Pedro A. Méndez
Centro de Convenciones y Cultura Dominicana UTESA
Nacido en Azua de Compostela, República Dominicana en 1949, profesor de escultura a nivel universitario. Cuenta con más de 40 años como docente de educación artística en universidades, academias y talleres de artes. Más de 30 exposiciones individuales y decenas de colectivas a nivel nacional e internacional. Sus obras se han exhibido en Curazao, Cuba, Puerto Rico, Costa Rica, Venezuela, Estados Unidos, Italia y Alemania. En 1986 participó en el primer Simposio Iberoamericano de escultura.
El Centro de Convenciones y Cultura Dominicana, fundado el 23 de abril del año 2018, en la ciudad de Santiago de los caballeros, República Dominicana, ha sido creado para contribuir, a través de los ejes educativos, artísticos y culturales, al desarrollo, a la expansión de la provincia y el país.
Sus obras han sido seleccionadas en diferentes bienales nacionales. En 1981 gana el primer premio en la bienal del concurso de artes Eduardo León Jiménez, en la ciudad de Santiago. Además, otros conocimientos por sus aportes a la escultura en distintas regiones del país. En Puerto Rico recibió un reconocimiento por su trabajo en torno a la Virgen de Guadalupe y una de sus obras fue distinguida con el sello a la excelencia otorgado por la UNESCO.
Su misión es incentivar la comprensión, valoración y apropiación consciente de los bienes tangibles e intangibles propios de la cultura dominicana, a través de su divulgación, educación y puesta en valor, a fin de impulsar la preservación y edificación de la identidad nacional. Unos de sus objetivos principales es el de ofrecer un entorno expositivo permanente y temporal de carácter didáctico e interpretativo, que despierte la creatividad y la sensibilidad por la identidad dominicana.
Rostros de Madera y Metal Desde sus inicios en el campo de la escultura, Méndez se inspira en su entorno comunitario en la provincia de Azua, el cual le aporta los referentes a su incipiente carrera. Sin proponérselo, el artista hace un homenaje a su trayectoria y con aire retrospectivo crea una colección en la que reaparecen aspectos como la policromía de las tallas. Con Rostros Pura Esencia, no solo revive el arte en su oficio de la escultura, sino que con sus rostros de madera y metal, Méndez aporta información contundente sobre el oficio sistemático y creativo del artista, arrastrando unos paralelos etnográficos que permiten ver como éste, a través las artes visuales, se ha ido desarrollando en distintas regiones del país.