__________________________________________________________Versos para descreídos
Yo confieso
Todo empezó con un hurto. Se llamaba Ivanhoe y procedía del idealismo de Walter Scott. Recuerdo que cayó en mis manos y ya nunca regresó a la biblioteca del colegio. Es lógico, ¿quién podría renunciar a los cuidados de Rebeca? No me quedan remordimientos. El tiempo lo cura todo y han pasado veinticinco años. En mi defensa, alego que me lo quedé para protegerlo: es el único libro que ha sobrevivido a todas mis mudanzas.
_________________________________________________________________
Letras robadas. Martínez Clares, 2012.
69