Adviento: Preparación para la Venida de Cristo

Adviento: Preparación para la Venida de Cristo

En el ajetreo y el bullicio de las semanas anteriores al día de Navidad, a menudo es difícil en este mundo secular detenerse y reconocer el Adviento como un período de preparación, oración y renovación de la fe. Y, sin embargo, tomarse el tiempo para evaluar nuestras vidas, arrepentirnos y volvernos completamente al Señor es exactamente de lo que se trata la temporada de Adviento, porque solo al hacerlo podemos preparar verdaderamente nuestros corazones y almas para la venida de Cristo.

“El Adviento es un momento para poner nuestra vida en orden y planificar nuestras resoluciones para el Año Nuevo,” dice el P. Paul Key. “Es realmente una temporada para prepararnos para la segunda venida de Cristo, y todos los días deberíamos vivir a la luz de la segunda venida de Cristo. Por lo tanto, el Adviento es tanto un tiempo de examen de conciencia, arrepentimiento y reorientación.

Tradicionalmente, los católicos se han abstenido de decorar o celebrar la Navidad hasta la cuarta semana de Adviento. P. Paul anima a los feligreses a observar este período de autoexamen de la misma manera. También espera que todos los miembros de San Bonifacio vengan a recibir el Sacramento de la Reconciliación cuando se ofrezca en nuestra parroquia.

Durante el mes de diciembre, la Iglesia también celebra dos días festivos importantes relacionados con la Santísima Madre: su Inmaculada Concepción el 8 de diciembre y Nuestra Señora de Guadalupe el 12 de diciembre. Como católicos evaluando las formas en que estamos viviendo nuestra fe día a día, no podríamos pedir un mejor ejemplo.

“Hay un fuerte énfasis en la presencia y la gracia de la Santísima Madre durante el Adviento,” dijo el P. Dice Paul. “Ella dijo: ‘Sí, hágase en mí según Tu Palabra’, y esa debe ser la forma en que pensamos: ‘Déjame hacerlo según Tu Palabra’. Ella está allí como símbolo de santidad y castidad.”

Estemos enfocados en el increíble regalo de tiempo que el Adviento nos ofrece a todos y cada uno de nosotros, para que podamos entrar más plenamente en la obra de salvación.

“Primera de Timoteo 2: 4 nos dice que Dios desea que todos los hombres se salven,” dice el P. Paul. “Nada imperfecto puede entrar al cielo, así que una temporada como esta es un regalo porque nos permite prepararnos, poner nuestra vida en orden para ser salvos, con las iniciativas de Cristo que dio su vida y de su madre, María. Hace posible la salvación.”