Fanzine: El cuerpo en que nací, escritura corporal

EL CUERPO EN QUE NACÍ Escritura corporal

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El cuerpo en que nací, escritura corporal Primera edición en CDMX, marzo 2022.

Textos escritos e ilustrados por: Edna Lira, Julieta Alicia Córdova Paniagua, Karla Moreno, Liliana Ramírez Muñoz, Liliana Ortiz Palacios, Talía GyG, Verónica Juárez Prado y Zulhy Palacios Edición: Caro Yeye

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el cuerpo en que nací, escritura corporal

Editorial Somos mucho más que un cuerpo, pero a la vez, nuestro cuerpo es todo con lo que llegamos y nos vamos de este mundo.

Objetivar nuestros cuerpos ha provocado que sean considerados territorios de conquista, de dominio y de control sobre nosotras. Hoy decimos que NO es así, porque son habitados por mujeres que sueñan, viven, sienten, trabajan, construyen, crean y cambian el mundo. Somos mucho más que huesos, músculos, complexión, piel.

Los textos que integran este fanzine fueron elaborados, durante el taller de Escritura autobiográfica rumbo al #8M, por mujeres de diferentes perfiles profesionales que se dieron la oportunidad de reconocerse a través de la escritura.

Si bien, el nombre del taller hace alusión a escribir una autobiografía, el enfoque de éste fue hacia la reflexión y reconocimiento de nuestros cuerpos.

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Y es que nuestros cuerpos sienten el calor y el frío, reciben las críticas y los halagos, nos llevan, nos traen, suben, bajan, cargan, sienten, viven y son la vida misma.

Amar nuestro cuerpo es un proceso difícil pero necesario, la sociedad, los medios de comunicación y el sistema patriarcal nos dicen que nunca seremos perfectas ni suficientes. Nosotras al reconocernos y aceptarnos damos un paso más hacia el amor propio.

Mi admiración y gratitud a las mujeres que llenan estas páginas y a las que tomaron el taller, porque no sirve de nada que haya espacios para mujeres si éstos no son ocupados por ellas. Gracias por compartir, con otras morras, un cachito de su vida.

Mis labios besan, pero también gritan y se tuercen cuando algo no me gusta.

Con mi cuerpo soy, a veces con alegría y otras con miedos.

Soy mi cuerpo Soy mi alma Soy lo que ven los demás, y soy más que eso.

Caro Yeye.

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E D N A LIRA El cuerpo en que nací Cuando trazo el cuerpo en que nací, poco se parece al cuerpo que se adapta a mis distintas edades.

El cuerpo en que nací era pequeño y frágil: mi madre cuidaba que no me rompiera un brazo o que me descalabrara. Cualquier golpe podría haber sido mortal.

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El cuerpo en que nací era poco tan andrógino que podía ser un él o una ella: lo único que me distinguía de los demás era mi sexo, porque ni yo sabía si era niña, niño o niñe.

Poco a poco, el cuerpo en que nací se ha ido amoldado a mis anchos huesos y a mis energéticos sentimientos.

Mi cuerpo son mi espalda fuerte y ancha, mis piernas largas y duras, mis brazos gruesos y directos. Ese cuerpo golpea sin vacilar en combate.

Mi cuerpo también son mis pies, mis manos, mis ojos, mi boca y mi nariz, con ellos mi alma siente y extiende emociones a otros cuerpos del camino.

Aunque reconozco que mi cuerpo es creación universal, engendrado de la paciencia de una mujer resistente y a su semejanza, mi cuerpo es aquella idea transformada en lo que veo, siento, escucho y saboreo.

El cuerpo en que nací es el cuerpo que habito, el cuerpo que me soporta, el cuerpo que me cuida, el cuerpo que se aventura, el cuerpo que necesito en esta vida.

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El cuerpo en qué nací Es mágico e impresionante, me ha permitido amar, bailar, explotar y sentir.

No siempre las sensaciones son agradables pero el cuerpo sigue, no se va (afortunadamente, porque al irse, se acaba el viaje, termina el mundo), me acompaña y me fortalece; sé que no siempre lo he tratado como la "naturaleza lo espera*, aun así sigue, me enseña en cuerpo y fluidos, lo que es alimento para el alma y el pensamiento.

A veces pienso ¿Qué es más importante, lo intangible o tangible?, la ciencia dice que lo tangible, entonces ¡Claro que es el cuerpo! ¡Eso es visible, contable! Nadie lo niega.

Pero si es el pensamiento (o el alma como queramos llamarle), qué gracioso, también el cuerpo lo acompaña, se manifiesta; en el placer extasiante o tención agobiante, una simple sonrisa sin razón aparte, o aquella mueca de la que no te das cuenta, pero que sin duda se muestra.

O aquella rigidez en los músculos que acompaña la angustia real o ficticia, que se siente e impacta en los pensamientos que se quiebran.

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JU Lia lis 8

KARLA MORENO

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El cuerpo en qué nací El cuerpo en que nací… ojos grandes “mis ojos” como me dice mi madre, ojos de mujer que me permiten ver un cielo nocturno.. mirada de mujer, cuerpo que gestó vida, casa y territorio, mi sostén, mi sed y mi camino… mi cuerpo que acaricia, que resiste, que me abraza y me acompaña.

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El cuerpo en que nací es muy afortunado, ha tenido la oportunidad de vivir experiencias, conocer lugares, sentir, saborear, disfrutar. Me ha acompañado en distintas etapas y momentos de mi vida. Me ha sorprendido su fortaleza y resistencia tanto en la salud como en lo emocional. Me ha recordado que es mi territorio y debo conservarlo, alimentarlo, consentirlo y trabajar en él. Ha sido cómplice y me ha acompañado en lo que más me gusta hacer, pero también en descubrir cosas nuevas. Y aunque en ocasiones no me siento completamente a gusto con él, trabajo en ello y le agradezco por ser mi único acompañante y quien me permite disfrutar y desempeñarme en todo lo que quiero hacer en este camino de la vida.

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Z E L T Z I N LILIANA 12

LiRaMu

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El cuerpo en que nací me ha ayudado a soportar momentos muy complicados y difíciles, de hecho me ha gritado que por favor pare, respire, piense y actúe. Sabe de qué forma expresarse cuando ya está agotado, pero también ha estado en los momentos más felices, ésos que deseas nunca se acaben, también sabe cómo gritarme y decirme ¡No pares!

Esto me hace muy feliz, sigamos disfrutando juntas.

Cuando pensaba que no lo amaba se hizo presente, no se canso hasta escucharme decir "¿Qué pasa, que necesitas?" Y fue cuando lo pude ver de pies a cabeza y pensé "¡qué bello eres, te voy a cuidar desde adentro, sé que eso te hará más feliz!", desde entonces lo cuido y nunca ha dejado de ser mi soporte, hoy estoy agradecida porque amo su forma de gritarme cuando desea que pare o siga.

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al t a n U

El cuerpo en que nací lo llevo a todos lados.

Lo he llevado a lugares en los que no se siente cómodo y hace lo posible por comunicármelo. Ya sea encogiéndose de hombros, con dolor en las nalgas y espalda por estar mucho tiempo en la misma posición.

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El cuerpo en que nací se ha enfermado e infectado más de una vez. Por compartiste en ambientes muy fríos o por estar muy caliente.

El cuerpo en que nací comparte cama conmigo. Asiste a terapia y se sabe todos mis secretos. De vez en cuando me acepta una pieza de baile.

El cuerpo en que nací me contiene y se encarga de hacerme sentir en lugares particulares las variadas emociones. Por ejemplo, sabe que la decepción se siente en la boca del estómago. Sabe que los nervios los siento en la boca. Sabe que la alegría me gusta sentirla como hormigueo en las piernas.

El cuerpo en que nací mentiría si dijera que a veces no se maneja solo. Tampoco me molesta que lo haga.

El cuerpo en que nací me dice que nací en él y es lo que hay.

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r e v oj

e z r á u

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El cuerpo en que nací Está lleno de amor, tal como es lo acepto, admiro y respeto.

Pero ésta no es una frase con la que me sienta cómoda sin antes pensar que mis manos eran arrugadas y feas, mis pies con deditos muy gorditos y pequeños y mi espalda muy ancha.

A veces lo sigo pensando; pero miro todos los caminos y huellitas que he dejado, las maravillas que hacen mis manos, lo capaces que son mis pies para llevarme a lugares que jamás pensé que llegaría y el soporte firme de mi espalda para seguir trabajando en lo que amo y se me pasa.

Prometo escucharlo, darle descanso cuando me lo pida y no ser tan dura con él cuando me siento triste.

Me quiero mucho

♥

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El cuerpo en que nací. ¿Sabes que te amo? Eres a quien más exijo y quien mejor cumple con eso y más. Eres quien me sorprende día a día, quien se supera sin quejarse. Estoy orgullosa de ti, de nuestro camino juntas, de tu grandeza y fortaleza. A veces me culpo demasiado porque no te agradezco lo suficiente, pero valoro muchísimo todo lo que haces por mi.

Yo sé que hemos tenido tiempos en los que te he llegado a odiar y no logro aceptarte. Momentos en los que te miro y no entiendo por qué hay tantas imperfecciones en ti, pero estoy tan feliz que el día de hoy te veo e incluso viendo aquello que no me gusta de ti y que aún busco mejorar, te amo y quiero abrazarte y apapacharte.

Ha sido difícil cuando los demás no te han aceptado, pero qué terrible cuando yo misma te he juzgado, quitándote mi amor y aceptación. He visto muchas veces un caos en ti, pero no entendía que ese caos es lo que nos hace ser nosotras, lo que nos hace fuertes y únicas.

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Cada día intento mejorar y aprender y eso incluye cuidarte, valorarte y respetarte.

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