I Como alas de mariposas glaciales Jugueteas caricias bajo mi piel Escamoteando a la compasiva crueldad del tiempo Unos momentos mas de silencios. La Bestia se despereza Despierta y vuelve a dormir Mas alerta que nunca En su hibernación tropical. Me invaden las luces dulces de mil notas vestidas de seda Entre el perfume de tu sexo y la fatal indiscreción de los elementos Se vuelve a erguir impávida mi terquedad. Salteando entre las circunvoluciones impresas en algún cráneo de brujo Soy la brisa que amenaza amordazar el cirio ardiente de la locura El viento abrasador que hace hervir de envidia la sangre de los muertos El huracán que te desposeerá gota a gota De ropas De miradas De sonrisas y temor. Al final vuelve el principio La jornada asfixiada por la inmanencia del ser Un impulso homicida me estrella contra los lechos Que he olvidado Que olvido Que olvidaré Mientras intento en vano recobrar del olvido Aquellos vuelos que nunca levante.
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