antiguas danzas locales, algo no repetido y alentó la formación de la Casa del Artesano que la Dirección General de Arte Popular de la SEP, tomó en sus manos y llevó a cabo conjuntamente con el gobierno del Estado. Un número muy crecido de artesanos formó la Asociación de Artesanos del Cobre 33


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y son ellos quienes manejan la Casa del Artesano, ampliando sus instalaciones y sirviendo a la colectividad. Mención especial merece la labor destacada de los artesanos que han participado en las Ferias de la Plata, llevadas a cabo en Taxco, Gro., en especial Etelberto Ramírez que en dos ocasiones ha obtenido las máximas distinciones con trabajos en plata realizados con la técnica tradicional de Santa Clara. La Secretaría de Educación Pública, a través de la Dirección General de Arte Popular, ha nombrado Maestros Artesanos a algunos de los más destacados a fin de que se perpetúe el conocimiento de su técnica, considerándola una parte del patrimonio cultural de Santa Clara del Cobre y de México. --o0o—

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PRESENTACIÓN

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DATOS HISTÓRICOS

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TENENCIA, DESPOJO Y RESTITUCIÓN DE LA TIERRA CALENDARIO DE FIESTAS, ACTIVIDADES Y CAMBIOS COMPLEMENTO DE INFORMACIÓN HISTÓRICA DE VARIAS FUENTES LLEGADA DE DON VASCO PRIMER INCENDIO DE SANTA CLARA DON MIGUEL HIDALGO Y COSTILLA, SACRISTÁN HONORARIO LOS VECINOS DE SANTA CLARA AL LADO DE LOS INSURGENTES LOS IMPERIALISTAS ATACAN SANTA CLARA REPERCUSIÓN DE LA MUERTE DE BENITO JUÁREZ LOS CRISTEROS DEL SIGLO XIX PERÍODO DE PAZ Y DESARROLLO SALVADOR ESCALANTE Y SU ACTUACIÓN INÉS CHÁVEZ GARCÍA Y CONCHITO PITO PÉREZ LAS FERIAS DEL COBRE EN SANTA CLARA

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