De esta forma, el camaleón que no es camaleón sino lagarto cornudo, no es venenoso y lo que lanza por sus ojos es un chorro de sangre a través de su lagrimal que solo se eyecta cuando es estresado por un depredador como por ejemplo el perro o el coyote. Así, el mito del camaleón venenoso, pasa a ser parte de una idea más cuya visión refleja parte de la observación de nuestros antepasados y contemporáneos, con sospecha de lo que pudiese generar un comportamiento así de singular en un animal cuyo aspecto no es para muchos el más bonito.
Figura 5. Individuos del género Phrynosoma. A la izquierda Phrynosoma modestum y a la derecha un Phrynosoma cornutum. Fotos: Sara Valenzuela
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