Retratos · Adela Tobar

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Dedico este libro a mis hijos, mis hermanos, mis nietos y sobrinos. Tambien a Santigo PĂŠrez y su famiilia




© ADELA TOBAR EASTMAN adelaidatobar@yahoo.es ISBN: 978-9942-21-788-2 Textos varios: Adela Tobar Eastman Filoteo Samaniego Trinidad Pérez Milagros Andrade Heymann Anne Sibran Lucia Arizaga Diseño y edición visual: Belén Mena Fotografía: Christoph Hirtz Freddy Coello Impresión: Imprimax Prohibida la reproducción parcial o total con fines comerciales por cualquier medio, impreso o digital, en forma idéntica, extractada o modificada, en castellano o cualquier otro idioma, sin autorización legal de la autora.

Con el apoyo de: Pontificia Universidad Católica del Ecuador Dr. Fernando Ponce León SJ. Rector Lcdo. José Nevado de la Torre SJ: Director del Centro Cultural Gaby Costa Coordinadora General del Centro Cultural


Adelita llevaba, en sí, sin que lo dijera, una maravillosa reserva interior, un innato sentido del arte. Un día decidió descubrirse y hacernos conocer su tesoro escondido: tenía una excepcional disposición para la pintura y quiso intentarla, con responsabilidad, con seguridad de un destino para el que estaba señalada. Adquirió, pues, los elementos que le llevaran a perfeccionar un oficio y sólo cuando se sintió segura de él inició su camino plástico del que ya nadie podrá alejarla. Me decía que se decidió, tal vez, tardíamente; no creo que tenga razón en ello porque no hay tiempo perdido cuando se entra en el destino con la madurez, refinamiento y seguridad con que lo ha hecho. Escogió un solo motivo: el retrato; y en él se ha mantenido, inalterablemente, dentro de una manera que ya es suya y no admite confusión. Sus modelos son, en general, mujeres, y todas están estudiadas profundamente y tratada la composición con limpidez y elegancia. No usa recursos que escondan, disimulen o alteren la personalidad de quienes posaron para sus cuadros: están ellas, como gusta apreciarlas la artista, como las acostumbra ver, apacibles, serenas, en ningún caso atormentadas por conflictos íntimos o presas de pasiones contrariantes. Sorprenden las miradas que capta, que ven sin vernos, que no se perturban, ni perturban a quienes las miran, que no delatan su mundo interno, su intimidad guardada celosamente. Hay una cierta lejanía, una distinción que no requiere elementos superfluos, una expresión precisa, completa y suficiente y con ellas logra cumplir con el objetivo de reflejar a los personajes retratados no sólo desde la personalidad que ofrecen sino, y sobretodo, desde la visión personal de la artista: cuerpos finos, cuellos espigados, rostros serenos, y como entorno o decoración, cofias más o menos arregladas, a veces cabelleras caprichosas o adornos de manifiesta sencillez. Un particular gusto le lleva a completar los bustos vistiéndolos con refinamiento y a situarlos, anteponiéndolos a fondos de enramadas o flores exóticas, tratados sin excesos, con simplicidad de disenios y pintados con colores puros que mucho me recuerdan los lienzos de Matisse. Adelita ha conseguido definirse en su propio estilo y en sus formas de pintar que le Identifican y demuestran consistencia y personalidad. Estoy seguro de que ha de mantenerse en esta línea por algún tiempo pues esos caminos le ofrecen, todavía, innumerables y gratas posibilidades. Filoteo Samaniego


Por Trinidad Pérez

Adela Tobar ha realizado dibujo botánico, delicadamente descriptivo y sutil; pinturas de plantas y animales de colorido más bien expresivo y alrededor de 170 retratos de mujeres, con contrastes de color, igualmente audaces. La mayoría de esos retratos son de mujeres cercanas a su entorno, hija, nietas, madre, abuelas, amigas. También algunos hombres: hijo, hermano, amigos. Todos ellos representan sus vínculos fraternales y sus lazos afectivos. Muchas veces son realizados como regalos, incluso como una especie de ofrenda a sus retratados. Pero, lo interesante es que por eso mismo, es en ellos en donde deja fluir su imaginación y libera su fantasía. 6

Su interés por el arte ha sido parte de su vida. En su infancia fue inducido a través de un entorno familiar en el cual la conversación, la lectura y las prácticas de socialización imbuían a los niños en un ambiente de creatividad, de libre-pensamiento, y de jovialidad. Su formación artística no ha sido académica. Ha estado guiada desde talleres de dibujo y pintura con artistas en Ecuador y Chile. En Quito se introdujo al dibujo del desnudo en un taller de modelo en vivo con Oswaldo Viteri. En Santiago en cambio, recibió clases con Gracia Barrios en la Galería La Casa Larga de Carmen Waugh. De vuelta en el Ecuador participó de un taller de dibujo botánico que impartió Patricio Vélez, artista ecuatoriano residente en Barcelona, que incluía visitas a bosques y páramos, junto con técnicas de observación y representación de la naturaleza. Esto le llevó a que viaje a Barcelona a estudiar directamente con Joaquim Conca, destacado ilustrador catalán. Unos años más tarde, ilustró el libro de Catalina Quintana sobre las plantas y arbustos del valle seco de los alrededores de Quito y lo hizo junto con Dolores Salgado, quien también había participado en el taller de Patricio Vélez. Las ilustraciones de este pequeño libro, delicadas y sutiles en su apreciación de la planta, nos muestra la capacidad del dibujo botánico de ir más allá de la mera descripción visual. Desde la observación detallada, la atención puntual y la paciencia, el dibujo botánico es, sobre todo, un ejercicio de meditación e introspección. En los más de cien retratos que ha pintado, Adela Tobar se ha

acercado a desarrollar un lenguaje artístico con una expresividad y un simbolismo propio. Tomando del legado de Matisse, sus retratos articulan planos bidimensionales, una paleta de colores fuertes y contrastantes, y patrones decorativos. Pero, es su particular forma de combinar estos elementos Tobar otorga a sus pinturas un cierto aire extravagante, juguetón e irónico. El hieratismo de las poses y de unos rostros que miran directamente al espectador y la actitud de seriedad que deposita en sus modelos es tensionada por un elemento juguetón, una broma, un albur, que se desliza en el modo como estos elementos están articulados y, sobre todo, en los motivos, que a modo de atributos, acompañan o rodean a sus retratados. Un lazo demasiado grande, un fondo de hojas o flores, unas plumas o un pájaro, introducen un elemento enigmático en la pintura, el mismo que, sin embargo, nos ofrece una ventana hacia el mundo de la retratada. ¿Serán esos elementos inofensivos? ¿Atraparán las hojas del fondo a los niños retratados? ¿o el pájaro ocultará algún mensaje premonitorio, tal vez amenazante?¿Qué significado tiene el petirrojo que una mujer con tocado de plumas sostiene levemente en su mano? ¿La protege? ¿Refleja su identidad interior? Según nos dice la pintora, estos motivos a menudo son enigmáticos también para los retratados y reflejan, más que nada, el modo como la pintora los ve. Puede ser que el animal represente un parecido físico o una alusión a algún aspecto de la vida o personalidad de o la retratada; pero rara vez representan amenazas ocultas. Más bien buscan visibilizar aquello que está oculto en la mente, en las emociones y, de ese modo, desentrañar la relación entre la pintora y sus modelos, que es casi siempre una de afecto y amistad. Son motivos, entonces, cuya inclusión, más bien buscan fortalecer los vínculos de amistad y, entre la pintora y los retratados; y a los espectadores se nos hace partícipes de esos lazos. Entonces, no debemos buscar desentrañar complejos simbolismos sino mirar estas pinturas como testimonios alegres de la profundidad de las relaciones fraternales gratificantes.


La subjetividad afectiva expresada en sus retratos forma parte de procesos de introspección, como el budismo o el yoga, que Adela Tobar ha llevado a cabo a lo largo de su vida. Si bien los retratos la conectan con el mundo exterior de lo social, no dejan de ser proyecciones de su propio yo. Para Adela Tobar aquellas personas retratadas en sus pinturas son un poco ella misma. Citando a Mary Paul Frank, dice: “prefiero mil veces mirarme en tu retrato que mirarme en el espejo”. Sus retratos son, entonces, el vínculo que su yo traza con ‘el otro’ que habita el mundo social. Y, en ese sentido, no están disociados de ese proceso creativo, que hemos descrito, impulsado desde la indagación sobre su mundo interior. Para Adela el proceso creativo es una forma más de introspección, ya sea a través de la pintura de retratos o del dibujo botánico. Y por ello se ha interesado también en participar en talleres de ‘Kasala’, un tipo de texto de origen africano que busca a través de la escritura una observación y una proyección del sí mismo desde sus aportes y valores. Bajo la guía de la escritora francesa Anne Sibran, Adela ha producido hermosos Kasalas en los cuales la vemos como un ser generoso, que pasa por el mundo produciendo vínculos y depositando anhelos: “Yo soy el canto de la mujer en el viento, Yo soy el aliento dulce de una mariposa cuando aletea en la flor del manzano. Yo soy el silencio del follaje, la canción del pasto, la golosina de la hormiga. Yo soy el movimiento lento de una oruga, el pálpito del corazón del sauce. Yo soy la hija del viejo tronco de raíces fuertes, palpitantes y dolidas. Y soy el barro a la orilla del río y el reflejo de la luz en el agua. Yo soy la amante eterna, la de los pies desnudos y el corazón ardiente y generoso. Soy la madre y abuela de bellos caminantes de la Tierra. Soy el perfume de una flor que se abre.”

A través de sus textos podemos entender mejor el papel de sus retratos, paisajes o sus dibujos botánicos como elementos integrales de un proceso de auto reflexión y proyección de sí misma al mundo. La siguiente Kasala describe bien el rol de los retratos como espejos del sí mismo: Con actitud resuelta Recogió su pelo, Lo ató en la nuca Y le dijo: Ahora, miraré mi cara en tus ojos A través de sus retratos, dibujos, Kasalas, Adela Tobar nos hace partícipes de su filosofía de la vida. Con ellas nos traslada a su mundo, en el cual encuentra el placer de vivir, habita la naturaleza y experimenta la alegría de compartir fraternalmente con el otro. Vemos un futuro auspicioso, en el cual ha liberado aún más su imaginación y explora la psicología de sus retratados y la suya propia a través de una fantasía más juguetona y perspicaz; en el que se deja llevar por la sutileza del dibujo o por las combinaciones audaces de color, así como por el simbolismo irónico de los atributos de sus retratados.

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Por Adela Tobar Eastman

Los empecé en Chile, cuando mi Maestra, la pintora Gracia Barrios, nos pidió que hiciéramos algún trabajo personal, entonces recordé cuando estaba en el colegio y me aburría en la clase de algún profesor lento y pesado, entonces me dedicaba a hacer rayitas y dibujaba su cara, su figura, su actitud. Me divertía exagerando sus rasgos y pasaba así la hora de clase, entretenida, en lugar de atender al aburrido profesor. Cuando la Maestra Gracia Barrios nos dio la tarea de pintar algo personal, decidí dibujar a mi abuela. Inspirada en una preciosa foto de ella el día matrimonio de mis padres. Era mi abuela paterna y se veía muy elegante, con sombrero con flores, guantes blancos largos y una boquilla para fumar. Me parecía atractiva y divertida. Dibujé la figura de la abuela y llevé mi trabajo a clase. La Maestra se entusiasmó y me dijo que siguiera por allí y trabajara un fondo. Fue lo que hice y así me fui metiendo dentro de mi abuela, y el retrato salió a luz. Inicié un bello diálogo con ella y me di cuenta que desde allí empezaba a construir me propia imagen, mi propia historia. Así nacieron mis retratos, esa búsqueda de mi propia imagen a través de miembros de mi familia: mis abuelas, mi madre, mis tías, mi hija, mis sobrinas, mis nietas y muchas amigas y amigos queridos.

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“Lorsque l’on a beaucoup marché, il faut s’arrêter pour laisser a l’ame le temps de nous rejoindre…” 10

Por Adela Tobar Eastman

Ngo Semzara Kabuta

Es una manera de dejar huellas en forma amplificada. Se hace siempre en forma amplificada. Llevamos los hilos de los ancestros, hablando de lo bueno y lo malo, amplificándolo todo.. Así volvemos al Creador de la Vida. Es una auto alabanza pero no del ego sino de la fe en las cualidades propias.


Mi Kasala Yo soy la que tira la carroza de oro que transporta a mis hijos: los titanes del aire, los dueños del bosque azul, los devotos del fuego, los cuidadores de pájaros, ovejas, rosas y jazmines. Mi padre, el que me enseñó a soñar y a mirar mis manos y las almas, tenía la cabeza muy grande y la nariz larga. Sus ojos miraron tantas vidas, vivieron tantas muertes, y su palabra era dulce y dura, a la vez. Mi madre, dueña del color de la vida y del silencio, dueña del rocío y del viento. Sembradora de risas y hortalizas. La Tierra se abría para dejarla pasar . Yo soy la hija del amor apasionado, de la lucha entre la razón y el arte, de la voz dura y las caricias dulces, de la cordura y la locura. Mi abuelo grande y generoso no me conoció pero yo robé sus ojos y sus manos, y su corazón es mío. Mi abuela cabalgaba por la noche y miraba todo en azul con bellos ojos de animal salvaje. Y yo, con mis manos abiertas aprendí el amor y la alegría, entendí el dolor y la miseria del talento olvidado, acompañé a los perdidos mostrándoles sus dones, y los vi crecer como seres de luz. Soy como una vaca generosa y buena. Desde mi silencio y quietud miro y aprendo. Conozco la misericordia y el perdón, conozco la fascinación de la locura, en ella me metí hasta los huesos, venciendo miedos y amenazas, defendiendo huracanes, enfrentando sentencias. Soy la heroína de mi historia, la reina de mi nido construido en el pasto, soy la bailarina de mi danza libre y abierta. Mis gatos, mis perros, mis pájaros, mis árboles son mi sequito real, ellos cuidan mi coreografía sagrada y escuchan absortos la música que viene del lejano páramo donde tengo mi palacio de viento y paja. En el frio albergo mis temores, con la lluvia escucho melodías lejanas. El sol invade mi vida privada y las sombras son guarida de mi luz.

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Tia Lucha 68 cm x 55 cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


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Patricia 65 cm x 55 cm Pastel seco sobre carton piedra Santiago, Chile


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Tia Lolita 70 cm x 55 cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


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Como abrir el Concierto de Aranjuez en mucha lluvia aparecen de uno en uno, los rostros de los mundos meridianos de Adela. Rostros distintos en el tiempo, rostros angulosos, algunos geométricos, con rasgos exagerados. Trazos grandes y una construcción de colores en cada retrato, semejante a la construcción del sueño, o de la ensoñación: hojas verdes, pájaros, hortensias, castañuelas… sombreros… Lejos de creer que la complejidad del retrato se puede resolver en palabras, los retratos señalan un tiempo, un momento en el recorrido, talvez un instante en la luz para ver lo que queremos ver y para recordar lo oculto. Ahí está la Abuela, con toda la elegancia de una época, en líneas duras, en blanco y negro; luego la Madre en una propuesta de belleza y vida, Y siguen, como en una mágica alusión, rostros de mujeres con trasfondo verde, de verdes hojas,ojos grandes, agrandados, como en otra dimensión del tiempo. El diseño de sombreros grandes, boinas, pájaros azules, plumas complementan cada escena. Rostros apegados a la alegría, a pesar de la muerte; rostros separados de la memoria solo por la hojarasca moviéndose atrás de cada mirada. Así va cada uno de los retratos marcando un espacio, anotando una historia, anotando un poema.. un poema no dicho, no hablado. Y los pinceles que juegan con agua, sombra, color. Y movimiento, atrapando los rasgos más profundos de mujeres bajo las aguas claras. Por Milagros Andrade Heymann


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Pichusa 70 cm x 55 cm Pastel seco sobre carton piedra Guayaquil, Ecuador


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Lucia 70 cm x 55 cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


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Nancy 68 cm x 55 cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


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Berta 70 cm x 55 cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


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Eulalia 66 cm x 50 cm Pastel seco sobre carton piedra Santiago, Chile Derecha: Lolita 60 cm x 50 cm Pastel seco sobre carton piedra Buenos Aires


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Juliette 50 cm x 40 cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


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Amelie 60 cm x 50 cm Pastel seco sobre carton piedra Nigeria


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Marieta 68 cm x 55 cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


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Elisa 72 cm x 55 cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


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Sofia 60 cm x 50 cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


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Mama Maria 75 cm x 63 cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


Por Anne Sibran Cuando miro los retratos de Adela, me siento irresistiblemente conducida hacia los ojos. Estos me magnetizan. Cada vez sucumbo en ellos. Ante todas esas caras, esas espaldas, esas narices, esas ropas, lo que veo son las miradas. Tienen algo misterioso. -Qué es lo que ofrecen estas pinturas? Ella las pinta parecidas e indeciblemente diferentes? -Qué es lo que me llega, lo que me toca y me anonada? 30

Creo que es la infancia, la parte intacta de cada uno de nosotros; una mezcla de perfecta desenvoltura y de discreta fantasía guardada, escondida en el hilo de los años y que ella lo exhuma no sé cómo. Esas adultas llevando ropajes, collares de perlas, pañuelos de seda que guardan, en la profundidad de la pupila, el brillo de las primeras veces de andanzas locas, de lo que ya se perdió. Falsos ninios buenos atrapados entre dos fuegos. Además, mirándolos de cerca, los elementos que integra en sus retratos son todos prestados de una poesía pintada de excentricidad y de onirismo profundo. Las flores gigantes, la aparición de un gato, cuando no son los inverosímiles sombreros. Cómo lo hace, cómo encuentra esta gracia en cada uno, a veces también una melancolía discreta, una nostalgia? Porque se debe a una agudeza particular, a un don muy singular, para pescar esos secretos en el fondo, detrás del biombo de las caras. Más allá de su innegable talento de pintora, conozco bastante a Adela para saber que no hace sino buscar en los otros lo que ella lleva en sí cada instante: la intensidad de una jovencita. Ella es de aquellas personas que responden a la invitación de lo inesperado, mirando una flor como una persona, bailando una alegría.


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Mama Rosarito 75 cm x 54 cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


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Adriana 70 cm x 60 cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


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Angelita 68 cm x 55 cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


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Dolores 65 cm x 50 cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


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Violeta 68 cm x 50 cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


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Camilla 70 cm x 60 cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


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Consuelo 68 cm x 50 cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


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Celina 60 cm x 50 cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


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Nina 60 cm x 50 cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


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Natalia,Celia y Emma 65 cm x 50 cm Pastel seco sobre carton piedra Sidney, Australia


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Alegria 73 cm x 54 cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


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Coco 65 Cm x 50 cm Pastel seco sobre carton piedra Tunquen, Chile


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Tio Patricio 70 cm x 55 cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


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Carola 60 cm x 50 cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


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Adriana 65 cm x 55 cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


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Marta 70 cm x 55 cm Pastel seco sobre carton piedra Vitoria, Espa単a


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Cora 75 cm x 60 cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


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Marisol 65 cm x 50cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


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BelĂŠn 65 cm x 55cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


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Fabiana 72 cm x 58 cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


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Maria Leonor 75 cm x 60 cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


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Paula 65 cm x 50 cm Pastel seco sobre carton piedra Santiago, Chile


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Emma 75 cm x 54 cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


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Natalia , Celia, Emma 66 cm x 52 cm Pastel seco sobre carton piedra Sidney, Australia Marta 65 cm x 50 cm Pastel seco sobre carton piedra Oslo, Noruega Nicolas 65 cm x 50 cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


Felipe 65 cm x 50 cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador Emma Dagmar 75 cm x 63 cm Pastel seco sobre carton piedra Tanger, Marruecos Sarita 60 cm x 50 cm Pastel seco sobre carton piedra Santiago, Chile

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Rosario 72 cm x 60 cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


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Maria Ines 73 cm x 60 cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


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Carmencita 65 cm x 50 cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


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Camila 70 cm x 55 cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


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Estefania 72 cm x 52 cm Pastel seco sobre carton piedra Guayaquil, Ecuador


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Claudia 60 cm x 50 cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


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Eulalia 70 cm x 55 cm Pastel seco sobre carton piedra Madrid, Espania


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Carolina 65 cm x 55cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


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Genaro 65 cm x 55 cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


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Maria Victoria 68 cm x 55 cm Pastel seco sobre carton piedra Madrid, Espania

Lizzy 75 cm x 60 cm Pastel seco sobre carton piedra Guayaquil, Ecuador


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Andrea 75 cm x 60cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


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Julia 70 cm x 55 cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


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Maria Luisa 68 cm x 50 cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


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Virginia 68 cm x 55 cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


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Paz y Steve 70 cm x 55 cm Pastel seco sobre carton piedra Santiago, Chile


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Didier y Anne 75 cm x 55 cm Pastel seco sobre carton piedra Cahuasqui, Ecuador


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“La primera vez que vi algunos retratos de Adela Tobar me llamó la atención una cierta ironía que se escapaba del conjunto. Un delicado contraste entre los rostros de mirada penetrante, y un entorno, en su mayoría, lleno de color, donde no faltaba algún elemento inesperado como un pájaro del color de las uñas de la retratada o un perro de mirada dulce me hicieron volver y volver a observarlos. Reconocí luego algunos miembros de su familia quienes a más de ofrecerse como modelos iban conformando una pequeña historia en donde la artista plasmaba el paso del tiempo, bien sea por medio del vestuario, o por una fina sutileza en los gestos escogidos para cada uno de los retratos. Pienso como una manera personal de encontrarse, de reconocerse, de recrear su entorno. ¡Bien por ella! Y por el testimonio que va dejando. Todos tienen un rasgo común en el uso del color e incluso del blanco y negro. Acompañan y trasmiten algo de la personalidad que Adela capta en el modelo. Ella logra una armonía entre el rostro, el color y el detalle.” Por Lucia Arizaga


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Yolanda 75 cm x 55 cm Pastel seco sobre carton piedra Espa単a


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Elina 75 cm x 60 cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


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Fernanda 68 cm x 55 cm Pastel seco sobre carton piedra Londres, Inglaterra


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Beba 65 cm x 55 cm Pastel seco sobre carton piedra Santiago, Chile


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Carmelina 65 cm x 50 cm Pastel seco sobre carton piedra Vitoria, Espa単a


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Coucha 55 cm x 45cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


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SofĂ­a 65 cm x 55cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


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Maria 70 cm x 55 cm Pastel seco sobre carton piedra Santiago, Chile


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Elizabeth 68 cm x 50 cm Pastel seco sobre carton piedra Espa単a


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Carole, Georges y Dylan 65 cm x 50 cm Pastel seco sobre carton piedra Portugal

Angelica 65 cm x 50 cm Pastel seco sobre carton piedra Ginebra, Suiza


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Karla 75 cm x 55 cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


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Giovanni 65 cm x 55cm Pastel seco sobre carton piedra Santiago, Chile izquierda: Blanca 50 cm x 45cm Pastel seco sobre carton piedra Santiago, Chile


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Pilar 70 cm x 55 cm Pastel seco sobre carton piedra Vitoria, Espa単a


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Ana Maria 60 cm x 50 cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


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Nicolas 72 cm x 50 cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


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Lulita 60 cm x 55 cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


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Margarita 68 cm x 55 cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


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Andrea 60 cm x 50 cm Pastel seco sobre carton piedra Alemania


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Martin 65 cm x 50cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


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Ninos Bulteau 1 mt x 60 cm Pastel seco sobre carton piedra Francia


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Hermanos Perez 70 cm x 55 cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


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Karen 68 cm x 55 cm Pastel seco sobre carton piedra EE.UU.


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Dorotea 55 cm x 45 cm Pastel seco sobre carton piedra Quito-Ecuador

Ver贸nica 55 cm x 45 cm Pastel seco sobre carton piedra Quito-Ecuador


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Irina 65 cm x 50 cm Pastel seco sobre carton piedra Vitoria, Espa単a


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Blanca 68 cm x 50 cm Pastel seco sobre carton piedra Santiago, Chile


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Agnes 65 cm x 50 cm Pastel seco sobre carton piedra Estocolmo, Suecia


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Dayuma 68 cm x 55 cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


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Goya 70 cm x 60 cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


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Delita 60 cm x 50 cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


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Maria Luisa 70 cm x 55 cm Pastel seco sobre carton piedra Santiago, Chile


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Yo soy el canto de la mujer en el viento, Yo soy el aliento dulce de una mariposa cuando aletea en la flor del manzano. Yo soy el silencio del follaje, la canción del pasto, la golosina de la hormiga. Yo soy el movimiento lento de una oruga, El pálpito del corazón del sauce, Yo soy la hija del viejo tronco de raíces fuertes, palpitantes y dolidas, y soy el barro a la orilla del río y el reflejo de la luz en el agua. Yo soy la amante eterna, la de los pies desnudos y el corazón ardiente y generoso. Soy la madre y abuela de bellos caminantes de la Tierra. Soy el perfume de una flor que se abre. Por Adela Tobar Eastman


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Adela 75 cm x 54 cm Pastel seco sobre carton piedra Quito, Ecuador


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1963-64 Histoire de l Art, L’Asomption, Finishing School, Paris 1964-65 Historia del Arte, Universidad Complutense de Madrid 1964-65 Escuela de Cerámica Moderna, Madrid 1965 Taller de pintura del Profesor Carlos Rodríguez, Quito 1965 Taller del ceramista y escultor Prof. C. Maldonado, Quito 1970 - 1972 Taller del pintor Oswaldo Viteri, Quito 1972-73 Taller de artista Delia Duhau, Quito 1972-73 Taller de Grabado de Kurt Muller, Quito 1973-1977 Licenciatura en Literatura y Lingüística. Instituto de Lenguas, Departamento de Francés, Pontificia Universidad Católica de Ecuador, PUCE. 1982- 84 Taller de Pintura de Elizabeth Nagel, SanTiago Chile 1984-86 Taller 99 de Grabado del artista Nemesio Antúnes, Santiago Chile 1984-86 Taller de pintura de la artista Gracia Barrios, Santiago Chile 1987-95 Taller de pintura del artista Francisco Corcuera, Santiago Chile 1996-97 Curso de Ilustración Botánica, Universidad Católica de Ecuador, PUCE, con el Maestro Patricio Vélez 1997-99 Taller de Grabado Estampería Quiteña 1997-2002 Taller de dibujo y pintura de la artista Dolores Salgado, Quito 2002-2003 Taller de Grabado de la grabadora Clarita Hidalgo, Quito 2006-2007 Taller de Grabado de la artista Roser Salas Noguera, Barcelona 2006-2007 Taller de Dibujo Botánico del Ilustrador botánico Joaquim Conca y Grau, Barcelona .

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1973 – 74 Programa de Planificación Operativa de Naciones Unidas ante la Junta Nacional de Planificación. Quito Ecuador 1974 – 75 Encargada de la Difusión. Agregaduría Cultural y de Cooperación Técnica, Embajada de Francia. 1974 – 75 Profesora de Francés. Colegio Francés de Quito Ecuador 1974 – 75 Profesora de Francés , Universidad Católica de Ecuador, PUCE 1974 – 75 Profesora de Español para extranjeros, PUCE. 1975 – 76 PAHO-OMS, Programa de Bienestar Familiar, Ecuador 19767 - 77 Responsable de la Campaña de Tarjetas de Navidad de UNICEF, Ecuador 1977 - 78 Coordinadora de Programas de la UNICEF, Ecuador 1983 - 85 Gerente de “Librería Altamira”, Santiago de Chile 1987 – 1992 Agregada Cultural de la Embajada de Ecuador en Santiago, Chile 2010 – Profesora de Dibujo Botánico. Cursos Abiertos de la Pontificia Universidad Católica de Ecuador, PUCE. 2011 - Profesora de Dibujo Botánico. Cursos Abiertos de la Pontificia Universidad Católica de Ecuado, PUCE.


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1987 - Exposición colectiva de Grabadores Taller 99. Galería del Cerro, Santiago de Chile 1988 - Exposición de Fotografías “Rincones Andinos de Ecuador”. Museo de Santiago. Chile 1990 - Exposición de Fotografías “Una Ventana al Ecuador”. ] Museo de Bellas Artes de Valparaiso. Chile. 1990 – Exposición de retratos en La Galería, Quito Ecuador 1991 – Exposición colectiva en Embajada de los Estados Unidos, Santiago de Chile 1992 - Exposición de retratos “Dear Faces”, Galería del Cerro. Santiago de Chile 1994 – Exposición colectiva de pintura. Galería MS. Quito Ecuador 1997 - Exposi ción de Ilustraciones Botánicas. Galería de UNESCO. Quito Ecuador 1997 - Exposición de Retratos. Instituto Italo Latinoamericano. Roma Italia 1998 – Exposición de Retratos. Galería MS. Quito Ecuador 1998 - Exposición de Retratos. Instituto Cultural Mexicano. Viena Austria 1998 – Exposición de Retratos. Escuela Internacional de Negocios. Budapest Hungría 1999 - Exposición colectiva de pintura pequeño formato. La Galería. Quito Ecuador 1999 - Pinturas de Plantas. Galería Arte Espacio. Cumbayá Ecuador. 2003 - Exposición de pinturas “ Rebaños de Vacas y Ovejas”. Galería González Guzmán. Quito Ecuador. 2003 - Exposición de Fotografías de Indochina. Alianza Francesa de Quito Ecuador 2004 - Exposición de Fotografías de Vietnam y Cambodia. Alianza Francesa de Cuenca 2005 - Exposición de Fotografías de Indochina. Alianza Francesa de Lima Perú 2007 – Exposición de Dibujos Botánicos y Grabados. Galería NIL. Barcelona 2007 - Exposición colectiva. Dibujos Botánicos. Galería Ileana Viteri. 2010 - Exposición de 50 Dibujos Botánicos de cuatro regiones de Ecuador. Instituto Cultural Las Condes. Santiago de Chile. 2011 - Exposición de 60 Dibujos Botánicos de cuatro regiones de Ecuador. Centro Cultural de la Universidad Católica del Ecuador. PUCE.

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1996 – Publicación Colectiva. DIBUJOS DE PLANTAS 2010 - Colaboración con las ilustraciones de la Guía “ Wild Plants in the Dry Valleys around Quito” de Catalina Quintana. 2010 – Publicación del Catálogo DIBUJOS DE LA FLORA ECUATORIANA.

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Mis agradecimientos al Licenciado José Nevado de la Torre S.J., Director del Centro Cultural de la Pontificia Universidad Católica, y a Gaby Costa, Coordinadora del mismo, por el inmenso apoyo y entusiasmo entregado para la realización de este proyecto.

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Mis agradecimientos a mis amigas Mariana Acosta de Jijón-Caamaño, Marcia Simon y Anne Sibran, por su tan valiosa colaboración y asesoría. A Belén Mena por el hermoso diseño del libro. Por último, agradezco a la Vida por mis antepasados, mis padres, hermanos, amigos y seres queridos. Especial agradecimiento merecen mis hijos y nietos, con quienes he compartido la elaboración de mi trabajo y de quienes he recibido todo tipo de críticas positivas y estimulantes.

Adela Tobar Eastman




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