La política neoliberal en educación y la defensa de la educación pública estatal

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LA POLÍTICA NEOLIBERAL EN EDUCACIÓN Y LA DEFENSA DE LA EDUCACIÓN PÚBLICA ESTATAL. Fernando Arias g Director CEID SER Desde hace varias décadas los sistemas de Educación Pública en el mundo han venido siendo reformadas de acuerdo a la lógica neoliberal y a los intereses de los grandes capitalistas que ven en éste un inmenso mercado y negocio a partir de los presupuestos que destinan los Estados y las familias para tal fin: “La OCDE ha estimado el volumen anual del supuesto “mercado educativo” en el Reino Unido, en 25.000 millones de libras esterlinas, el estadounidense en 740.000 millones de dólares y el mundial en 2 billones de dólares.... Entre el 2 y el 5% de toda la fuerza laboral mundial está empleada como docente. Los funcionarios del Banco Mundial decían a los 150 asistentes a un evento para mostrar a grandes inversionistas en el negocio de la Educación en el tercer mundo, en junio de 1999, en Washington como estas: “Si usted toma el presupuesto público de cualquier país, está gastando no menos del 1% en realizar pruebas eso significa que a nivel mundial, hay un poco más de un billón de dólares anualmente gastados en realizar pruebas y evaluar personas jóvenes alrededor del mundo”1 Para alcanzar los objetivos de privatizar y mercantilizar la Educación Pública, los gobiernos imperialistas como EEUU e Inglaterra con el papel cómplice de los gobiernos neoliberales en los países dependientes han desatado una ofensiva ideológica cuyo propósito es desmontar las funciones sociales del estado, cuyas actividades pasan a ser asumidas por empresas transnacionales y nacionales privadas. En este sentido, las propuestas educativas neoliberales tienen su sustento ideológico y filosófico en Friedrich Von Hayek, quien en su obra emblemática dedicada a la instrucción plantea como un derecho de la infancia el recibir unos conocimientos básicos, dominar algunas técnicas como leer y adquirir algunos valores básicos para la convivencia. En su propuesta educativa Hayek piensa que estos aspectos se realizan mejor a través del libre juego de la competencia y que los conocimientos y habilidades son un supremo bien por el cual cualquiera pagaría un precio. En cuanto al papel del Estado Hayek acepta como un mal menor que haya una instrucción pública con carácter obligatorio, mínimo, financiado por éste, pero cuestiona sin embargo que sea el mismo estado el que la organice y administre, ya que ni los burócratas ni expertos deberían imponer valores y creencias que ponen en riesgo la libertad individual. En su visión de la Educación se opone a que el estado por razón de equidad, igualdad, justicia, promueva el acceso de un grupo seleccionado de jóvenes a MIÑANA, BLASCO, Carlos y Otro: La Falacia Neoliberal Crítica y Alternativa. Universidad Nacional de Colombia. Pág 299 1

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una Educación diferente (superior, especial, etc), ni asumir costos diferenciales para diferente clases de niños (discapacitados, superdotados, con dificultades de aprendizaje) porque con esto se produce mayor desigualdad e injusticia. Este planteamiento es coherente con la concepción neoliberal que considera natural y no producto de la sociedad, el que haya diferencias económicas, culturales, entre los hombres y naciones. En este enfoque en la competencia, mientras los más aptos sobreviven los menos aptos pierden. Milton Friedman, discípulo de Hayek, plantea cambiar el subsidio a la oferta por el subsidio a la demanda, entregando a los padres unos vales, bonos, cheques escolares, para que escojan la institución escolar de sus hijos. De otro lado de lo planteado por Hayek en la década del 60, se desarrolló la teoría del capital humano que estableció una relación entre el sistema educativo y el sistema económico, en término de productividad y recuperación de la inversión, fortaleciendo una visión economista, funcional y utilitarista de la Educación. Tres décadas después CHUBB y MOE, afirman que las escuelas públicas pueden mejorar únicamente si sustituye el actual control democrático por un sistema de mercado de las opciones educativas. Las escuelas funcionan mejor, si se manejan como empresas privadas regidas por la elección del consumidor. La característica del neoliberalismo es proponer una visión económica, ligada a la primacía del mercado como la forma más adecuada y legítima de orientar la decisión en el campo educativo. Una tesis ligada a la libertad de mercado es concebir la Educación como un fenómeno económico o privilegiar las visiones economicistas y tecnicistas de la Educación. Esta visión tiene su anclaje en los paradigmas tecnológicos eficientistas como por ejemplo el lancasterismo del principio del siglo XIX y el movimiento de la eficiencia social de principios del siglo XX que se relacionan con el desarrollo y expansión de las sociedades industriales. El papel del funcionalismo es el de mejorar el funcionamiento del sistema en su conjunto y a la escuela le corresponderá fortalecer la integración y la socialización. En síntesis, el neoliberalismo educativo promueve la primacía de la libertad individual entendida como ausencia de restricciones al libre capital y al concebir la Educación como una industria o servicio, desarrolla los siguientes postulados: 1. Hay que favorecer la libre competencia y la desregulación para que las fuerzas del mercado se desarrollen con autonomía. 2. Si se considera que la empresa es el modelo más eficiente y competitivo para organizar la producción y los servicios, en una sociedad de mercado, las escuelas y universidades deben pensarse y organizarse como empresas prestadoras de servicios educativos, los factores del proceso como insumos y la eficiencia y la productividad como criterios principales de decisión. Los resultados del aprendizaje (que hay que medir para 2


poder cualificar y comparar y así estimular la competencia) y el costo por alumno son criterios básicos a la hora de valorar la calidad de las escuelas, las cuales deben competir entre sí para captar a sus clientes o usuarios (padres de familia y alumnos). 3. Por lo tanto, hay que reducir o eliminar los derechos no vinculados ala competitividad, cambiando “privilegios” y derechos adquiridos, tanto por los profesores como por los estudiantes, por estímulos puntuales a la productividad y flexibilizando el mercado laboral educativo (liberar las formas de contratación, estimular la libre competencia entre los profesores). Como la competencia debe ser permanente debe eliminarse privilegios adquiridos y establecerse pruebas y calificaciones estándar en forma periódica para determinar quienes reprueban y salen del sistema educativo y quienes quedan año tras año pendiente de salir por “ineficiente”. 4. La Educación elemental (instrucción básica) obligatoria, consistente en los rudimentos de la lectura y la escritura, de las matemáticas y de algunos valores, no se concibe como un derecho fundamental de los ciudadanos, sino como un mal necesario para que los ignorantes pueden vincularse al mercado, competir y emanciparse de la servidumbre. Los niños y niñas sólo deben recibir una instrucción mínima con unos conocimientos y habilidades a través de estándares mínimos o competencias, pero “aprender a hacer contexto”, términos provenientes de la economía y el mundo laboral. 5. El Estado es un mal necesario que debe minimizarse para no estorbar el libre juego del mercado. El objetivo del neoliberalismo es reducir el aparato estatal a su mínima expresión, sanear las finanzas públicas, privatizar todas las actividades públicas, reducir el gasto social al mínimo necesario para garantizar de manera asistencialista y focalizada el acceso a los sectores más pobres a paquetes de servicios básicos (agua,, saneamiento, salud y Educación básica) 6. Respeto a la universidad, la producción del conocimiento es un negocio, un bien, un producto o una mercancía. El Estado no debe financiar la universidad porque privilegian a los ricos según el Banco Mundial, por lo que debe financiarse a través del aumento de matrículas, programas de extensión y consultoría, eso viene ocurriendo en la UTP de Pereira, a través de programas nocturnos de alto costo. IMPLICACIONES PARA LA PRÁCTICA A partir de la idea central de la Educación como una mercancía, toda una serie de conceptos que provienen de diferentes fuentes teóricas son redefinidas desde el neoliberalismo: Democracia, libertad, igualdad, justicia, mérito, Educación, Estado, público y privado, autonomía, descentralización, calidad, equidad, responsabilidad, participación, competencia, Educación permanente, sociedad educadora, etc. 3


Si convertimos el conocimiento y la instrucción en una mercancía que juega en el mercado, desaparecen los saberes y conocimientos sociales, colectivos, tradicionales; desaparecen las diferentes formas de producir,, circular, y apropiarse del conocimiento, bajo la apropiación privada en forma de patentes y derechos de propiedad como están concebidos en los acuerdos de servicios de la OMC, GATS y el ALCA. A este en el fondo, no le interesa qué es lo que enseña o el tipo de conocimiento que se produce, sino que el negocio de la enseñanza o conocimientos produzcan beneficios económicos para los inversionistas. La verdadera gran enseñanza, el valor supremo del capital, es que todo se compra y todo se vende, que la enseñanza y el aprendizaje son mercancías por las que hay que pagar, que el conocimiento es una mercancía que nada tiene que ver con derechos individuales o colectivos. EVALUACIÓN Y CONTROL COMPLETO Si el que enseña, o el cómo se enseña es algo que en el fondo no interesa, ¿por qué ese énfasis de las políticas educativas neoliberales en una especie de control de los aprendizajes, por qué esa insistencia en las pruebas de competencias, en la evaluación, en los estándares, en las comparaciones de resultados, en los discursos de la calidad y la eficiencia? De nuevo estamos aquí ante un problema de mecanismos del mercado y no de calidad o de pertinencia social. El mercado no se mueve si no hay ventajas, si no hay diferencias que construyan la posibilidad de una ganancia y de una rentabilidad con respecto a otras opciones. Una vez aceptado el hecho de que todos deben competir en un mercado globalizado y que para ello hay que establecer unos estándares –no importa cuáles que permitan y estimulen la competencia, la discusión sobre la objetividad de las pruebas, sobre los aspectos por evaluar y para tener en cuenta son un asunto secundario que en el fondo oculta lo que presupone. Lo de menos es el qué y el cómo evaluar, lo importante es el para qué hay que evaluar para aceitar la maquinaria de la competencia global y para ejercer el control. Los resultados de las pruebas se dan a conocer públicamente para que los “consumidores” puedan escoger y para estimular la competencia entre las instituciones educativas. Si se tratara de evaluar para saber cómo está la Educación para mejorar, para orientar las políticas educativas, se podría hacer más eficientemente, con menos costos y con análisis que se aproximen mucho más a la complejidad de los procesos educativos, a través de estudios muestrales y de caso, estudios cualitativos... pero no se trata de eso, pues el neoliberalismo no cree en la planificación y, además, no hay nada que entender: todo está muy claro. La evaluación debe ser censal, es decir, debe identificar y evaluar a cada uno de los estudiantes profesores, colegios... para poderles decir: “tu, fulanito de tal, estas mal... mira a ver cómo hacer... esto no puede seguir así”. No es evaluar para planificar o para entender, sino para identificar, para radicalizar y universalizar los mecanismos de control hasta llegar a cada individuo, estimulando la competencia generalizada. Si el interés genuino fuera mejorar la Educación, los dineros dedicados al mejoramiento deberían superar con creces a los destinados para las pruebas, cosa que no ocurre en la práctica. 4


Los educadores, en especial desde finales del siglo XIX, han descubierto la importancia de los procesos y han aprendido a valorarlos incluso por encima de los resultados. La medición de resultados no recoge ni una mínima parte de la riqueza y complejidad de los procesos educativos. Cuando los resultados son el único criterio para tener en cuenta se produce una cierta perversión de los medios y de los procesos en función de los fines, se desvaloriza todo lo que no se considerad resultado mensurable que es, en realidad, mucho más importante que lo mensurable. Pero para los neoliberales los procesos o mejoramientos de la Educación son algo demasiado complicado y pueden ser abordados desde muchos puntos de vista y sobre lo cual difícilmente nos pondríamos de acuerdo. “conceptos vagos sobre calidad, basados en una visión humanista y apasionada de la calidad de la interacción social y educacional, son descartados y substituidos por conceptos precisos de calidad y de control del producto, importados del espacio fabril y empresarial también reorganizado de acuerdo con los principios de la flexibilización productiva” (Tadeu da Silva 1997-284). Se produce, entonces, una serie de desplazamientos del control hacia formas más sutiles y sofisticadas y hacia ámbitos en la trastienda. Las grandes reformas educativas desde la década de los 80 no se interesan por el currículo, por las didácticas o los métodos pedagógicos, por la formación del profesorado, por la calidad de los textos escolares o materiales, o por lo que sucede en el interior del aula o de la escuela. Cuando ahora se define nacional o internacionalmente un “logro” educativo “básico” o una “competencia” “mínima” lo que se define en realidad es un indicador de evaluación. El control se ejercerá a través de las pruebas, de los estándares, de las acreditaciones, de los listados comparativos, de los populanty ratings, del profesor del mes, de la universidad del año. Poco a poco se seguirá ampliando el ámbito de lo comparable a nuevos aspectos y proliferarán las tablas comparativas y los puntajes. Todos compitiendo entre ellos y contra todos en una competencia sin fin y sin descanso: estudiantes, profesores, directores, padres, escuelas, universidades, libros de texto, tecnologías, ciudades, regiones, países, continentes, multinacionales de la Educación. Este es el nuevo lugar que se propone para la definición de currículo, del conocimiento válido y pertinente, de los valores, de los fines, del éxito y de la excelencia. LA IMPLEMENTACIÓN DE LA POLÍTICA NEOLIBERAL EN EDUCACIÓN EN COLOMBIA Si bien es cierto, la implementación de la política neoliberal en el mundo ya completó las tres décadas, en Colombia este proceso se desarrolla a principios de la década de los 90 con la política de apertura económica y apertura educativa de la administración de César Gaviria. Durante este gobierno el país “estrenó” una nueva Constitución Política que hizo parte del rediseño institucional y de adecuar al país a la política neoliberal en todos los órdenes y en particular en el aspecto educativo al tiempo que lo define como derecho, en otros artículos lo concibe como un servicio.

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Del mismo modo y como parte de la política neoliberal se plantea la obligación del Estado de financiar solo nueve años de Educación básica, aspectos que quedan consagrados a su vez en la Ley 115 de 1994. En otros apartes de la Ley General de Educación, se plantea la evaluación integral de las políticas, procesos, currículos e instituciones, pero a la vez el artículo 81 deja la puerta abierta a la evaluación con carácter de sanción o desvinculación del servicio. En la administración de Samper al tiempo que aumentó los salarios a los educadores, entregó como ninguna otra subsidios a la demanda a los colegios privados, fortaleciendo así el proceso de privatización. En el último año de este gobierno se hicieron los estudios que servirían de base al desmonte del subsidio a la oferta y la desvinculación de la financiación de la Nación de los ingresos corrientes de la Nación. En la administración de Andrés Pastrana la política de desmonte de la Educación Pública se acelera, producto del acuerdo de facilidades extendidas firmadas entre este gobierno y el FMI que cambia los criterios de asignación y distribución de los recursos para salud, Educación y saneamiento como se concretó en el Acto Legislativo 01. A la par de este acuerdo se firmó también otro con el BID conocido como de Nuevo Sistema de Gestión escolar que establece la figura del colegio completo, el PEI Gestión, la autonomía financiera y el cambio del subsidio a la oferta por el subsidio a la demanda. Al final de este gobierno y comienzos de su sucesor, se aprobó una serie de normas que significan una verdadera contrarreforma como la 715 que modifica el régimen laboral de los docentes, el 1850 que establece la implementación de la jornada laboral y académica, aumentando las clases a 60 minutos, el Decreto 1283 del 2002 que reglamenta el sistema de inspección y vigilancia bajo los parámetros neoliberales de eficiencia, eficiencia y establece el retiro del servicio si se pierde bajo dos períodos las evaluaciones de competencia, el Decreto 3020 por el cual se reglamentan las plantas de personal y establecen el número de alumnos por docente y directivos docentes, entre otros. Toda esta contrarreforma a la que se suma la congelación de salarios, la presión por el cambio en el régimen especial del magisterio, el proceso de pensiones, traslados, cierres de instituciones ha significado un deterioro de la calidad de vida de los docentes y de los estudiantes que deben trabajar y estudiar en salones hacinados, reduciéndose las posibilidades de comunicación por el exceso de fatiga, aspectos estos que han deteriorado la salud de los maestros con el aumento de enfermedades profesionales como la hipertensión, problemas cardíacos, nerviosos, en los últimos dos años y se prevé se sigan profundizándose por los anuncios de la plantelización y la evaluación con carácter sancionatorio. La búsqueda de una mejor calidad de vida del docente que redunde en una mayor calidad de la Educación a acompañada de la exigencia de una salud laboral, que hay que implementar por institución educativa, con la participación de los representantes de los maestros en ésta.

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En materia de evaluación los docentes no podemos caer en la trampa de las llamadas “pruebas objetivas”, estándares o de competencias, cuyo propósito no es mejorar la Educación, sino establecer ajustes en la planta de personal para así liberar recursos para el pago de la deuda externa. LA REVOLUCION EDUCATIVA Y LA PRIVATIZACIÓN DE LA EDUCACION PÚBLICA La revolución educativa de Alvaro Uribe Vélez constituye el programa social para el 2002 al 2006. el eje del programa es una meta de masificación de la Educación que apunta a la ampliación de la Educación básica en 1´500.000 nuevos alumnos y en la superior en 400.000 estudiantes, pero se inscriben en la lógica de las reformas trazadas por el FMI y el BM que buscan el sometimiento de las políticas educativas a la política de ajuste fiscal y desfinanciación de la inversión social. El principio es aumentar la cobertura sin aumentar los recursos. La reducción del recurso se da trasladando la responsabilidad de la gestión de la Educación a las comunidades en desarrollo del denominado “Estado Comunitario”. El Estado deja de administrar y gestionar la Educación y se ahorra los costos que significa el funcionamiento de una planta docente vinculada laboralmente con el Estado. Para hacerlo atractivo el Gobierno ha bautizado estos programas con el nombre de Escuelas Comunitarias de Excelencia y aclara que son establecimientos públicos de Educación administrados por padres de familia con derecho a nombrar y remover rectores y profesores. El Estado entregará la financiación a los padres de familia, teniendo en cuenta el número de estudiantes, para lo cual da un subsidio no superior a $400.000 por alumno. Se ve que la Educación de los pobres dejó de ser una prioridad para el Estado. El acceso de los niños y niñas pobres no dependerá entonces de mayores inversiones en plantas físicas, financiación de maestros, mejores dotaciones, sino del ahorro de recursos mediante la entrega a las comunidades de unos cuantos pesos por alumno, para que estas se encarguen de contratar a bajo precio algunos maestros y dotarse de los demás insumos educativos. El cinismo de esta propuesta llega hasta el extremo de decir que en estas condiciones la Educación que se ofrece a los pobres mejora la calidad. Con esta asignación es de suponer que se contraten menos maestros, la remuneración y garantías sean mínimas y la dotación de recursos pedagógicos y las condiciones de una permanencia digna para los niños y niñas en las instituciones serán prácticamente inexistentes. Otras estrategias de reducción de costos en la Revolución Educativa son: 1. Establecimiento de una Educación comunitaria como un sistema segmentado de Educación autogestionado a bajo costo por las comunidades pobres, en donde las Asociaciones de Padres de Familia se ocupen de la nómina y de nombrar y remover maestros. 2. Prestación del servicio militar obligatorio en la forma de servicio docente no remunerado.

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3. Abrir el acceso a la Educación a profesionales de distintas áreas. 4. Contrataciones de cupos con instituciones religiosas, cooperativas, asociaciones, cajas de compensación. 5. Creación de subsidios a colegios privados que abran sus puertas a estudiantes de estratos pobres. 6. Reducción de la inversión por estudiante en la Educación Superior mediante la fusión de variar universidades de modo que puedan compartir profesores, laboratorios, etc. 7. Se ordena a las universidades públicas el aumento de venta de servicios de consultoría, extensión y capacitación. 8. Fortalecer la capacidad impositiva de los entes territoriales. LA DEFENSA DE LA EDUCACIÓN PÚBLICA ESTATAL La defensa de la Educación Pública de calidad, gratuita obligatoria y a cargo del estado es un compromiso de todos aquellos que defendemos la educación como un derecho consagrado en convenios internaciones y las constituciones políticas como una responsabilidad que le compete a los estados, por cuanto estos captan inmensos recursos vía impuestos que deben redistribuir en la población, garantizando a la misma el disfrute de los bienes y servicios que produce la sociedad. “La mayoría de las escuelas campesinas o de los barrios populares de las grandes ciudades desean una mayor presencia del estado con recursos, apoyo, asesoría. Posiblemente y a pesar de todos los embates, el Estado seguirá siendo el máximo garante de la unidad política, sea cual fuere la forma que este adopte, y el máximo responsable de las aspiraciones de la población especto de la justicia social. Incluso los ideólogos de la globalización y de la descentralización saben que la magnitud de los conflictos sociales que se perciben ya en el horizonte no es posible amortiguarlos sin la regulación y la intervención de los Estados” La defensa de la Educación Pública pasa por romper la lógica de una Educación regida por criterios económicos y empresariales por una nueva lógica que refunde la Educación como un proyecto político que compete a todos y no a unos cuantos tecnócratas, empresarios y políticos neoliberales. “La cuestión política por excelencia no es otra que determinar el alcance del principio de ciudadanía, es decir, determinar sobre qué se ejerce, cómo se ejerce y quiénes ejercen la ciudadanía...),, revitalizar la política es promover un orden político y una actividad que no se perciba como costo, ni se proyecte solo como profesión, sino más bien como parte de una actividad integrada y como producto de bienes públicos que no se justifica porque elimina ineficiencias, sino porque crea justicia” Como señala Deleuze, las reformas educativas actuales más que una mejora a la escuela apuntan a su liquidación y reemplaza por una terrible Educación

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permanente con múltiples formas de control continúo y con la implementación del modelo empresarial en todos los niveles de la escolaridad. Por último, si bien los grandes se han reunido y han hecho ya sus planes, hay mucha gente en este juego y así como las primeras, utilizan todos los medios a su alcance (legalidad, ilegalidad, estímulo, corrupción, persuasión, imposición, lobby, marketing, gestión, racionalización, política, policía, ejército, privatización y a los mismos estados que desprecia y minimiza) para expandir su lógica de máximo beneficio como si fuera el más natural de los órdenes sociales, deslegitimando todas las demás lógicas, no parece desproporcionado esperar que esas inmensas minorías (o mayorías minorizadas) excluidas, desposeídas, con sus lógicas y formas de supervivencia y de luchas deslegitimadas, reaccionen y se opongan de muy diversa manera ante esta forma de pensamiento único. El proyecto neoliberal lleva consigo su propia contradicción, su propia línea se fuga al aumentar la exclusión en la medida que marginaliza cada vez a más personas del trabajo e incluso del consumo. La crítica al neoliberalismo se hace no sólo desde el discurso, sino desde la construcción de propuestas alternativas que muestran que otras formas de vida y Educación son posibles La Educación Pública que queremos y defendemos debe ser abierta para todos, plural, no excluyente, no discriminadora, democrática, y no confesional. La Educación Pública no es un asunto exclusivo de la escuela o de los maestros. Se construye en un complejo y contradictorio proceso que precisa un fuerte tejido o red de asociaciones, sociedades, grupos y movimientos que apoyen en experiencias concretas de lo que podría ser una Educación Pública de calidad. No se trata de defender la Educación “Estatal” per se; sabemos que tiene “problemas” (¿será posible que algo complejo funcione sin problemas?), pero ya que el neoliberalismo habla de “crisis” y de “reformas”, vale la pena preguntarse si las reformas deben orientarse a poner los maltrechos sistemas educativos públicos –muchas veces conseguidos con un costo social muy alto- al servicio del global education market. O más bien deberían orientarse a mejorar la calidad de vida de las personas, promoviendo diversas clases de conocimiento (también el colectivo y el que no genera derechos de propiedad, patentes y copyright), diversas formas de participación, de deliberación y convivencia (además, de cómo consumidores, contestadores de encuestas, participantes en showtalks televisivos y electores), diversas formas de “crecimiento económico” y de “economías” (por ejemplo, que den prioridad al trabajo, a las personas y no al capital, y que no consideren que –siempre y necesariamente- más es igual a mejor), diversas formas de intentar sociedades más igualitarias. Además, si ya sabemos que la Educación en el “tercer mundo” lleva perdida la batalla antes de empezar, ¿qué sentido tiene entrar en el juego de la competencia global?

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