Colegio Diocesano “San José” “Respuestas nuevas, a hombres nuevos, en situaciones nuevas”
Catequesis de Confirmación Nombre:______________________________________________ Fecha:________________
Tema 10: Un viaje hacia el Espíritu Santo I
Objetivo: Conocer el Espíritu Santo como la Tercera Persona de la Trinidad. Comprender que El Espíritu Santo nos enseña la verdad de Dios.
El Espíritu del Señor descenderá sobre ti La Confirmación es el Sacramento en el cual el Espíritu Santo del Señor desciende sobre ti. La Palabra Espíritu la conocemos y la usamos de muchas formas. Hablamos de los espíritus que habitan los castillos encantados. Hablamos de los genios, los espíritus geniales que son los grandes hombres de cultura. En la Iglesia el Espíritu Santo tiene un papel especialmente relevante. En Pentecostés, el Espíritu Santo descendió en lenguas de fuego sobre los apóstoles. Por eso, para no confundirnos con “otra clase de Espíritus”, tenemos que conocer bien que, o mejor dicho quién, es el Espíritu Santo. Y para eso vamos a hacer u poco de historia. El antiguo pueblo de Israel estaba muy orgulloso de poseer la religión más moderna del mundo. Otros pueblos pensaban que detrás de cada fenómeno atmosférico (rayos, tormentas, terremotos…) se escondía una divinidad. Los árboles eran considerados como dioses. En esa época solamente los judíos habían llegado a comprender que solamente podía existir un Dios y que debía ser el único Dios: Yahvé. Ellos era monoteístas, creían en un solo Dios. Cuando llegó Jesús esa concepción de la divinidad dio un paso más, podemos decir que la cosa dela religión se complicó un poquito. Los judíos no podían entender que Jesús llamara PADRE al Señor del cielo. Eso podía llegar incluso a cuadrar con el monoteísmo judío, pero resulta que Jesús hacía y decía cosas que solamente podía hacer y decir Dios: curaba enfermos, resucitaba muertos, perdonaba los pecados. Resultaba que ahora pareciera que existiesen dos dioses: PADRE e HIJO. Eso era insoportable para los judíos, era un retraso en las cosas de la religión. Era tan insoportable que llevaron a Jesús a la Cruz por hacer y decir las cosas que solo podía hacer y decir Dios. Pero el asunto no termina ahí. Jesús, antes de subir al cielo, promete la llegada del “defensor”, el ESPÍRITU SANTO. Eso, que los discípulos no podían entender cuando lo
escucharon de Jesús, lo entendieron el día de Pentecostés, cuando el Espíritu descendió sobre ellos y les abrió las mentes y los corazones. Los discípulos experimentaron una certeza profunda y una enorme alegría. La certeza y la alegría de la FE. De repente eran capaces de profetizar, de curar, e incluso de hacer milagros. Y así entendieron que lejos de ser un retraso, la revelación que ellos recibieron había alcanzado la plenitud, pues conocieron que:
Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo Los cristianos no somos politeístas, no creemos en tres dioses, creemos en un único Dios que es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Los cristianos creemos en la TRINIDAD, un único Dios en tres personas distintas. En la vida de Jesús el Espíritu Santo se manifestó como la fuerza de amor que une al Padre con el Hijo. El Espíritu Santo es el Amor en Persona que ve y que oye, que habla, que nos empuja a caminar, que nos da el valor y que nos permite decir que: Jesús es el Señor. Jesús, al subir al cielo, no nos regaló una idea genial, nos entregó su Amor, nos dio su Espíritu Santo. Jesús está con su Padre en el cielo, pero está presente en la Iglesia por medio del Espíritu Santo que se hace realidad en cada Bautizado que se abre al don de Dios.
Escuchamos la Palabra de Dios Lee: Jn 20, 19 - 23 Responde: ¿Qué posible el Espíritu Santo en los discípulos?
Hacemos El Espíritu Santo se va a derramar sobre nosotros por el Sacramento de la Confirmación. Hemos visto como el Espíritu hace a los discípulos capaces de hacer las obras del propio Cristo. ¿Cuáles son esas obras? ¿Cuáles son las obras que estamos llamados a hacer? Piensa en cuales son los frutos del Espíritu Santo. Pronto vas a recibirlo, piensa y por pon por escrito lo que esperas de ese Sacramento.
OREMOS ¡Ven Espíritu Santo! ¡Ven a mi corazón! Lléname del todo con tu alegría, tu paz, tu fuerza divina. ¡Ven, habita en mí! Expulsa los malos pensamientos, las inquietudes y las tristezas de las moradas de mi corazón. Sé tú, Espíritu Santo, quien me fortalezca en mi debilidad, quien me consuele en la tristeza, mi ayuda ante la tentación. Calienta mi amor cuando éste se enfríe y hazme capaz de alumbrar, capaz de ser, para las otras personas, un signo del Amor de Dios. Amén