desCuentos

desCuentos Delirios, pesadillas y vainas

Autor: Dr. Carlos Manuel Pineda Troncoso

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Índice Una noche más

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Bálsamo

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Disincronía

23

Final feliz

26

Gajes del oficio

32

Noctámbulo

40

Monólogo

48

Salidas

51

Nasty

60

Filosofía y letras

64

Carta

70

Psiquiátrico

75

Otra versión

83

Reflejos

93

Fábula

104

Interludio en M mayor

110 2

La celada

124

Bichos

132

Amor y otras actividades demonĂ­acas

136

Cuentas

150

La saga del Dr. Belliard Ă‘apa innominada

152 175

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Una noche más

Observarte mientras llevo a cabo este ejercicio en desliteratura no es menos absurdo ni más patético que cualquiera otra de las definitivamente finitas posibilidades de la conducta humana:un hombre mira yacer a su amante

a la luz atrevida de la luna impertinente aturdido aún por las

marejadas de la pasión,estremecido por el frío culminar del deseo satisfecho razonablemente vecino a las expectativas propias y ajenas.Asi te muestra la luz de la noche,mucho más frágil de lo concebible a partir de aquel ente impetuoso de unos minutos atrás,de aquella bestia enfurecida,de esa fuerza incontenible,incontenida e incontinente de la naturaleza que daba y demandaba entre susurros y gritos mientras se bañaba eufórica en los sudores y las humideces de ritmos y paroxismos de caderas,de miembros y miembro,pelo y pelos.¿Quién se imaginaría,quien te imaginaria,mirándote las espaldas desnudas,las rodillas dobladas sobre el pecho,la boca entreabierta... como, hace unos momentos,hace centurias, eones, mascullabas, voceabas,pronunciabas apenas, arrebatándole el aire a tus pulmones anegados en placeres

indescriptibles,dulces,estremecedoras

obscenidades,obligatoria

coprolalia copulatoria, al tiempo que mandabas y demandabas desde tu trono cuneocrata repleto de las dudosas certezas de la carne,disputa atávica,puta atrevida,del coño que reniega de la falocracia sin haber contemplado siquiera la posibilidad del exilio a Lesbos,mientras trata frenéticamente de arrebatar de la erección la promesa fugaz

del extasis,del amor,de la

mentira?.Ciertamente nadie que posara ahora su mirada sobre la palidez selenita de mulata clara aparentando dormir tras las fatigas de otro

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polvo,como tantas otras,las de antes y las de después,ocupando un lugar en el lecho cuyo vacío ni siquiera en la sublimidad de este momento,has sido capaz de llenar.

La cerveza caliente no sabe a orines...mentira de quienes nunca han bebido del sabor ocre de ese otro de los jugos de tus entrañas,cuando te atreviste,nos atrevimos a romper otro tabú y añadimos,como hemos añadido,como he añadido un inusual líquido a las reiteradas humedades de siempre,un ingrediente mas a la vieja sopa del sexo,de los sexos.No me supo a cerveza caliente tu orina aquella noche(¿esta noche?)cuando en cuclillas derramaste sobre mi rostro,sobre mi boca sedienta de ti,la lluvia de tus miserias,el cálido diluvio salado del desenfreno,atrapados en la deliciosa inercia implacable de la depravación,el ineludible impulso,el empujón deseperado de esa mezcla de lujuria,de ilusión y miedo que, siempre a sabiendas,confundimos con el amor.

Tan endeble,tan infantil,tan luciesca pareces que en le pecho quiere inflamárseme otro engaño,en mi cuerpo y en mi alma quieren concretarse otros

imposibles,otros

inconcebibles,nuevas

perversiones,malicias

por

descubrir.La promesa de tu piel gélida me hiela el corazón y el amago de erección se desgasta ante el atisbo de sugerencia,a pesar de la bienvenida del morbo.La bienvenida has sido desde luego,tú bienvenida tantas veces que terminaron por acabársete las malas palabras,los nombres cariñosos,los dulces calificativos de afectos imprudentes,de deseos desbocados,del siempre ubicuo desprecio;se te acbaron los susurros,los gemidos,los gritos y terminaste enmudeciendo en un largo lamento animal de gata poseída,de felina violentada a gusto tras dar la mejor de sus batallas.

El sabor de tu sexo le roba gusto al cigarrillo.Aún guardo entre mis labios tus salivas lascivas,como ha almacenado mi olfato tus olores de hembra en celo,tu miasma de pechos restregados,de cabellos estirados,de

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sobacos inmunizados al desodorante por los esfuerzos de la lujuria,de culo obrero trabajado más allá de la fatiga,más allá del salario y ya el humo del tabaco es incapaz de mitigar siquiera el vaho a ti que inunda toda la habitación.Como

tampoco

puede

la

música

las

veces,imprudentes

y

escasas,cuando la confusión.la concupiscencia,la sorpresa,el temor te llevaron a confesar,maldita mentirosa,amores inalcanzables para tu alma impotente de puta de esquina.

Llegará la mañana y yo seguiré aquí y tu seguirás allí,yaciendo donde estás sobre tu gozo,sobre tu entrega,sobre las trazas biológicas del amor y sus desagravios.Como siempre dándome las espaldas pues no te enseñaron nunca a amar,que siempre se ama de frente y cara a cara....y,¿quién soy yo para hablar de amor?...Si bien al menos puedo creer haberle conocido y puedo estar ahora seguro de no haberlo sentido nunca,de no sentirlo en este momento,de no llegar jamás a sentirlo por ti.

Con un suspiro me desperezo y comienzo a ponerme la ropa.De haber invertido en todo esto algún sentimiento,de haber sido capaz de excitarme algo más que la curiosidad,de no haber calculado tan

metódica,tan

fríamente,con precisión quirúrgica el ejercicio de la crueldad podría llegar a sentir lástima,culpa quizá.Sin embargo no puedo otra cosa,frente a tu cadáver,que emitir un largo,sonoro bostezo incapaz como cualquier gesto de comenzar a expresar el interminable,insostenible tedio de la existencia y su carga de futilidades,de inconsecuencias inútiles y absurdas,incluida la labor a realizar antes que pase el camión de la basura.Coloco una a una las bolsas negras en el lecho,extiendo la vieja lona verdimarrón sobre el piso y de un puntapié le empujo tu cuerpo,el cuerpo encima...basta de díalogo,que no estoy loco ni mucho menos para charlar con muertos y aun si fuera así no tengo ya mas nada que decirte.Me dirijo al armario para buscar,nueva vez el

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machete,el primer tajo siempre me excita,el descuartizamiento es mas definitivo,mas significativo que el propio asesinato...tiene un no se que de artístico,de

religioso.La

labor

es

facil,el

machete

filoso,el

cuerpo

exsanguinado...en menos de quince minutos siete bolsas negras,el fruto de mi trabajo,la concreción de mis sueños y sus pesadillas esperan a ser depositadas escaleras abajo,en el basurero.Ya han encontrado algunos restos en tres o cuatro de los vertederos que parecen sitiar la ciudad.

Ni cortos ni perezosos se han inventado satanistas de barrio para explicar as despariciones y los desmembramientos.Desde luego,no me atraparán,no pueden siquiera concebirme:producto prematuro de esta posmodernidad tercermundista;si bien cualquier aprendiz de sociólogo debería haberse apercibido ya de la inevitabilidad de mi aparición, de donde, cuándo y como se materializan los monstruos de acuerdo a la sociedad que los engendra...

Ironías del destino:hacer pagar karmas, ángel vengador condenado por siempre al anonimato en una ciudad tan anodina, tan definitivamente indigna de su primer asesino en serie.

Bálsamo

Este calor pegajoso, esta humedad... Espero.Son apenas las doce y media de la noche. La segunda mitad de la hora de brujear,la hora dedicada a la magia negra,al mal...Hace ya casi dos meses que hago servicio aquí,a las puertas de “las ruinas”,como las llamábamos de niños pues así oíamos a los mayores llamarlas, sobre todo mi abuela cuando narraba anécdotas horrorosas sobre el ciclón de San Zenón o el griterío de los orates cuando el

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viejo monasterio fue utilizado como el primer hospital psiquiátrico de la republica o de cómo las paredes del nosocomio se veían brillar al reflejarse la luna llena sobre la negrura de las miríadas de cucarachas que las cubrían.Ahora que lo pienso mi abuelita era una maldita sádica.A fines de los años ’70, como parte de las remodelaciones y acondicionamientos que se hacían periódicamente en la Zona Colonial, los restos del monasterio de San Francisco fueron remozados para satisfacción de la vista de vecinos, viandantes,turistas y, desde luego, bienestar del grupo de ingenieros a quienes se les adjudicó el llevar a cabo tales obras, de modo que hoy presentan un aspecto definitivamente hermoso.Claro,mejor no ver lo que se esconde detrás.

Coloco una silla,seis noches a la semana,al borde izquierdo del pie de las escaleras que dan al frontispicio, dónde una verja de hierro, cerrada con candado a partir de las seis de la tarde, cubre la entrada.El frontón sólo es abierto durante las cada vez más escasas representaciones teatrales y conciertos que el capricho,la desidia o la disponibilidad organizan dos o tres veces al año entre las piedras melancólicas.Lo más difícil, lo más incómodo de este trabajo es...desde luego,no porque me moleste el mantenerme despierto toda la noche,de hecho me considero una persona nocturna y desde las juergas de mi adolescencia,durante los inicios de mi carrera y, ahora, desempeñando este trabajo ridículo e infamante para un profesional tan talentoso como yo,siempre he disfrutado de la aurora más que de cualquier otro momento del día: se escucha uno que otro gallo intentando despertar el sol que,perezoso se anuncia con el tono azul, púrpura y rosa de sus bostezos mientras el resplandor anaranjado de su mirada pinta el vientre de las nubes con el regocijo del despertar del amado.Durante mis dos primeras semanas en el trabajo contemplaba

embelesado la

espectacularidad del amanecer;ya no me incita ni atención ni,mucho menos,

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las metáforas de antaño cuando lo llegue a representar como la cotidiana batalla entre la noche y el día, la oscuridad y la luz, el mal y el bien. Quizá fue entonces, no sé si causa o efecto, que dejó de amanecer en mí y la noche comenzó a habitar en mi alma.

Como decía la mayor incomodidad es el horario, más que las horas de trabajo es el propio tiempo que me molesta. Por alguna razón, evidentemente esotérica, el farol situado prácticamente sobre el punto donde coloco mi silla plegadiza apenas ilumina un área de unos 10 metros cuadrados; de no ser por la luz del poste situado más abajo, en la esquina Meriño, no sería capaz de ver aproximarse a una persona hasta no tenerla a menos de diez pasos del lugar donde estoy sentado. A esto agréguesele el hecho de que por otra razón aun mas esotérica la luz del dichoso poste... ¡no ilumina.! !.Llego a casa a la nariz yque en ocasiones parecía liderear el grupo que operaba en las ruinas: unos siete, incluyendo dos muchachas. En mas de una ocasión algún turista venía donde mí a quejarse porque lo había asaltado algún prepúber armado de un rústico puñal o, creyéndome el manager de los tigueritos,quejarse de no haber recibido el servicio prometido...Yeah?Who told

you to come to my country and fuck little boys,you fucking per-

vert?Want me to put a hole in your chest now?Get the fuck out of my sight you disgusting motherfucker!.Era mi respuesta habitual,acompañada de algún gesto amenazador con la escopeta y no fueron pocas las veces cuando me ví fuertemente tentado a dispararle a un pendejo de esos.

Uno de ellos, un italiano que manejaba muy bien el español, fue a querellarse formalmente al destacamento de La Atarazana, luego que un palomito de doce años a lo máximo, le hiciera casi cagarse en los pantalones cuando, en lugar del objeto de la felación le sacó un punzón de unas diez pulgadas de largo y le quitó la cartera,todas las prendas que llevaba y hasta los zapatos.El tipo, manganzón abusador de más de cincuenta años de edad,

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fue a decirle al comandante del destacamento, un cibaeño con el IQ de una hormiga anestesiada con cloroformo y la malicia de un cuervo adicto a la pornografía, que le habían asaltado cuando venia bajando por la Emiliano Tejera en dirección a uno de los bares de la Zona y que yo(¡moi, quien esto tan cansado de pasarme ocho horas contemplando el ir y devenir de los carros que atraviesan la Arzobispo Meriño y los pocos que bajan la Emiliano Tejera rumbo a los pubs que, comenzando con el Drake’s en los ’80 se han multiplicado frente al Alcázar de Don Diego Colón, que el resto del día se me va en puras necesidades fisiológicas, apenas puedo ya leer algún libro Pues bien, el Drake’s era un lugar coolísimo, siempre entre la espontaneidad y el caos, con un noseque de siniestro y decadente que espantaba y fascinaba a los jevitosDe vez en cuando la policía llenaba allí su cuota nocturna de arrestos.El propietario y bar- tender del Drake’s era un exmarinero mercante ingles de carácter colérico, capaz de irse a los puños con cualquier parroquiano impertinente que lo desesperase, lo que ocurría con bastante facilidad y frecuencia. El no tener dinero no hacía del todo imposible el beberse una cerveza. Pub era un tipo generoso, me pregunto que pensaría sobre Pata de Palo

y demás. Civilizar la cooledad, lo hip...

Sucks, right?.

Dios mío, ¡qué calor!,falta que me dé grajo ahora.Desde luego, la remembranza es una manera óptima de matar el tiempo, pero la memoria tiene sus limites y aún ayudada por la imaginación puede llegar a aburrirte.

Es entonces cuando me hago consciente del tiempo, de las horas de plomo que no transcurren, del reloj que conspira para mantenerme en esta posición patética, sentado guardando una edificación que, ya en ruinas durante la ocupación haitiana, fue desecrada por la soldadesca invasora. Si Penson hubiera visto las deyecciones, la prostitución de todo y todos, el interminable desfile de pederestas, maricones, drogadictos que saltan la

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verja por el lado occidental, pòr donde les es más fácil burlar la vigilancia de la patrulla de a pies, supuesta a impedir tales iniquidades. Claro que esos infelices, mal pagados y peor entrenados, prefieren chacharear entre sí en la Duarte con Juan Isidro Jiménez y... ¿por qué no? si proxenetas y traficantes me mojan la mano, ¿por qué, incluso más sustancial y frecuentemente, no habrían de mojársela a ellos?.

Algunos palomos duermen dentro de las ruinas, exhaustos tras días enteros oliendo cemento y noches

bailando en cueros

en los bares

clandestinos y secretos que todo mundo sabe funcionan en San Carlos, en Villa Francisca, en el propio San Antón y concluir vendiéndose a ese porcentaje bastante significativo del loado, benefactor turismo atraído a estos lares por agencias de viajes manejadas en su mayoría por dominicanos que no sienten el menor pudor en anunciar en Cánada, en Holanda, en Suiza, en Italia este “paraíso homosexual”. Pues bien.pido excusas al lector por la disgresion, a veces me ataca un moralismo tan victorhugiano que a mí mismo me quilla... ¿a mí qué me importa si la prostitución infantil no sólo es aceptada sino incluso alentada por ciertos sectores de nuestra sociedad?.La esencia del capitalismo: dónde hay una demanda colocar una oferta, ¡vaya si estamos globalizándonos!.En fin...¿por dónde iba?¡ ah, sí!,hablando de los palomos:el más joven de ellos era un carajito como de nueve años a quien nunca ví sin un frasco de cemento pegado escribe, vaya!)lo había presenciado todo sin mover un dedo para impedirlo per questo credo che anche lui sia di acordo con loro.Lo cual era completamente cierto,de hecho del incidente había salido ganando casi doscientos dólares; si puedo obtener algún beneficio material de mi natural antipatía hacia la pedofilia ¿qué hay de malo en ello?.

Bien, ahí se terminó el entretenimiento y los chelitos extra para mí y para la patrulla de a pies.Hasta los mismos palomos vieron reducirse sus

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ingresos.El Comandante, temeroso como estaban todos con el recién nombrado nuevo Jefe de la Policía, llamó al Primer Teniente que todos los viernes dormía en el destacamento más cercano,el de Villa Francisca, quién a su vez llamó al Coronel encargado de toda la Zona.Montaron al italiano en uno de los patrulleros y tan pronto ví los reflejos rojos y azules contra las paredes de los edificios allá abajo, entre a avisar a los palomitos para que se escondieran.Solo lograron detener a uno de ellos, un javao de unos dieciséis años que se detuvo a oler cemento a las puertas del zaguán del viejo Hotel Europa.Lo llevaban en el carro-patrulla cuando el Coronel mandó detenerlo frente a mí y,sin salir del carro(ni tampoco dar las buenas noches)me preguntó si era verdad lo que afirmaba el extranjero sobre haber sido asaltado por uno de los muchachos y por que había yo “presenciado impasivamente mientras se cometía un crimen contra un ciudadano extranjero que nos honraba visitando nuestra Zona Colonial”.Luego de darle las buenas noches(nunca deben olvidarse los buenos modales),le conteste narrando escuetamente lo que en realidad habia acontecido, que se trataba de una transacción ilegal entre un pedófilo maricón y uno de los palomos,que aquello ocurría con cierta frecuencia y que el cliente esquilmado en tal forma no tenía “por regla general, la caradura di questo frocio di merda,de andar a denunciar a la policía una ocurrencia tan sórdida y vergonzosa”,que aquello equivalía,ni más ni menos a alguien yendo a poner una querella “porque le den un tumbe

queriendo comprar droga”.Añadí que un oficial

superior no debería dejarse coger de relajo de un pervertido sinvergüenza como el tipejo ese,quien,además de todo,es “mentiroso y malintencionado, porque si hubo algún robo o asalto debió haber ocurrido en el interior de las ruinas o en alguno de los hoteluchos para sodomitas que proliferan sin cesar por toda el área”.Procedí entonces a insultar y amenazar al turista en su propia lengua con tal intensidad y eficacia que le atacaron temblores casi

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tan violentos como convulsiones.Rojo de ira,el coronel se apeó de la patrulla y me ordenó ponerme de pie y, mientras comenzaba a injuriarme con un “Ud. si é freco,civil...que é lo que ute se cree?”,le puse en la mano la tarjeta del dueño de la compañía de guardianes para la cual trabajo,lo que hizóle volver el color al rostro,aunque ahora visiblemente más pálido, dió media vuelta y se montó en su vehículo.Como todos los culos inflados de poder no pudo contener una amenaza,así que me advirtió se pondría en contacto con mi jefe para reportar mi “actitud displicente e irrespetuosa”.Mientras el patrullero arrancaba oí al palomo vomitar ruidosamente y al italiano: Cazzo!Ma che schifo...Questo paese di merda...

Durante los próximos cinco días fueron recogidos uno a uno a los palomos, incluyendo las dos muchachas.El palomo que vomitó en el patrullero se presento en aquellos días, cojeando de la pierna izquierda y con un ojo morado,si bien ya la hinchazón había cedido; me mostró moretones en la espalda,el costado,el abdomen....Contrario a la usanza de las prostitutas de la Zona,los palomos no tenían proxenetas, formaban mas bien una especie de cooperativa para el ejercicio de la prostitución y aunque el de mayor edad y más fuerte hacía las veces de líder aún no se le había ocurrido explotar tan abiertamente a sus cohortes, de nada le serviría si llegara a ocurrírsele ahora:a todos les dieron una pela(con p mayúscula);estos eran tigueritos curtios,acostumbrados a todo,pero los quebraron a golpes:Los llevaron a todos al destacamento de Villa,luego de recoger en Guibia a todos los que operaban en la Zona,incluso a las muchachas..De la celda los fueron llevando, uno a uno,al “cuartico”.;...el primer día nos dieron por las nalgas con un chucho, cómo quince chuchazos a cada uno,yo mismo perdí la cuenta.Nos daban dos pelas diarias,una por la mañana y una ya casi en la noche.Los otros presos nos untaban pasta de dientes.La primera noche oímos como se llevaban a Rwanda y después, cada una de las seis noches que estuvimos

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presos,a las dos juntas;las volvían a trancar casi por la mañana y la Geni siempre lloraba mucho,men,nosotros la oíamos, sabíamos que era ella...y uno sin cemento,men-me contó el que había vomitado en el carro.Me dijo que a el le “entraron” en el mismo carro,delante del maricón ese.El tipo se le alarmó al coronel y el coronel le dió una galleta y lo apearon ahí,en la Puerta del Conde.Me llevaron al destacamento y al otro día fueron llegando los otros,uno a uno;esa misma tarde comenzaron a darnos las pelas,de dos en dos,encueros...al Cabo se le cogió con Monchy,tu sabes,el jabao...bueno se lo llevaba todas las tardes,yo no sé dónde y no le daban la pela de por la tarde...Una noche,ya tarde,me vinieron a buscar,me llevaron como a una oficina,me hicieron que me pusiera un casco de motorista y me dieron por la cabeza con un bate hasta que vomité y me desmayé.Al otro día, por la tarde,se llevaron a Robert,tu sabes el que maneja la moneda; después me dijo que le habían pegado los cables,que casi no recuerda nada,que lo habían llevado a un hospital que él no conoce,dice que no era el Morgan.Tu lo vas a ver, está rarísimo,como medio fundido.Jorge continuó en su lenguaje estereotipado que a mí no me da la gana de reproducir y hago lo mejor que puedo traduciéndolo al castellano.Para no cansarte el cuento,lector,el sistema de “cooperativa” del grupito terminó,Robert debía llevarle todo el dinero al cabo de puesto en La Atarazana, de modo que ahora debían buscársela extra bien.

En aquellos días comenzó un muy lucrativo negocio en la Zona, siendo beneficiario principal del mismo el Comandante del destacamento policial de La Atarazana y sus acólitos y cómplices en esta versión bien organizada y eficiente de la prostitucion infantil, santificada con la cobertura patrocinadora y empresaria del inefable gris oficial...Aquel fue uno de los años pico en cuanto al flujo de turistas y toda la Zona fue remozada.Hasta el viejo Drake’s se convirtió en un noseque(ciertamente no un pub)de

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lujo,donde había que pagar cincuenta pesos por una cerveza.Pronto todo el que podía pagar por ser trasladado a uno de los destacamentos de la vieja ciudad lo hacía: los rasos duraban pocholos cabos un poco más(algunos sobrepasaron el año),el Sargento continuaba allí en su puesto, gordo con la gordura golosa de la prosperidad de los malvados y los comandantes de los cuatro destacamentos que dirigían, coordinaban y garantizaban la operación, tenían de pronto esposas que trabajaban y podían comprar casas, hermanos que les prestaban sus yipetas recién compradas,familiares,en fin,a quienes la fortuna, súbita y caprichosa habia decidido sonreír precisamente entonces.

La palomita que llamaban Gení se había hecho adicta al crack y comenzó a correr el rumor de que estaba infectada con el VIH.Los policías de turno se repartían a las dos muchachas y en una que otra ocasión,el propio sargento le echaba un polvo a alguna de ellas.Geni era una jaba de ojos verdosos y pelo castaño,con un cuerpo de mulata caribeña cuya voluptuosa y festiva sensualidad contrariaba la melancolía rabiosa que nunca parecía dejar su mirada felina.Un buen día desapareció y el tocayo(el palomo que habia vomitado dentro del patrullero tenia el mismo nombre que yo)me dijo que se la habían llevado a trabajar en una barra de un capitán en Las Matas de Farfán y que antes de “trasladarla” le habían dado una buena paliza pues habia tumbado parte del dinero ganado esa noche para comprar droga;me dijo que primero la habian dejado casi dos semanas en un campo de Bani y de allí la habían llevado a San Juan de la Maguana donde luego de casi una semana la “mandaron” para las Matas.”Dicen que lo del SIDA es mentira”,añadió.Apenas un niño, parecía creer que todo aquel asunto me importara un carajo.

Pero los palomos, aún influenciados por las distorsiones que sobre la valoración de la realidad produce la niñez, ávida de fantasía, de afectos, me

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veían como una suerte de protector, algo así como una figura paterna o que sé yo,de modo que el tocayo siguió dándome lata con sus historias.Me habló de un tal Pablín,un palomito de unos once años,hermano de uno que bailaba en la barra del alemán(“la barra del alemán” habia sido allanada y clausurada por la policía en 1994;en medio del corre-corre el dueño se enfermo y fue hospitalizado en una de las más prestigiosas clínicas de la ciudad desde donde salió a su pais,por recomendación médica, a recibir tratamiento por una disritmia ventricular,eufemismo para la taquicardia y palpitaciones producidas por el encontro- nazo con la Ley.He escuchado que el electrocardiograma que acompañó al certificado médico remitido a la Fiscalía pertenecía a un paciente fallecido tres años antes)quien cometió la imprudencia de presentar su caso ante una de las reporteras de un programa sensacionalista de televisión.La susodicha,de acuerdo con su estilo y trayectoria, llevó a cabo un amplio reportaje por el cual fue ampliamente alabada y que aparentemente fue un elemento decisivo al momento de entregarle uno de los premios esos que anualmente se reparten los faranduleros.Hubo un revuelo y un aquietarse de las aguas,desde luego momentáneos,quedándose frustrados un buen numero de nuestros “turistas sexuales”;como siempre la soga rompió por lo más fino y fueron dados de baja deshonrosamente,ante las cámaras para el placer voyeurista del televidente,dos cabos y cinco rasos.Uno de estos infelices tenía apenas diez días de haber sido trasladado al destacamento de La Atarazana,sin siquiera haberlo sugerido,pedido o gestionado en manera alguna y terminó encontrándose en la Pedro Henríquez Ureña con el uniforme hecho jirones y empapado con el copioso sudor de una vergüenza cuyas razones no pudo llegar nunca a comprender;quince meses más tarde,miembro de una banda de atracadores, moriría baleado a pocos metros de su casa en Cotuí,en lo

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que la prensa describiría como “un enfrentamiento a tiros entre la Policía y un grupo de delincuentes”.

De habérsele hecho la prueba de la parafina habríase descubierto que el exraso P.N. Lorenzo Pérez Villalona no había hecho un sólo disparo con el revolver .38 que se encontró próximo a su mano derecha.Un investigador de mediana

calidad

habría

notado,ademas,que

el

cadáver

completamente boca abajo,apenas levantado por la rodilla

yacía

casi

derecha

parcialmente flexionada.Si sus padres no lo hubieran despreciado ya como un delincuente,bueno para nada,”mira como te botaron de la policía” podrían haber señalado que su hijo era zurdo.Y,finalmente,si en el Instituto de Patología Forense le hubiesen practicado la necropsia inmediatamente y no a los cuatro días del ase...perdón, de la muerte y el médico residente de turno hubiese hecho un riguroso examen post-mortem en lugar de basar su reporte en el informe policial recibido con el cuerpo, habría notado que este presentaba una herida mortal evidenciada por el orificio de entrada de un proyectil en un ángulo de 35 grados con respecto a la línea paravertebral izquierda y de unos 60 grados con respecto a una línea imaginaria que atravesara de izquierda a derecha el tercio superior de la segunda vértebra dorsal.En otras palabras ni a la prensa,ni al forense,ni a sus propios familiares se les ocurrió ni creo les interesara, notar que el exraso Pérez Villalona había sido baleado por la espalda desde un vehículo en marcha mientras se dirigía al colmado a comprar la cena.Su concubina sabía que Pérez había dejado el arma en la habitación que hacía unos cuatro meses compartían y se la entregó,y de paso se entregó literalmente a sí misma,al lider de la banda a la que apenas había tenido tiempo de ingresar su marido.

Pablín desapareció de la Zona Colonial y del area de guibia,donde “operaba”,cerca de dos meses después de la salida al aire del dichoso reportaje televisivo.Su cadáver,en avanzado estado de descomposición,

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apareció en un vertedero de basura cercano a Las Caobas.Se determinó la causa de la muerte como “múltiples heridas penetrantes con objeto punzante en tórax y abdomen”.No apareció quien identificase “oficialmente” el cadáver y que correspondiese al “palomito de la televisión” era una de tantas verdades que corrían como rumores en el submundo de los niños de la calle.Desde entonces a ninguno de ellos se le ha ocurrido recurrir para nada a los medios de comunicación....tú sabes lector,un asunto de preservación del ecosistema y de la propia supervivencia individual.Los encargados de dar tan exitoso seguimiento a las denuncias de la reportera,para terminar con una nota feliz esta disgresión,cuatro oficiales superiores(nunca he sabido que coño quiere decir eso) y un segundo teniente esperan un seguro ascenso el próximo 27 de Febrero.El Sargento estaba de licencia médica al desatarse la tormenta,aquejado de tuberculosis pulmonar;si a alguien se le hubiese ocurrido hacerle la prueba tal vez no habría contagiado con el VIH a su esposa,a una de sus queridas y a un número no determinado de prostitutas e infelices que tuvieron la mala suerte de cruzarse con su inagotable lascivia.

En una noche calurosa y molesta como esta me

vienen a la mente

también pensamientos molestos, moscas intracerebrales zumbándome entre las circunvoluciones.La cerveza,tibia,termina haciéndome aún más agrio el mal humor.Ya no hay ninguno de los muchachos cerca para mandarlo a por otra,a los palomos me los han despalotao;a veces veo a alguno que otro de los conocidos cruzar frente al portón arrastrando los pies y mirando al piso, quizá buscando en el pavimento empedrado de la Emiliano Tejera y en las lozetas de la Hostos los buenos augurios que otros,menos infelices, buscan en las luces del firmamento donde estos no se atreven a elevar el rostro de sus vergüenzas.¡Dios,que cansado estoy de toda esta mierda!.Miro largamente la escopeta,la tomo en mis manos,contemplo el cañón...no,no voy a darles el gusto...

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Una carcajada resuena entre la lugubrez de mis cavilaciones.¿Quién se atreve a interrumpir así el deleite onanístico de mi bienmerecida amargura?.La ira me sube,espumosa,explosiva,desde algún lugar del pecho y debo dejarla salir en una especie de rugido mascullado para evitar que me ahogue una vez en mi garganta.Me asusta este sonido emanando de mi ser: así deben rugir las almas rebeldes, irredentas, irredimibles, impenitentes,encadenadas en el más oscuro y frío de los rincones del Infierno.Es el grito,menos que animal,peor que bestial,de la impotencia que reconoce en sí misma su incurable humanidad.Conmigo han gritado,han gemido,han llorado las putas burladas del pago a sus servicios,los palomos sodomizados por los porta- estandartes del progreso material de la nación,la lista interminable y creciente de los excluídos de las bendiciones metropolitanas de nuestra postmodernidad esquizoide,de los torturados y asesinados por los garantes de la grisácea paz y el tenebroso orden necesarios para que tal progreso pueda tener lugar;los corruptos sin rango,sin cargo,desfilando con la vergüenza hecha jirones,con la esperanza desabotonada y la inocencia desnuda,violada,muerta mas allá de cualquier resurrección;los ningunos,los ninguneados,los yo...La rabia late aún en mi garganta como un bocado sin masticar renuente a ser tragado,exigiendo ser vomitado,haciendo aún más acre el sabor de la cerveza tibia,cuando vuelvo a escuchar la carcajada.Con la certeza de no estar alucinando agudizo el oido,listo para recibir esta nueva impertinencia...Ahora que lo noto,la risa extraña,ultraterrena en este mi tiempo,mi espacio,no produce ya en mí respuesta alguna...me ha drenado como alguna amante de sueño, dejándome solo con la lucidez de mi propio ser,del patetismo ridículo del que no me soy capaz de sacudir.

Ahora la analizo,puedo disecarla:es femenina la carcajada que suena una tercera vez,imprudente,impúdica como la soldadesca haitiana del cuento de Penson,desecrando una vez más el viejo monasterio de los franciscanos,el

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otrora castillo de los exiliados desde las fronteras antojadizas de la cordura,el postrer refugio pasajero de los palomos,de las Gení;el reducto final

de

mi

consumada

desvelo,escopeta

en

insignificancia

mano,por

que

preservar.Una

noche risa

tras más

noche

me

ronca,menos

agradable,pausada,definitivamente viril sucede a la última descarga de ese reír

insolente,soez,burlón,obscenamente

despreocupado

y(sí,increíble

¿cierto?)feliz.Hay seguridad en esa risa,una abundancia de desayunos continentales,un

collage

de

acentos

extranjeros,una

conciencia

de

superioridad.

Es una muchacha quien ríe, lleva el pelo negro muy corto acentuando la tenue palidez del rostro que todavía no alcanzo a distinguir,viste una camisa verde bullosa por fuera de unos jeans negros.Los genes africanos hacen a sus caderas traicionar con su vaivén el aire paltrowiano de su persona, acentuando la fisonomía que trata en vano de cubrir con la camisa de hombre:mulata lavaíta más caribeña que el agua de coco.A esta distancia puedo reconocer en ella esa edad indiferente tan generalizada en nuestros días

ambiguos

de

androginia,relativismo

ético

y

hedoconsumismo

sistematizado.Son tres quienes suben la calle empedrada;la otra muchacha es algo así como una copia en negativo de la primera, si bien le queda corta en hermosura y en gusto:peróxido,camisa crema,blue jeans.El muchacho es medianamente fornido,es el único que lleva la camisa por dentro de los jeans y su cabello es mas abundante que la suma del de las dos mujeres;le pasa a la risueña un cigarrillo encendido que a casi cinco metros de distancia puedo oler como marihuana y reconocerla como de buena calidad.La punta encendida brilla más intensa y la jevita,conteniendo experta el aliento,lo pasa a su amiga que ocupa el centro del grupo.Apenas hala del joint le cae un acceso de tos al que responden a coro media docena de perros insomnes desde las casas vecinas;cuando,terminado el paroxismo,levanta los vista sus

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ojos húmedos se posan,frisándose,sobre mi.A menos de tres metros de distancia se han percatado de la presencia de un guardián armado; probablemente piensen que puedo hacerles pasar un mal rato,¿quien sabe?:toda la noche en el Destacamento,el pleíto con los viejos,tres días sin MTV,sin HBO,sin Plaza quiensabeyacomo...¡Que no le haría lajara a uno de los palomos por tener la osadía de darse un tabaco subiendo la Emiliano Tejera!.Sacudo, literalmente,ese pensamiento molesto con un movimiento brusco de la cabeza,un vehemente,mudo no y le sonrío al trío petrificado frente a mí.Dirigiéndome a la de la risa le pido me deje darle un par de patadas, aunque es la “rubia” la que sostiene el porro en la mano derecha,sin saber que hacer con él.

Ante mi pedido se repiten,esta vez en forma generalizada y simultánea, las risotadas.La del pelo negro no suena ya socarrona, sólo aliviada, de nuevo en posesión de sí misma,reina de su entorno.Sonriéndome una sonrisa oblicua que de seguro ha ensayado sin cesar frente al espejo hasta perfeccionar su sensualidad sugestiva sin aún dominar la fuerza del sarcasmo,toma el tabaco de manos de la otra,fuma larga y lentamente,mirándome directamente a los ojos y desplegando a conciencia la hermosura de sus ojos castaños vuelve a sonreir,sosteniendo el aliento,mientras me pasa ,¡al fin!, el joint.

Algo parece haberse roto entre los tres.La peroxidada se abraza al muchacho con excesiva efusividad y la otra se me acerca;ahora me doy cuenta que lleva una botella de vino en la mano izquierda.Buena la yerba.Fumo hasta mover el drogómetro un par de milímetros de mercurio.La jevita sube para sentarse en el tercer escalón y yo abandono la silla para sentarme a su lado.Una patada más y le paso el tabaco,ella a su vez me pasa la botella de (¡vaya!) White Grenache.”¿Dónde lo conseguiste?.Tengo como dos años buscando este vino...”.”Nevermind”.Sonriendo me extiende la mano,Roberta es su nombre.La yerba,el sabor del vino,la situación toda me

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han obliterado momentánea- mente los modales.”Tanto gusto”le contesto estrechando suavemente su mano y añadiendo,desde luego,mi nombre.

Tiene un rostro más que agradable y un poquitito menos que hermoso,envuelto en una expresión de picardía infantil mientras fuma el tabaco en extinción para inmediatamente ponerlo en mis labios,sosteniendo la chicharra con la punta de las uñas pintadas de un color oscuro que no puedo distinguir claramente,toda una experta marihuanera.La chicharra perece entre mis labios y de repente me percato de la botella en mi mano derecha.La muchacha parece leerme el pensamiento y ríe,esta vez más femenina y espontánea, algo coqueta,siempre segura de sí y río de buena gana con ella esa risa incontrolable de la yerba.Nos pasamos alternativamente la botella de vino hasta consumir casi la mitad del contenido.Los otros dos desparecieron bajando la Hostos.”La habia abierto allá abajo”me dice refiriéndose a la botella y señalando en dirección a la Meriño.Me levanto del escalón para irme a recostar sobre la grama.Le pido,con por favor y todo,que me alcance la “jodida escopeta” que dejé recostada sobre el otro lado de la silla,hacia su derecha.Viene con el arma y se recuesta a mi lado,”¿Por qué no asaltamos el cuartel allá abajo”,le sugiero, desencadenando otro ataque de risa.

Recostados sobre la grama,en silencio,observamos lo observable de la Zona desde el tope de la colina donde se yergue el antiguo monasterio, manicomio,refugio, monumento, mausoleo...No quiero ponerme melancólico así que nos metemos a hablar apretadamente(maravillas de los cannabinoides) de cuanto nos viene a la cabeza: musica, historia por Don Emiliano, literatura por la estatua ausente de Doña María de Toledo.”¿Qué carajo habrán hecho con la estatua?.Quizá le pintaron bigotes y la rebautizaron como Salome Ureña .”-me contesto mi propia pregunta.”¿Y quien te dijo que Salome Ureña tenia bigotes?”.Le construyo una pesada hipótesis pseudo

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freudiana buenamarihuanesca según la cual la Srta.Ureña,ulteriormente Sra. de Henríquez debió haber sublimado su rol de maestra como única vía de escape a la maldición que,al nombrarla como la más celebre y taimada de las putas del Nuevo Testamento y,quizá de toda La Biblia,de toda la literatura religiosa desde los sumerios a Connie Méndez,de toda la mitología preservada por Occidente,en fin”...luego de ser nombrada como el arquetipo mismo de la capacidad manipuladora de la sensualidad femenina,era de esperarse que la Srta. Ureña fuera especialmente recatada,vale decir,neuróticamente reprimida lo que daría lugar a la producción exagerada de testosterona en un circulo de retroalimentación positiva que generaría rasgos clínicos muy específicos, entre ellos el hirsutismo y la clitoromegalia”.”¿Qué quiere decir eso

ultimo,clitoro...?””Tu sabes,el clítoris,componente esencial de

la

genitalia femenina,bautizado en honor a la mitológica reina del diminuto pueblo de los Mirmidones y por quien Zeus,enamorado,se convirtió en hormiga para seducirla.El prefijo megalos,del griego,grande...”.”Tanto hablar para decirme que tu pìensas que ademas de bigote Salome Ureña tenia la pepita grande...”. Nos miramos.”Ecco”.

Nos miramos otra vez.Las mejillas se le tornan rosa,progresando a carmesí...”Y quizás yo sea Zeus,disfrazado de guachimán cool y erudito,para seducirte

a

tí,la

reina

de

los

mamilones...””¿Quiénes

son

los

mamilones?”:”Los dos que se fueron a jugar al doctor por ahí,tus amigos”.Entonces le digo cuan hermosa me parece su mirada y procede a besarme los labios,uno a uno,lenta,tiernamente para,finalmente presionar los suyos contra los mios.Respondo con una caricia casi idéntica, más prolongada.Con una abrupta,risible expresión de seriedad y de absoluta sobriedad me dice que le gusto como si en verdad quisiera decirme algo más que tan anticlimáctico lugar común.Tomo su rostro entre ambas manos,esta cara extraña y fascinante y conmovedora,plasmada con esa sumisión

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femenina a la que cantó Neruda y sin apartar por un atimo de sus ojos mi mirada vuelvo a besarla,lenta,alevosamente con intensidad creciente y calculada hasta dejarme ,dejarnos cubrir por la pasión y entonces mi boca se pierde en su boca toda, sorbiendo de su lengua el sabor aún fresco del vino.Ella responde experta, sintónica, sincrónica de acuerdo a los detalles coreográficos impresos desde siempre en su ADN y en medio de la vorágine confieso y miento y hablo palabras que no recordaré y algunas que desearé y no seré capaz de olvidar.Como ocurre en tales casos antes de darnos cuenta estamos haciendo el amor sobre la grama y,a pesar de un par de accesos de paranoia y sin perder de vista la escopeta fue dulce,fue hermoso,bello, tan sublime que no me atrevería a calificarlo como sexo casual,si es que existe tal categoría.

Recostado sobre su regazo mi cabeza cargada de la languidez postcoitum sazonada por el deltanueve,ella comienza entonces a acariciar mi pelo,y tomando mi cabeza entre sus brazos me coloca,en un gesto sorprendentemente maternal para una muchacha al menos diez años menor que yo,sobre su pecho.Me habla dulcemente al oído, sin dejar de acariciar mi pelo, como si quisiera consolarme,diciéndome como sabe que aquella no es mi real ocupación,a preguntarme por que hago ese trabajo que puede resultar incluso peligroso.Le cuento sobre el propósito de mis ahorros, la escasez de ofertas de empleo en mi campo profesional, la posibilidad de ver la vida desde una óptica diferente, algo así como la experiencia de Kerouac... (”Debiste haber buscado empleo en la Óptica López...o en Poché,que esta más cerca”.)nuevas relaciones,nuevas vivencias,la emocionante eventualidad de pegarle un plomazo a alguien(“Tu no eres de esa clase”-interrumpe lacónica.) o de pegármelo yo mismo para terminar de una vez con el tedio,con el vacío(“Ese no es tu estilo...”).Me eximo de contarle las cosas

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feas,lo que he presenciado y vivido,el lado oscuro de nuestra ciudad en el que he sido inmerso gracias a este trabajo temporero.

Escuchando su voz,su respiración,los latidos de su corazón,el deglutir del vino en su garganta mientras sus dedos acarician mi oído izquierdo, aquella extraña,aquella aparición fantasmagórica de una sociedad esquizoide siento, por primera vez en mucho tiempo, paz.Tanta paz que me despiertan los rayos del sol recostado sobre la grama en posición fetal,la escopeta a casi un pie de distancia del lugar donde he estado durmiendo por quien sabe cuantas horas.La botella vacía de White Grenache,el pintalabios oscuro en mi pecho y la manga izquierda de mi camisa y el perfume desconocido que aún inunda mi olfato me responden al unísono que no,no ha sido un sueño.

Una extraña venida desde un mundo de risas,de juegos,de colores me ha lamido las heridas una noche y,viejo perro apaleado,estoy ya listo para la próxima golpiza,para ser,como tantos otros han sido,son y serán,testigo del desfile

interminable

de

la

injusticia,la

crueldad,la

desesperación,la

muerte...En este mundo,sí,en esta cloaca donde me ha tocado vivir puede entrar un rayo de luz,puede aparecer un charco de agua clara.Las Gení,los palomos,sodomitas,asesinos,corruptos con y sin uniforme,hipócritas de toda laya siempre los ha habido y habrá...¿Quién soy yo para desperdiciar ésta mi corta estadia bajo el sol dejándome ahogar por las sordideces de ambos, víctimas y verdugos?.El perfume de Roberta me llena de una melancolía tan poderosa como la ira que inicialmente habían despertado sus carcajadas en mi universo luctuoso, así que tengo que ponerme en pie para no dejar que el suspiro me paralice. Siento, entonces,como algo liviano cae de mi cuerpo hacia el suelo:un simple pedazo de papel de funda.Lo recojo y lo examino.Tiene,obviamente el nombre esperado,un número y el delicioso imperativo “llámame, cono” y su presencia me llena con

un embarazoso

entusiasmo adolescente.

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Tal regalo no se repetirá,esa noche no volverá.La efímera es la más hermosa de las mariposas y las bendiciones se reciben una sola vez.Comienzo a bajar en dirección a la Meriño,no me da la gana de esperar la camioneta de la compañía.Algo me hace pensarlo mejor:anoche ha terminado un episodio, es hora de continuar la marcha,me devuelvo hacia el portón de Las Ruinas y dejo la escopeta abandonada entre las rejas.Bajo silbando por la Emiliano Tejera,con el papelito de Roberta en la mano izquierda.En la Meriño detengo un carro de concho y me instalo en el asiento delantero, examino por última vez el papelito,hago un bollo con él y lo arrojo por la ventana del vehículo en marcha.Es una mañana verdaderamente gloriosa.

Disincronía

Si hay una prueba contundente de que el infierno se encuentra aquí mismo,sobre la Tierra,en el ahora de la existencia individual, ésta es la eyaculación precoz.El sexo, motivación ultima de muchas de las conductas humanas(para no darle la razón a Freud,porque no me da la gana,y decir que de todas)posee una complicadísima escenografía:conocerse,la primera llama da con el corazón en la boca,la muela,la cena,la discoteca, el motel,los besos,la desnudez,el pericoito...El miedo atávico a ser incapaz de satisfacer las demandas de esta hembra en celo cuya mirada te friza los cromosomas aun en el más insignificante de tus espermatozoides.Los cuerpos desnudos sobre el lecho de la locura consensuada, consexuada,de gemidos,de sudores,de contorsiones nadiakovanechianas.El temor,siempre presto a asomarse,a escapar de las mazmorras de la negación, de las racionaliza-

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ciones,ante este animal empapado que demandará, implacable,satisfacción siempre en exceso de la capacidad de tus engranajes fisiopsicológicos, siempre con tal o cual pieza bajo riesgo de avería, motores sin engrasar, amenaza perpetua de combustible agotado.

La infección,el contagio,miedos del siglo XX,verdades conocidas desde el Jardín del Eden.Desde aquel lugar oscuro y remoto de tu psique,mientras sientes el rostro empapado de humideces dulcemente obscenas,esa vocecita sabia quiere gritar:detente, vístete,vete,escapa,huye,HUYE.Otra prueba de virilidad,otro examen de hombría, la erección late,el calzoncillo cae del lecho cargado con una mancha de viscosidad cristalina.Te tomó por el pelo y tenaz te puso sobre sí la hembra en llamas, ávida por llenar ese vacío tan literal, tan absoluto y absolutista ,cuneocrata y tú, tonto de tí,entraste y fue la catástrofe.Varias vocecillas:te lo dije, tu ves ,maricon ,coño ,COÑO. Segundos antes,mientras penetrabas su invitación y era tan cálida, tan húmeda y ese calor tan apretadito allá abajo apretándotelo como si tuviese vida,voluntad propias,como si...sí, demasiado buena, no pienses, por favor Dios mio no me dejes pensar en esto que estoy hacie.... que esta jeva está haciendo contigo.El orgasmo inoportuno se aproxima y tratas de evitarlo, detenerte,detenerlo,hacer algo,hacer ALGO.,Oh,Dios...(no se te ocurre siquiera que probablemente no tienen mucha prioridad en los Cielos las oraciones elevadas durante la fornicación) tratas de pensar en tu abuelita muerta, en el juego de pelota, en amputaciones, en sangre y vísceras.

Nada.Te abandonas y sientes, como en un sueño, tu extemporaneidad,tu imprudencia

imperdonable,imperdonada,a

pesar

de

las

palabras

de

consuelo,los abrazos,las caricias sobre la cabeza, como quien dice: pobre niño,lo intentaste y no pudiste,pero mami es paciente,mami te ama...Aquel momento infernal tras tres nanosegundos de placer culpable y temeroso que precedieron a la conciencia del desbarajuste,de la metida(la metida,ja!)

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de pata de siempre.La emisión afrentosa de semen apenas contactada la vagina con la acompañante,clara ,implacable conciencia del momento,de la situación,del cuerpo cálido bañado de gemidos y sudor, de olores ,de demandas y de belleza cuando ya no importa un bledo la belleza,pues el animal, sobre todo la bestia de dos espaldas,es incapaz de goce estético.

Y,sí,te viniste otra vez antes de tiempo.Ella no lo dice pero esta todo ahí: la culpa,el desencanto,la mutua insatisfacción del clímax asincrónico, único.

Te dan ganas de llorar y no puedes, quisiste continuar pero se te desinfló la erección y ¿para qué intentarlo de nuevo?¿para qué someter a ambos nueva vez a la vieja frustración?.Omne anima post coitum tristis,y a la languidez le sumas tu vergüenza,tu orgullo masculino herido...¿Hasta cuando aguantará ésta?.¿De qué sirven ahora el apartamento,la yipeta?.Los futuros cuernos comienzan a dolerte sobre la frente...Con un esfuerzo digno del propio Schopenhauer volviste al cunnilingus y le arrancaste un orgasmo del cual nunca podrás estar seguro haya fingido por simpatía, por cansancio o por burla...un tente allá ,las cosas mejorarán,¿mejorarán?.El sueño te ahoga finalmente escuchando sus ronquidos suaves,casi infantiles y podrías sentir por ella ternura ahora,si no fuera por ese odio negro que te inspira en el corazón esa mujer que te sabes incapaz de complacer.Cuando despiertas a media mañana, la luz del sol indiferente a las sombras de la noche larvada en tu corazón y sin atreverte a darle un beso de despedida sales a confrontar desafíos mucho más fáciles que los de la noche.No piensas regresar,¿quién va a sentarse a esperar que le pongan los cuernos?.

Psiquiatras,psicólogos,sexólogos.Teoridazina,clomipramina,sertralina,paroxetina .Hasta que te encontraste con el médico loco ese, en la farmacia y te dió garantías, te dio esperanzas,te prescribió el opiáceo.¡Ni siquiera quiso cobrarte nada!.Y funcionó.FUNCIONO.Cada polvo sin polvo costaba al menos sesenta pesos de antiorgásmicos,que,de ñapa,te hacen

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sentir tan bien,tan tierno y amoroso,tan sexy y tu mujer,la nueva,tan contenta,tan sumisa,tan adecuada en su recién encontrada vocación de servidumbre, de ternura en la falocracia príapica impuesta sobre ambos por la magia de la amapola.

Sin darte cuenta han pasado ocho meses y eres,técnicamente,un tecato.El remedio se ha convertido en enfermedad y no queda ya nada que curar.Consumir aquellas cápsulas primero, ampollas después,el propio caballo finalmente...y el Vía Crucis

en Higiene Mental,el encontronazo con La

Dirección,y ella no se queja...pero no le gusta.Pero...¿quién dijo que debía ser perfecto?,¿te dieron alguna garantía de felicidad, de contentamiento siquiera cuando, sin consultarte, te concibieron?.Satisfaces a tu mujer y te satisfaces a ti mismo con ella y con la droga, si bien hace meses no te interesa el sexo; conoces ahora placeres más intensos, más duraderos, más libres,cada vez más egoístas,solitarios...Así, vivieron felices para siempre, vale decir hasta el final, hasta el día ese cuando finalmente te jartaste y te diste un tiro, convencido, Hamlet nueva vez derrotado, de que no podrías ir al infierno pues, precisamente de éste salías.

Final feliz Tenía ya casi tres meses cuando mataron al bebé.No sabían que hacer con ese muchacho.Desde que supo que había embarazado una sexta vez a su mujer, Raúl comenzó a odiar ese bulto secreto creciendo en sus entrañas y que dentro de unos ocho meses vendría al mundo demandando repartir el ya escaso pan que,terco,se olvidaría de traer debajo del brazo.Altagracia estaba,simplemente,harta.Vivía por pura inercia:laboraba en la Zona Franca,

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hacía los quehaceres domésticos ayudada por la hija mayor y tenía relaciones con su marido con la misma paciencia impertérrita y la ausencia tolerante con la cúal el resto de los mortales llevamos a cabo las tareas impuestas de dormir, respirar,comer,orinar y cagar.Demasiado cansada para luchar contra él había aceptado finalmente su destino y era partícipe de todos los eventos como poco más y a veces menos que observadora.Cuando el niño se enfermó la primera vez había temido más la reprimenda de la Supervisora y la posibilidad de ser despedida que por la vida de su hijo;era cuestión de simple matemática: valen más siete que uno.

Cuando Raúl le dijo,después de otra noche de juerga,que debían deshacerse del chamaquito;pensó que se trataba de otra de sus vainas, algún disparate producto de la resaca.Cuando la sentó una noche al comedor,de regreso de otro viaje frustrante al Angelita y con el incesante chillar del niño como telón de fondo,y comenzó diciéndole que no les era posible mantener a ese muchacho,que nadie lo querría ni regalado,que no podían pagar tanto medicamento y encima mantener a los otros para finalizar sugiriéndole deshacerse de él de la manera mas fácil, que él mismo lo haria,que había lugar en el patio para enterrarlo; se limitó a asentir, triste y silenciosa.Sentía pena por su hijo,pero en aquel momento pensó que la criaturilla se desharía al menos de esa cosa ininteligible que los médicos decían no le dejaba dormir,lo ahogaba,lo ponía morado y lo torturaba haciéndole torturar a todos en la casa con ese incesante llanto.Cuando Raúl se fue a la habitación de los esposos,donde estaba la cuna,pudo escuchar como , unos instantes más tarde, se hizo un silencio helado que le confirmó el hecho y no pudo evitar el raudo correr de lagrimas inútiles mientras oía al marido cavando en el patio.

La madrugada lloró y gimió por enésima vez la crueldad y estupidez de los hombres.Las ráfagas de viento arrancaron hojas y algunos frutos de la

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mata de

mango del patio vecino.En la mañana la perra se saltó la cerca

maltrecha y comenzó a escarbar en la tumba.Raúl,todavía en casa,con un peso oscuro en medio del pecho que,como todo lo que los demás llamamos emociones,únicamente sabía expresar como pura rabia,la espantó a palos y mientras maldecía,se puso a tirar tierra sobre la tumbita sin notar como también uno de los mangos del vecino había venido a depositarse,arrastrado por la inercia de la caída, donde la perra había comenzado a hacer un hoyo.Terminó su labor entre suspiros y palabrotas para dirigirse al taller a esperar en vano algún cliente.Generalmente,aburrido y frustrado, comenzaba a beber a las once de la mañana;aquel día comenzó a las nueve.

A quienes le preguntaron,movidos menos por la solidaridad y la compasión que por la inagotable curiosidad morbosa del ser humano,Altagracia les contestó que el niño había muerto aquella noche en el Angelita.Se sintió bien extraña cuando esa gringa,la Supervisora,exultante de carnes sonrosadas entre tanta mulata escuálida,vino y le dió un abrazo y le dijo en su español torpe,con una dulzura que la otra no supo identificar porque nunca había conocido,que estaba a su orden,que no tuviera miedo si necesitaba algo y que si se sentía mal se lo dijera.Altagracia se limitó a asentir con la cabeza ,segura todo el tiempo que no le pediría nada a aquella gorda de mierda que siempre daba ordenes y ya había cancelado como a ocho de sus compañeras.

En la soledad del taller Raúl no tuvo que responder a las intromisiones de nadie y para el mediodía, gracias a Dios por eso,el ron ya había hecho callar a esa arpía mordaz,la conciencia.

El resto de la semana se la pasó lloviendo,lluvia extraña mañanera con el sol afuera para iluminar los esponsales de las brujas .Berta,la hija mayor de la pareja,demasiado ocupada con las labores de la escuela y de la casa y aún a los doce años con una especie de terca inocencia infantil protegiéndola de los horrores cotidianos de las hermanas Pobreza e Ignorancia,no se

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sorprendió por la ausencia del bebé y cuando la madre le contestó escueta como había muerto en el Hospital, ésta no le creyó pero asintió con la cabeza,temerosa de su propio saber.Cuando descubrió el tallito tímido, con dos o tres hojitas al fondo del patio se sintió llena de una ternura extraña,casi maternal y se decidió a cuidar la plantita y a regarla diariamente.

Pasaron los meses y una tarde,cuando,inusualmente,el ron y el malhumor no le tenían completamente anestesiado Raúl se encontró, pasando camino a la letrina,bajo la sombra de un árbol.Lo contempló boquiabierto,las manos en la cintura,le parecía que simplemente se había materializado allí,al fondo del patio, cubriendo la tumba del hijo, hasta que las urgencias del cuerpo le hicieron encogerse de hombros y dar media vuelta para hacer lo que tenía que hacer.Cuando se lo contó a su mujer ésta se limitó, como siempre a asentir, ausente; si bien a la mañana siguiente,antes de irse a trabajar,se paró frente al árbol y ante tal demostración de fuerza,de magnificencia,de vida,se atrevió a sonreir por primera vez en más de cinco años.

Una mañana de Junio,Raulito entró a la cocina para mostrarle a Berta uno de los extraños mangos que habían caido de aquella mata veloz.La muchacha contempló la fruta,la cáscara rosácea y,sin pensarlo le dió un mordizco tras arrancar con los dientes un trozo de la cubierta.Sabía a mango aunque algo salado y con un olor fuerte,herrumbroso.Se estremeció de sorpresa cuando se fijó en la pulpa de la fruta,de un fantástico color azul y decidió,prudente, esperar mostrárselo a la madre antes de dejar que el hermanito se lo comiera.Claro,el niño no le dijo como se había pasado la tarde comiendo entusiasmado de esos mangos azules con uno de los hijos del vecino de al lado.Fue la madre de este último quien se presentó ante Altagracia con aquel fruto extraño.Esta lo examinó, cauta,mientras el alma se le llenaba de presentimientos y culpas y devolvió a su vecina una mirada sorprendida y muda.En poco tiempo todos los niños del barrio pululaban

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alrededor de la cerca para que Raulito les pasara uno de los mangos azules.Uno de ellos se entusiasmó tanto que llevó una de las frutas a su maestra de cuarto año,de quien se había enamorado perdidamente.Esta encontro la fruta sobre el escritorio y la guardó en su bolso para mostrarsela al marido,estudiante de agronomía.

Por algún capricho del destino la reportera llegó primero a la comarca de los mangos azules que los técnicos del gobierno alertados por uno de los miembros del Departamento de Agronomía de la Universidad y siempre retrasados entre formularios y reportes.Los mangos,como todo lo digno de atención que ocurra por estos predios, fueron a parar a manos de los nor teamericanos,específicamente a uno de los departamentos de investigación de la Secretaria de Estado de Agricultura de los Estados Unidos.Alguien dijo,frente al hallazgo,que no debía sorprender a nadie,¿no era en ese lugar que los laboratorios tal y tal tenían una fábrica?.Sus colegas no le prestaron atención y procedieron a disecar y analizar la fruta descubriendo primero su inusual contenido en hierro y aminoácidos hasta llegar al hallazgo sorprendente de que poseía una secuencia de ADN idéntica a una de las que daba lugar a la síntesis de hemoglobina humana.El Departamento de Estado envió inmediatamente un equipo a averiguar que carajo estaban produciendo los dominicanos esos sin permiso del Tío Sam.En el interim Raúl se había despabilado y sembrado metódicamente todo el patio con las semillas de la mutación de Mangifera indica

que había crecido en poco más de un año

sobre la tumba olvidada del niño que ya no recordaba.Comenzó a venderlos a los fruteros de la Zona y parecía que,al fin,Dios había decidido darle un chance.

La reportera no pudo leer desde luego,el informe de los investigadores americanos,clasificado como ultrasecreto tan pronto llegó a las manos del espía adecuado.Siguió sin embargo investigando los eventos alrededor del

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extraño fenómeno y se topó,como siempre ocurre en tales casos, con el metiche de turno que le dijo sobre el niño enfermo cuya muerte no registraban los archivos del Hospital Infantil.Cuando hubo terminado la recolección de datos concluyó, con la frialdad y subjetividad propias de los juicios humanos,que allí había tenido lugar un infanticidio.Impermeable a las consecuencias de sus actos,guiada por su instinto para el escándalo y su rencoroso e inhumano sentido de la justicia se dirigió, camarógrafos y todo a interpelar a quienes ya había condenado por un horroroso,aun no demostrado,crimen;el concepto de circunstancias atenuantes era extraño al bagaje intelectual de aquella mujer amargada adicta,como todos,a ejercitar el dedo índice.Deslumbrados por las luces,confundidos por las cámaras y las preguntas, Raúl y Altagracia poco menos que confesaron haber dado muerte a su hijo.El escándalo arropó a la Nación,senadores y diputados pidieron a la policía investigar a fondo el caso.Vinieron los técnicos americanos y tomaron muestras justo antes que se presentara un grupo de investigación de la policía acompañados de un Fiscal que se limitó,finalmente a anotar los hallazgos entre las raíces del arbol derribado:restos de un craneo,una tibia,y algunas vértebras que el médico legista decretó habían pertenecido a un niño de corta edad,menos de seis meses.

Mientras en el sur de Estados Unidos se cosechaban mangos azules para tratar de satisfacer la exuberante demanda internacional de aquella fruta tan rica en nutrientes,en sabor y color,Raúl y Altagracia eran condenados a veinte años de prisión por la muerte del niño.Mientras una

compañía

norteamericana capitalizaba el hallazgo y patentaba,con la anuencia de todas las partes convenientemente envueltas,el nuevo fruto,Berta se encontró como única proveedora de sus cuatro hermanitos.El árbol había sido arrancado de raíz y los brotes plantados por el padre, maldecidos por algún dios inmisericorde, se negaban,obstinados,a crecer.En poco tiempo el

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dinero de la liquidación de Altagracia se había terminado, la gringa gorda había venido y le había dicho, llorosa y apenas inteligible, qué los ayudaría, qué todo estaría bien.Así también habían hecho la reportera y dos trabajadoras sociales enviadas por Salud Pública.Bertica,con catorce años, fue, durante unos meses una de los principales atracciones del burdel de Doña Graciana.

Al parecer las mezquindades y crueldades de los hombres siempre se las arreglan para sabotear los designios de Dios.Al menos los otros niños no murieron de hambre y pudieron sobrevivir y crecer para continuar perpetrando el absurdo ciclo de la miseria,de la ignorancia,de la crueldad.Nadie reportó la muerte por tuberculosis de la escuálida Altagracia,ni mucho menos,cuatro años más tarde, la de Berta.¿A quién le interesa la muerte de otra prostituta adolescente infestada con el VIH?.

Claro todos los demás personajes,incluso la vecina quien pudo ver al fin realizado su viejo sueño de mirarse a sí misma en la pantalla del televisor,y, sobre todo,los accionistas de Strange Fruit Inc,vivieron felices para siempre en sus respectivos cubículos de realidad. Hoy se venden mangos azules alrededor de todo el mundo.Los dominicanos los importan desde Florida.

Gajes del oficio Inicialmente el asunto me pareció sino una sugerencia absurda, al menos una idea delirantemente exagerada. El Supervisor tenía toda la razón de la cual era capaz su cosmovisión centrada sobre la eficacia como única de las posibles virtudes humanas digna de estimación. Yo mismo no podía culparle por no ser capaz de plantearse la cuestión ética inherente al problema. De

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pasada, déjame darte un consejo, lector: lee siempre las letrillas al pie de las páginas de un contrato, de la índole que sea, no te expongas a sorpresas siempre desagradables. En el caso de mi contrato de trabajo éstas constituían unas tres páginas y una cláusula entre ellas escondidas daba potestad a la empresa para, cito”:Tomar cualquier medida a su alcance para facilitar el óptimo desempeño del signatario en cualesquiera de las funciones que le fuesen asignadas...”.

Resulta irónico que entonces no se me habían asignado, de hecho no había siquiera contemplado tal eventualidad, las funciones que ahora requerían de mi presencia en la oficina dieciocho horas al día, siete días a la semana con cuatro asistentes a tiempo completo. Yo mismo había diseñado aquel proyecto y, en medio de la continua guerra entre las diferentes agencias, teníamos unas nueve semanas para estructurar exhaustivamente la campaña y presentarla al cliente. La paranoia del Supervisor era tal que ninguno de mis asistentes podía abandonar el edificio, ni siquiera hacer llamadas al exterior. La última vez que uno de mis proyectos había sido llevado a cabo con la intensidad y la ambición propias del medio hacia apenas cinco meses; entonces mi mujer me llamaba al menos tres veces al día y el tiempo que podía pasar, finalmente, en casa apenas me alcanzaba para dormir. En la farmacia de la empresa debía abastecerme de zildenafil y clomipramina que consumía en dosis impresionantes para poder cumplir a cabalidad con los más conyugales de mis deberes; en más de una ocasión llegué a quedarme dormido durante el coito, con todo y a pesar de la erección impávida. A mi mujer nunca pareció importarle una vez se aficionó casi exclusivamente a la posición romana.

En retrospectiva, debió haberme llamado la atención que ninguno de mis asistentes parecía en lo mas mínimo molesto por estar incomunicado con el mundo exterior, virtualmente prisioneros en la sede principal de la Empre-

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sa.Debió haber despertado en mí alguna sospecha, ahora que lo pienso, el hecho de que mi mujer no mostrara ningún interés en un proyecto al que estaba dedicando mas de cien horas por semana y se limitara, finalmente, a hacerme una única cotidiana llamada después del mediodía. Ni siquiera los niños parecían extrañarme y el pequeño Esteban no me esperaba ya cargado de preguntas, desbordado de proyectos, como solía hacerlo en aquellos períodos cuando debía ausentarme por algún tiempo. De hecho fue el propio Stevie quien activó en algún lugar de mi psique la alarma cuando, antes de irse a la cama, comenzó a hablarme de ciertos elementos de botánica como si continuásemos una conversación que yo no recordaba haber comenzado; realmente yo no tenía la menor idea de aquello que el niño insistía yo mismo le había enseñado:” Pero... papi, ¿tú no te recuerdas, ayer por la tarde?.Tú me dijiste que las plantas eran criptógamas y taneroga...”,”fanerógamas”corregí automáticamente y,en el silencio embarazoso que siguió, mi mente barajaba a toda velocidad las explicaciones posibles para tal fenómeno hasta,finalmente caer en la cuenta de lo que estaba pasando:un cuento de ciencia-ficción hace veinte años, una irritante eventualidad de orden laboral en estos días y aunque más tarde me enteraría que era,ademas,bastante común, llegar a la conclusión de que tal cosa estuviera ocurriéndome precisamente a mí me dejó, por algunos segundos en una especie de estupor.

Sin decir una palabra, sin despedirme siquiera del niño que no apartaba de mí su mirada desorbitada con la sorpresa que sólo los niños son capaces de experimentar,abandoné el estudio y descendí a saltos por la escalera hasta el garaje.En cinco minutos había atravesado la ciudad y me encontraba ya en el ascensor preparando mentalmente mi confrontación con el Supervisor.La luz del despacho estaba encendida y ni a mí ni a nadie que conociese a este eunuco workaholic le sorprendería encontrarlo trabajando pasadas las diez de la noche de un viernes; de hecho no se le conocía otra vida,aparte de su

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quehacer laboral.Un verdadero constructo marcusiano:ni padre,ni esposo,ni amante,sin virtud ni vicio conocidos ni concebibles,no era un hombre mi superior inmediato era sólo, simple y únicamente eso:el Supervisor. ¡Vaya sorpresa la que me llevé al entrar al despacho!.Las buenas noches se me quedaron congeladas en algún punto entre el lóbulo frontal y las cuerdas vocales.El Supervisor se hallaba de pies a la derecha de su escritorio conversando,nada más y nada menos que ¡conmigo!.Me explico:no se trata,obviamente,de que al llegar yo se constituyera tal conjunto binario,lo insólito(vamos,no tan insólito después de todo) era la presencia en aquel lugar,al momento de mi entrada,de un individuo físicamente idéntico a mí mismo charlando amenamente con mi jefe.Superada la sorpresa inicial, tras una engorrosa, minuciosa inspección del personaje en cuestión por parte de quien esto escribe(debí haber girado alrededor del tipo más de una docena de veces, observándole de arriba a abajo, de derecha a izquierda, de atrás a delante, mientras la razón y sus talismanes neutralizaban la respuesta animal inmediata frente a tal impostura:el impulso homicida),se sucedieron las preguntas de lugar, retóricas todas,pues yo conocía cada una de las respuestas...solamente debía admitirlo:estaba ocurriendo,ME estaba ocurriendo a MI.De todo este cavilar y balbucear a media voz quedó una única cuestión ¿de donde habían sacado el tejido?.

Con la acostumbrada ausencia de inflexión en su voz,el Supervisor me contestó(informó, seria la palabra mas apropiada) que las células habían sido tomadas de una muestra obtenida durante un procedimiento quirúrgico electivo al que había sido sometido en 1996 y del cual me había prácticamente olvidado y que desde el momento de mi ingreso a la Empresa, cuatro años atrás,el producto habia sido sintetizado en espera del momento cuando se le necesitara, como era ahora el caso.Las implicaciones del hecho frente a mí,del embrollo en que estaba inmerso, me resultaron

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apabullantes: esa cosa había estado durmiendo con mi mujer,haciendo las veces

de

padre

de

mis

hijos,cuidando

mi

jardín,¡escuchando

mis

CDs!...haciendo en fin todo aquello que hacer durante cuarenta años me había definido como individuo.El mito del irrepetible,insustituible,único yo se hacía trizas frente a mis ojos.Recorrí en vano,con la mirada,toda la extensión del despacho en busca del bar...¡Este mierda ni siquiera toma y es,sin embargo capaz de mandar un clon a acostarse con mi mujer.Hice algunos ejercicios de respiración mientras masticaba y chupaba rabiosamente una pieza de la ya no tan nueva goma de mascar ansiolítica patentizada por Roche.La paz de la benzodiacepina me trajo de vuelta al mundo civilizado de las emociones neutras y, tomando asiento, me preparé para manejar la situación.

No había yo aun proferido palabra cuando el Supervisor procedió a recordarme como yo mismo había aprobado, por escrito,el uso de un clon en caso de requerirlo así las circunstancias, que esta mi fotocopia había sido fabricada por una compañía denominada Biotech,subsidiaria(desde luego)de SONY,que todas mis pruebas psicométricas y mis patrones conductuales,apropiada y sutilmente detectadas tanto en la oficina como en mi hogar, habían servido para programarle de la manera mas adecuada posible. ”Entiendo sus cuitas y respeto sus pruritos morales-continuó en tono de letanía el Supervisor mientras cada célula en mi cuerpo gritaba por un doble scotch a las rocas-del mismo modo la Empresa y Biotech.No debe usted preocuparse,Señor Gomes, toda posible eventualidad ha sido prevista,incluyendo las mas espinosas situaciones:este modelo es incapaz de sostener relaciones sexuales, así como de reacciones afectivas mas alla de lo que podría conceptualizarse como una cierta,tibia,fraternidad.No le robará su mujer,ni enajenará su progenie.Fue diseñado y esta hecho, simplemente,para estar alli,nada más”.

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Lo dejé con la palabra en la boca.Mientras conducía de vuelta a casa pensaba contárselo todo a mi mujer,anunciarle mi decisión de renunciar de la Empresa(¡renunciar a casi doscientos mil dólares al año!),pedirle perdón por mis ausencias, por permitir que mi trabajo me

distrajera de mi

familia,mi verdadero deber,mi mayor gozo....Pero,¿cómo le explicas a tu mujer que ha estado compartiendo hasta seis horas diarias(sin contar los días completos en la oficina,hasta dos veces por semana)con tu doble,tu copia,tu clon....En fin, ella comprendería.Elsa también trabajaba, sabía de la escasez generalizada de mano de obra, de obreros cualificados, de técnicos y profesionales dispuestos a subir a las alturas de los tiempos, en fin ,aún advertidos con tanto tiempo por Toffler,el futuro nos había llegado a todos,a muchos unicamente los chocó; parece que yo figuraría entre los arrollados: politraumatizado metafísico sin la esperanza de un mítico Darío Contreras donde pudieran reducirme las fracturas de la mente,limpiarme de fragmentos óseos el espíritu, enyesarme el alma...Desde luego,no diríamos nada a los niños.

Aquella noche,tras hacer el amor dulce y largamente,la actitud de Elsa parecía confirmar las aseveraciones del Supervisor sobre la sexualidad de mi otro yo.Con una suerte de desquite intenso y delicioso mezclado con una especie de lástima aliviada,de penoso alivio ante la recién evidenciada asexualidad de mi clon y mientras miraba el techo desde la placida languidez post-coitum ,comencé a contarle todo a mi esposa. Con ojos extrañamente humedecidos y brillantes me sostuvo largamente la mirada,a veces escudriñándome, otras veces,las más,bañándome con esa ternura que parecía haber milagrosamente recuperado algunos meses atrás.En el silencio de la habitación escuché como tragaba en seco,como luchaba con algo que apenas logró escapársele en un pródromo de sollozo,triste y dulce, aver gonzado y prudente;comenzó,entonces,a dirigirse a mí en una incongruente

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tercera persona:se presentó a sí misma como el modelo CT400 de Biotech, capaz de todas las funciones humanas hasta el momento registradas y catalogadas por los departamentos de antropología, psicología y sociología de la empresa.”He sido instruida para comunicarle que he estado ocupando el lugar de su esposa desde el día siete de febrero del año dos mil cinco y que he sido programada para cumplir con las necesidades de afecto, de disciplina y de recreación de toda la familia y,especialmente, de usted.He sido condicionada para proporcionarle afecto y satisfacer sus apetitos en forma incondicional y exclusiva como,de acuerdo a su esposa,usted demanda.Ella ha dejado ordenes expresas de no revelarle su actual lugar de residencia, aunque estoy autorizada a comunicarle que se halla en cierta ciudad europea con un amigo común.Si desea usted entablar una demanda de divorcio,debo informarle que tal eventualidad no es legalmente incompatible con mi presencia aquí”.

Miré largamente a aquella réplica de la mujer que había amado,dándome cuenta como,precisamente en los últimos seis meses la había vuelto a amar con la pasión, con la ternura, con la confianza de los días de nuestro noviazgo.De hecho se había hecho más hábil y complaciente en el lecho, más paciente e imaginativa con los niños, más hacendosa, más nutriente.!Cocinaba como nunca antes!.¡Dios!,creía haber recuperado el amor perdido por mi esposa cuando en realidad me he estado enamorando, estoy enamorado de su clon....

Con una sonrisa acepté mi destino, digno de algún desvarío de Aldous Huxley o de una soleada pesadilla kafkiana,más bien un verdadero sueño de opio.Cuando abracé al clon de mi mujer,a MI clona, sentí que temblaba toda contra mi cuerpo, sacudida esporádicamente por algún sollozo de alivio, bañando finalmente mi pecho desnudo con el torrente de alegría agradecida

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que llovía a cántaros desde sus ojos.¡Había temido tanto mi rechazo,mi pobre, dulce criatura!.Sonreí ahogado en una melancolía sosa, mientras con ambas manos sostenía su rostro entablando ese dialogo de las miradas que tanto gusta de usar el amor intenso, sincero....Mi clona, mi mujer,me preguntó,entonces,el motivo de mi sonrisa.Volví a sonreir,mirándola a los ojos, recordé fugazmente al original y me sentí agradecido hacia ella,a la vez que le perdoné el engaño.Hicimos nueva vez el amor con una dulzura apasionada,una tierna desesperación mas allá de la carne,una nueva entrega total tan indescrptible,tan hermosa,tan sublime que describirla seria blasfemo;básteme repetir con Bono:Even better than the real thing....

Aquella noche dormí el plácido,profundo,reparador sueño de los inocentes, de los que han aceptado la vida en sus propios términos y están concientes de haber sido favorecidos por los Hados.

Me levanté temprano, tenía una agenda muy apretada delante de mí.Sólo espero que a Elsa no se le ocurra retornar,precisamente ahora,cuando ya hacía meses estaba irremisiblemente enamorado de su clona.Pero,!claro que Elsa no regresaría nunca!,ella tenía su propia agenda donde no cabía una familia y éste había sido su regalo final: una versión mejorada de sí misma como madre,como esposa,como amante,como amiga...Especular sobre la nobleza de mi exmujer me arrancó,sin quererlo,un ruidoso suspiro ¿o sería el recordar la noche de anoche con mi mujer?.Retorné a la habitación desde el garaje, la atrapé saliendo del baño y la besé largamente y luego, mirándola a los ojos le di en los labios el beso de despedida.”Tu no tienes fecha de vencimiento¿verdad?”:Con la mirada y los labios cargados de sonrisas me contestó, sin apartar de los míos sus ojos :”¿La tienes tú?”.No pude resistir y la besé una vez más.Afuera me esperaba un día espléndido.Sonreí durante todo el trayecto, venía recreando mentalmente,una y otra vez,las escenas finales de Blade Runner.

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Noctámbulo Santo Domingo es la más vieja de las ciudades de toda América.En la Zona Colonial, las ruinas de las murallas erigidas para defender el patrimonio de la Madre Patria de las incursiones de piratas y corsarios sirven de guarida a prostitutas, a homosexuales, a drogadictos y delincuentes de toda laya. Frente al Alcázar del Virrey Don Diego Colón la noche abriga cómplice a una multitud variopinta: turistas y niñosbien atienden con el poder del dinero los caprichos de un hedonismo denigrante mientras entre ellos circulan, con la cabeza entre las nubes, el culo roto y un bote de cemento en los bolsillos los ubicuos palomos solicitando los favores de la escasa caridad u ofreciendo los tales a la abundante pederastía.

A las tres de la mañana, sentado en uno de los escalones de la acera izquierda de la calle Hostos, desde donde puede visualizarse el cuadro enrejado de la virgen de la Altagracia, los años parecen, literalmente, pesar sobre sus hombros. No los años propios, su edad, tiempo inconsecuente que mesura una de las tantas insignificancias del ser. Se trata realmente de todos los años, los siglos durante los cuales aquella calle empedrada ha visto desfilar incontables hordas de hombres cuestionando inútilmente la terca mudez del firmamento. La ciudad es vieja, antigua más allá de la posibilidad del anacronismo, casi atávica y, allí sentado, puede sentir esa antigüedad y con ella su propia vejez, el pasar raudo de los años, las miserias sinnúmero escondidas en el fatal deterioro del cuerpo, la vejez cronológica, no la metafórica hasta ahora empleada, esa dudosa promesa de una muerte esquiva. No hay consuelo para la figura sentada al amparo de la madrugada en una calle desierta de una ciudad insignificante en un tiempo que también pasará, en un lugar, país, continente, planeta, sistema estelar, galaxia,

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universo que también pasarán y serán olvidados, engullidos por la voracidad insaciable de la nada. No hay consuelo para la conciencia de tal desolación excepto, quizá, vagar las madrugadas de la ciudad natal tratando de olvidar la existencia y sus imposiciones. Su mirada se detiene en el cuadro, allá abajo, en la calle de Las Mercedes,”la virgen encarcelada”suspira,”... presa, como debería estarlo”casi sonríe para sí. Toma una larga bocanada del tabaco y un acceso de muda tos le sacude mientras lucha, silenciosamente por mantener el humo en los pulmones.

En una de esas casa, nunca supo cual, vivió uno de esos amores secretos de la infancia: una niña rubia al menos cinco años mayor que él, a quien había atisbado una mañana especialmente luminosa a la entrada de aquella misma iglesia. Otro día había vuelto a verla, mientras compraba paquitos en la Mella con Duarte; aquella vez recordaba e imaginaba, consciente de la falsedad inherente a todo recuerdo , como la había contemplado maravillado del oro en su pelo, de la blancura de su tez, la gracia de su andar. Más tarde, días, años, ¿quién sabe?,como ya he dicho la memoria es una embustera, la vió por última vez, asomada a la ventana en una de esas casas de la calle Hostos, por encima de las Mercedes,donde una baranda hasta la altura de la cintura del viandante contiene el vacío de cada acera a ambos lados del

pavimento de piedra donde habían filmado aquella escena

desdeñable de la inolvidable segunda parte de “El padrino”.

Volvió a suspirar. Inhaló largamente del tabaco, aguantando esta vez la respiración hasta que se formaron pequeños círculos rojos en su campo visual. Un automóvil se desprendió de la hilera parqueada abajo, a la derecha, en el ámbito de las ruinas del primer hospital de Las Américas, para dirigirse en dirección norte y terminar doblando en Las Mercedes, rumbo a la izquierda, hacia el Parque Independencia.Le dió una última “patada” al tabaco y se puso de pie descendiendo los escalones rumbo al pub

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más cercano, mientras tiraba sobre la barandilla la colilla del joint, la “chicharra” en el argot de la droga.

Al entrar al primer bar, donde había estado “Raffles”, lo primero que le chocó fue la música: un interminable arreglo bailable: house, techno o una de esas mierdas de ahora. Se sintio viejo y le pareció que habían pasado décadas desde aquella noche cuando una judía neoyorquina le había dado, en aquel mismo lugar, el beatlesco consejo:” don’t carry the world upon your shoulders”, tras haberse el explayado ante esta extraña sobre la pila de mierda que entonces le parecía y ahora estaba seguro, era la humanidad. Pagó, gesto robótico, una cerveza y se dirigió al fondo del local donde se habían formado varios grupos, de pies; una única pareja bailaba con un noseque de frenético en sus movimientos que le hizo pensar, acostumbrado como estaba a diagnosticar vainas: éxtasis. Un destello, apenas un relámpago de curiosidad tibia atravesó su pensamiento para desvanecerse sin pena ni gloria. En otros tiempos, ¿meses?,¿años?,nunca confíes en la memoria, no habría dejado piedra sin alzar hasta probar la nueva droga. Se sintió mas viejo aun...Alguien le había hablado de lo abundantes que eran ahora los raves,fiestas donde se consumía la equis y se bailaba aquella música insulsa tan ajena al rock que había capturado el entusiasmo de su adolescencia y secuestrado, por más de veinticinco años, sus inclinaciones estéticas en materia de música popular. Estos parroquianos de aquel bar sin nombre no eran ni jevitos, ni plásticos, ni hippies... eran los nuevos jóvenes cuya presencia no cesaba de recordarle, como si le acusara, que él ya no lo era.

Atravesó el patio en dirección al baño, seguro de no encontrarse con una fila de hombres y mujeres de narices enrojecidas y vejigas débiles.

Dentro del lavabo, sorprendentemente vacío y limpio, sacó el frasco del bolsillo derecho del pantalón y se tragó de un golpe la decena de píldoras

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restantes; se metió el frasco vacío en el bolsillo y se lavó las manos y la cara. No había espejo y de alguna manera, por alguna oscura razón, esto le hizo sentirse aliviado. De vuelta al través del patio terminó la cerveza, dejó la botella vacía sobre una de tantas mesas ocupadas, se detuvo unos instantes frente a la pareja que bailaba, recorrió con la mirada todo el recinto sin saber lo que buscaba y convencido, finalmente, de no haberlo encontrado, reanudó la marcha hacia el bar donde apuró de un golpe un trago de tequila y compró otra cerveza. La interminable canción, ritmo, mix o como se llamase aquel obtuso cataclismo sónico terminó por irritarle y salió del lugar con la botella sin terminar en la mano izquierda mientras con la derecha sacaba el frasco vació, dejándolo caer sin ceremonia a la entrada del bar.

En la calle recuperó algo del bienestar artificial generado por la mezcla de alcohol, tranquilizantes y yerba. Imprimió a su paso algo de esa alegría evanescente e insustancial y dirigió un saludo casi afectuoso a dos policías uniformados que conversaban en la esquina de El Conde, donde tornó su caminar hacia la derecha en busca de otro bar. El efecto de los hipnóticos se dejaba sentir ahora con mayor intensidad y una confortable languidez se iba posando, delicada, sobre su psique. Había llegado a la puerta de otro club nocturno sin conocer con certeza siquiera la calle donde se hallaba. El portero le miró de arriba abajo intentando infundir a sus gestos la autoridad para negarle la entrada; le devolvió una mirada idéntica, cargada de todo el desprecio que el arrebate le permitía sentir y expresar y entró sin una palabra. Al menos la música era otra, una balada en español, de moda en aquellos días. Mientras se dirigía hacia la barra percatose de una peculiaridad: aunque todas las mesas estaban ocupadas y sólo había sitio de pie alrededor del bar, allí no había mujeres. Bueno, no al menos en el sentido corriente de tal acepción: las protuberancias torácicas de uno o dos pares

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de individuos repartidos al través del local delataban su género mientras su pelo, sus ropas, sus ademanes, sus gestos lo negaban con tan continuado énfasis y esfuerzo que no pudo evitar

recordar las aseveraciones de

Simone de Beauvoir en “El segundo sexo” al referirse a las lesbianas. Se percató entonces de las intensas, extrañas miradas que le dirigían algunos de los parroquianos, se detuvo en seco a medio camino entre la entrada y el bar y la homofobia, inmune a cualquier clase, dosis o combinación de drogas, se hizo cargo de su aparato locomotor: dió media vuelta y salió del antro maldiciendo entre dientes.

Su pensamiento enlentecido pudo finalmente concluir, mientras cruzaba la calle en dirección opuesta al camino por donde había llegado, a verbalizar internamente aquello que su instinto le había hecho saber instantáneamente: aquel era el famoso nuevo bar gay de la Zona Colonial, del tan publicitado paraíso homosexual de Las Antillas. ¡Los nuevos tiempos!.Cuando asistía consuetudinariamente a los bares de la Zona había maricones por todas partes, no era gran cosa, nadie le daba mente. Ahora tenían ellos su propio bar, con membresía exclusiva, reservándose el derecho de admisión; los requisitos: travestismo, amaneramiento, felación pública... Un día colocarían un cartel “Sólo para sodomitas”, ¿quíen sabe?,quizá llegasen a diseñar un carnet donde constaran los niveles de presión esfinteriana, parámetros de status... Se sorprendió de su propia hilaridad, ¡con lo que le había cogido él tripeo!.Siempre le habían parecido, aún le parecían, detestables los maricones militantes, otro de los fenómenos sociológicos norteamericanos transplantados al país: únicamente a una cultura esquizoide como la norteamericana, empeñada en conciliar el puritanismo calvinista con un celo paranoide por una libertad individual ilusoria, podía darle un cariz político a la mariconeria, hacer

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de la homosexualidad un estandarte.¡ Vaya sociedad la que define, organiza y valora a sus miembros según sus preferencias sexuales!¿Qué diría Marcuse de esto?.Llegó a pensar que quizá, de haber sido maricón, no estaría esta noche tan solo y su propia orientación sexual llegó, por un momento, a resultarle pesada. El deltanuevetetrahidrocanabinol coronó con un nuevo ataque de risa estas reflexiones,tal que debió recostarse de la pared del antiguo convento de Regina angelorum,para no caerse largo a largo poseído de aquella hilaridad convulsiva.¡Tá buenísima esta yerba,men...!.Se controló y continuó caminando las calles desiertas de la primera madrugada citadina del Nuevo viejo mundo,como tantas veces ,dejando vagar la mirada por las obras de la arquitectura colonial, respirando el aire libre de la soledad y el desamparo de la Padre Billini desierta.Se sentó sobre el bordillo de la acera,enroló un porro, como dicen los españoles y ,turista nativo, dió un paseo lento, fumándose el joint con la naturalidad y el descuido de quien fuma un cigarrillo.Se sentó en un banco, en el parquecito frente al convento de los Dominicos, deleitándose como otras tantas, innumerables veces en aquella construcción de medio milenio.Terminó de fumar,se tragó la chicharra y reanudó la marcha sin rumbo del insomne de pronto exiliado de su tiempo por los tiempos y la edad,de su lugar por haberse

marchado

precisamente

este

con

su

tiempo

y

mudado

irremediablemente con las edades.Asi como estos no eran los ’80,ni siquiera los mediados de los ’90,esta tampoco era su ciudad, su zona.Se sintió tan extranjero que quiso pensar en inglés, pero el ejercicio terminó por aburrirle.

Entre tanto su campo de percepción parecía haberse reducido progresiva e imperceptiblemente y se percató, sin sorpresa ni temor,de hallarse a una cerveza del estupor.Entro en otro bar,en otra calle,aquella,¿otra noche?.Tus recuerdos son pura fantasia.Se sintió bienvenido por una canción de rock

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clásico.El lugar parecía desierto.La encargada del bar jugaba, con la única cliente visible, un juego electrónico.Examinando el lugar reconocio,a unos diez pasos ,en el patio un grupo alentadoramente heterogéneo en cuanto a sexo y edad,alrededor de una vieja leyenda del rock local.Se acercó entusiasmado al grupo,ansioso por sumar el espíritu dionisíaco de aquel concierto espontáneo a la embriaguez que disfrutaba.Buscó un lugar frente al cantante y se sentó en el suelo.Cuando este comenzó a entonar una suerte de balada teñida de folklore, una especie de Bob Dylan cibaeño,intentó inútilmente disfrutarla,pero simplemente no le gustaba aquello:ni la canción,ni el género,y ahora que caía en la cuenta, tampoco el cantante ese.En ese momento dió el primer cabezaso y a costa de pura fuerza de voluntad pudo detener la pérdida completa del conocimiento cuando justo se iniciaba;se puso de pie bruscamente,la movilidad y el aire fresco le reanimarían o,al menos, lo mantendrían despierto hasta llegar a su casa.

A partir de ese momento los acontecimientos comenzaron a presentarse como en fotogramas,en estampas...como dice John Lennon en “Lucy in the sky with diamonds”,Picture yourself...Así fotografíate caminando por El Conde, luchando por no irte de lado mientras avanzas;píntate a ti mismo discutiendo la tarifa con uno de los taxistas alineados en la Palo Hincado,en un pestañar ya el taxista te está sacudiendo por el hombro, has llegado a casa.No recuerdas la próxima escena:tu madre abriéndote la puerta dada la rebeldía de tus llaves,la tozudez de la cerradura.Picture yourself:un pasillo a oscuras,la luz de la habitación encendida,ropas,libros, cidis,blisters, frascos,jeringas distribuídas por doquier con un desparpajo descuidado que habría avergonzado al propio padre de Cronos y la cama,al fin,tu cama...

Al día siguiente despertó pasado el mediodía.No había sido ni fiesta, ni bonche,ni algarabía: sólo otra noche a ser anotada en la lista creciente de la amnesia.Si bien había tomado moderadamente y el midazolam no da

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resaca,se sentía de todas maneras amodorrado.Pasó directamente al comedor,con los dientes sucios,los ojos llenos de legañas y la vejiga llena.Invertida la rutina se dirigió al baño una vez terminado el almuerzodesayuno.Frente al espejo tuvo que detenerse:de acuerdo,la memoria es traicionera,pero aquello no había ocurrido nunca antes:no reconocía aquel rostro reflejado en el cristal.No se trataba de un cambio en sus rasgos faciales: aquella cara no le pertenecía.En aquel momento olvidó lo que había olvidado y se quedó perplejo ante su propio reflejo ajeno ya al hecho de su irreconocibilidad,como si nunca antes hubiese tenido un rostro.Cuando logró salir del baño donde había olvidado estaba, no recordaba haber entrado allí en primer lugar.Desde luego,no se cepilló los dientes.Su madre lo encontró perdido en el pasillo y tomándole por un brazo lo llevó a la habitación, le convenció que se acostara y salió a hacer la llamada que sabía un día debería hacer.

Ya no hubo mas días laborables, ni más juergas, ni más drogas, a excepción de aquellas prescritas por el psiquiatra para intentar controlar los ataques de ira que la indescriptible frustración de ser incapaz de retener nada le producía, y aún estos fueron haciéndose cada vez más infrecuentes. Cuando disminuyeron las cuentas bancarias de los familiares de primer grado y fue agotándose la paciencia hasta neutralizar no solo los frágiles vínculos del afecto, también el mucho más poderoso sentimiento de vergüenza generado por la conciencia de la propia clase, solicitaron su alta de la clínica y le trasladaron al Hospital Psiquiátrico Padre Billini.Allí, en el área de los enfermos crónicos, de aquellos que serán dados de alta dentro de un cajón, ya ni siquiera el fantasma de su madre, cansado de que su hijo no quisiera reconocerle, le visita. Sentado sobre sus heces es uno más de los que esperan la muerte sin darse nunca cuenta de que van a morir; preguntándose a sí mismo quien soy para inmediatamente olvidar la pregunta

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formulada y sin embargo lleno,finalmente, de la serenidad de la que solamente

el

más

radical

y

profundo

olvido

puede

ser

capaz,el

olvido,elección también olvidada,de la patética,desesperada condición humana.

Monólogo He perdido la cuenta ya de los días,de los meses,de los siglos...Ha habido momentos cuando hasta la memoria me ha abandonado o ha sido sustituida por otras,ajenas,extrañas entonces,permeadas de la obscena familiaridad de lo propio ahora.No recuerdo bien la ciudad...son tantas las ciudades que he soñado,inventado,recordado a martillazos en esa fabrica de mentiras que los hombres llaman memoria...La ciudad que recuerdo es otra memoria ajena,reflejo de un reflejo,los edificios grises y rectangulares del filme de John Houston que no me explico siquiera el titulo, es como si se intitulase “Los Laberintos de la Libertad” a una película basada únicamente en “La Edad de la Razon” y ni siquiera en el libro completo.Recuerdo la excitación del niño que fue con su hermanita al cine del barrio a ver la película un miércoles santo,puedo recordar como calculaba el ritmo del filme y concluia que no,que no podia abarcar el libro entero.Lo recuerdo años mas tarde escribiendo un improbable monologo estimulado por la codeína y el rostro ya irreconocible de Peter O Toole con los ojos mas azules del mundo.Y luego aquel libro de Malaparte y las escenas en el gettho de Varsovia,caminando al lado de un oficial de las SS,todo un ubermenscht ario,cuando se pregunta cuantas veces se ha visto en las ciudades del pueblo elegido la figura terrible del ángel de Jehová.Y a cualquiera que venga con historias de si así trata al pueblo elegido que recuerde la suerte de las tribus cananeas.El

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primer episodio de limpieza étnica en la Historia de la Humanidad... cinco milenios antes de la pantomima yugoslava.

Por mucho tiempo creí que realmente los ángeles tenían ojos azules.Ahora no puedo recordar cuando deje de creer en ángeles...si es que uno es capaz de dejar de creer en nada.La ciudad que no debí haber mirado,que no debí haber intentado mirar por qué?.Todo el episodio ha sido visto como metáfora,algunos han hablado de material radioactivo...se aprende mucho en seis mil y tantos años.La ciudad se hizo famosa,una de las mas famosas,su nombre ha generado nombres propios de delitos y oscuridades,de almas perdidas.Pero siempre hay niveles de literalidad,aun en las mas hermosas de las

metáforas;hay

verdades

duras,ciegas

aun

en

los

delirios

mas

extravagantes.Que es el hombre si no una metáfora perdida en un poema infinito,una canción o un alarido tal vez;un delirio,ya han dicho,de la corteza terrestre,de Gaia...un personaje de caricatura que se ha tomado a si mismo demasiado en serio,incapaz ya de hacer reir a Dios.De Adán a Michael Jackson:la humanidad un experimento fracasado.

Hay quienes han querido explicar fisiológicamente mi caso.Deshidratación extrema aguda...medicamente imposible,aunque la vida es una plétora de imposibles.No puedo imaginar algo mas imposible que este yo frizado por la eternidad en la conciencia horrorizada de la propia duración y la lista interminable de los otros,los yoes que han venido a ser yo sin que pueda yo jamás ser uno de ellos,como si este fuera algún circulo del Infierno que Virgilio no quiso mostrar a Dante en su Iniciación.Los poetas son peores que los cronistas malos,el verso es la consumación de la mentira, lúdica y soez,revolcándose sobre si misma con el espanto propio de la belleza,la terrible belleza de Cupido arrancándole el alma a Psique.Siempre hay explicaciones,lo inexplicable es pasajero,las palabras develan niveles de ignorancia colectiva,por eso los Sabios no escriben poesia.Basta saber

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esperar y los hombres encontraran su Principio de Razón Suficiente para todo,lo concebible y lo inconcebible,acomodando siempre las verdades a las conveniencias del momento:es redonda,luego plana,luego redonda;es el centro del Cosmos hoy y un punto perdido en cielos abisales mañana.

Recuerdo

el

griterío

de

la

muchedumbre

aquella

noche

interminable.Otros recuerdos ajenos me han provisto con mas falsas explicaciones:un acto de vandalismo perpetrado por el clan de Abraham,una amonestación sobre el cuestionamiento de la sexualidad de Dios(no soy capaz de concebir una cuestión más absurda,atrevimientos de la ignorancia del mas ignorante y atrevido de los seres),una detonación nuclear...Amaneció y llovió fuego y azufre,asi mismo,literalmente metaforico,metafóricamente literal.Después diria el profeta que la maldad de la ciudad habia sido el orgullo,la abundancia de pan,el ocio,si bien es especifico la ociosidad de sus hijas.He visto como mudan los hombres las opiniones como quien cambia de manto.Prefiero no recordar aquella noche horrible,pero es parte de mi suplicio,es la unica memoria que siempre esta ahí,que reconozco como mia,es el recuerdo que me imagina,que me crea...Esas horas milenarias milenios ha.

Habian enloquecido,todos...Era poco a poco.Luego se generalizo y todos en la ciudad se conocieron entre si,bíblicamente desde luego.No querían parar,no podian parar:el mismo demonio que se apodero de la tribu de Benjamín otra noche que prefiero olvidar aunque no la haya vivido.Un síndrome de locura colectiva,el síndrome de Sodoma...propio de la decadencia demográfica generada por ciertos niveles de bienestar material...un mecanismo regulador de la evolución,asi un pueblo,una raza no apabullaría a las otras,haciendo desaparecer parte del genoma.Los hombres no tienen idea de los niveles a los cuales ocurre la regulación genetica.Aun ahora bendigo a Dios porque no aceptaron el ofrecimiento de mis hijas.Uno de los ángeles salió y los encegueció a todos,puedo recordar ambos,el de la

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película y mis hijas llorando abrazadas conmigo.No falta quien acuse a Dios de nepotismo,que Lot se escapo de la ciudad por ser pariente de Abraham,pero las cosas no son nunca tan simples.Algun dia tendran los seres humanos la respectiva razón suficiente para cada fenómeno,cada uno de los eslabones de la cadena causal de todos los efectos desquiciados por malicia,por olvido o,lo mas frecuente,por ignorancia.

En la mañana partimos,apenas salía el sol,ya subíamos por la colina a cuyos pies había sido construida la ciudad.Apenas llevábamos agua y dos o tres trozos de pan...entonces el alba se desquicio,se hizo de repente como mediodía,era aterrador,era hermoso...Pudo mas el impulso,la maravilla,no recuerdo haber recordado entonces admonición alguna.Decir que me pesaría toda la vida es pecar por defecto...la luz se hizo mas y mas intensa,nos detuvimos y todos nos cubrimos los ojos,pero mi mano sobre el rostro era una tortura,quise ver lo que pasaba,lo vi,lo recuerdo,no entendi,no lo entiendo.Ni siquiera menciona el libro mi nombre,solo se refieren a mi como la mujer de Lot.

Salidas La muerte es siempre imprudente, maleducada e impúdica. Es además la única entidad sobre el planeta completamente democrática y sin ninguna clase de prejuicios. Si vas a colmar la estupidez de vivir con aquella de morir por tu propia mano adorna, al menos con algo de clase, de consideración para los demas y para con tu recuerdo, el único acto definitivo de que es capaz la voluntad del hombre.

Existen numerosos métodos físicos para quitarse la vida. El más popular, históricamente, ha sido la exsanguinación mediante la incisión

de las

arterias que corren bajo la piel de la cara anterior de la muñeca. El

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problema práctico de esta técnica, que comparte con la herida auto inflingida con arma de fuego, es la gran cantidad de sangre en el cuerpo humano, entre 5 a 6 litros para un adulto de peso y estatura promedios.

Llevarlo a cabo en la bañera soslaya esta potencial incomodidad para tus deudos. Una idea recomendable es llenar la tina con agua tibia pues el calor mantiene dilatados los vasos sanguíneos y aumenta el flujo de sangre en las extremidades. Es recomendable el uso de aspirina 24 a 48 horas antes del evento dadas sus conocidas propiedades como antiagregante plaquetario; los anticoagulantes(dicumarol,

warfarina,

heparina)son

eficaces

con

la

desventaja de que poseen antídotos específicos disponibles en cualquier establecimiento medico.Estos detalles deben ser tenidos en cuenta pues talvez el requisito sine qua non (sin restar la importancia merecida al instrumental seleccionado, la determinación y la soledad y el coraje para llevarlo a cabo)del suicida exitoso es saber, de antemano, burlar cualquier potencial intervención de la ciencia médica para frustrar el ejercicio libérrimo de su voluntad..

Permítaseme disgregar leve y brevemente para hacer este señalamiento: las notas suicidas son cursis, cosas de mujeres histéricas y de víctimas de las circunstancias. El suicida posmoderno debe ser un producto puro de su propia voluntad omnímoda, no debe excusas ni explicaciones:si uno va a quitarse la vida debe hacerlo porque le da la gana. Si, en tu caso existe cualquier otra razón mejor consulta con un terapeuta.

Tirarse del puente son vainas de gente pobre, sin mucha educacion.

Denota la ausencia completa de clase, de refinamiento por parte del suicida y conlleva posibles inconve- nientes es: la posibilidad de arrepentirse en plena caída, que tu ultima experiencia sobre la tierra sea sumergido en esa gigantesca letrina en que han convertido al Río Ozama, que deban ser movilizados el Cuerpo de Bomberos y alguna brigada de la Defensa Civil

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para rescatar tu cadáver,haciendo así perder tiempo y dinero a tus conciudadanos. Podrías incluso fallar la puntería y caer en lo seco, exponiendo tu cuerpo a la curiosidad de los transeúntes que harán bromas entre sí a expensas de tu último gesto o emitirán exclamaciones plañideras para manifestar una condolencia que no es otra cosa que el temor de la propia muerte, cuya presencia, ubicuidad e inevitabilidad les han sido bruscamente recordadas por tu cadáver. Es un consuelo conocer el hecho de que quíen se tira del puente es,en más de 90 % de los casos, un analfabeto funcional

y son ínfimas las posibilidades de que algún día llegue a leer

esto.Tirarse del puente, ahorcarse, tomar veneno para ratas ejemplifican técnicas suicidas sin clase ni sentido estético que deben dejarse a quienes nunca han sentido interés por la literatura ni por el buen gusto ni por las salidas elegantes.

Antes de continuar con nuestros consejos en el aspecto técnico existen ciertas recomendaciones que el suicida no debe nunca pasar por alto. Siendo este el último acto de tu vida debes estar presentable, asi que, menos de 24 horas antes de matarte debes asistir a la barbería o al salón de belleza, según el caso; asegúrate de dejar una muda de ropa limpia y adecuada para la ocasión.Quien deba encargarse de la mortaja, una persona de tu más absoluta confianza, se comprometerá a cumplir este postrer deseo que puedes sugerir solapadamente durante cualquier conversación en las semanas y días previos. Si no tienes siquiera alguien para tales fines entonces eres un solitario y patético perdedor y el suicidarte sería un alivio para una vida miserable y sin sentido; si tu existencia no tiene sentido tampoco lo tendrá tu muerte y, en tu caso, el suicidio sería el más fútil de una larga cadena de gestos fútiles iniciada desde el mismo instante de tu concepción.Mi recomendación es que no te mates,las cosas siempre pueden

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mejorar; además sería vergonzoso para la clase suicida el incluir entre sus filas personajes como tú.

Trata de acompañar tu último aliento(puedes conseguir un ayudante)de la sonrisa más sarcástica posible. Si te gustan las bromas puedes, mientras agonizas, abrir desmesura- damente la boca y desorbitar los ojos para aterrorizar así a todo aquel que mire tu cadáver y reavivar en su corazón el miedo a la muerte, dándole una falsa impresión de dolor y terror inenarrables.Si eres católico intenta sobornar(no creo que te sea muy difícil)con tiempo al cura de tu parroquia para que te entierren cristianamente y no sean escatimados los rezos, horas santas, misas etc. que, ¿quíen sabe? podrían ayudarte a salir del infierno(o del purgatorio, que es la misma vaina)por si acaso es verdad y hay tal anexo al planeta Tierra.Por cierto, si tienes serias dudas a este respecto o si, de hecho eres creyente, es mejor que te dediques a algún deporte especialmente peligroso,a conducir temerariamente y en estado de embriaguez o sufrir una sobredosis “accidental”,tal vez sólo terminen dándote algunos siglos en el purgatorio, después de todo.(N del A: Si cruzas la autopista justo cuando pasa una patana a toda velocidad, San Pedro no va a creerte lo del accidente).

El suicidio, por otra parte, es la mejor ocasión para bromas póstumas y sólo con este fin podrían justificarse

las notas suicidas. Si decides

redactar una, dirígela a la más despreciada e insignificante de tus amantes o a cualquier persona que te caiga especial- mente mal(nunca a nadie a quien realmente hayas amado pues automáticamente deja de ser una broma y la nota se convierte en el mas embarazoso recuerdo que puedas dejar. El que se mata por despecho no es suicida, no al menos en la acepción posmoderna del término,es sólo un homosexual latente en fase de negación con una sublimación esquizoide de la figura materna.A quien crea pertenecer a esta

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última categoría le sugerimos meterse a maricón,consultar con un especialista o,en el peor de los casos,matarla a ella,en este país no se coge mucha cárcel por un crimen pasional.)

Puedes dirigir tu nota

a esa persona cuya desnudez te desvanecía

automáticamente la erección o con quien preferías, durante el coito, mirar la televisión o leer algún libro y deseabas con todas tus fuerzas estar haciéndolo con otra; tu nota le halagará, ayudará a reconstruir la autoestima que destruiste irremediablemente y puede, incluso(recuerda que Romeo y Julieta son figuras arquetípicas)inducirla a su vez a quitarse, ella también, la vida, contribuyendo así tu muerte con el bienestar de nuestra especie al eliminar de su seno a tal ser patético y ayudando a mantener la estabilidad demográfica. Puedes ponerte de acuerdo con algún familiar o con otro paciente psiquiátrico o, si no, con un empleado de la funeraria de tu elección para que coloquen hielo frapé sobre tu pelo, dándole así la impresión al observador desprevenido de que tu cadáver esta sudando en el ataúd; el corre-corre en el velatorio está garantizado.

Si estas empeñado en avergonzar a tu madre, a tu mujer y, especialmente a tu suegra, si has tenido la desgracia de verte obligado a convivir con ella y tienes razones para sospechar que aún en la muerte estará metiendo las narices donde no le llaman: tómate dos pastillas de 50 mg de zildenafil (VIAGRA®) antes de quitarte la vida y, mientras te desangras o en lo que hace efecto el veneno o, incluso, inmediatamente antes de darte un balazo; coloca una gomita apretada sobre la base del miembro erecto; cuándo vengan a encontrar el cadáver será muy tarde y, quién sabe cual tendencia necrofílica despertarás en tu mujer mientras trata de amarrarte esa imprudencia congestionada al vientre con cinta adhesiva; si logras ese coito post-mortem serás el muerto más significativo en la vida de esa persona. Si tienes impulsos exhibicionistas pide(esto justifica una breve nota, nunca

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explicativa, siempre imperativa)mantener levantada la tapa del ataúd. Si tus deudos no consiguen disimular la erección y logras la sonrisa recomendada anteriormente serás uno de los muertos mas envidiados por muchos vivos.

Esta broma puede resultar contraproducente cuando el órgano viril posee cuatro pulgadas o menos de longitud.

Antes de continuar describiendo los aspectos técnicos del self-disposal, debo hacer ciertas aclaraciones pertinentes, algunas de las cuales tienen un carácter reglamentario.Por una misteriosa razón el suicidio es muchas veces más frecuente entre hombres solteros. La explicación de este fenómeno se encuentra al desmentir una de las mayores falacias asumidas por la sociedad occidental: el mito de la opresión del sexo femenino y de la debilidad intrínseca de este género. El hombre casado se suicida menos porque su mujer le OBLIGA a mantenerse vivo, tal como le obliga a satisfacerla sexualmente, a acompañarla a vomitar durante las primeras semanas del embarazo y a contemplar, sin desmayarse, el nacimiento de algún vástago y a numerosas otras infamias aún más nefandas como ir de compras, ver el último film de Nora Ephron, escuchar a Luis Miguel, a Yanni, a Richard Clayderman, Marco Antonio Solís y vainas por el estilo. Pero la opresión del hombre por la mujer escapa al alcance e intención de estas páginas. Así que si vas a suicidarte DEBES tener pareja, así no se apiadaran de tí algunos cretinos culpando a la soledad de tu salida triunfal: eso es robarte el mérito. El escenario ideal para el suicida posmoderno es un yate en Las Bahamas con champaña, caviar, drogas y mujeres en abundancia: todos se quedarían boquiabiertos y tu voluntad soberana y caprichosa sería subrayada, exaltada hasta el propio Olimpo, gracias a ese gesto de desdén quasi divino.

Pero eso es ciencia-ficción. Arregla tus finanzas: prepárate un funeral y entierro de primera(puedes enviarte a tí mismo una corona de girasoles o

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cualquier otra flor festiva con una cinta diciendo:”Congratulaciones, por fin no tendrás que bregar más con tanto animal”o algo por el estilo), adquiere todas las deudas posibles(esto puede también llegar a servirte de incentivo si te da por echarte para atrás), si odias lo suficientemente a alguien dale una buena golpiza con un bate de béisbol o estrangúlale con tus propias manos, total no tienes nada que perder; reparte cheques sin fondo a diestra y siniestra; envíale cinco prostitutas de La Feria a la oficina de tu suegro(págales por adelantado para que se desnuden desde el lobby y se esmeren en epítetos que sólo tan benemérita clase es capaz de concoctar);espera a tu jefe y, delante de todos tus compañeros de trabajo, felicítate en voz alta por nunca haberle lamido el culo a un eunuco megalómano como él, sólo capaz de ser engendrado por la sociedad lambiscona que produjo a Trujillo(si vas a añadir insultos extra utiliza alguno poco

frecuente,alternativamente

podrías

utilizar

la

terminología

psicoanalítica para decirle mequetrefe,maricón e imbécil.Esta última técnica posee la ventaja de ser lo suficientemente críptica para, en caso de que finalmente fracases en tu empresa, puedas recuperar tu empleo aduciendo una psicosis reactiva breve, con el conocimiento de que tal gesto te descalifica ya como suicida y cualquier intentona futura contra tu vida,aun si fuere exitosa,sera solo un gesto de lamentable patetismo.

Sigue el consejo de las Sagradas Escrituras:hay un tiempo para todo.Existe una edad límite para quitarse la vida. Después de los cincuenta años no hay suicidio, sólo miedo irracional a la vejez y su carga de miserias.

Si Hemingway se hubiese suicidado a los treinta y tantos años no habría sido Stacey Keach quien lo representara en la miniserie sobre la vida del escritor. Hablando de autores, antes de suicidarte puedes escribir un libro, sino la autoridad moral de quien tiene el coraje de matarse e independientemente

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de cualquier atributo de la obra, la curiosidad morbosa de la gente te convertirá en un best-seller; asi podrías ayudar al menos con la manutención y educación de los niños.

En fin, la mejor edad para matarse es entre los 25 y los 45 años, siendo la treintena la década ideal, cuando ya hallas asegurado la perpetuación de tu ADN y antes del primer episodio de disfunción eréctil. Si ya tienes 50 años espera mejor el cáncer de próstata, cuando lo tengas te castrarán y,ya sin testosterona,olvidarás esas tendencias auto des-tructivas y te dedicarás, féliz a cultivar tus rosas y claveles mientras tomas la fisonomía de tus tías Volviendo al aspecto técnico, la mejor arma de fuego(recomendado por el propio Ernest)es el revólver calibre 38.Un disparo a nivel del quinto espacio intercostal izquierdo, al lado del esternón,te reventará literalmente el corazón produciendo la pérdida del conocimiento en segundos y la muerte antes de dos minutos. Hazlo tendido boca arriba sobre una lona impermeable para cubrir todo el piso. En este caso es preferible que te mates desnudo, así tus familiares no tendrán que quitarte toda esa ropa empapada en sangre y restos de tejido, al menos, desde luego, que quieras precisamente quillarlos de esa manera. La habitación conyugal es el lugar ideal, así proteges a los niños, aunque si quieres traumatizarlos aun más puedes yacer en la sala donde sea lo primero que vean al llegar del colegio.Personalmente creo que la manera más higiénica y práctica es darte el balazo metido en la bañera con el agua corriendo. Los disparos a la cabeza no son recomendables por desfigurantes y aún si te disparas al paladar se termina perdiendo groseramente la simetría del craneo; además, la masa encefálica esparcida es especialmente repulsiva y no querrás que el depositorio de tus memorias, tus ideas, tus sueños, termine en un frasco con formol, en el basurero del Instituto de Patología Forense o sumergido

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sin ceremonia en el inodoro por la chopa que no tuviste el estómago para singar.

Como subrayamos anteriormente, el estrangulamiento es una técnica grosera, propia de orates y convictos, y nadie que se respete minimamente se ahorcaría teniendo otra alternativa. Al ahorcarse el individuo sufre sección de la porción cervical de la médula espinal o tracción extrema de la misma que da lugar a un total descontrol esfintereano, en castellano esto quiere decir que

quien se ahorca se mea, se caga y se viene(eyacula

unicamente, no se hagan ideas las mujeres). Debe existir un castigo extra en el Infierno para quienes se quitan la vida de una manera tan grotesca y repulsiva.

Los medios químicos para suicidarse son múltiples y presentan una amplia gama de posibilidades, incluyendo la muerte placentera. El

como experiencia subjetiva

“tres pasitos”, un raticida de uso popular, muy asequible,

pertenece a los carbamatos, venenos inhibidores de la colinesterasa lo que da lugar a un aumento potencialmente letal y extremadamente desagradable de la actividad del sistema parasimpatico: salivacion profusa, cólicos abdominales intensos,en fin:un cuadro muy, muy aparatoso. Su uso es propio de mujeres histéricas de bajo nivel educacional y un alto porcentaje de los así intoxicados sobrevive pues la intervención médica a tiempo es efectiva en la mayoría de los casos; ergo NO ES RECOMENDABLE.El suicida digno de tal apelativo no debe fallar y los componentes de la inyección letal utilizada por los norteamericanos en sus ejecuciones se consigue fácilmente en el país: una substancia tipo curare, un anestésico general endovenoso(Tiopental sódico) y una ampolla de cloruro de potasio al través de una venoclísis(catéter o “mariposita” más el bajante) mezclados en una bolsa(“suero”) de solución dextrosa al 5%.Alternativamente puede mezclarse cloruro de potasio con tiopental en

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una jeringuilla de 20 ml aunque el usuario puede perder el sentido antes de administrarse la totalidad de la dosis. En ambos casos el sujeto no siente nada(sólo un apagón) y te mueres sin darte cuenta,lo que podría generar conflictos en el más allá.Los relajantes musculares ofrecen la ventaja extra de producir una expresión facial de extrema serenidad y su uso debe ser tenido en cuenta por el suicida considerado que

desea dejar una buena

impresión.

Nasty Este calor pegajoso,esta humedad...Espero.Son apenas las doce y media.La policía cruza el mismo punto dos veces por noche; la he visto pasar hace unos veinte minutos.¡Cono, que calor!.Parece que viene una,se desprende de un grupo de ,que sé yo,media docena allá en la esquina con la Meriño;el resto se va en dirección a El Conde.La muchacha sube la cuesta,me ve sentado,con la escopeta al lado.Debe sentirse aliviada: un guardián para protegerla.El guachimán me salvó...

Siento como se me para...A pesar de ser sólo un watchman,mi léxico y semántica revelan un nivel superior de educación.(¿Verdad que sí, lector?.Quizá debí haber usado la palabra erección en la primera frase,pero no me gusta alterar mis manuscritos).Esto se explica por el hecho simple de ser yo el único de la compañía en haber sido expulsado de la Academia del Ejército.¡Recuerdo como se ponían las mujeres del barrio cuando salía de paseo!.Esa bandida de Joselyn me llevo a un callejón y, sin decir palabra,se puso de rodillas,me bajó el zipper, tras constatar las condiciones del contenido metió la mano por dentro del pantaloncillo,lo endureció aún más manualmente y,cuando se había ya hecho pesada,¿sabes?la erección,lo saco y

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se lo metió en la boca.Recuerdo vívidamente la caricia de su aliento cálido sobre mi ñema...

Buenas noches-saluda mientras dobla hacia la izquierda para bajar la Hostos.Buenas noches, señorita. Me imagino más de un centenar de caballeros dispuestos a acompañarla y protegerla esta noche.Se detiene de súbito y dirige hacia mí una sonrisa cargada de metal.¡Que hembra, mi hermano!.Una india lavaíta,rostro casi hermoso,en el cuerpo la perfección anoréxica de los veinte años multiplicada por las caprichosas combinaciones del ADN por estos lares.¿Cómo te llamas?-me pregunta. Le respondo. Luego me dice que se llama Sara.El pelo negro se derrama abundante hasta algo por debajo de sus hombros; el rostro me parece ahora más pálido que la primera vez que lo noté, quizá un efecto de la luz artificial. Puedo sentir su perfume, si bien no soy capaz de distinguir la marca... Colors®, probablemente... Llega, subiendo las escaleras, hasta mi asiento. Algo sofocada por el esfuerzo se deja caer sentada sobre el escalón e inclina el rostro sonriente hacia mí. Se le forman hoyuelos. Nos damos la mano y ella habla, ríe y habla más. Esta, desde luego, borracha y, seguramente, arrebatá. Le ofrezco, casi mecánicamente, del pote y ¡acepta!¡Vaya, una jevita del Drake’s bebiendo a pico de botella con el sereno de las Ruinas de San Francisco!.

Ya me ha dicho como estudia y trabaja, qué y adonde.Yo le he contado sobre mi carrera hasta aquí, obviando las partes menos agradables y los detalles, desde luego, los detalles...Bebemos de nuevo de la botella,Me apeo de la silla para sentarme a su lado,rodeando sus hombros con el brazo derecho.Nos besamos larga y apasionadamente.Acaricio sus senos túrgidos y,de alguna manera ,un pezón erecto encuentra el camino hacia mis labios.Entramos a Las Ruinas y nos ocultamos tras un saliente del muro.Hemos continuado besándonos,abrazándonos,quemándonos todo el

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trayecto.Cuando nos detenemos me da la espalda.Quiere que la queme así.Mientras menea el culo contra mi erección, me acaricia el rostro con la mano derecha.

Mi mano está sobre su vientre, sobre la piel cálida,suavemente hirsuta y se desliza por entre sus panties tocando el vello escaso,probablemente estilo Tomahauk hasta llegar a la vulva anegada,ardiente.La acaricio con toda la mano,me detengo en el clítoris hinchado hasta arrancarle un gemido felino;me

las

ingenio

para,simultáneamente

meterle

el dedo

en la

vagina,estrecha pero permeable,desde luego.Le bajo los panties y la falda corta oscura que lleva y,apoyada sobre una piedra la pongo en cuatro.Es una verdadera perra.Primero masculla,luego gime y,finalmente vocea una retahíla de obscenidades.¡Mmm...así,coño,dame así...así, papi!.Putísima la jevita.Tu verás el susto ahora...Mientras está entregada a lo malo,la tomo por el mentón y la levanto,acercándola hacia mí,sin perder por un segundo el ritmo,con

mi

mano

izquierda

sobre

su

mandíbula

extiendo

su

cuello,fragante,blanco,húmedo.La siento venirse mientras muevo la hoja de izquierda a derecha.No lo ha sentido,se lleva las manos al cuello,la hemorragia le ahoga el grito en la garganta, sólo un chapoteo apenas audible.Todo el tiempo la he mantenido agarrada por la cintura,siempre dentro de ella, ahora siento como se pone blandita para luego,brevemente, intentar deshacerse de mi abrazo,de la penetración.En unos segundos ya está totalmente quieta,el olor de la sangre parece haberse apoderado del aire de la noche.Siento como comienza a enfriarse su vagina,deja de respirar...mientras eyaculo,ella muere...¡Coño,perfecto!.

Cuando ya había dejado de chorrear sangre bajo el cadáver a un zaguán en la Meriño.La he traído como si estuviese borracha, su largo cabello negro hacia delante, pegajoso de sangre.¡Qué bien se fue esta maldita!.Subo hasta el

primer

descanso

donde

la

acuesto,

luego

de

desnudarla

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completamente,patiabierta.Le doy un tajo final desde el introito hacia arriba y hacia abajo,hasta que se le sale la mierda.Desciendo por las escaleras y salgo,dejando abierta las puertas del zaguán.

Ya en las Ruinas lavo con manguera, escoba y detergente hasta la ultima gota de sangre, me cambio las ropas ensangrentadas y las pongo en una funda negra junto con los guantes desechables y la ropa de la tipa,ya ni recuerdo como se llamaba esa vagabunda...Puntual, como siempre, Ramírez viene a las siete a relevarme.Me pregunta por la aglomeración de gente allá abajo y le contesto que como iba yo a saber si no he podido moverne de mi puesto.

Ya en casa dormí literalmente todo el día, sólo me levanté para el almuerzo y una segunda ducha en la noche.Poco después de las once,la siguiente mañana,me arrestaron.La vieja llamó al tío e,inmediatamente me interrogaron,me soltaron.¿Seré yo tonto?,ja!:nadie vio nada(por Dios,eran pasadas las cuatro de la mañana);había botado la navaja,luego de limpiarla cuidadosamente en el primer basurero que encontré camino a casa.La funda con las ropas de ambos la había entregado al camión de la basura, cuando paso por la Meriño como a las cinco y media.Les dije,mientras me interrogaban,que

había

visto

pasar

una

muchacha,

que

le

había

propuesto,jocosamente,pues no debía abandonar mi puesto, acompañarla y protegerla; que ví como tomaba la calle Hostos,hacia Las Mercedes;que esa misma noche pasaron dos o tres grupos más de jóvenes y aunque fue la única en pasar sola frente a mí, no me fijé en los detalles de su vestimenta,todos esas jevitas visten mas o menos igual,usted sabe:minifaldas o jeans con suéteres oscuros,camisas claras y poloshirts Lacoste®...En la mañana me fuí a casa ,le di una buena singada a mi mujer y,al mediodía almorzamos con los niños. Dos días más tarde me reintegré al trabajo.Hay un carajito de la Zona

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preso por el crimen.Aunque han pasado ya como ocho meses aún me masturbo con su recuerdo.

Filosofía y letras Cuando C sugirió asesinarlo,sus palabras fueron “...yo quiero matar a C...” estaba hablando ,desde luego,mierda.Muchachadas.Recuerdo que estaba alistándose para tomar un baño e hizo esta afirmación imprudente delante de su mujer,ese pariguayo todavía ni siquiera sabe que no puede confiarse en las mujeres.Puso la cara mas imperturbable de la cual es capaz un mozalbete como el y volvio a hacer la sugerencia.Lo mas patético de toda la situacion era que obviamente estaba esforzándose por mantener una expresión de seriedad en su rostro;no se ni me importa si sera defecto o virtud pero yo puedo decir las vainas mas atroces sin expresión facial ninguna acompañando el o los términos en cuestión.Claro que aun no he descartado la posibilidad de una esquizofrenia en ciernes,con el agrevante de que yo no creo exista tal cosa.Cuando le pregunte por que me, dijo que C le caía mal,que incluso había llegado a retirar una materia por culpa de él,me dijo que lo exasperaba.Bien,procedi a analizar friamente el problema preguntándole el antecedente obvio...desde luego nunca habia matado a nadie,dudo que siquiera entonces haya visto a alguien morir,no un accidente desde lejos,no...ser testigo de primera mano de la muerte de un hombre.Me recordo y,claro,se lo mencione,el médico que dejamos morir hace años en la clínica,todos pendientes del descalabro de la actividad en el monitor electrocardiográfico: extrasístoles,una fibrilación ventricular larguísima,el ritmo ideoventricular por casi cinco minutos y,finalmente,para satisfacción del morbo y la paciencia de los presentes,la jodida linea plana...un asunto

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tedioso,un embarre,la muerte.Le referi los antecedentes,las versiones cinematográficas

del

caso

Leopold

and

Loeb,especialmente

la

de

Hitchcock,donde dos estudiantes de filosofía asesinan a un tercero para confirmarse capaces del hecho y,de paso,impresionar a su profesor.Le dije con una seriedad que aun hoy dudo haya entonces captado,que para mi el homicidio

no

es

gran

cosa,le

cite

a

Camus

y

desde

luego

a

Nietzche.Finalmente la conversación se quedo en eso,mierderias de estudiantes de filosofia.

A mi,particularmente,a pesar de que esta sin lugar a dudas loco y quiza precisamente por ello,C no me caia especialmente mal.De hecho hacia un par de dias me habia pagado el pasaje del autobús y ahora queria ayudarme a conseguir trabajo.Desde luego,a pesar de su loquera,C no es ningún pendejo:su interes en mi status laboral y otros asuntos de mi futuro dentro del Departamento son su modo de deshacerse de un obstáculo mas para la carrera que pretende desarrollar como Profesor de Filosofía.Como si a mi me interesara ser profesor de nada,como si a mi me interesara nada y basta.Creo que fue entonces cuando decidi abrir una carpeta intitulada asesinato de C entre los archivos en mi disco duro,como es mi estilo:plantearme un problema y dejar que los diferentes programas trabajen la solucion.Para C era un asunto de disgusto personal,para mi el problema era cargármelo a pesar de que me caia relativamente bien.

No se volvio a hablar del tema hasta que,a mediados del proximo semestre C dejo de aparecer por la Universidad,las embarazosas charlas que llevaba a cabo mas o menos regularmente sobre una serie de temas mal digeridos que el entendia como filosoficos cesaron y no se le volvio a ver deambulando por el Conde,la cara grasosa y la expresión alternante entre la ausencia y el interes marcado propia,diagnosticamente benignos, de un trastorno de personalidad en cluster C como él.Cuando pasaron unos diez

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dias C se me acerco,palido como solo un jabao como el puede ponerse palido y me dijo que la familia de C lo habia declarado como desaparecido.Puse cara de

semáforo

en

intersección

peligrosa:indiferencia-sorpresa-

indiferencia.Como buena víbora esperé el último momento para morderle e instilarle,lentamente, el veneno y,en forma conspiratoria,le espeté:no me digas que te pusiste siempre en esa.El pobre muchacho se quedo sin habla...Insisti:le recordé como le avergonzaban esas charlas que ponian en ridículo a todo el Departamento,profesores estudiantes,hasta la propia audiencia.Sabes de que trataba la ultima de sus charlas?,le pregunte sabiendo de antemano que no sabia....algo sobre el caracter sagrado de la vida.

La semana siguiente fue un verdaro infierno para C,me imagino como debio haberse sentido.Su mujer estaba a punto de dar a luz y la Policia habia pasado a charlar con el Director del departamento.Cuando ,seis dias mas tarde,aperecio el cadáver descompuesto de un hombre de unos treinta y tantos años en el extremo norte de la ribera occidental del rio Ozama,ante la incompetencia de los burócratas de Patología Forense y dadas las similitudes, la familia de C lo acepto,finalmente,como el de su hijo mayor.Todo el mundo se conformo con la tesis del suicidio,subrayada por quien suscribe ante dos detectives de homicidios que me llamaron a la oficina del Director para conocer mi impresión profesional respecto del caso.Antes de salir de la oficina les deje caer,a lo Colombo,un ah,por poco se me olvida,C no era muy popular entre algunos estudiantes....lo consideraban embarazoso para todos;aunque mi opinión experta continuaba siendo que se trataba de un suicidio pense que tal vez a ustedes les gustaría tener ese dato.

Acompañe a los dos cretinos escaleras abajo,hasta el patrullero, preguntándoles si habian encontrado los documentos,recordándoles que

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muchos suicidas se deshacen de ellos antes de cometer el hecho...ganas postmortem de seguir jodiendo,supongo...claro que no les hable asi.Ante sus preguntas mencione par de discusiones acaloradas de C con otros estudiantes,especialmente con K,el psicólogo pastor sobre quien añadi maliciosamente que era,después del malogrado C,quien poseia mayores signos de psicopatologia en un Departamento de locos.Les sugeri,como quien no quiere la cosa,una conversación con el...su punto de vista como psicólogo talvez les sea util,a lo mejor halla notado

algo que al resto se nos

escapo...anque de todos modos C habia tenido discusiones de tono elevado con todo aquel quien conocia,conciente de su status psicológico habia evitado tal situación simplemente ignorándolo,añadi.Para cuando alcanzamos el vehículo estaban tan encantados con mi actitud cooperativa que me dieron un aventon hasta la puerta de mi casa.Estoy seguro que todo el que me vio montar el patrullero penso al fin se llevan a C donde deberia de estar....Si la envidia fuera llanto moriríamos ahogados solia decir un amigo mio.

La matricula entera debio prestar declaraciones en el Palacio de Policia.K luego de un interrogatorio de casi doce horas y una muy necesitada evaluación psiquiatrica, decidio retirar el semestre.Intercambie una mirada significativa con C antes de ir a cumplir su turno,un silencioso no te preocupes lo tengo todo bajo control que su ya crónica,ridícula palidez y el tremor de su voz me hicieron caer en cuenta no fue capaz de haber comprendido.Cuando regreso del Palacio,cuatro horas mas tarde,nos encontramos en la clínica donde su mujer se hallaba en pleno proceso de parto.Casi a medianoche yo mismo recibi el hermoso niño,para ahorrarle lo del Pediatra.Sali del quirófano con el bulto envuelto en un campo quirúrgico verde,arrugado,hirsuto y lloron:un varon felicidades....deberias llamarlo C.Ante su expresión neutra de cansancio terminal me puse paternal y lo mande a casa a dormir con un par de pastillas que tenia a mano.Al otro dia su

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mujer estaba como una gallina tras poner un huevo,tan bien,tan intacta por la experiencia que pudo recordar la conversación de aquella noche,lo cual no dejo de sorprenderme pues pense que no tendría tanta memoria para todas las mierdas que hablaba su esposo,pero esta era especial.Ya C era un caso cerrado cuando esta pendeja,en una especie de psicosis postpartum cometio el error de amenazar,en medio de una de sus cada vez mas frecuentes peleas,a su esposo con denunciar la charla de marras.

Cuando C vino a mi con la noticia no negare que me alarme un poco,leve reaccion adrenergica no mas.Si no fuiste tu,le dije,subrayando la duda implícita en el condicionante,no hay de que preocuparse....en todo caso tienes dos alternativas dejarla hablar o hacerla callar,depende de ti... En fin,el niño no hizo nada y antes de una semana C y yo debimos volver a prestar declaraciones,tuve que ofrecer coartadas para la semana completa que precedio a la desparicion del azaroso ese,que precisamente después de muerto comenzaba de veras a caerme mal.C duro cuarenta y ocho horas detenido,lo volvieron a arrestar tres dias mas tarde y le sometieron finalmente a la justicia basándose en evidencias circunstanciales y,sobre todo,en el deseo de llenar la cuota de sometimientos del Departamento de Homicidios para ese mes.Cuando los mequetrefes fueron a visitarme a casa los recibi como amigos y me pusieron al tanto del caso...claro,a mi me dejaron tranquilo,la misma mujer de C habia declarado como yo me habia opuesto a la idea y subrayado que no me molestaba particularmente el finado C.Apenas se fueron llame a mi abogado,necesitaba sacar a mi amigo de aquel embrollo.La familia pago la fianza y en el juicio fue finalmente descargado.La versión oficial fue que C decidio suicidarse ante la recurrencia de sus brotes esquizofrenicos,de acuerdo a la experta opinión de un psiquiatra que nunca en su vida le habia siquiera visto la cara.

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Que las mujeres sean infieles es pasable,pero la deslealtad de un conyugue es imperdonable,El carajito ya tenia siete meses,hacia casi cuatro que Luchy vivia con sus padres;la abuela se habia hecho cargo del primer nieto.C sufrio un descalabro nervioso que lo tuvo veinte dias en el psiquiatrico de donde regreso a su nativo Dajabon,perdiéndose de paso una mente promisoria para la filosofia.K habia vuelto a inscribirse y retomado su puesto como monitor.Metiche como los de su profesión comenzo a visitar regularmente a la antigua mujer de C,aconsejándola,me dijo una vez.Pense y pense...esta vez no valdrían los toxicos no residuales,o simplemente indeterminables por falta de reactivos en el pais,como habia ocurrido con C,a quien habia lanzado desde el puente Sánchez tras ponerle 250 mg de ketamina,con ayuda de un lumpen amigo de los viejos tiempos.Ese mismo amigo determino el patron de visitas de K a Luchy....claro,a la semana ya estaban singando.Si al menos aquello pudiera haberme indignado aun mas, habría servido como balance por la muerte gratuita de C, pero hace anos me ha abandonado la capacidad de indignaciobn,necesario mecanismo de adaptacion a este mundo de mierda;y,por otro lado, ya el lector conoce mi opinión sobre la infidelidad .Regateamos y regateamos y,finalmente por dos mil pesos el tiguere despacho a la jeva...Para los “humanos demasiado humanos” ,hayqueseyocuantos chamaquitos huérfanos y se crian de lo mas bien.Desde luego,K encontro el cadáver la segunda de sus tres noches de visita a la semana,me imagino como se le desvaneció la erección...Un ”vecino” habia llamado minutos antes a la policia,aludiendo escuchar los gritos que la infeliz no pudo proferir.El pobre estaba tan confuso que tomo la trampa como un castigo divino por su adulterio y no negó ninguno de los cargos,otra evaluación psiquiatrica le libro de treinta

años en

Najayo a diez en el

recien construido Hospital para Criminales Dementes en Monte Plata,donde me dicen se halla bastante recuperado y muy ocupado predicando la

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Palabra,convencido

del

Humanidades,incluyendo,desde

carácter luego,la

diabólico

psicología

y,mas

de

las

que

nada,la

filosofia.Mi amigo el lumpen,una noche de bonche,termino anegado como C...en lugar de cocaina lo puse a inhalar ketamina que habia deshidratado en el microwave,me fue bastante facil convencerlo de que se lanzase el mismo del puente Duarte, que ambos sabíamos que podíamos volar.Estaba tan arrebatado que cayo en lo seco ese fatal.No cabos sueltos y,diganme tacaño pero dos mil pesos son dos mil pesos.

La ausencia de C ha hecho bastante aburrido el Departamento.He intentado

comunicarme

con

el

pero

su

discurso

se

ha

reducido

exclusivamente a un inacabable sermón sobre la santidad y el inminente regreso de Cristo.Le sugeri a los familiares un curso de TEC seguido de olanzapina pero no quisieron hacerme casos.Que puede esperarse de estos campesinos.,Se han incluido varios cambios a lo interno del Departamento de Filosofia,especialmente la evaluación psicológica de todos los aspirantes a la Licenciatura,una de las responsabilidades,adecuadamente remunerada, que ha caido sobre mi.La otra es mi labor como profesor,hace tres semestres imparto dos secciones de Historia de la Filosofia IV y una seccion de Etica.La ultima es la de mentor del hijo de C y Luchy,un niño muy sano,muy noble...estoy orgulloso de él;espero un dia llegue a ser como yo.

Carta al Generalísimo Doctor Rafael Leonidas Trujillo Molina Su excelencia Señor:

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Generalísimo Doctor Rafael L. Trujillo Planicie de Fuego(7mo. círculo) Infierno Excelencia,como corresponde al protocolo.Espero se encuentre bien en compañía de Attila,Hitler y otros menos conspicuos como Truman,Jhonson y Kennedy para limitar el alcance de la lista de posibles conciudadanos de tu merecido lugar en el más allá a aquellos de gentilicio norteamericano.A estas horas(excúsame el que te trate de tú,si es que te molesta,prefiero el tono afectivo al las exigencias del protocolo) debes haberte enterado del boca del propio Ike,quien no estoy seguro deba encontrase allí o en Malebolgia,que los gringos te mandaron a matar....quizá nunca entendiste que ese era el más peligroso y real de los enemigos de nuestra Nación.A estas alturas te nos han pintado peor de lo que eras,(lo cual debe haber sido bastante difícil,pero nunca se debe subestimar el poder de la propaganda bien dirigida y peor intencionada,había que demonizarte para con ello demonizar el único valor que te redime:tu nacionalismo,aunque sólo fuera secundario a tu trujillismo,hipótesis que no comparto )te han demonizado hasta hacer imposible un análisis desapasionado de tu rol en la Historia Dominicana.Han subrayado los crímenes,las atrocidades,tus pecados contra la oligarquía y uno que otro de los miembros del pueblo llano cuidándose de obviar tu innegable participación en el apuntalamiento de nuestra Nación,el desarrollo

del

moderno

Estado

dominicano

y

tu,ya

mencionado,

nacionalismo.Claro,ya debes saber que eras un megalómano y un hijo de puta,pero eso no quita que hallas logrado un innegable desarrollo de nuestra formación social.

Después que te mataron(como te lo merecías,el que a hierro mata no puede pretender morir a escobazos)Balaguer se encargó de llevar a cabo la primera parte de la transición democrática,luego fue sustituido por un

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Consejo de Estado formado por varios de tus colaboradores y generales no sin antes sacar del país a tu familia(con toda la razón del mundo) quienes llamaron a elecciones apenas un año después de tu muerte.Esas primeras elecciones las ganó Juan Bosch,de quien no creo siquiera te recuerdes,si bien estuvo bien activo entre los exiliados.El trato de encabezar un Gobierno verdaderamente democrático y en unos siete meses ya Kennedy lo había

hecho

tumbar.A

este

lo

sustituyó

un

Triunvirato

tan

insoportablemente corrupto que una buena parte del Ejército terminó sublevándose contra él y el 24 de Abril de 1965 decidieron echarlo fuera y prepara el retorno del Presidente elegido.Cuatro días más tarde tus amigos de la Infantería de Marina desembarcaban en la Capital(desde luego,Santo Domingo,no ibas a creer que le iban a seguir llamando Ciudad Trujillo después de haber salido de ti)totalizando un número de 42,000.No se sabe cuantos dominicanos mataron,pero apuesto que mucho más de los que tu pudiste haber matado en los treinta y un años de tu reinado;cuando llegaron a un acuerdo para cesar las hostilidades.Fíjate las ironías de la Historia:el líder de la resistencia a la invasión gringa fue el Coronel Francisco Alberto Caamaño(el hijo de Fausto Camaño),el llamado bando constitucionalista mientras su contraparte,la de los oficiales pro-gringos y según algunos su preferido para ocupar la presidencia de la República,fue uno de tus asesinos,el único que sobrevivió a la cacería desatada por el SIM y tus hijos,ese mismo Antonio Imbert,ahora declarado héroe nacional y de cuyo carácter sanguinario y su participación en la famosa “Operación Limpieza” de la parte norte de la ciudad(algo similar a lo que tu mandaste a hacer con los haitianos en el 37 que por alguna razón no creo hallas podido ser capaz de ordenar contra dominicanos).Bien Balaguer resultó electo residente en las elecciones impuestas por las tropas gringas y gobernó durante doce años

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un país virtualmente ocupado,donde la CIA hacía lo que le daba la gana y la izquierda(los que se hacían llamar comunistas)no sabía distinguir donde tenía la cabneza y donde tenía el culo...No te sorprenderá saber que todo aquel que recibió un boche de un calié o un pescozón es considerado un héroe.Bien después de doce años de Balaguer ganó el PRD,duró ocho años en el poder y resultaron más entreguistas y chupa culos de los gringos que el mismo viejo,quien por cierto murió hace poco pero no se si permitirán contacto entre los huéspedes de los diferentes círculos infernales;además quien sabe si con cu labia no ha logrado engañar a San Pedro o si a estas alturas le halla ofrecido a Dios la vicepresidencia....En fin...no quería darte las malas noticias así de zopetón,pero la “democracia” a dejado más muertos que los treinta años de horrores que la historiografía oficial te atribuye.iguen desapariciones,tortura y ejecuciones sumarias...sólo que con mucho cuidado de no tocar a nadie de la clase media alta para arriba y especialmente de la oligarquía,la que conociste,la que creció al amparo de los doce primeros años de gobierno balaguerista y la narcocracia de los gobiernos perredeístas y de los últimos diez años de Balaguer.

Te van a rechinar los dientes de rabia:han vendido las empresas estatales a capitalistas extranjeros,las mujeres dominicanas ejercen la prostitución a todo lo largo y ancho del planeta,el desempleo,el analfabetismo y la inseguridad social se han centuplicado desde tu sanguinaria tiranía.Nos han globalizado sin pedirnos permiso y toda la industria dominicana,aquella que no ha sido barrida por la inundación de nuestros mercados por productos sobre

todo

de

origen

norteamericano,se

halla

en

camino

a

la

desaparición.Aquí la clase burguesa se ha tornado en importadora,y el actual presidente,un cibaeño del PRD anduvo de manbos con uno de los representantes principales de ese sector de nuestra burguesía,un español

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apellido Corripio,que parecía más un especie de virrey que un comerciante extranjero más.

Mientras un 10%(estoy siendo muy exagerado) de la población exhibe yipetas último modelo el resto de los dominicanos tienen que trabajar a salario de esclavos en Zonas Francas que no pagan impuestos al Estado,no perniten la formación de sindicatos y en ocasiones exponen a sus trabajadores a sustancias tóxicas....todo esto para ganar apenas lo suficiente para satisfacer

sus necesidades básicas.A cada rato se los

comen los tiburones,ya no por ordenes tuyas directas o indirectas,si no porque

se

van

en

yola(así

mismo,hermano,en

yola...!)a

Puerto

Rico,atravesando el Canal de la Mona....En los últimos veinte años los tiburones deben haberse comido mas emigrantes dominicanos que los enemigos del régimen que tus esbirros arrojaban en La Caleta.Hay por los menos dos millones de haitianos(un cálculo conservador)en territorio dominicano,más de millón y medio en plena ciudad capital,desplazando mano de obra dominicana.

No

se

sabe

cuanto

debe

el

país

a

órganos

crediticios

internacionales,pero nuestra soberanía es un ilusión en el mejor de los casos,un

burdo

engaño

en

el

peor

de

ellos.Ni

siquiera

tenemos

autosuficiencia alimentaria.Desde hace años se nos viene repitiendo del turismo como generador de capitales y empleos,pero los hoteles pertenecen a cadenas transnacionales(sobre todo españolas) y el país se promueve a nivel internacional como un paraíso para homosexuales y pedófilos,de hecho se ha denunciado el uso de niños dominicanos en circuitos de pornografía infantil.Entiendo que la pasa bastante mal en el Infierno así que no quiero agobiarte con malas noticias.Realmente,después de tu muerte esto ha ido de mal en peor y de momento nos cambian la moneda,el idioma y la bandera.

Hasta la vista.

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Atentamente, su servidor

Psiquíatrico

El procedimiento era bastante simple, más simple en realidad que como el Dr.Núñez solía llevarlo a cabo.La entrevista era sólo una formalidad:el expediente había sido ya llenado por los burócratas del Ministerio del Interior.Todo lo que Núñez debía hacer era escribir una pequeña nota y firmar el ingreso, añadiendo la medicación necesaria para mantener al paciente en un estado de aceptable conformidad.Generalmente llegaban fuertemente sedados,en una suerte de estupor resignado tras los días de privación de sueño, de temor e incertidumbre, de torturas...

Lo cierto es que muy pocos presentaban evidencia física de violencia. En tres años, apenas cuatro entre más de un centenar, llegó a mostrar alguna laceración o hematoma, nunca en el rostro. Mantenerlos desnudos todo el tiempo era parte del “tratamiento”, desde el arresto hasta la oficialización del confinamiento con diagnostico y manejo, el “enfermo” era desvestido completamente. Algunos burócratas añadían pequeñas notas, escritas en papeletas autoadhesivas, sugiriendo tal o cual modalidad de tratamiento, generalmente cursos de TEC cuya intensidad y duración eran determinadas por el nivel de “agitación del paciente”,un eufemismo para referirse a la disidencia política y el grado de activismo y trascendencia de cada caso.

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Cuando le llegó el primero de estos pacientes, con el expediente preparado desde el Ministerio, la sorpresa había dado paso a la indignación.

Su superior inmediato le llamó aparte y, solos en su oficina, le aconsejó no echar su carrera por la borda por uno de estos “descarriados” por quien nadie daría medio centavo. Con suerte, pasados los cuatro años de su entrenamiento, no tendría que lidiar con esos casos en su práctica privada.

Muchos de los “pacientes” eran estudiantes universitarios que

habían

elegido para sus tesis de grado alguno de los temas considerados tabú por los organismos oficiales de censura. Otros venían de diversas áreas del quehacer académico y laboral donde habían entrado en conflicto con algún jefecito o habían expresado alguna opinión imprudente a oído de los cada vez más abundantes delatores en el seno de la sociedad dominicana.Núñez llegó a decirse a sí mismo que estos eran los afortunados, que al menos estaban en manos de personal médico y no encerrados en alguna mazmorra o aumentando las listas crecientes de desaparecidos de los últimos seis años.

El Doctor Núñez se encontraba ya en su tercer año de entrenamiento cuando uno de los desgraciados logró articular, por sobre el trauma de las más indecibles vejaciones y el efecto de los neurolépticos, una pregunta demoledora: “¿Cómo puede usted, un medico, prestarse a esto?”.Desde aquel día la vergüenza de sí mismo no le permitía mirarles a los ojos y en medio de su desnudez, sumidos en él más absoluto desamparo, cada uno de esos pacientes le insultaba con la exuberancia de su dignidad. Pagar tal precio por las propias ideas sea quizá el más grande criterio de verdad, pagar tal precio por no tenerlas es la mayor señal de individualidad, de libertad:el mártir del nihilismo es el arquetipo del hombre libre.* Cuando Núñez refirió el episodio a su superior inmediato este se limitó a hacer una breve nota en el expediente del paciente. Pasaron varios meses hasta que Núñez volviera a ver al susodicho: deambulaba

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desconcertado por los pasillos del hospital, incapaz de enderezar el cuello torcido hacia la izquierda como el de una avecilla rota y arrastrando la pierna derecha. El doctor se detuvo a saludarle y el paciente no respondió, obviamente no le reconocía,unicamente se limitó a balbucear algo ininteligible.El médico notó, a ambos lados de la frente, las cicatrices de la lobotomía y una sensación de naúsea, nacida de los más profundo de su ser, le hizo girar sobre sus talones y meterse corriendo al primer consultorio vacío que encontró, donde le tomó casi cinco minutos de lucha para controlar las arcadas que amenazaban sacudirle el cuerpo.

Desde entonces se cuidó de no comentar con sus superiores sobre estos pacientes, si bien de poco sirvió,especialmente durante esos dos primeros años de entrenamiento. La cruda verdad era que no podía hacer nada para protegerlos y la mayoría de ellos terminaban siendo reducidos, mediante psicocirugia o tec “intensiva” y macrodosis de psicofármacos según esquemas de tratamiento diseñados por el Ministerio del Interior encargado durante el presente régimen del manejo de la Salud Mental del pueblo dominicano. El manejo de la salud física de los dominicanos seguía estando a cargo, desde luego, del Ministerio de Salud Pública, que con la Prevalencia de las redadas, inter cambios de disparos, desapariciones y demas debió haberse atrevido, al menos una vez, a incluir entre las principales causas de muerte e incapacidad entre la población, la acción de nuestras veneradas, venerables Fuerzas Armadas y Policía Nacional.

Tales esquemas “terapéuticos” habían logrado a cabalidad su cometido: tornar en verdaderos zombies, en hombres efectivamente robados del último vestigio de su humanidad gracias a los avances de la ciencia médica, a toda una generación de disidentes políticos, intelectuales, espíritus críticos, o, como en muchos casos, a un desdichado cualquiera que terminó por caerle mal al hijodelagranputa equivocado.

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Durante el último año Núñez había visto cada vez menos de estos disidentes, en parte debido a la aquiescencia de la sociedad al estado de cosas(el conformismo es un muy efectivo método de auto preservación); en parte por la progresiva disminución de su contacto directo con los pacientes a medida que su entrenamiento se acercaba a su final. En apenas dos meses el Dr.Jose Núñez llegaría a la meta anhelada y tendría un titulo de postgrado para facilitar su inserción en la sociedad como un competidor espe cialmente preparado para “triunfar”. Por alguna razón tal perspectiva no le llenaba de júbilo.

Una mañana de Abril, mientras pasaba visita en la Sala de Hombres de Mediana Estadía(H-2)uno de los pacientes le clavó una mirada intensa y dura; un mudo reproche más estruendoso que cualquier discurso. Salió a toda prisa de la sala, sin mirar atrás, diciéndose lo que se había estado diciendo durante los últimos tres años: que no debía avergonzarse de su profesión, que el ejercicio de la medicina era siempre un digno privilegio, que incluso a aquellos desgraciados, a los pacientes entre comillas del Nuevo Orden, les ayudaba y protegía.Como siempre, tal soliloquio no le valía de nada, sentía una profunda vergüenza de ser quíen era:un censor, un cómplice, un esbirro, un verdugo... “¿Y no es este acaso el rol de los psiquiatras aún antes de Pinel?”-se dijo, en lo que reconocía como una intelectualización del conflicto moral que le atormentaba.”¿No somos nosotros herederos legítimos de Los Inquisidores?.¿No nos hemos constituido en un nuevo Santo Oficio, defensores de los dogmas elusivos de la normalidad y la cordura?”.No importaba como lo racionalizase, el amargo en la boca y el peso en el corazón(el de los poetas, no el de los anatomistas)persistían, crecían, le ahogaban...

Al final de aquella misma mañana fatídica trajeron a Alejandro al consultorio. Le había conocido apenas el año anterior, justo antes que

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cerraran el Departa- mento de Filosofía de la Universidad Estatal, mientras Núñez intentaba hacer una Licenciatura en Filosofía Pura, intentona que le costó una sonora reprimenda, cargada de poco veladas amenazas por parte del Encargado de la Residencia de Psiquiatría del Hospital: ”Las cosmovisiones personalizadas son incompatibles con el ejercicio de nuestra especialidad, las ciencias de la conducta son tan positivas como la biología.”... había añadido a guisa de despedida. Ambos sabían que mentía... y que debía hacerlo y que Núñez tendría que abandonar las Humanidades. “Inmanuel Kant habría enloquecido en este ambiente” no se atrevió a decir el médico, pero dejó el despacho con una de esas sonrisas deliciosas que solamente el humor privado de los muy inteligentes y de los locos es capaz de producir.

Alejandro estaba inusualmente lúcido y presentaba un muy inusual ojo morado, circunstancias que debieron haber puesto en guardia a Núñez, pero,para su desgracia, su psique había aprendido a desdeñar las sutiles observaciones del instinto. El “paciente” mostró sorpresa al ver a Núñez y, a guisa de saludo, le espetó: “¿También, tú?”,en una entonación shakesperiana que tampoco pudo ponerlo sobre aviso.Casi instintivamente el médico comenzó a ajustarse la corbata y a alisar arrugas inexistentes en la bata.El sarcasmo en la mirada monocular de Alejandro le hizo consciente de la risible puerilidad de tal gesto: esconderse tras el hábito que simboliza una autoridad necesaria, pero tan inútil o quizás mas que las demás.

Sin decir palabra, Núñez tomó el expediente del pequeño montón de fólderes a su izquierda. Una nota del Ministerio recomendaba Terapia Electroconvulsiva con una frecuencia y forma de administración ausentes de cualquier Texto de Psiquiatría aunque,¿quién sabe?, quizás aparecerían entre las memorias de Don Mitrione o en algún manual oscuro de alguno

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de los médicos militares de la Argentina de Videla,Galthieri y consortes.

La nota seguía describiendo al paciente como renuente a cooperar con su propio proceso de tratamiento,incapaz de reconocer sus “claras manifestaciones de psicopatía”...”Coño,¿por que no le indican sesiones de tortura? y basta “–pensó Núñez, como pensaba tantas cosas cuyo silencio había terminado por enmudecerle el alma.”Todo el que brega con mierda,tiene que heder.”-solía decir su padre.Su propio metafísico olor quiso herirle las nari- ces.Imprudentemente preguntó por el motivo del internamiento de su antiguo compañero de Aulas.”Tu sabes-contestó irónico-delirios de persecución... ahí tienes el diagnóstico: esquizofrenia paranoide, trastorno antisocial de la personalidad,traumas múltiples.

Típico DSM-V revisado por el neotruji...”El médico interrumpió con un sonoro carraspeo. Alejandro continuó: “...loco en fin. Hay que estar loco, loco de remate, para cuestionar el carácter democrático y progresista del actual Gobierno, sólo los delirios de un desquiciado como yo, de una mente enferma y un alma envenenada es capaz de sospechar que nuestros funcionarios sean corruptos, que nuestros militares sean carniceros y que todo el país se ha cruzado de brazos. NADIE QUIERE HACER NADA!”.Habían lagrimas en sus ojos, pero Núñez no se sintió conmovido.”Incapaz de generar empatía, propio de la esquizofrenia”pensó, sin llegar a convencerse lo suficiente para sentirse de nuevo como médico ante un enfermo.Le miró fijamente a los ojos y reformuló la pregunta:”¿Qué hiciste? ...¿Cómo empezó todo?”.

Alejandro-Astacio era su apellido-le contó que había sometido un pequeño ensayo al Departamento de Letras, habiendo debido cambiar de carrera al cerrarse Filosofía.”Ah,si...la Academia.””No hay lugar aquí para filósofos,a menos que cierres los ojos y te inundes en la Nada,como Heidegger. Tampoco para literatos.¿Qué haría un literato en una zona

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franca”. ”Quizá escribiría el próximo Over”.Compartir la risa llevó a ambos al mismo nivel de antaño: compañeros de estudios que conversan con el entusiasmo

y la desinhibición de los intelectos dotados.”...o

paquitos (ahora les llaman cómics o tebeos)propagandísticos para que los obreros los lean en su tiempo libre..”.”No,no hace falta,los horarios,el sonido de las maquina- rias,el ritmo de trabajo, música ambiental en algunos lugares...y lo de afuera, tu sabes,el lavado masivo de cerebros es de tal eficacia,tan constante, tan intenso que..bien, mira donde tiene lugar una conversación como la nuestra, donde es absolutamente inofensiva”.Un silencio embarazoso siguió entre los dos, quizá ambos habían ya hablado demasiado.El intercambio había convencido a Núñez de lo que desde un principio había sabido, no se trataba de paranoia,ni delirio alguno, estaba frente a un hombre brillante que se había atrevido a decir algo que molestó a alguien que no debe ser molestado por los planteamientos de un estudiante insignificante.

Alejandro estaba muy agudo.”¿No te han medicado?””Aprendí a escupir las pastillas luego de esconderlas bajo la lengua y a fingir la sedacion y ciertos síntomas extrapiramidales...”Torció el cuello y sacó la lengua a guisa de demostración y Núñez rió de buena gana.”Duré doce días en el Hospital Militar”.Un escalofrío recorrió el espinazo del médico generalmente allí los pacientes que no son lobectomizados simplemente desaparecen.Sacudió vigorosamente la cabeza de las imágenes del futuro: las fosas comunes descubiertas, los reclamos de los familiares, la dosificación de libertad a la población hasta que el ciclo vuelva a comple tarse y el sistema deba reinventarse a sí mismo ejerciendo el único poder verdadero,el de la violencia.

Aquel último dato puso a Núñez instintivamente a la defensiva. ¿Hospital Militar...?.Esto debía de ser un gancho... Recordaba a Alejandro

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como un estudiante brillante, una mente extraordinariamente aguda, implacablemente inquisitiva; una de las pocas personas por cuya capacidad intelectual había llegado a sentir genuina admiración. El ánimo del “paciente” pareció decaer súbitamente, las lagrimas rodaron en silencio, avergonzadas, por sus mejillas. Preguntó con voz ahogada por cuanto tiempo debería de permanecer allí. El despliegue de emociones tomó al médico por sorpresa, le hizo bajar la guardia. Le contestó diciéndole que no se preocupase, que se encargaría personalmente de su cuidado, que no permitiría que le hicieran ningún daño irreversible...”No voy a dejarlos fundirte, Alejandro”, le prometió sin mirarlo a los ojos, sin saber en la mirada de cual de los dos se dibujaría el engaño. Tomó la nota autoadhesiva con la recomendación del Ministerio e hizo una bolita con ella, arrojándola al cesto de basura como gesto de reafirmación de sus garantías.

Escribió

una

pequeña

nota

de

ingreso

y

ordenó

la

administración de tranquilizantes ligeros como medicación única. Sabía que debería responder por ello y no tenía idea de cúando ni cómo.

Cinco días más tarde el Encargado llamó a Núñez a su despacho. Sin dirigirle la palabra, sin alzar la mirada, se limitó a mostrarle el “Post-it” arrugado con las órdenes del Ministerio junto con un documento que debía firmar sin leer.Sobra decir que en ningún momento fue invitado el Dr.Núñez a tomar asiento. En poco tiempo sabría que acababa de firmar la renuncia a su cargo por motivos de salud.El otro le miraba con una suerte de desprecio asqueado,como se mira un insecto,una cucaracha en agonía.Dos policías de civil,con las gafas y atuendo dominicanyoresco de los servicios de Inteligencia, entraron sin anunciarse al despacho, escena coreografiada a un nivel mucho más alto de malicia,de poder,de inteligencia. Uno de los gorilas le abofeteó en medio del rostro a guisa de saludo, con el inconfundible silencio del desprecio reservado a las heces de la

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sociedad.El otro le ordenó que se desnudara,”buena mierda”. Le trasladaron así, completamente desnudo, con las manos esposadas por la espalda, empujándole a lo largo del pasillo donde todo el personal del hospital, desde el barrendero hasta el último de sus colegas se había alineado para observarle. Una enfermera se le puso en frente y le escupió la cara.

Afuera esperaba un automóvil encendido, donde le hicieron entrar forzosamente, haciendo que su frente chocara con el borde superior del marco de la puerta.Núñez sintió la tibia viscosidad de la sangre descender desde la raíz del cuero cabelludo hasta las cejas.Reconoció a Alejandro, sentado al lado del conductor, fumando un cigarrillo con aire de sincera despreocupación.Una vez este estuvo sen- tado entre los dos esbirros, se volvió hacia Núñez y le dijo,el sarcasmo evidente tras las gafas que ocultaban sus ojos pero no podían proteger a Núñez de su mirada:”Siempre supimos que usted estaba enfermo, Doctor. Hace tiempo hemos venido tratando de ayudarle. No se preocupe-posó su mano sobre el muslo derecho del médico, en una humillante caricia nosotros lo curaremos.”No paró de reír por casi 200 metros.

*Nota del autor:Esta última frase no viene, obviamente, al caso,pero me dió la gana de ponerla,la puse y la dejé.¿OK?.

Otra versión Poncio Pilato era un buen romano,incluso un buen hombre,según los estándares de la época y,desde luego,un excelente gobernador:práctico dentro de los confines de su legalismo compulsivo,orgulloso de su rango y

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más que nada de su gentilicio,tan culto como la curiosidad y el ocio le permitían e incondicionalmente leal al Emperador.Sus labores eran básicamente simbólicas del poderío militar de Roma, pues,algo menos que colonias, los pueblos sometidos bajo la égida romana manejaban su propia justicia,administraban sus recursos económicos,así como sus luchas políticas intestinas,con la única condición de no interferir con los intereses comerciales y estratégicos del Imperio.Siendo, como era Palestina, una suerte de Panamá, su mayor riqueza,era su ubicación geográfica.La única disposición tomada por el procónsul

había sido,obviamente,el pago de

impuestos al Emperador y,sin embargo, las Legiones desplegadas en la provincia tenían como principal objetivo, aún por encima de asegurar la labor de los publícanos, el garantizar el libre tránsito de productos por las rutas comerciales que debían atravesar la zona y mantener aquella muralla contra la continua amenaza de una irrupción más allá de las fronteras imperiales de las tribus bárbaras provenientes de Oriente. .Roma no había escatimado esfuerzos para mantener la paz en aquel pedazo de desierto y maniobraba diestra y generosamente con los líderes políticos hebreos,y más que vasallos, éstos eran considerados prácticamente como socios por el Senado y aún por el propio César. A pesar de todo esto, los judíos probaron ser más de lo que un hombre tolerante, paciente y justo era capaz de manejar:El ininteligible patriotismo de este extraño pueblo hizo comprender a Pilato,desde sus primeras semanas en Palestina que,a fin de cuentas, haría falta mucho más que la razón y la diplomacia para someter a Judea a la condición de provincia funcional del Imperio Romano.

Desde luego,a ningún romano y mucho menos a un político sagaz y pragmático como Pilato,le temblaría el pulso para condenar a muerte a cualquiera de aquellos bárbaros.El Prefecto,título debido a su suprema autoridad militar, era sin embargo, en el orden político una autoridad de segundo rango,

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supeditada a las decisiones de la legación senatorial en Siria y, habiéndosele conferido el cargo durante el mandato de Sejano, derrocado por Tiberio, su situación personal no era,definitivamente,la más favorable. Poncio Pilato estaba “en la mira”:No podía darse el lujo de comprometer bajo ninguna circunstancia el mantenimiento de la paz en la provincia.Cultivó relaciones cordiales con los líderes religiosos judíos, comprendiendo que eran aquellos quienes detentaban realmente el poder en aquella suerte de bizarra teocracia, cediendo en más de una ocasión a sus supersticiosos remilgos;sin embargo,a la hora de administrar justicia contra cualquiera que atentase contra la estabilidad de la provincia era siempre decidido, veloz e,incuestionablemente crúel.En el latín de entonces no existía palabra alguna para expresar el concepto de misericordia.

Sin embargo los judíos aplicaban también sin reparos sus leyes y la muerte por dilapidación de mujeres sospechosas de brujería o infidelidad y,claro de aquellas sorprendidas durante el acto mismo del adulterio ,olvi- dadas por los auditores de la historia,debieron multiplicar al menos quince veces el número de ejecuciones ordenadas por Pilato durante sus casi diez años como Gobernador de Judea.Su mujer,Claudia,al través de sus criadas nativas,se mantenía al tanto de esta situación y en una ocasión llegó a sugerirle al marido que interviniese en el asunto, quién mirándola con ojos de inefable cansancio, prefirió abstenerse de explicarle como no le interesaba entrar en conflicto con los jerarcas religiosos locales, quiénes estaban convencidos actuaban bajo mandato divino al aplicar tales castigos. Tampoco le dijo que el Gobernador y el Senado tenían en sus manos problemas mucho más delicados y urgentes que proteger las vidas insignificantes de aquellas mujeres bárbaras,a quienes encontraba especialmente repulsivas en su abyecta sumisión al varón, chocante aún en aquellos tiempos, para un hombre de la cultura del Prefecto.

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Era principalmente

su esposa quien había ilustrado a Pilato

sobre la

idiosincrasia del pueblo que “gobernaba”:su historia, sus personajes, sus costumbres, su dios y su exasperante fanatismo y altanería.Los padres enseñaban a sus hijos pequeños a referirse a los romanos con términos como basura y cerdos y apenas ordenaba la ejecución de alguno de los activistas del casi centenar de grupos que pregonaban abiertamente,con el audaz atrevimiento de los ignorantes, la separación violenta del Imperio que había permitido el mayor desarrollo material conocido por los habitantes de Palestina desde los años de su legendario rey Salomón, se presentaban ante él los líderes religiosos a negociar, no la absolución del condenado ni nada por el estilo, sí no para aprovechar la ocasión de chantajearlo con una revuelta generalizada si se negaba a otorgarles

algún nuevo privilegio.

Despreciaba a estos con una intensidad tal que bordeaba en el odio y que no podía menos que sorprender a su carácter flemático; con los años su capacidad de tolerancia y disimulo menguarían considerablemente y entrarían en una lucha más o menos abierta que terminaría con la remoción de Pilato del cargo, por Gayo César, en el año 41 a.d. gracias a las repetidas apelaciones de éstos ante el legado senatorial en Siria,la decreciente perspicacia política del Gobernador y su creciente impopularidad entre los propios jerarcas romanos.

Poncio Pilato conocía lo suficiente sobre las locuras del nacionalismo para comprender la desafección generalizada de los judíos hacia Roma; lo que terminó generándole ataques cada vez más frecuentes de

una feroz

migraña era la ubicuidad y el nivel del odio de éstos hacia la presencia romana en su suelo y sobre todo el hecho insólito de que estos bárbaros fueran capaces de mirar a un romano,al propio Prefecto,con ojos de desprecio.Se podía odiar a Roma, pero despreciarla era una intolerable blasfemia Y Pilato era incapaz de hacer nada al respecto:ni siquiera los

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legendarios códigos del Derecho Romano tenían el poder para legislar sobre los sentimientos de la gente y sobre estos judíos tampoco el miedo parecía tener mucho efecto, comprobada la final ineficacia de la política de terror aplicada sistemáticamente durante los primeros dos años de su mandato por el Gobernador.

Jerusalem debía ser el único lugar del mundo donde la primavera era un verdadero infierno.Venían judíos desde todas las comarcas y aldeas de la Provincia a celebrar la llamada pascua, en remembranza de su liberación de la esclavitud en Egipto por su dios,quién para Pilato no era otra cosa que una especie de Júpiter remilgado,ultraselectivo y al cual los locales tomaban demasiado en serio.Un dios capaz de hacer un pacto con simples mortales,y mucho menos cumplirlo, le resultaba inconcebible: Todo el mundo sabia lo caprichosos que eran los dioses en los cuales el Gobernador apenas creía, con la distancia cínica del adulto que escucha historias infantiles; de habérsele inquirido al respecto habría respondido con una palabra aun no nacida:Poncio Pilato era un agnóstico,simplemente no le interesaba Dios, después de todo conocía personalmente a Tiberio César, dios oficial de todo el Imperio,y su opinión sobre la deidad no debía, en consecuencia, ser demasiado elevada, ni siquiera llegaba a ser de mediana estatura.Con la ciudad atestada de gente,el templo que Herodes el Grande había restaurado a una so- brecogedora magnificencia, rebozante e hiperactivo como un hormiguero humano, podía percibirse en aquel aire saturado de humo, de sangre, de sudor, la pesada amenaza de un motín.

Mientras absorto en tales pensamientos, recordaba como el haber ordenado la crucifixión,la pasada pascua, de seis miembros prominentes de uno de los grupúsculos mas famosos y militantemente activos del movimiento separatista, los zelotes;su mujer se acercó para sentándose a su lado sobre el banco de mármol, protegidos del levantisco sol levantino bajo la sombra

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de un sicómoro, hablarle del mas famoso de los incontables santones que deambulaban por los campos y caminos de Judea,un tal Josué-ben-José,a quien la plebe llamaba Jesús y de quien muchos estaban convencidos se trataba del mesías,el mítico rey ungido por el propio Dios, quién, según anunciaban los libros sagrados hebreos, liberaría de la opresión extranjera a su pueblo y sería rey sobre el mundo entero,por encima del propio Emperador.Con un bostezo le hizo saber a Claudia que no estaba interesado en lo más mínimo en las patrañas supersticiosas de aquel atajo de locos sobre quienes tenia la desgracia de gobernar, sin embargo no pudo dejar de percibir en su interior el encenderse de una sorda

alarma, nacida del

instinto y de su notable perspicacia política: Una tormenta se avecinaba; con un suspiro resignado volvió a mantenerse en silencio,ensimismado.Tras unos embarazosos segundos,su mujer se levantó para ir a ponerse a seguro de su cada día más distante e irritable marido.

Para la puesta del sol el dolor de cabeza parecía el inclemente martillar del propio Vulcano tras su ojo derecho. Uno de sus criados de confianza y espía ocasional vino a avisarle que el tal Jesús había entrado aquella tarde a Jerusalem,recibido con cánticos por una muchedumbre frenética que ahora le seguía a todas partes.Se limitó a pedirle al criado le preparara la pócima a base de capullos de amapola macerados con vino que su médico había recibido de una vieja judía, de la cual supo había muerto apedreada meses atrás.

Tras tomar ávidamente la copa con la poción se fue a la cama sin siquiera haber cenado y ,por alguna razón, quizás los efectos de la adormidera, sonrió al pensar en aquel Jesús.

Toda la semana estuvo marcada por la figura del mesías.Los asesores y espías del Prefecto le daban informes contradictorios y hasta francamente delirantes: organizaría una rebelión armada contra los ocupantes romanos antes del día de reposo;era un antiguo miembro de una orden monástica , los

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esenios quienes terminaron retirándose al desierto a esperar el inminente fin del mundo;habia precisamente venido a Jerusalem para traer tan incomodas nuevas...El capitán de los centuriones le relató como había curado al siervo de uno de estos.A través de varias fuentes se enteró de que el propio Herodes manifestaba un vívido interés por conocer personalmente al tal Jesús;decir que Pilato pensaba que el tetrarca era un cretino sería más que una mediatización de la opinión del romano sobre quien era lo más cercano a una contraparte judía que tenía en el aspecto político y jurídico:lo despreciaba mucho más que a los irritantes levitas y ese desprecio bordeaba en la repugnancia.A pesar de considerarlo insoportablemente supersticioso y francamente cobarde,no podía pasar inadvertido ante la mente perspicaz e inquisitiva del Gobernador que las caprichosas disposiciones de Herodes sumadas a las demandas del propio Imperio no eran nada en comparación con la descarada e intensa explotación que sobre el pueblo judío ejercían los sacerdotes,quienes muy a su pesar eran,en efecto,el verdadero gobierno de toda Judea.El concepto judío de pecado, se le antojaba a Pilato,como una de las mas eficaces fuentes de enriquecimiento y de incuestionable garantía del status quo , concebida por clase dominante alguna,a partir de la ignorancia y la superstición del populacho.Cuando se enteró por boca de su mujer que corría la voz en Jerusalem de que el tal Jesús era visto con malos ojos por los sacerdotes,especialmente por los fariseos y a lo interno del sanedrín,una especie de tribunal religioso visto por el pueblo como admistradores en la Tierra de las leyes de su dios y respetado más allá de lo que nunca sería respetada Roma ni,mucho menos, ninguno de sus representantes,sintió simpatía por el ya famoso carpintero nazareno.Este sentimiento fue seguido por una sorpresiva,intensa,sincera preocupación por la suerte de quién consideraba sólo como otro judío demente.Un inexplicable temor nació de algún lugar insondable de su ser y

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mientras la piel se le ponía de gallina, sintió como un escalofrío le bajaba por el espinazo.Menos de una hora más tarde la pócima de la bruja judía le proporciono alivio para el dolor de cabeza; sin embargo esta vez no hubo sonrisa alguna en su rostro mientras se hundía en el lánguido sueño de la amapola,su única compañía era un extraño miedo sobrevolando sus entrañas como un buitre en esperas de que el animal agonizante se halla debilitado lo suficiente para comenzar así a devorar, parsimoniosamente,aquella primicia de carroña Claudia Prócula provenía de una familia de patricios romanos,y contrario a su esposo cuyo abolengo había sido siempre puesto en cuestión por sus amistades y por su mismos familiares,no tuvo que luchar para alcanzar su estación en la vida.Aquella noche sus propios sollozos y gritos apenas ahogados la despertaron en al menos cinco ocasiones.A su lado su esposo dormía en su mundo privado de adormidera y aquella pesada presencia ,sobre el mismo lecho le resultó incómodamente ajena,inalcanzable.El mismo sueño la despertaba llena de una indescriptible angustia,la boca abierta buscando ávida bocanadas de aire capaces de desatar el nudo en su garganta,la opresión sobre su pecho.Las escenas se repetían,implacables, tras sus parpados cerrados en la terrible vigilia de quien teme dormir:los gritos de la muchedumbre airada,los golpes y latigazos,aquella agonía inconcebible de la cruz y esa mirada tan serena,tan dulce...En la duermevela recordó la tarde del miércoles cuándo, acompañada de sus criadas y vestida a la usanza de las mismas para pasar de incógnito en medio de la multitud,se colocó entre quienes escuchaban atentos al nazareno y la mirada del Maestro,como le llamaban sus seguidores, se posó sobre los ojos de Claudia llenándola con la certeza de que sabia quien era,de que no importaba,de que todo estaba bien...y aquella paz,esa paz inefable que aun en sueños le producía su mirar.

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Aun estaba medio dormida cuando sintió

un tumulto fuera de la

habitación y al despertar finalmente pasada la media mañana,llena de una tristeza premonitoria y pegajosa,su esposo ya se había marchado.De alguna manera supo lo que pasaba allá,en el Pretorio, y envió uno de sus siervos a Pilato advirtiéndole de sus sueños,convencida de la futilidad del gesto pues, sabía de antemano que su esposo no escucharía, que se comportaría finalmente como romano,como gobernador,como político y,sobre todo,como Poncio Pilato ,el hombre a quien Herodes Agrippa describiría años más tarde a Gayo Cesar,sucesor de Tiberio, en una carta reproducida por Filón como “inflexible,terco

y

cruel”.A

media

tarde

una

tormenta

oscureció

súbitamente el cielo y la tierra pareció temblar bajo sus pies.Sacudida ella misma por un tremor incontrolable,Claudia se fue a la cama antes de ponerse el sol,sin haber probado bocado en todo el día.Más tarde sintió el peso de su esposo derrumbándose a su lado y se durmió arrullada por sus propios sollozos.Esa noche no tuvo ningún sueño.

Los acontecimientos de aquel viernes cambiaron para siempre a la mujer del Gobernador y en la medida que presenciaba indirectamente el drama que continuó desarrollándose aún tras la muerte del nazareno,su espíritu fue llenándose de gozo y de esperanza.Se unió a sus criados en el culto secretísimo del mesías, de quien se decía había resucitado de entre los muertos y algo nuevo,como un árbol robusto y fructífero vino a llenar el viejo vacío de sus días.Su esposo tampoco volvió a ser el mismo: parecía haberse recogido,atemorizado y ausente,en las pócimas que los ataques de migraña le hacían consumir con cada vez mayor frecuencia y en cantidades crecientes.Doce años más tarde,mientras se encontraba visitando algunos parientes en Roma,supo de la muerte del marido y casi se alegró por él: durante todo ese tiempo había terminado por sentirse segura de que Pilato

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había muerto aquella tarde,en Jerusalem,cuando permitió que crucificaran a Jesús.

En la tina de agua tépida,mientras se desangraba,aquel viernes fatal se negaba,terco a abandonar la conciencia de Poncio Pilato.Contemplando como el rojo invadía el líquido cristalino,el antiguo Gobernador de Judea se sentía como un cántaro vaciándose.Cerró los ojos para volver a ver al nazareno.

Maldijo una última vez al Sumo Sacerdote judío y a su suegro como los había maldecido aquella mañana cuando cometieron el atrevimiento de enviar a su criado a despertarlo para un asunto urgente.Hablaron de blasfemias,del Hijo de Dios,de un rey...Pasaban de las once de la mañana cuando hicieron entrar al Pretorio al carpintero y era tan regal su aspecto que apenas pudo contener Pilato una reverencia.Motivado, más que por los cargos carentes de base jurídica alguna,por una mezcla de curiosidad y de respeto preguntó al judío si era rey y este respondió “tu lo has dicho”antes que el intérprete tuviera tiempo de traducir la pregunta.Y como si el porte real,el dominio del latín,y aquella serenidad más estridente que la multitud airada pidiendo a gritos su muerte desde la explanada bajo el Pretorio,no fuesen suficiente, estaba su mirada: allí leyó un valor desconocido aún para un romano,una autoridad como nunca habían tenido ni tendrían las pupilas escurridizas de Tiberio César y al mismo tiempo una dulzura comprensiva,una inconcebible ternura,un amor...Mientras el reo hablaba sobre como, quienes eran de la verdad, le seguían Pilato volvió a encontrarse con esa mirada y sintió su alma desnuda, sintió una vergüenza inmensa de ser quién era y,al mismo tiempo reconoció en los ojos de este judío, este campesino, este bárbaro una comprensión,una absolución tan apabullantes que debió darle la espalda,tras mascullar una pregunta retórica,y retornar ante la muchedumbre enardecida y cada vez más escandalosa, para contener apenas las lágrimas que se habian asomado inexplicables, imprudentes,,a sus ojos.No llegó a entender nunca el

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odio exultante que parecia emanar,como un vapor maléfico,de aquella multitud de hombres,mujeres y niños.Llegaron a justificar su petición de muerte para el acusado con la insólita declaración de fidelidad al César, estimulados por los propios levitas confundidos entre la muchedumbre,incitando aquella fiera sedienta de sangre,de la sangre de aquel hombre.

Pilato intentó inicialmente desembarazarse de todo aquel asunto enviándole a Herodes Antipas,gobernador local de Galilea,de visita en Jerusalem,pues siendo Nazareth una comarca de aquella provincia,se encontraba bajo su jurisdicción.Este lo devolvió cubierto con un manto púrpura tras demandar de él un milagro y obtener sólo su silencio despectivo,como respuesta.Luego trató de mover sus corazones a la piedad,sin perder ocasión de mostrar su autoridad,entregándolo a la soldadesca para recibir los azotes y el escarnio y luego mostrar aquel inverosímilmente sereno, impasible,incluso altivo despojo de humanidad,las facciones irreconocibles por virtud de los puños romanos,cubierto de sangre,de sudor,de los escupitajos de los torturadores cuyo sentido de humor llegó al colmo de coronar con espinas de acacia al Rey de los Judíos, cubriéndole con el manto púrpura y haciéndole empuñar una corta vara como cetro:Ecce homo.No sirvió de nada,lo querían muerto.Encontró por ultima vez aquella mirada,la mirada serena,asertiva de un rey,pletórica,además de una dulzura,de una promesa sobrehumana de perdón.El nazareno no había vuelto a contestar a sus preguntas,sumergido en un silencio que parecía envolverlo todo:el viento,las aves,los insectos...el mundo todo parecía callar, excepto el populacho aglomerado demandando a gritos la muerte de un hombre inocente.En una última intentona quiso negociar: dejaría libre a uno de dos reos,a un ladron de caminos llamado Barrabás o al “Rey de los Judios”;respondieron pidiendo a gritos la libertad del criminal y la muerte del nazareno.

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Siguiendo la costumbre de los gobernadores de dejar asuntos políticos sin interés para Roma en manos de los locales,se lavó literalmente las manos mientras se declaraba inocente de la sangre del nazareno, a lo cual la plebe respondió al unísono,pidiendo fuese sobre ellos mismos y su descendencia.Era aquello o un motín, sin centuriones suficientes para controlarlo.No fue Jesús el último en mirarlo,fue el Capitán de los centuriones quien clavó en los ojos de Pilato su mirada clara,diciéndole en un silencio a la vez insolente y de incuestionable autoridad,que,a pesar de las estratagemas,del gesto,del agua, había permitido una injusticia teniendo el poder

para

impedirla,

había

de

hecho

cometido

una

injusticia,la

injusticia...Pilato no fue capaz de sostenerle la mirada.La adormidera,su condición de político,el propio ejercicio del poder sirvieron de poco:nada borraría de su mente los acontecimientos de aquel día en la ahora lejana Palestina.Tras sus párpados cerrados, sus ojos

creyeron encontrarse de

nuevo con aquellos del nazareno y de haber quedado suficiente sangre en su cuerpo,de haberle quedado vida habría podido al fin llorar aquellas lágrimas pospuestas por más de una década.

Reflejos Página:

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El espejo como puerta es un lugar común en la literatura universal desde Borges al García Marques de “Ojos de perro azul” y hoy presente en mas de una pesadilla cinematográfica como aquella “Prince of Darkness “ de John Carpenter.Algunos afirman que Wolfgang Hess, uno de los físicos alemanes cuyo paradero tanto norteamericanos como soviéticos afirman desconocer, dejó escritos que han adquirido matices legendarios entre la comunidad 97

científica internacional.Influenciado por Einstein y con un conocimiento quasiinconcebible en la década de 1940 de los corolarios y aplicaciones de lo que décadas más tarde se conocería como “Teoría del campo unificado”.

Hess llevó los conceptos de la física posteinsteniana a una sobrecogedora praxis. Esta es la historia de un experimento tan alucinante y perverso como sólo la ciencia en manos del extremismo puede concebirlo.

Mientras mataba el tiempo en uno de los pubs de la Zona Colonial entablé amistad con un ciudadano alemán a quien conoceremos solamente como Max por razones obvias. Tras varias noches de mutuo embriagarnos ya le conocía lo bastante bien como para escuchar sus confidencias con una sonrisa condescendiente y la atención concentrada en la música o alguna parroquiana especialmente atractiva. Era la usual perorata de un hombre cercano a los 60 años sobre matrimonios, hijos, nietos y la última morena que le rompió el corazón(literalmente, duró cinco días en la Unidad de Cuidados Intensivos Coronarios tras sufrir un infarto durante el coito). En fin, una noche logró captar a plenitud mi atención.Me tomó de la mano, me miró a los ojos, me pidió jurara no hablar jamás de esto y procedió a contarme sobre un amigo personal, natural de la misma villa Bávara donde había nacido y crecido Max, compañero de juegos y con quien mantuvo contacto toda la vida a pesar de la diversidad de sus ocupaciones. Me afirmó haber mantenido correspondencia con él durante casi toda la guerra y que a fines de 1944 fue cuando recibió la última carta enviada por su amigo Wolfgang Hess.

Max posee una explicación lovecraftiana sobre la desaparición del físico.

Hess habría desarrollado una formula a partir de un experimento que la mayoría de nosotros llevamos a cabo cuando chicos:colocar un espejo frente a otro y atisbar hacia las profundidades de la imagen reflejante reflejada ad infinitum.Mi primer cuestionamiento a la posibilidad de basar cualquier experimento “científico” sobre tal fenómeno se basaba en la imposibilidad

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de visualizar la última de estas imágenes repetidas mutuamente, pues ni siquiera la velocidad de la luz podía llegar a exponerlas y siempre habría, en el fondo de estos reflejos infinitos la oscuridad insalvable de lo eterno.

Desde luego mi objeción no fue hecha con tales matices líricos. Con toda la amabilidad que le permitía su carácter germánico, atemperado por dosis saludables de etanol, me pidió que me callara y le permitiera continuar su relato, con coño y todo. En el verano de 1933,Hess había colocado dos cámaras a la manera de los astrónomos, con el diafragma abierto frente a cada uno de dos espejos contrapuestos. Dos reflectores fueron puestos frente a cada uno de los mismos y cada cuatro meses la película era revelada, y vista sin editar, a diferentes rpm. Al cabo de tres años, tras un complicadísimo proceso de edición y proyectando los filmes a una velocidad tal que el celuloide debió ser tratado con una finísima capa de un aislante térmico diseñado exclusivamente para tales fines; él resultado fue sorprendente: en una docena de fotogramas podía verse como, en lugar de hacerse visibles imágenes cada vez mas profundas del espejo de enfrente, la oscuridad visible al ojo desnudo se hacia más superficial con cada fotograma. El espejo B mostraba un fenómeno aun más sorprendente: una luz cada vez mayor se acercaba al objetivo de la cámara. Hess ordenó que se analizaran las películas semanalmente y se mantuvo la filmación durante dos años más, revisando diariamente lo filmado. El ministerio del Interior asignó fondos y personal y la propia Gestapo se encargó de la seguridad del proyecto.Llegó a decirse que el Fuhrer en persona había ordenado se le mantuviera al tanto de la evolución del experimento mediante reportes escritos que se hicieron mas frecuentes con los años y el curso que, a partir del 1942,tomaba la guerra.

El tiempo que requería el examen de millas de película exigió a los experimentadores aumentar aun más la velocidad de proyección de las

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mismas hasta que, frente a los ojos atónitos de los tres únicos individuos autorizados para presenciar tales proyecciones ,terminó evidenciándose un fenómeno a escalofriante: dos figuras antropomórficas se acercaban hacia la cámara, una sombra y un destello. Los científicos calcularon que ambas figuras habían recorrido una distancia de cinco-años luz viajando trillones de veces más rápido que la propia luz.Tras agotadores cálculos donde se comparaba la posición de ambas figuras en diferentes momentos durante el experimento, pudo determinarse que en unos 40 más o menos 2 meses debería ocurrir una colisión entre ambas. En otras palabras las dos figuras, viajando a la velocidad de la luz debían recorrer 3,300 millones de kilómetros para escapar a la superficie de los espejos y materializarse fuera de los mismos. Al parecer ambas figuras mantenían fluctuaciones en la velocidad a la cual se desplazaban adquiriendo forma antropoide cuando alcanzaban suficiente masa para ser cohesionada por la gravedad en formas detectables por el ojo humano y por ende viajando entonces a velocidades subluminares y acelerando mas tarde su desplazamiento mas allá de la velocidad de la luz.Ahorrando al lector y a quien esto narra más detalles sobre el mecanismo físico mediante el cual ocurría aquello, baste decir que Hess y compañía fueron finalmente capaces de calcular con sorprendente certeza el momento de la materializacion, el minuto cero.

El relato, aunque hasta aquel momento científicamente plausible, empezaba a tomar rasgos alucinantes y el contenido y forma de

la

exposición me parecían el apéndice generado por el alcohol y quien sabe que otro tóxico, pues mi interlocutor se interrumpía para dirigirse al baño con cada vez mayor frecuencia y la intensidad incrementada de su locuacidad después de cada uno de estos viajes, unida a su continuo restregarse de la nariz, acomodarse y reacomodarse en su asiento, apretar la mandíbula, entre otros gestos y morisquetas, me hicieron sospechar que estuviese

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inhalando cocaína. ¡Este pendejo haciéndome perder el tiempo con su emperique!.Sin embargo, ni siquiera tal sospecha pudo restarle verosimilitud a un relato por demas increíble de labios del propio Papa y no pude evitar media docena de escalofrios recorrerme el espinazo mientras caía en la cuenta de lo que pretendían los autores del jodido experimento. !Lo que querían materializar! y ¡para qué!.Max confirmaría estas sospechas en ciernes con el resto de su relato.

Max hizo una suerte de paréntesis para añadir que Hess, sin parentesco alguno con el antiguo hombre de confianza del Fuhrer, Rudolph Hess, había participado de las reuniones iniciales de los protonazis y fue uno de los primeros miembros del N.S.D.A.P.

de un alto nivel social y académico.

Pertenecía a una de las Sectas esotéricas donde se habían iniciado Goering, Rosenberg, Hausshoffer y el propio Hitler. Me aclaró que no se trataba de la Orden de Thule, como afirma el autor de “Hitler et la sorcerie”, sino de un grupo ecléctico que combinaba ciertos planteamientos heréticos de origen gnóstico con elementos tomados del Francmasonismo , del legado de Rosenkrautz con algo de demonología disfrazada de mitos nórdicos y no poco del franco satanismo de acuerdo a la tradición de Crowley. Hess tenía fuentes de apoyo incondicional entre líderes nazis, sobre todo gracias a su estrecha amistad con Haushoffer, de quien se decía había sido amante.

Entre aquellos familiarizados con la leyenda se hallaba bien difundida la versión de que a su incuestionable talento como físico, Hess había añadido, mediante el estudio de ciertos textos y la práctica sistemática de una serie ejercicios espirituales, mentales y físicos, un dominio impresionante de las Ciencias Ocultas. Llegó a rumorarse entre las señoras de la clase alta berlinense y dirigentes medios y altos del partido que había alcanzado el grado de Sumo Sacerdote de una secta no especificada. Se decía que, utilizando las instrucciones de Goethe ,había vendido su alma al diablo a

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cambio de una longevidad extrema: quería estar presente durante la inauguración del IV Reich.Basta decir que,por alguna razón, finalizada la guerra, los dirigentes aliados se aseguraron que no fueran dados a la luz pública los logros del nazismo en el campo de lo oculto. Por un concenso milenario esa parte de la guerra es inadmisible.

Según Max el holocausto

formaba parte de un gran esquema y la

aniquilación sistemática de los judíos, más que una maniobra de limpieza étnica, mucho más allá de elucubraciones metafísicas como karma colectivo o el cumplimiento de la terrible sentencia del evangelio de Mateo, escondía un propósito principal cuyo artífice era Klaus Hausshoffer.Este General de la Gran Guerra tras años de estudio de las escrituras sagradas del judeocristianismo, sobre todo de los libros proféticos y del apocalipsis canónico, la pseudoepigrapha y los evangelios apócrifos, terminó concluyendo que la única manera de llevar a cabo la interpretación hitleriana del sueño nietzcheano era eliminando de la superficie del planeta cualquier vestigio de la raza hebrea, impidiéndose así la anunciada encarnación de la deidad por segunda vez como promete el Nuevo Testamento.Hitler, continuó Max, procedió, mediante la aniquilación sistemática de los judíos, a destruir a su adversario; puesto que el Fuhrer no podía demostrar la pureza de su etnia y estaba conciente de ser judío, había, naturalmente, adoptado el rol de Anticristo y este único adversario capaz de destruirle era el propio Cristo, quien, de acuerdo a las interpretaciones apocalipsísticas de Hausshoffer y su séquito, vendría una segunda vez a la Tierra como un niño judío.Mediante cálculos cabalísticos, el uso de las facultades mediúmnicas de individuos seleccionados, entrenados y mantenidos para tales fines por el estado nacionalsocialista,

se

elegían

chiquillos

con

atributos

“espirituales”

excepcionales y eran ofrecidos como sacrificio propiciatorio o expiatorio a

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las hordas de Loki.Desde luego tal metodología se aplicaba sistemáticamente para la detección del Mesías entre estos niños judíos.

Al llegar a este punto me pareció claro que mi interlocutor deliraba bajo los efectos de dosis impresionantes de etanol,de cocaína y de quien sabe de que más, hasta que el mismo Max me explicó el por que de estos paralelismos

sólo aparentemente gratuítos: su finalidad era proporcionarme una

idea sobre el estado mental,el espíritu, que servía como telón de fondo y motivación última a los líderes nazis.Hausshoffer estimuló y supervisó personalmente el experimento de Hess y,desde el inicio,ambos se pusieron de acuerdo sobre el propósito del mismo: extraer desde ambos espejos el equivalente material de dos principios arquetípicos:la luz y la oscuridad;en otros terminos,y excúseme el lector el haber caído en esta estarhuoresca fraseología:el bien y el mal.

La presentación simultanea de ambas entidades las haría anularse mutuamente de modo que, y esta fue la contribución de Haushoffer al experimento del físico, debía impedirse el viaje de uno de estos entes sin arriesgar el resultado del proyecto. Así, una de las fuentes de luz cuyos haces servían de vehículo a estas dos entidades contrapuestas que se acercaban a velocidades alucinantes desde alguna dimensión inimaginable, debía ser abolida en un momento determinado.

El cólculo de ese momento estuvo a cargo de un astrólogo de confianza del General Gerard Stein: un judío de Hamburgo cuya posición entre los jerarcas de la secta

ignota de los artífices del nazismo le había hecho

inmune a las leyes de Nuremberg,a los progroms y a la Solución Final en Auschwitz,Belgen-belsen,Dachau,Treblinka... Once horas y seis minutos antes de

la hora zero, en coincidencia con una alineación planetaria

extremadamente inusual(entre dos mil y seis mil seiscientos años entre una

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y otra) y como parte de una elaborada ceremonia, Haushoffer, Hess, Stein y otros miembros del partido iniciados en el ocultismo formaron un circulo de doce miembros en la misma habitación donde durante casi doce años los dos espejos habían estado mirándose cara a cara.Se habían colocado alrededor de un pentagrama sobre el que yacía, desnuda,una niña de unos catorce años hija de un miembro de mediano rango del nazisatanismo ansioso de cooperar con la causa y extremadamente honrado con la elección.Deseo ahorrar al lector(y sobre todo a mí mismo)las imágenes que el relato de aquel ceremonial abominable puede traer a la memoria. Seré extremadamente escueto, aún a expensas del dramatismo y el siempre bienvenido morbo.

Los cánticos,el sacrificio y la ininterrupción del reflector sobre el espejo B donde,de acuerdo con la evidencia filmada,detendrían a aquel ente brillante en tránsito y permitirían que la oscuridad transterrena se manifestase, finalmente,

en el cuarto.El propio Stein haría las veces de

médium para la manifestación de aquella oscuridad infernal.Ataviados con batas y capuchas negras formaron un círculo alrededor del pentagrama, entonando un coro cuya cacofónica depravación son intolerables tanto al oído como a la razón humanas.Una tercera cámara filmaba simultáneamente el ritual y el espacio entre los espejos contrapuestos.Cuando este coro infernal alcanzó el clímax de su nauseabunda intonación,el Gran Sacerdote Haushoffer alzó sobre su cabeza una daga de oro sostenida con ambas manos y,coincidiendo con el brusco silenciarse de las voces de los participantes,la dejó caer

con todas sus fuerzas sobre el pecho de la

muchacha desnuda,a la altura del corazón.Un asistente apagó entonces el reflector mientras los concelebrantes bebían de un cáliz dorado con la sangre de la víctima.Faltaban aun once horas para la aparición en la habitación del ente convocado y cerca de las dos de la mañana los sectarios comenzaron a dispersarse; sólo Stein,en su condicion de médium,Hess cuya

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curiosidad científica se había transmutado sucesivamente en obsesión y demencia y un cabo llamado Meier,el camarógrafo,permanecieron en la habitación a esperas del desenlace.

Max se excusó una vez más para

dirigirse hacia el baño. Cuando

regresaba se detuvo en el bar para finalmente retomar su asiento con un trago doble de schnapps que apuró de un solo golpe. Me miró en silencio con el gris de su mirada opacado por una emoción que no fuí capaz de discernir. Con un intento de sonrisa, más parecido a una mueca de dolor, procedió a finalizar su relato con un enigmático introito:” El mal es siempre estúpido”. Al llegar la hora cero no se diseminó sobre la habitación la oscuridad de los infiernos, ni levitó el médium cantando blasfemias en alguna lengua muerta. Stein cayó al suelo convulsionando mientras el cadáver de la víctima se incendiaba. Una luz blanquísima, de una pureza indescriptible y la intensidad de mil relampagos,terminó arropándolo todo al tiempo que hacía retroceder la negrura viscosa que salía del primer espejo. La cámara pudo captar, centésimas de segundos antes que el filme se velase, el momento en que este resplandor salía del espejo B y, simultáneamente la sombra del espejo contrapuesto apenas se mostraba para desaparecer de nuevo hacia el cristal que terminó estallando violentamente en miles de diminutos fragmentos, seguido de una intensificación imposible de la luz que inundó completamente la habitación. Los cuerpos de Stein, de Hess y de Meier no pudieron ser recuperados, y sólo los insondables designios de la Providencia pueden explicar como pudo haber sobrevivido el filme de la tercera cámara al incendio. Se rumora que algunos miembros selectos de los servicios de inteligencia de la Unión Soviética y de Alemania Oriental han tenido acceso a tal documentación. Aunque norteamericanos, ingleses e israelíes

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conocen los detalles de la historia al menos a Max le consta que nadie ha intentado reproducir el experimento de Hess.

“Sí”-continuó Max con mayor expresión de frustración que de alivio-“el malvado siempre es estúpido.”Entonces comprendí el significado de la reiterada afirmación de mi interlocutor:¿Cómo pudo un científico brillante como Hess no caer en la cuenta de lo que resulta obvio para cualquier lego?. Un único haz de luz, refejándose en los dos espejos enfrentados, bastaría para servir como camino a ambos seres ocultos en el fondo de dichos espejos y de nada podía servir interrumpir una de las fuentes de luz.En cuanto al valor de los rituales bajo aquella conjunción planetaria ¿quién sabe?.Tal vez las leyes de la Física sean más poderosas que las invocaciones, los ritos, los sacrificios humanos.O,simplemente,por su naturaleza,la luz siempre prevalece sobre la oscuridad.

Mientras me dirigía a paso lento, disfrutando del silencio de la madrugada fresca, admirando la arquitectura de la ciudad vieja, el ambiente pausado de siglos de inocencia, de benignidad... una extraña euforia se apodero de mí. Alguien sin duda velaba por nosotros, ese Dios que Schilling, inmortalizado por Beethoven, situaba mas allá de las estrellas, miraba con ojos de amor a la humanidad y a su muy sutil manera mantenía inalterable la esencia de Su creacion. El experimento de Hess había culminado en febrero de 1944,menos de cuatro meses más tarde el desembarco aliado en Normandía inclinaría la balanza de la guerra definitivamente en contra de la oscuridad de la svástica.Como negar que tal vez aquella luz, invocada y materializada erróneamente,terminó diseminándose

por toda Europa desde aquel apartamento berlines

consumido por las llamas de la luz divina, haciendo del Tercer Reich otro proyecto fracasado de la maldad humana, de la iniquidad de Lucifer.

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Max me envió una postal desde Jamaica, con una pequeña nota.Hace dos meses se casó con una de las nativas.Dice estar muy contento con la nueva señora Hess.

Fábula “...don’t worry about a thing, everythings gonna be all right.”

Bob Marley.1973

Aquella islita del Caribe había sido un lugar aceptablemente feliz, hasta hace lo que en el largo día de la historia humana son menos de cinco minutos:quinientos años.Los europeos vinieron con su religión como estandarte, cristales coloreados como objeto de cambio y la espada como garantía.Como si fuera poco introdujeron, además, dos plagas nunca antes conocidas por los habitantes de la isla: la sífilis y el trabajo;a las que la ciencia moderna ha terminado

por declarar

categóricamente como

progresivas,incurables y fatalmente letales y a las cuales el concenso general no ha encontrado razón ni valor ningunos, salvo el incidir sobre el control

demográfico

y

ocupar

miserablemente

el

tiempo

que

tan

generosamente ha donado la biología a los homínidos.La civilización había llegado al paraíso y terminado por exterminar a sus habitantes.

Los siglos pasaron, las razas se mezclaron obedientes al llamado perentorio de los genes caldeados al sol del trópico y, un buen dia,el Eden se había convertido en Nación.Asi,en medio de las ininterrumpidas tempestades de la historia,este pueblo mestizo hasta la esquizoetnia,se las arregló para mantenerse a sí mismo,a pesar del progreso,de la modernidad y la posmodernidad,del neoliberalismo y la globalización,bañado de una suerte de

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optimismo colectivo,refrescante y contagioso.(Sin dejar de mencionar el considerable aporte de la industria licorera local,esa nunca bien ponderada e injustamente vilipendiada empresa generatriz de mucho de la felicidad humana y factor determinante en el equilibrio demográfico alrededor del globo).

Con la sonrisa contagiosa del eterno mediodía de los trópicos impresa en el alma, los habitantes de la isla vieron pasar imperios,virreyes, gobernadores y embajadores,presidentes y ¡vaya! hasta un emperador.Sin embargo, con todo y risas y contoneo de mulatas y caña y baile,pues,un buen día los isleños(que ahora se llamaban a sí mismos de acuerdo al gentilicio correspondiente)se cansaron y decidieron escribir por sí mismos la historia desde afuera impuesta a partir del momento fatal cuando las naos se tropezaron con la plácida travesía de la isla a lo largo del océano serenísimo de los tiempos.Para entonces la Nación, convertida en un gigantesco resort para ciudadanos de otras naciones más ricas salpicado,ademas,de industrias donde los isleños laboraban generando bienes y dinero para los ricos de aquellas mismas naciones ricas,estuvo a punto de perder su sonrisa.

Incapaces de abstraerse de su propia naturaleza, los isleños elevaron al poder a otro caudillo quien supo engañar a sus mentores y asegurarse de quedar registrado en los libros de historia como el último de su especie.Una mañana

cambió

su

título

de

Presidente

a

Comandante,disolvió

el

Congreso,encarcelando a todos y cada uno de sus miembros bajo los cargos de enriquecimiento ilícito,traición a la Patria y vagancia; expulsó de las Fuerzas Armadas a todo oficial entrenado en Panamá y obligó a los partidos políticos a convertirse en instituciones caritativas.

Este gobernante no era tan imprudente ni tan necio como el estilo y ritmo de esta narración podrían sugerir.Había preparado con años de antelación su movida,con un sólido,incondicional(...bueno,tan incondicional como pueden ser

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las lealtades de las masas)apoyo del grueso de la población y la solidaridad de otras naciones amigas quienes se negaron categóricamente y en bloque al embargo contra la isla patrocinado por el GPR de entonces con el GPN a la cabeza.

Cuenta la leyenda,que aquí la historia no se atreve a meter su nariz de Pinoccio,que se preservó la libertad de expresión(¡...pá lo que nos sirve!,se dice que gritó un ministro)balanceándola con una muy eficaz agencia nacional de inteligencia y que el caudillo adornó de magnánima humanidad su régimen liberando,¡luego de apenas tres años!, a los senadores,diputados,empresarios y militares encarcelados al inicio del mismo.Contra todas las expectativas y vaticinios,su gobierno sobrevivió por casi treinta años hasta que,finalmente pudo el Imperio deshacerse de su persona mediante el expediente inapelable del homicidio.

Los isleños lloraron a mares a su caudillo y juraron al unísono preservar su herencia.Durante los primeros cinco años de su régimen,que él mismo había bautizado como protomarxista autocrático, se crearon nuevas instituciones y se desintegraron otras casi tan antiguas como inútiles, se eliminó la malnutrición infantil y el analfabetismo, aumentó en más de diez años la expectativa de vida del individuo al nacer y se desmantelaron (bueno....casi) las estructuras socioeconómicas, políticas y culturales de cinco siglos de colonialismo.Donde nadie es rico no puede haber pobres y una modificación radical de la conceptualizacion de la propiedad como elemento social le permitió eventualmente erradicar el problema que el resto de la humanidad se empecinaba en perpetuar.

Tras la muerte del caudillo los exiliados,los forzados y los voluntarios, regresaron y trataron en vano de deshacer su obra.Se encontraron frente a una nueva generación que despreciaba el consumismo y desdeñaba la

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riqueza.El GPN envió maestros y técnicos, denunciando ante la opinión pública internacional el monumental lavado de cerebros que aquel megalómano deleznable había perpetrado sobre casi diez millones de seres humanos dando lugar a tan deprimente espectáculo: un pueblo sin ambiciones,sin deseos de participar del Nuevo Orden Mundial;un país infernal donde las franquicias de Pizza Hut y de Burger King terminaban en la bancarrota pues los niños preferían los picnics por barrios y municipios y en el cual la policía dedicaba la mayor parte de su tiempo a entretener las fiestas de los pequeños.” ¡Hoteles de cinco estrellas gratuítos para nacionales y extranjeros!”,gritó indignado un empresario español al momento de sufrir un ataque de angina pectoris del que se recuperó satisfactoriamente en un hospital municipal.

Otra generación pasó a tomar las riendas de la Nación, apuntalando el sueño del último caudillo.Se habían hecho innecesarios los ejercicios de colectivismo,ahora que la isla había recuperado esa felicidad perdida a raíz de su infortunado primer encontronazo con Europa.Los isleños habían, sin embargo, recuperado tambien la inocencia, un lujo que sobre esta tierra ni hombres ni pueblos pueden darse.Al tanto de la situación,armados de rabia y de impotencia,disidentes y agentes del GPN decidieron engatusar nueva vez a estos isleños,.como le habían hecho a sus antepasados hace tantos siglos: ofreciéndoles piedras coloreadas a cambio de su oro.

Pensaron y pensaron y pensaron aún más:¿Qué ofrecer a un pueblo feliz?.

Nadie asistía ya a los cines,no se toleraba la violencia y “el populacho”como lo llamaba el Embajador,prefería el teatro y las galas al aire libre.Las drogas no tenían mercado pues,salvo el uso recreativo muy ocasional,nadie se sentía lo bastante cansado, triste o aburrido para hacerse consumidor consuetudinario de las mismas.El orgullo de las isleñas ,la amplia y generosa disponibilidad de las mismas, la falta de necesidades reales y la indiferencia

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generalizada hacia las artificiales, hacían inconcebible la prostitución.Todos los magnates y dignatarios extranjeros estaban desesperados,un gorila del Pentágono sugirió una invasión relámpago(la idea no fue llevada a cabo por ninguna consideración de índole moral,simplemente la “operación” resultaría demasiado cara y no había garantías de un resultado favorable). Aparentemente no había nada que hacer con esta isla aislada de la aldea global, de sus mercados, sus bancos, sus dólares y euros, mas allá de la capacidad de rapiña de los países civilizados que la despreciaban.

Sin embargo,como suele ocurrir en este tipo de historias,a alguien se le ocurrió una idea,venderían una novedad sin paralelo a estos isleños:un verdadero invierno en el trópico con nevadas,vientos helados,carreteras resbaladizas...todo.Una empresa “nacional” presentó al Consejo que dirigía los asuntos del Gobierno este proyecto y sus miembros lo presentaron a su vez a los distintos congresos municipales, comités barriales, asociaciones profesionales y estudiantiles...Los representantes parecían todos muy entusiasmados y se decidió someter la cuestión a un plebiscito.

Encandilados ante la perspectiva de tal experiencia 87% de los votantes dieron el sí y aquel año se decidió importar un invierno sólo ligeramente subártico(dato obviamente ocultado hasta el último momento por la empresa responsable).Si bien algunas voces tímidas denunciaron este regalo como envenenado,el entusiasmo de la mayoría no pudo ser contenido.Finalmente llegó el invierno y ocurrió como debía acontecer: fue una verdadera catástrofe.La planificación a corto plazo no pudo prever las necesidades de la población en medio de tan severas temperaturas, las casas diseñadas para el trópico no pudieron adecuarse a los sistemas de calefacción; ni siquiera los almacenes habían sido abastecidos con suficiente ropa adecuada para la estación.El Gran País del Norte se presentó solícito como el alter ego de Clark Kent, con furgones repletos de abrigos, de mantas, de calefactores

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eléctricos y leña sintética; con pleno conocimiento,desde luego,de que tales medidas no alterarían los resultados finales del desaguisado:casi cinco mil muertos, pérdidas no cuantificables en la agropecuaria,toda la industria local , la salud pública;la vida en fin de los isleños dependería, una vez más, de las conveniencias y caprichos de la potencia de turno.El video de la historia había sido rebobinado ciento cincuenta años y el objetivo más precioso de toda la empresa se había cumplido a cabalidad: la reintroducción en las mentes de aquellos mulatos ignorantes y necios del valor excelso dela Sacrosanta Propiedad Privada.

Quienes, durante la debacle meteorológica, se hacían con un calefactor o con un número de mantas o de abrigos o de alimentos enlatados, no estaban dispuestos a compartirlos con los demás y apareció, esparciéndose como una epidemia, un mercado negro que ofrecía tales bienes a precios incontrolados e incontrolables.Con los subsiguientes años de hambruna se restablecieron los vínculos de dependencia con las naciones del Grupo de Países Ricos y el GPN.Una vez más la sociedad volvió a estratificarse: aparecieron nuevos ricos y por cada uno de ellos un millar de nuevos pobres.El presupuesto nacional se desequilibró para siempre y en medio de los aplausos de la nueva oligarquía fue sustituída la moneda nacional.Así,la historia universal registró por enésima vez la fatal consecuencia de la curiosidad e imprudencia de los seres humanos:su expulsión del Paraíso.

Actualmente la islita de nuestro relato es un paisillo más, sembrado de Zonas Francas,Resorts y niños de la calle;exportador inagotable de prostitutas,peloteros y traficantes de poca monta y encausado nueva vez por los caminos pavimentados de oro de la democracia,nadando en los mares de cristal del consumismo.Según el Banco Mundial el PBI aumentó en un 2.6% el pasado año.La OMS publica en un rincón perdido de su reporte anual

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un aumento de casi 6% en la mortalidad materno-infantil durante el mismo período.

En los libros oficiales de historia,el último caudillo y el oscurantismo que caracterizó a su régimen abarcan apenas tres o cuatro párrafos, uno de los cuales relata como un inesperado invierno se precipitó sobre la isla para “poner fin a décadas de opresión, injusticia y amargura insoportables para nuestra gente”.Con el paso de los años, en algunas barriadas de la capital, el nombre de aquel caudillo terminó reservándose para referirse peyorativamente a los cornudos.

Interludio en M mayor Una mañana más, el radio despertador trajo de nuevo de vuelta a Esteban desde aquel lugar donde pasaba casi seis horas cada noche y que no se atrevía ya a llamar sueño; de haber manejado los conceptos para hacerlo talvez lo habría rebautizado como coma medicamentoso autoinducido con la bendición de la profesión medica. Aquella extraña que había sido, siglos ha, sucesivamente novia, amante, esposa, compañera inclusive, le dirigió de soslayo la cotidiana mirada repleta de resentimiento. Algo más que la interrupción del sueño hora y media antes de lo programado parecía molestarle; no faltó ocasiones cuando Esteban se sintió convencido de que se trataba de su propia presencia, del hecho cotidiano de comprobar la existencia del marido como primer testimonio de la obligada reiteración de la vigilia.

Se cepilló los dientes con extremo cuidado de no reparar en aquel rostro en el espejo. Se vistió con el sudador y los Nike® ,atuendo obligatorio para todo buen ciudadano de la nebulosa clase media dominicana preocupado por

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prolongar sus años sobre la Tierra con el pueril expediente de mejorar con caminatas y trotes la reserva cardíaca y,en consecuencia,las onerosas posibilidades de sobrevivir a un primer infarto.Esa extraña,mórbida tendencia humana a la supervivencia,a la segunda oportunidad,que traduce la negación del carácter fatal de la vejez,la enfermedad y la propia muerte de parte del artificioso,delirante optimismo del occidente posindustrial sea ,quizá,uno de los más dramáticos síntomas de la enfermedad secular de los últimos doscientos años entre los herederos de Grecia adheridos una vez al Judaísmo y cuyos dioses parecían hoy darles la espalda:es muy duro conciliar la existencia del Dios cristiano con la ubicuidad de la enfermedad, la vejez,la muerte,el mal...Tal vez allí radicaba,precisamente, esa insaciable desazón, aquella distimia inagotable más que en las nimiedades del amor momificado, la continua amenaza de la inadecuación sexual, toda la mierda inherente a la normalidad del trabajador y padre de familia incluída la dieta matutina de Esteban, toda ella importada, desde el Corn Flakes hasta el Prozac®.

Sin embargo tales consideraciones estaban,aquella mañana como cada mañana,en una dimensión inaccesible para la conciencia de Esteban Díaz.Las pocas veces que tuve la infortunada ocasión de charlar con él me causó un número de impresiones variopintas, todas desagradables; la más memorable de todas lo fue la cortaziana sospecha de encontrarme ante el único ser humano(al menos el único que yo había conocido),que muy probablemente llevaba un reloj de pulsera aun en sueños.Entonces no sabía que el cocktail de cada noche de Esteban(zopiclona,triazolam y varias otras drogas que los traficantes de la legalidad psiquíatrica despachan con pasmosa generosidad a sus infortunadas víctimas, para tranquilidad de los familiares, serenidad de la sociedad y provecho material de los laboratorios y, desde luego,del terapeúta.)le había vedado, por años,el consuelo inefable de soñar.En su

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caminata-trote-caminata de exactamente treinta minutos,este pilar de la comunidad(no hay un sólo ápice de ironía en esta frase,nuestra sociedad descansa ,precisamente,sobre millones de infelices,anodinos pilares como Esteban Díaz,esclavos del tiempo,del dinero,del miedo...)consultó más de una docena de veces el reloj de pulsera,obviando la frescura de la mañana,el trinar ocasional de los pajarillos,el voluptuoso vaivén de los traseros femeninos que recorrían con él la misma, saludable ruta.Estaba tan ocupado preocupándose sobre como invertir racionalmente el tiempo en su vida que no tenía,literalmente,tiempo para vivirla.

Preparó,engulló,masticó y deglutió el cereal, ingirió su jugo de naranja empujando multivitamínicos,antidepresivos y productos naturales vendidos a la interminable lista de ilusos aferrados a la atávica aspiración a la eterna juventud,sin percibir color,olor ni sabor algunos.Justo cinco minutos antes había estado bajo la ducha, desdeñando blasfemo la bendición del agua sobre su piel e inmediatamente después se había afeitado rehuyendo siempre el reflejo de su propia mirada. Era consciente de una culpa de la cual, muy probablemente, era inocente y, sin embargo, se sentía, frente al espejo, como alguna especie de criminal; algo dentro de sí no le perdonaba algo que continuamente se obligaba a sí mismo a ignorar.

Mientras salía del baño creyó escuchar una voz. Pareció haber venido de ningún lugar y de todas partes a la vez; no se trataba de un pensamiento fugaz, no creyó entonces, aunque lo creería por algún tiempo después, que fuese sólo una alucinación. Una voz masculina había acudido a sus oídos, o tal vez a su cerebro sin pasar por sus oídos, dejándole con la certeza de haber escuchado que le llamaban, mas no era su nombre aquella única palabra escuchada aquella mañana, no era siquiera una palabra conocida, había sido más bien una suerte de verbalizacion extraterrena; pero había sido un llamado tan real, tan perentorio, que debió detenerse en el pasillo, fuera de

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la puerta cerrada del baño, el tiempo suficiente para caer en cuenta que estaba perdiendo el tiempo. Las fútiles, reiteradas urgencias del día recién comenzado le borraron, con la sutil eficacia de lo cotidiano, la sorpresa y las preocupaciones. Debía apresurarse: vestirse, desayunar, llegar a la oficina...

Para cuando había terminado la taza de café ya había olvidado aquella voz, nunca había ocurrido. Apenas le quedó la sensación nebulosa, el esbozo de un recuerdo, de un nuevo suceso, de que algo novedoso, inesperado había ocurrido, le había ocurrido. Mientras conducía rumbo a su lugar de trabajo termino por olvidar haber pensado alguna vez que, tras aquel acontecimiento, ya nada volvería a ser lo mismo.

Pasaron nueve días antes de que Esteban volviera a oír aquella voz,que para entonces había olvidado completamente.Esta vez escuchó claramente su nombre entonado como un llamado con un no sequé de urgencia en la pronunciación.Instintivamente se volvió hacia la derecha, luego hacia atrás, inspeccionando cuidadosamente la parte trasera del vehículo; tan absorto en la búsqueda de una voz proveniente de sí mismo que debieron pasar más de diez largos segundos de bocinazos e imprecaciones para que reanudase la marcha ante la luz verde del semáforo.Desde aquel mismo lugar inidentificable desde donde alguien o algo había pronunciado su nombre, nació un miedo agudo y creciente que terminó robándole el aliento mientras se estacionaba a un lado de la avenida para,con todo el esfuerzo de que era capaz su desgastada humanidad, vencer finalmente el temor primigenio,el terror innombrable y sin nombre a la locura,a la pérdida inminente del control,a la desintegración de la personalidad, a la fuga de un siempre resbaloso yo....Luego de haber alcanzado un interminable, inenarrable clímax, la angustia fue cediendo gradualmente,dejando en su lugar

un

profundo vacío cuya conciencia le producía una tristeza como nunca antes la había sentido, pobre cobaya de las ciencias de la conducta familiarizado con

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desordenes afectivos y totalmente ajeno a sentimientos que día tras día las estratagemas de la química enajenaban de la experiencia humana. Notó, incapaz ya de la sorpresa, que el sudor corría descendiéndole en goterones por el rostro,el cuello,el espinazo,a pesar del aire acondicionado.Ajustó el retrovisor para inspeccionarse la cara y apenas pudo contener un grito de alarma ante su propia, cadavérica, lividez y la expresión de espanto impresa en sus facciones. .Reanudó la marcha y continuó rumbo a casa,con la boca reseca y un nudo en la garganta mientras el corazón parecía querer saltársele fuera del pecho.Mientras se estacionaba

a la entrada de la

vivienda decidió no mencionar una sola palabra de ello a su mujer, previendo la reprimenda burlona de la misma, con las inevitables referencias a sus antecedentes familiares de enfermedad mental.

Más que nada temía volver a sentir aquel

miedo. El miedo al miedo

terminó robándole el sueño con un insomnio de nuevo cuño, inmune a las pociones del psiquiatra a quíen no había mencionado las voces y, ni pensarlo, el miedo, aquel vergonzoso(como todos los temores)miedo cuyo recuerdo, como una sombra extendida sobre su alma, le impedía dormir. Se pasaba casi toda la noche frente al televisor,saltando canales,completamente drogado con los somníferos que se negaban,tercos,a hacerlo dormir;incapaz de concentrarse por más de cinco minutos en ningún programa.Ni siquiera Playboy Channel era capaz de cautivar su atención.Pasadas las cuatro le invadía una especie de modorra y se iba a la cama donde yacía boca arriba, sintiéndose suspendido por algún hilo implacable en un sopor apenas diferenciable de la vigilia. Con el transcurrir de los días, contrario a lo que lógicamente se esperaría de tan prolongada falta de sueño, una suerte de nueva, exuberante energía fue apoderándose de su persona y terminó por sentir que aquellas casi tres horas de no-sueño tendido sobre la cama le bastaban para afrontar las labores de cada día.

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Su apetito sexual se despertó con la fuerza de un Titán y la compulsión siempre urgente de un sátiro.Los primeros cuatro días su mujer correspondió,agradablemente sorprendida;al quinto día declaró estar demasiado cansada y dos días más tarde le preguntó que diablos le pasaba,si estaba enfermo y,sin esperar una respuesta que no le interesaba,le ordenó tajantemente dejarla en paz y,desde luego no en tan higiénicas palabras como las que ante ti expongo gentil lector, terminó sugiriéndole el onanismo o el recurrir a los servicios de alguna trabajadora sexual como medios para atenuar dentro de sí el regreso al trono del rey Príapo.

Nuestro héroe sentía en su interior el despertar de un espíritu hasta aquel momento desconocido.Por alguna razón ahora los días le parecían demasiado cortos:¡tenía tantas cosas que hacer!,¡tanto por vivir!.Un observador imparcial, no necesariamente agudo, apenas atento, habría notado inmediatamente el cambio.Ya no trotaba por las mañanas,daba una caminata ajeno totalmente a las implicaciones sanitarias de la misma y dirigido, más que por el hábito de cerca de un lustro,por el deseo,renovado cada mañana, de respirar,paladeándolo,el aire fresco del día recién nacido;de escuchar atento el delicioso trinar de los pájaros que aún se atrevían, en medio del hábitat degradado del hombre,a cantarle canciones de amor al sol resucitado;de mirar extasiado el vaivén tropical de aquellos traseros femeninos que terminaban haciendole,literalmente,correr de vuelta a casa para meterse bajo la ducha y aliviarse la erección ahora provocada por el mas mínimo estímulo.

Se deleitaba hasta las carcajadas sintiendo como el agua templada caía generosa sobre su piel ardiente por el ejercicio y la excitación.Tras la afeitada, se contemplaba largamente en el espejo y aquella cara,que no recordaba no tolerar en el pasado reciente,le producía una especie de pueril satisfacción.Por primera vez en su vida se sentía completamente a gusto

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consigo mismo.Tan a gusto que atravesaba los días

sin siquiera mirar el

reloj de pulsera, ese moderno grillete,que ahora activamente despreciaba.

Por alguna otra, oscura razón no toleraba ya el café y redujo su desayuno a un vaso único de leche fría.Abandonó todos los medicamentos,excepto sus multivitamínicos y no se presentó a la cita de aquel mes con el psiquiatra.

Sustituyó la malsana costumbre

de escuchar las noticias y durante el

trayecto a la oficina se hacía acompañar por la música de una colección de cassettes preparada por el mismo durante lo que más tarde conocería como la “fase”.Eine kleine nachtmusik,paradójicamente,era su pieza favorita para iniciar el día.

Ya en la oficina su actitud de autómata eficaz fue sustituída por una liberalidad y una despreocupada aplicación al trabajo diario nunca antes vista por sus compañeros de trabajo.Era evidente que ¡disfrutaba de su labor!.Su timidez innata terminó siendo abrumada hasta desaparecer por su libido estratosférica, hasta el punto que se aplicó,culminando exitosamente, como corresponde a las reglas no escritas de tiempo,lugar y status,a la tarea de seducir a su secretaria,con quien durante casi tres años no había sostenido nunca antes una sola conversación.Habían pasado ya veintitrés días desde el ataque de pánico y el miedo a que se repitiera parecía haberlo abandonado.

Se encontraba precisamente en uno de los bungalows

de uno de los

moteles de la autopista 30 de Mayo cuando volvió a escuchar la voz.

Instintivamente cuestionó a Marta,su secretaria y querida(beneficiaria de todas las implicaciones inherentes a tal calificativo) si quería algo,pero la mujer dormía profundamente.La voz retornó,esta vez retumbando dentro de su cráneo con tal intensidad que terminó por sentarse sobre la cama.Primero había repetido su nombre y ahora, como si su atención la estimulara, comentaba secamente:adúltero.

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Supo entonces,y esta vez no tuvo miedo, que estaba alucinando.A pesar de esta certeza razonó que, si la voz venía de dentro de sí mismo,a pesar de su aparente carácter audible, no tenía entonces que responderle con palabras,bastábale el pensamiento.Esta,sin embargo,no le dió tiempo a replicar afirmándole,en un tono confortablemente neutral,que su aventura no estaba solamente justificada por sus necesidades,sino que era realmente lo justo ante esa bruja cuernera que tienes por mujer.Reflexionó sobre esta afirmación por unos instantes y terminó coincidiendo plenamente con su alucinación auditiva:hacía años que la mínima semblanza de amor había desaparecido de su matrimonio y,en algún momento,ciertas actitudes y comentarios de su mujer le habían hecho sospechar...Los celos eran para él, sin embargo,un sentimiento bajo,generalmente infundado...En ese momento la voz,en cuya ronca inflexión empezaba a reconocer el tono a la vez autoritario y razonable con que hablara su abuelo materno,fallecido hacía mas de treinta años, interrumpió el curso de sus pensamientos:dejate de mariconadas,esa puta te vendería por lo que le dieran,si alguien fuese capaz de dar algo por una mierda como tú.No,definitivamente no pertenecía a un ser querido queriendo guiarle,confortarle,desde el mas allá, aquella voz que esta vez parecía no querer callar y continuaba,alternativamente,desde dentro y fuera de su cabeza,acusando,criticándole,ordenándole desafiante hacerle el amor una vez más a la mujer dormida a su lado con un vocabulario de marinero que solamente la locura pudo haberle permitido elaborar.Lo más extraño es que había palabras que desconocía totalmente,frases enteras en una o varias lenguas extranjeras a las cuales nunca había tenido acceso alguno.¿Estaba realmente loco?-se preguntó seriamente.ambas manos cubriéndole el rostro.¿O era esto otra cosa?,y si fuese así:¿qué?.

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Le preguntó a la voz quien era pero esta había decidido súbitamente callar.Sintió como se despertaba nueva vez en su ser el deseo y comenzó a acariciar a su amante quien, aún entre sueños,le permitió hacerle el amor con tal dulzura en su entrega que Esteban no pudo contenerse y le susurro al oído, capturando apenas el aliento con el ejercicio del acto carnal, que le quería.Marta pareció despertar completamente entonces, le miró a los ojos y le sonrió con toda la cara,desplegando tal belleza, juventud y sensualidad que él no pudo menos que repetir la trillada frase.Ella le respondió besándole apasionadamente en un arrebato tan intenso que precipitó,tan al mismo tiempo como puede ser lo simultáneo,el clímax de ambos.Aquella tarde no retornaron a la oficina y cuando el empleado del motel llamó para hacerle saber que había pasado ya el tiempo “de paso”,Esteban pagó por permanecer cuatro horas más en el bungalow.

Al día siguiente el Director le ordenó,al través de la propia Marta, que pasara

por

su

oficina

para

tratar

ciertos

problemas

acaecidos

recientemente.Una vez sentado frente a su jefe inmediato,aquella figura que antes le inspiraba respeto y hasta temor,parecíole ser revelado tal cual era,por primera vez,ante sus ojos:un burócrata envejeciente llevado a la quasimegalomanía por la lambisconería crónica de sus subordinados.Al parecer ya no necesitaba de alucinaciones auditivas para asomarse a la verdad aunque no estaba seguro de tener,en caso necesario,los cojones para decirla.

Por quien sabe cual razón el titulo de licenciado le pareció súbitamente ridículo y sólo el condicionamiento de tantos años le impidió interrumpir en ese mismo momento al jefe y pedirle se abstuviera de utilizar ese título insignificante en el trato con su persona.El viejo como le llamaban secretamente todos los empleados, le había llamado a su despacho para señalarle la ausencia de la tarde anterior y a subrayar tal falta como un ejemplo del

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cambio en la actitud general de Esteban que, si bien aun no había ocurrido, podría terminar traduciéndose como algo perjudicial para su desempeño laboral.Terminó su perorata refiriéndose tangencialmente a los rumores sobre la relación entre su secretaria y éste, aludiendo algo sobre la necesidad de mantener ante todo la moral dentro del departamento a su cargo.Con una frialdad y seguridad de sí mismo que semanas atrás le habrían resultado inconcebibles, le contestó que aquello era un asunto muy personal,que no dignificaría con una respuesta la maledicencia de los calieses y correveidiles tan abundantes en nuestro país,y que, si no tenía nada que decir sobre su desempeño como empleado no tenía derecho a hacerle perder el tiempo con ese tipo de insinuaciones.Rojo de ira, maldicien do para sus adentros la impotencia impuesta por los compromisos partidarios, las viejas deudas y el peso de las influencias, concluyó diciendo a su subordinado que podía retirarse,que eso era todo.Esteban abandonó el despacho sin decir palabra.

Camino a casa escuchó a la voz sugerirle haber puesto en su lugar al mierda ese que se cree dueño de todas las mujeres que trabajan en ese departamento.Intentó entablar un díalogo con ella,pero la voz se negaba a interactuar con su pensamiemto;intentó inducirla a conversar hablando en voz alta,pero esta mantuvo su reticencia.Cuando dobló la esquina y entró en la calle donde estaba su casa no supo si fue propio o ajeno el pensamiento aparecido en su mente:Por fin,¿qué vas a hacer respecto a la mujer esa?.

Aquella noche, sobre lo que fue una vez el lecho matrimonial y hacía años había pasado a ser solamente la cama que por comodidad y costumbre compartían, dijo a su esposa, sin más ni más, que sabía bien que ella ya no le amaba, que no importaba puesto que él también había dejado de quererla, que no le interesaba pasarse el resto de su vida con quien no compartía siquiera algo de simpatía, que estaba conciente de que muy probablemente

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ella había tenido o actualmente tenía uno o más amantes y que,de todos modos,no importaba,pues el tambien tenia otra persona y que,finalmente, debían charlar seriamente sobre la posibilidad del divorcio.Nunca logró saber si fue por la sorpresa,la brusquedad,por despecho o,simplemente,por no saber en aquel momento hacer otra cosa,el hecho es que su esposa terminó echándose a llorar ruidosamente,con sollozos,mocos y toda la vaina.Bien hecho, escuchó como le congratulaba la voz dentro de su cabeza.¿O sólo lo había pensado?.Dos días más tarde había ya puesto el asunto en manos de un abogado amigo y comenzado a buscar un apartamento de alquiler.

El trabajo y la nueva relación marchaban bien.Se sentía más vital que nunca desde su infancia y se enfrascaba en sus labores con tal ahínco y entusiasmo que antes de terminar el día ya había ,generalmente,concluído con sus obligaciones.Generalmente dejaba la oficina a las dos,tres de la tarde a más tardar,se llevaba a Marta al apartamento donde se quedaban hasta bien entrada la noche,cuando debía llevarla a casa de sus padres, en el extremo este de la ciudad.Al parecer el vivir solo,o al menos,la ausencia de su esposa,había mejorado considerablemente su insomnio y ya podía dormir hasta cinco horas seguidas.En una ocasión logro tener un sueño e incluso, recordarlo:su esposa le recriminaba

el haber llegado tarde a un evento

social no especificado,cuando estaban finalmente en lo que parecía ser una fiesta era su madre quien estaba a su lado explicándole algo que el no lograba

entender.El

sueño

tímido

de

un

soñador

novato,en

pocas

palabras.Sin embargo estaba aprendiendo de nuevo a soñar y al despertar aquella le pareció la más hermosa mañana de su vida y se sintió aún más entusiasta y optimista.Mientras se cepillaba los dientes miró largamente el rostro que le devolvía el espejo y que irradiaba tanta felicidad que no pudo contener una sonrisa, estaba teniendo el privilegio de presenciar un

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rarísimo milagro:el rostro de un hombre feliz.

Los sábados visitaba a los niños quienes insistían en preguntarle cuando volvería a casa.Al llevarlos de regreso y en presencia de los pequeños su esposa le preguntó,cínica,como estaba su mujer a lo que el ripostó que mucho mejor que ella.Si bien había estado de acuerdo con todo lo planteado por Esteban aquella noche, su vanidad femenina no le perdonaba ni le perdonaría nunca el haberla abandonado por otra mujer y había dedicado un considerable porcentaje de su tiempo y de sus energías planeando su desquite.Había acudido a consultar dos brujos, lo que pedía de ambos era la humillación del esposo, quería verlo rogando de rodillas delante de ella,completamente a su merced...Uno de ellos le pidió una foto tipo carnet del marido para eltrabajo,pero después de el primer año de casados ella había perdido la única foto del marido que llevaba en la cartera.Aquel brujo era famoso por su eficacia en asuntos amorosos así que ,dejando de lado cualquier consideración ética con el glacial pragmatismo del despecho femenino, decidió arriesgarse y obtener la foto al través de uno de los niños.

A pesar de las estrictas,ininteligubles instrucciones de la madre he aquí, llegado el sabado,Stevie contó a su padre que su mama le había dicho que le pidiese una foto, qué parecía que el le hacia falta y a ella le daba vergüenza pedírsela.Una vez regresaron y con su voz fuera del alcance del oído de los niños, confrontó a quien legalmente y a pesar suyo, seguía siendo su esposa, gracias a una serie de tácticas dilatorias por parte de sus abogados.Entre otros epítetos muy largos para ser enumerados,preso de una ira que le hacía casi imposible articular palabra,la llamó sinverguenza, bruja, manipuladora, atreverse a mezclar a sus hijos en esas porquerías...la mujer,sin inmutarse,se limitó a informarle que tenían una cita para el próximo martes

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con el psicólogo del colegio de Stevie,que al parecer éste estaba teniendo serios problemas de adaptación ante la separación de sus padres.Le dio la espalda y sin decir palabra se montó en el carro y arrancó.Decidió ir en busca de Marta y,ya en casa de ésta,se encontró con que tenía un visitante,un antiguo pretendiente.Fue la gota que hizo derramar aquel día su copa:realizó una escena en plena sala,frente a los padres de la muchacha,y mientras emitía un torrente de palabrotas del cual no estaba en lo absoluto consciente tomó al joven por las solapas,levantándolo en vilo con una fuerza de la que no se sabía capaz.Pensaba golpearlo y estaba listo para propinarle un puñetazo en la cara cuando se sintió a sí mismo,literalmente,desinflarse.

Soltó al otro y salió de la casa seguido de Marta,sin escuchar las explicaciones desesperadas de ésta a quien dejó llorando desconsoladamente sobre el borde de la acera.

Condujo por horas:de un extremo a otro de la ciudad,hasta San Cristóbal y de regreso a Santo Domingo,a toda la velocidad de que era capaz su family friendly Toyota Corolla.No sabía que hacer con su rabia,con su desesperación,era incapaz de razonar y los eventos desagradables del día se repetían una y otra vez,implacables,en su mente.Compró una botella de whiskey en el primer colmadón que encontró de regreso a la capital; pero el alcohol,en lugar de apaciguarlo, lo excitó aún más... Entonces escuchó la voz,no eran sus pensamientos,era la voz,esta vez venía exclusivamente de fuera,le hablaba en susurros y,en ocasiones,sonaba indiscutiblemente femenina,algo en ella le recordaba a su madre.Entonces supo que no estaba alucinando,ni había,en efecto,nunca alucinado...la voz era real y el recuerdo pavoroso del miedo se hizo con todo su ser,su mente y cuerpo.La voz le sugeria,trataba de seducirle,le repetía una y otra y otra vez,sensual,convincente:

mátate,mátate,mátate,olvídate

de

todo,descansa

ya,ya

basta,hombre,ponle fin a todo esto,no vale la pena... y continúo, ahora

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perentoria,viril, autoritaria:Tú no sirves para nada, maricón,mátate,mira como ni siquiera las mujeres te respetan,mátate,mátate.. .COÑO,MATATE!.

La voz gritaba ahora,la orden parecía ocupar toda su mente,el mandato parecía ser su propia voluntad, con la mente en blanco, escuchando ahora varias voces que con diferentes estilos,tonos,le decían,le ordenaban lo mismo,pisó a fondo el acelerador...Se estrelló contra una yipeta estacionada en el parqueo de un edificio a la altura del kilometro nueve de la carretera Sánchez.

Esteban nunca recordaría la ambulancia,el hospital,la operación,el traslado de un hospital a otro.Sus recuerdos comenzaban en el pabellón psiquiátrico de uno de los centros médicos más prestigiosos y caros de la ciudad.Dado lo aparatoso del accidente,alguien le diría después, era un milagro que únicamente

hubiese sufrido algunas fracturas y

heridas

superficiales,claro, el verdadero milagro fue que se le hiciese con tanta celeridad la esplenectomía y no muriera debido a la hemorragia interna.Una cicatriz en medio del abdomen era lo único que le recordaba tal evento,el bazo nunca le hizo falta, de hecho supo que había tenido uno cuando le dijeron que habían debido extraérselo.En los últimos días de su confinamien to un psiquiatra, a quien no conocía, le explicó que el suyo era un caso inusual, muy interesante, pero que dados sus antecedentes familiares y propios, era un hecho que había sufrido una fase maníaca de intensidad no psicótica de acuerdo a los cambios en su comportamiento descritos por sus familiares y allegados.Desde luego no sentía ya el entusiasmo que había olvidado una vez tuvo, como había olvidado las ultimas once semanas de su vida.Un caso muy interesante de amnesia lacunar selectiva...había escrito en su record el psiquiatra luego de la ínterconsulta de rigor con el neurólogo.

Dos días después de la entrevista con el médico fue dado de alta con

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instrucciones muy precisas de tomar su medicación y acudir a la cita concertada para ocho días más tarde.Afuera le esperaba su esposa.

De nuevo esclavo de rutinas y de horarios,partícipe de una union neutra con una mujer a quien sólo una insaciable sed de venganza mantenía a su lado, manejado como un títere por su psiquiatra,el terapista matrimonial,el Director del Departamento y esa misma mujer,Esteban Diaz murió ocho años más tarde de un infarto fulminante.No había vuelto a soñar y nunca pudo(o quiso) recordar haber escuchado voces ni haber tenido una amante; no recordó nunca la frescura del aire de la mañana,la caricia del agua sobre su piel,la mirada tierna y amorosa de la mujer irremediablemente olvidada.Nunca supo que una vez fue feliz,que había sido libre...apenas se le concedió saber que había estado loco y con ello bastaba, para los demás y para él mismo.Se dejo crecer la barba para cubrir varias cicatrices en la cara producto del accidente y murió evitando siempre encontrar su propia mirada en el espejo, temeroso de encontrar en su reflejo la causa de aquella culpa que pendía sobre su cabeza pero que,magistralmente,logró esquivar con un muy oportuno fallecimiento, antes de atreverse a volver a encontrarse consigo mismo y con ese coraje,con ese entusiasmo,con esa libertad que el concenso,envidioso como todo mediocre,denomina locura.

La celada Sentí un estruendo de cristales rotos y algo viscoso y tibio me salpicó la nuca.Por el espejo retrovisor pude ver una yipeta Land Cruiser aproximándose a toda velocidad.Terrero se había parapetado tras el asiento trasero, disparando frenéticamente con su Gluck al cristal delantero de la yipeta donde las balas rebotaban sin siquiera hacer mella.Cuando tomé la curva

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donde convergen la Avenida Mella y la Calle Arzobispo Meriño, iba a más de 120 kms por hora y la certeza de volcarnos frizó con temor mi mente.El vehículo se levantó sobre las ruedas izquierdas en un inverosímil ángulo de casi 60 grados.Por el retrovisor pude ver como la yipeta daba una voltereta asombrosa,el conductor al parecer pensó que podría dominar su vehículo como la Reina Fortuna había dominado el mío.Un fallo grosero en cálculo, quizá un truco de la Providencia, peculiarmente traviesa ese día, pues siendo más pesado y estable que nuestro vehículo, no pensaba que un todo terreno tuviera demasiadas dificultades con aquella curva.Sin embargo al llegar precisamente a la esquina donde,desde mi infancia funcionaba un burdel ví, demasiado asombrado como para sentirme complacido, como

la yipeta

giraba sobre su eje longitudinal, saltando por el aire para dar, techo abajo, contra el borde del parapeto que limita por el norte los jardines de la Iglesia de Santa Barbara.El segundo vehículo que nos perseguía se detuvo para auxiliar a sus compañeros, mi última visión de ellos, los sucesos acaeciendo a increíble velocidad, fue de las puertas delanteras abrirse para dejar salir a dos figuras de civil, una de ellas portando un arma larga que no pude

distinguir,para

dirigirse

apresuradamente

al

lugar

del

accidente.Disminuí la velocidad hasta detenerme entre la Restauración y la Emiliano Tejera.Entonces chequeé a mis dos compañeros de viaje.

La sorpresa de que se atrevieran a atacar el carro sabiendo que llevábamos a la inglesita,se convirtió en horror al ver su cuerpo absurdamente contorsiona- do ,supino entre el asiento trasero y los delanteros;inicialmente me pareció que debía haber estado llevando una peluca pero la posición de su pelo,todo echado hacia delante se debía al desprendimiento parcial de la bóveda craneal.Fueron los contenidos del cráneo de la muchacha,al estallar,los que me habían salpicado el cuello.Las consecuencias de la muerte de la extranjera,evidentemente intencional,eran

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demasiado numerosas y complicadas paraponerse a analizarlas en aquel momento,un miembro de la Comunidad Europea...en lo que a mi concernían éstas se presentaban claras y urgentes:nos cazarían fuese lo que fuese,: estábamos marcados para morir.

Terrero estaba blasfemando a todo pulmón, salimos del carro,sacamos del baúl sendos fusiles M-16 ,llenándonos los bolsillos con municiones.Dos figuras se acercaban corriendo desde el este,por el medio de la calle.Un tercero,quizá un cuarto, debía venir

por alguna de las calles perpen-

diculares para cerrar el cerco.No escuché el disparo hasta el momento después de ver caer a Terrero sobre sus espaldas, con el pecho destrozado.Sin tiempo para sentir miedo salté hacia la acera opuesta, arrastrándome hacia la entrada del antiguo Hotel Europa,las balas silbando sobre mí.

El aluminio sabe a miedo.Recuperando el aliento en el zaguán del edificio donde en mi infancia había tratado infructuosamente de convencer a mi padrede volver a casa,repaso lo hasta ahoraescrito.Recuerdos,sueños, imaginación es más fácil ser autor que personaje.Afuera,quienes me dan caza.,como felinos,se gozan en prolongar mi agonía.Caída ya la noche,he tenido tiempo más que suficiente para meditar:no merezco piedad y de cierto no la pediré; estos últimos meses me han curado del miedo al propio infierno donde,dentro de poco, me encontraré.Caí como un tonto en una burda trampa con una mujer como sebo.Tal vez sea ésta la excusa que necesita el Departamento de Estado.

Un crujido de cristales bajo una pisada sigilosa me sacó del ensimismamiento,el cansancio y el sueño y,surfeando una inmensa ola de terror animal subí de dos saltos al primer rellano.Pude distinguir dos voces acercarse a la puerta del zaguán, detenerse y reanudar una conversación en una lengua extraña.Probablemente eran de los legendarios e infaliblemente letales

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mercenarios serbios contratados por el Gobierno.Eso explicaría la demora pues el grupo que me dió caza inicialmente,debió quedarse haciendo guardia mientras llegaban los expertos.Una tercera voz,femenina,empezo a vocear ordenándome salir,ofreciéndome,sin espacio para regatear,la única piedad concebible: una muerte rápida., Respondí con una ráfaga a ciegas del M-16.El sonido seco de los disparos,la sensación de poder al descargar el arma de fuego, la insolencia desespera- da de la propia respuesta fueron fugaces consuelos ante el destino que me esperaba.En un desesperante,impredecible alternarse el miedo paralizante dió paso a la rabia homicida.Esperaría por ellos agazapado en el descanso,no había manera de que pudieran eludirme al atravesar aquella puerta.Se me enfrió el alma con otro recuerdo de la infancia:¡podían acceder al edificio desde el antiguo Hotel Colón de la Emiliano Tejera!.Era yo quien se encontraba emboscado.Anegado en adrenalina, con el corazón latiéndome en la garganta, consciente de cada respiración, subí a toda prisa las escaleras decidido a alcanzar la azotea.En el segundo piso una puerta se abrió a mi izquierda y, desde la oscuridad, una mano me tomó por el brazo y me hizo entrar a la habitación.

Mi impresión inicial era de estar siendo guiado al través del recibidor a oscuras por una mujer:la mano alrededor de mi muñeca presionaba mi piel al través de la lona del uniforme con el filo de largas uñas.A la luz de la lámpara de gas reconocí en mi guía simplemente eso: un hombre con uñas largas,un

patético

travesti

de

economía

de

guerra,sin

afeites

ni

maquillaje;sólo quedaban aquellas uñas y las cejas ausentes como recuerdo del intento de trascender,de burlar la propia sexualidad.Había otras tres figuras en la habitación,la más pequeña se acercó a mi y me abrazó, su cabeza apenas sobrepasaba la altura de mi ombligo;pasaron algunos segundos para darme cuenta de que no se trataba de un niño, si no de un

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viejo amigo:un enano de la farándula que,en tiempos mas felices, compartió unos meses conmigo en un centro de rehabilitación para drogadictos.No pude dejar de sonreír ante la ironía de la situación:¡Aquellos eran los tiempos felices!.Tomaría diez,cien veces un año completo de abstinencia a los últimos meses,a las tres ultimas horas de mi existencia, Mi pequeño amigo me hizo señas de guardar silencio y,en otra situación,su figura y la vehemencia de sus ademanes habríame provocado, tal vez, hilaridad.Una de las siluetas se movió hacía una mesa en el centro de la habitación inclinándose sobre ella, la sombra de sus mamas colgantes reflejadas sobre la pared opuesta.,un muy quedo sniff indicándome que,a pesar del tiempo y de la guerra mi amigo Secundo no se deshacía de sus viejos hábitos hedonistas.Tal perseverancia hace de cualquier vicio una virtud.Mujeres semidesnudas,cocaína y alcohol parecían incensar aquel cuarto con algo no menos sacro

en aquella actitud dionisíaca que los ayes,

misericordias y golpes de pecho de cualquier iglesia.De hecho la determinación al goce carnal del espíritu humano en tales circunstancias:la ausencia de servicios,la critica escasez de comestibles,el terrible hedor a muerte que pervadía toda esa parte de la ciudad,las explosiones,los disparos,la lista interminable de vejaciones y miserias que la guerra impone sobre los hombres,me parecía tan digna de alabanza como la mas sincera profesión de fe,como el mismo martirio y quizás más.Enanos, putas, borrachos,drogadictos,

y

maricones

llevaban

en

aquella

habitación

flaubertiana

una locura más amable, más sonriente, más moralmente

correcta que

la cuerda racionalidad perversa de las bombas, de las

balas,del odio derramados como lluvia maldita sobre mi amada ciudad natal.

Como si leyera mi pensamiento mi viejo amigo puso en mi mano un vaso corto de whiskey que apuré de un trago,extendiendo inmediatamente el vaso vacío para recibir una segunda porción, que saboreé con mayor detenimien-

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to.Estaba a punto de exclamar “¿De donde,coño,pudiste sacar etiqueta negra,enano del demonio?”,cuando su

mirada me

conminó, imperativa y

muda, al silencio.Rechazé con un gesto la invitación a un pase:estimulantes era lo que menos necesitaba mi cerebro en aquellos momentos y,asediada por los depredadores,la presa está condenada a la vigilia.Entonces noté que una cortina dividía en dos la habitación y,al través de la misma podían adivinarse dos camas y una cuna.

De repente,el recreo terminó y la adrenalina volvió a correr soberana, por mis venas.Puse sobre la mesa el vaso a medio terminar y me dirigí hacia la puerta.Secundo me había ayudado a descalzarme las botas tan pronto entré en la habitación de modo que podía moverme sin producir ningún ruido, los pasillos y escaleras estaban, por otra parte,cubiertos por doquier de pedazos de vidrio y atravesar la situación de Bruce Willis en “Die Hard” parecía un mal necesario.El hecho era simple: si me atrapaban allí de seguro nos matarían a todos y aquello no era,para nada,parte del equipaje con el que quería cargar al otro mundo.Secundo me tomó entonces de la mano, haciéndome sentar en un sofá, la mujer de pechos desnudos vino a sentarse a mi lado, pasando con asombrosa familiaridad su mano sobre mi cabeza y cuello en una caricia menos sensual que reconfortante y hasta maternal.El enano puso ambas manos en mis mejillas,forzándome a mirar directamente a sus ojos saltones y afirmó, con una certidumbre y determinación incongruentes para su tamaño:“No te preocupes,hermano.Todo va a salir bien.”

Se sintió el ruido de botas,al menos cuatro pares,venir desde ambas direcciones.Restallaron uno,dos...cinco disparos en el pasillo seguidos del tocar de puños sobre madera.Una voz de mujer demandaba,estentórea, feroz: ”abran, coño,abran”,dos puertas a la izquierda del cuarto donde

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Secundo había decidido refugiarme.Se volvieron a escuchar ruidos de pasos, exclamaciones extrañas y la voz perentoria de la mujer:”busquemos en el próximo cuarto”.Se repitieron las órdenes, maldiciones y golpeteo de puertas,pisadas,conversaciones seguidas de un extraño silencio.

La mujer me tomó de la mano y me llevó a la habitación de al lado,al través de la cortina,terminó de desvestirse,me quitó rápidamente la camisa y me metió en la cama con ella.Entonces pude oir cuando tocaron a la puerta.Escuché a Secundo saludar afablemente a la mujer,quien esta vez se ahorró las ordenes y palabrotas.”Tenemos una fiesta...mi cumpleaños...pase, si quiere,comadre.Si usted no me cree.”Se hizo un silencio denso,oscuro interrumpido únicamente por la respiración pesada de la mujer acostada a mi lado quien, como activada por un interruptor, procedió a prorrumpir en gemidos,suspiros y exclamaciones ,de repente y en forma automática, arrebatada por el éxtasis sexual mós intenso de este lado de Silvia Kristel.Sin darme cuenta se había colocado sobre mí,poniendo mis manos sobre su cintura y contoneándose en una magistral representación del acto carnal.Casi simultáneamente la cortina se corrió y la luz de una linterna se posó sucesivamente sobre nuestros rostros para volver,inmediatamente,a extinguirse. Escuché a la mujer preguntarse en voz alta donde se habrá metido el pendejo éste.

Apenas volvió a correrse la cortina la mujer se quitó de sobre mí y salió de la habitación.El alivio me arropó en forma de un sueño breve y profundo, como un desmayo.Cuando abrí los ojos me dí cuenta que tenía la mano crispada sobre la culata de la pistola.Secundo entró entonces en la habitación para contarme como había convencido a la mujer, una vieja conocida de sus días como miembro de los servicios de inteligencia estatales, de que yo había sido más rápido que ellos y me había escabullido,seguramente atravesando el antiguo Hotel Colón, llegado a la

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Emiliano Tejera antes que ellos, quién sabe donde estaría ya a estas horas.Podíamos oír al través de la calle como seguían registrando puerta por puerta los edificios vecinos.

Mientras me ponía la camiseta que el enano me ofrecía mi atención se fijó por primera vez en el extraño silencio de la cuna en un rincón del cuarto.

Bastome un vistazo a la luz de la luna para darme cuenta que la criaturilla dentro de ella estaba muerta.”Tarde para la visita,Doc-me dijo Secundo con voz enronquecida por una triste amargura que intentó hacer pasar por sarcasmo-hace casi cinco horas que murió, la madre no puede estropear la poca ropa y deberá andar con las tetas al aire hasta que se le sequen”.Me pidió que continuara durmiendo sin preocupación,que aquello era tierra de nadie y en unas pocas horas “tu gente vendrán a buscarte”.En tal situacion las preguntas siempre sobran.

Ya empezaba a clarear cuando desperté.Apenas escuché el canto de un gallo solitario y valiente.Me lavé la cara y el cuello en una ponchera con agua dejada para

tales fines por mis anfitriones.Me enjuagué la boca con un

trago de ron de una botella que encontré encima del gavetero.La mujer me esperaba

con una taza de café caliente sobre la mesa,acompañada de

Secundo y una adolescente que no había podido distinguir la noche anterior.No había rastro del maricón que me había recibido en el pasillo.Atisbé,cauteloso,por la ventana y,efectivamente,por la calle se movían,a pies, algunas patrullas del ejército rebelde.Un jeep con la insignia roja y negra estaba aparcado al otro lado de la Meriño,mas allá de la Emiliano Tejera que aquella mañana,siendo como era mi calle favorita en toda la ciudad, lucía mas que esplendorosa,viva,ajena al tiempo,a la guerra,a la maldad de los hombres;.ajena también a su nobleza.Pude ver algunos de nuestros soldados apostados en las azoteas vecinas.Aún hoy no tengo idea de donde halla tenido lugar la batalla por la sección de la ciudad donde me

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había quedado atrapado, si en la oficina de algún Ministro, en la casa del Embajador, en los altares de un brujo...así se libran las guerras por estos lares.

Terminé de vestirme,acomodándome las fatigas con las insignias de capitán,me dí un pase para terminar de despertarme y comencé a despedirme de mi amigo, de mis salvadores.Los pechos desnudos de la mujer comenzaban a llorar,la naturaleza ajena al dolor revivido por su eficacia implacable.Secundo me pasó un bulto envuelto en una sábana blanca:el bebé muerto.”Entiérralo o quémalo.Sólo los neutrales son hoy enemigos de todos,si uno de nosotros sale tu gente o la otra nos mataría, nada más que para afinar la puntería, para ejercitar la crueldad...”.Le dí las gracias en silencio sabiendo que ninguna palabra, ningún gesto, ningún tesoro podría saldar mi deuda con este gran hombrecito.

Ya en la calle abordé el jeep que había visto estacionado y ordené a un cabo que me llevara a la Comandancia..Al doblar en la calle Mercedes le dije que redujera la marcha y lancé el bulto,con un ademán de basquebolista, en un vertedero improvisado a la altura de la calle Hostos.La vida en el infierno no reconoce gratitud ni misericordia.

Bichos Entre los manuscritos del tristemente célebre entomólogo Frank Urlich se encuentra el primer intento a una subclasificación sistemática y extensa de la especie Blattaria.A medida que su psique se anegaba fatalmente en las arenas movedizas de la psicosis, el científico vienés logró desarrollar, además de una categorización taxonómica científicamen -te impecable, una genealogía de los diferentes subtipos de esta especie que permite entrever la convicción delirante del autor sobre el origen 135

literalmente infernal de estas criaturas y de su destino como herederas de toda la extensión de la corteza terrestre.

Una de sus tesis más infames y que,grosso modo resume gran parte de sus conceptualizaciones teleológicas, afirma que la marcada aversión de los seres humanos(que si bien mucho mas difundida e intensa no es exclusiva del hombre occidental)indica la existencia de una memoria colectiva, un atavismo incrustado a nivel prosencéfalico en el hombre contemporáneo desde aquellas remotas noches de invierno donde el “propio Pitecanthropus erectus debió batallar con hordas de estas alimañas por el alimento de cada día, que apenas comenzaba a aprender a almacenar.”(1).Ulrich afirma que Blattaria es la especie de metazoarios más antigua, no sólo del planeta, si no de “la totalidad de la Vía Láctea”.Su tesis sobre el origen de esta especie en la Tierra, que ha sido preconizada como dogma en las investigaciones, disertaciones y publicaciones de los últimos doce años de la vida azarosa de este atormentado, olvidado genio de la Biología y padre de centenas de hijos bastardos escondidos en comics,en los terribles filmes de “ciencia-ficción” del Hollywood de la recién iniciada Guerra Fría,y a todo lo largo y ancho de la literatura fantástica europea y norteamericana ,desde Curtis Garland a Franz Kafka. Pues bien,el Dr. Ulrich asegura que esta especie apareció en la Tierra casi simultaneamente, recuérdese que hablamos en términos de eones, con las algas y que una vez cumplidos los requisitos adaptativos ciertos miembros emergieron a tierra firme.Contabiliza algunos subtipos que habitan aún las aguas de mares, ríos y lagos

y los describe como capaces de soportar cualquier extremo de

temperatura, presión y contaminación. ;”preparados como sus congéneres en la superficie terrestre para sobrevivir la más devastadora catástrofe y hacer cumplir la promesa del decimoprimer versículo en el trigesimoséptimo

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de los Salmos,su reformulación en el Evangelio de Mateo es aún mas popular...”(2).Recuérdese que las algas son los organismos multicelulares más antiguos de acuerdo con la paleontología ortodoxa.

Pero el trabajo del Dr. Urlich,pletórico de potenciales y muchos inusuales adjetivos,no es ,definitivamente,ortodoxo.Se cuentan entre sus afirmaciones más escandalosas la existencia de “individuos de esta especie que alcanzaron proporciones gigantescas y compitieron durante casi toda la extensión del Jurásico con los dinosaurios por la supremacía sobre la superficie terrestre”(3),siendo la disminución progresiva de su tamaño uno de los muchos cambios adaptativos que les permitió sobrevivir al cataclismo que terminó con la total extinción de los primeros, pues-prosigue el autor de “Insektenwelt”-“...existen especies de reptiles tanto y aún más antiguas

que

el

propio

Tyrannosaurus

rex,cuyas

dimensiones

y

requerimientos nutricionales disminuídos les permitieron sobrevivir a el evento que dió lugar a la súbita desaparición de la totalidad de las especies agrupadas bajo la denominación popular de dinosaurios, sus más modestos parientes no descienden de ellos,simplemente compartían con los saurios aniquilados

su

hábitat

en

aquel

entonces.Estos

insectos,por

su

parte,sobrevivieron al impacto sobre la Tierra de aquel gigantesco asteroide y a las condiciones extremas de calor y frío, la disminución crítica en la disponibilidad de nutrientes, la extrema reducción del contenido de oxígeno de la atmósfera(creemos fueron capaces de desarrollar en apenas cinco a diez generaciones un metabolismo microaerofílico extremo e,inclusive,en algunos casos completamente anaeróbico)y mientras las demás especies eran exterminadas por el súbito cambio en las condiciones de su hábitat a una velocidad pasmosa,Blattaria no sólo sobrevivió: fue capaz de producir en sí misma los cambios necesarios con la velocidad requerida para sobrevivir

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intacta

al

mayor

cataclismo

que

ha

ocurrido

sobre

la

corteza

terrestre.Estos cambios se dan al nivel individual, genético y al nivel colectivo,social;así la plasticidad del genoma aunado a la flexibilidad de la organización social han hecho de Blattaria , sin duda alguna, la especie más duradera y exitosa sobre el planeta.”(4)La profecía que promete a los débiles(los mansos en otras traducciones )la Tierra por heredad es,en la opinión del austríaco,”la afirmación más cruel y reveladora del infinito sarcasmo de la Deidad”(5);opinión errada, por cierto, pues las palabras hebrea y griega traducidas la una como débiles, la otra como mansos son anawin y praos quienes se refieren a, respectivamente, las personas deprivadas social, política y económicamente(los pobres es la traducción más adecuada)y a ciudadanos de una gentileza y congenialidad destacadas como virtudes morales admirables por la literatura griega(en otras palabras, los caballeros).

Al describir los hábitos alimentarios de Blattaria el Doctor Ulrich no vacila en incluir como sus viandas favoritas “los tejidos y,especialmente,la sangre humanas.”(5)Las afirmaciones más eduudianas son reservadas, con el admirable pudor de la locura, para el diario personal del entomólogo. Es en este documento invaluable donde

los estragos causados en una mente

enfermiza e impresionable por horas de vivisección del repugnante insecto terminaron manifestándose con la terrible certeza y detalle del delirio: visiones de un tiempo ambiguo, situado en el pasado no tan remoto como convendría a la tranquilidad del espíritu, cuando “niños ,ancianos y discapacitados eran devorados por hordas de insaciables cucarachas carnívoras”(6),un presente donde “bien deberíamos irnos acostumbrando al sabor ocre de su linfa,tan rica en aminoácidos y con demostradas propiedades en la inmunización del tracto digestivo”(7) y un futuro en el

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cual “los caprichos de la genética podrían dejarnos desamparados frente al mas formidable rival de nuestra especie”(8).

Frank Urlich murió en la primavera de 1898 en un asilo de las afueras de Eisenstadt,gritando atormentado por los monstruosos productos de su fantasía desatada.Al día siguiente debió haber cumplido 42 años de edad.

No dejó bienes ni descendencia a quien legar las deudas del nosocomio y su propia enfermedad.

Amor y otras actividades demoníacas Era mi segundo año de resoltería, como había bautizado mi estado civil. Soltero de nuevo tras el divorcio, racionalizado a posteriori como inevitable y con un número creciente de encuentros sexuales inconsecuentes o resuelves, mi nuevo status no parecía poder ostentar un calificativo más apropiado. Los últimos seis meses habían sido particularmente intensos y en ellos había experimentado más sexo, más drogas y más joie de vivre, por ponerlo de alguna manera, que en los treinta y cinco años que los precedieron. Las enfermedades de transmisión sexual y los embarazos indeseados me tenían, en absoluto, sin cuidado; los gérmenes responderían a mis megadosis mensuales de penicilina y no pensaba vivir lo suficiente para verme convertido en seropositivo, mucho menos para desarrollar la enfermedad. Al paso que iba una sobredosis, un accidente de tránsito o algún acto sexual especialmente peligroso en su perversión,pondría adecuado fin a mis días, si la locura no terminaba antes con mi conciencia del devenir de los mismos. Hace bastante tiempo ya que vengo cuestionando mi propia cordura, de todos modos.

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En fin, hace unos tres meses conocí a Carmila.No es el tipo de mujer que esperas encontrarte en uno de los numerosos “raves” que tienen lugar en residenciales de las zonas afluentes de la ciudad cualquier viernes por la noche. Era mucho mas, definitivamente, de lo que podía esperar conocer en una de esas fiestas adolescentes y estúpidas donde había terminado jangeando al hacérseme insoportablemente patéticos los bares de solteros, happy-hours y fiestas de divorciados de donde me había estado abasteciendo en abundancia de compañeras de lecho, cada cual más ridícula y absurda en sus miedos y en sus esperanzas: la vejez, la perdida de encantos, la muerte y el matrimonio, el matrimonio, el matrimonio. Pero aquella aparición poco o nada

tenia que ver con la soledad, el miedo,la

desesperacion; no podía siquiera asociarla con algún quehacer fisiológico, ejercicio mental que aprendí a mis veinte años para desmitificar féminas demasiado intimidantes dada su colección de atributos. No encontré en mi imaginación, por demás extremadamente fértil, categoría, concepto, fenómeno degradante con el cual asociarla para reducir a niveles manejables la admiración sofocante, el entusiasmo quinceañil que su presencia me había despertado.

Sus medidas eran, por necesidad perfectas: 34-24-34(¡Oh, Dios mío!),quizá un par de pulgadas demasiado alta.No era una jovencita escuálida de la generación de la anorexia o de la compulsión por los estimulantes. No era, en fin una muchacha. A pesar de su figura juvenil, la perfección de sus formas, sus pechos firmes, su vientre plano, Carmila me golpeó, entre muchas otras impresiones agradables, de inicio con aquella de lucir ciento por ciento una mujer. Cuando estuvo sentada frente a mí, ausente de su rostro cualquier prosaíco testimonio de la edad, como arrugas o evidencias de cirugía plástica(que esperaba y hasta deseaba encontrar pues no concebía tal perfección),pude notar como portaba su belleza desnuda, en un

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gesto de arrogancia y atrevimiento deliciosos: apenas un toque de rouge sobre los labios. Su rostro mostraba, sin las fatigas del maquillaje, una vez más las pruebas incontrovertibles del exquisito gusto de Dios.Su pelo era de un negro abisal, marco ideal para su piel de un blanco pálido, una caucásica mediterránea menos el hirsutismo. Sus cejas, también au natural, formaban sendas suaves eles sobre una frente amplia, real, que el pelo partido al medio parecía resaltar inmodestamente. y bajo la cual habitaban el par de ojos más hermosos de este lado de Shakira :grandes,simétricos ,con irises del mas inusual color gris, practicamente transparentes.Si Michael Jackson hubiera visto alguna vez su nariz la habría preferido como modelo a la de Diana Ross.Tras sus labios, sensual, casi obscenamente carnosos,una hilera de dientes perfectos se mostraba raras veces en una sonrisa parcial,apenas ligeramente torcida por la dosis exacta de sarcasmo.

Cuando vino a sentarse a mi lado, mientras yo la contemplaba extasiado como a una visión celestial, mi primer impulso fue ponerme de pie y correr.

Debí haberlo hecho. En lugar de ello le pregunté si por casualidad su nombre era Ligia y me contesto agradeciéndome el cumplido y negando llevar el nombre de un cuento de Poe, aunque su nombre de hecho había sido usado en al menos dos historias macabras famosas, en una de ellas era una vampiresa, en la otra: la muerte. Me preguntó, con ojos brillantes donde por el más fugaz de los instantes pude leer claramente mi fatal perdición y aceptarla con gusto, que cual prefería. Contesté que vagar toda la eternidad tras ella o ser guíado por sus pasos hasta el propio infierno eran,

en

cualquier caso, regalos excelsos de un destino que no me merecía. Añadí entonces una frase que, al recordarla en este momento, me produce escalofríos:los hombres aun no han entendido que la belleza no es un absoluto,es la mezcla de una curiosidad imposible de satisfacer y el deseo, no de la posesion,como cree el espíritu masculino,sino de la entrega más 141

incondicional

y

absoluta.

No

podemos

poseer

aquello

realmente

bello,simplemente nos abandonamos a ello.Me formule automáticamente la pregunta:y tu quien carajo eres?La reencarnación de Oscar Wilde?...la timidez mas que la prudencia la sustituyeron con un comentario manso y galante sobre la articulada elegancia de su discurso o una babosada por el estilo.

Continuamos hablando de estética y de no recuerdo cuantas cosas más, mientras yo aprovechaba la situación para agasajarla con los cumplidos de lugar no sin subrayar su carácter de lugares comunes escuchados, indudablemente, en innúmeras ocasiones y probablemente ya cansones, a pesar de lo insaciable de la vanidad femenina. Fue entonces cuando la ví sonreír por primera vez, con la comisura labial torcida hacia la derecha e impresa en su rostro la expresión de un adulto frente a la manifestación de precocidad de un niño. Ella aprovechó entonces aquel momento para sorprenderme, no, seamos honestos: para asustarme con una retahíla sobre mí mismo que casi me tumbó del asiento.Mi nombre es Carmila, Carlos(esta afirmación indicaba que ello era a la vez mas que un apelativo: un sustantivo único para designar a una persona y un adjetivo,a la vez, para describirla, cómo quien dice yo no solo me llamo Carmila,yo soy Carmila)Después de creer haber encontrado una felicidad cuya existencia no habías contemplado nunca, tu matrimonio de siete años terminó en divorcio a raíz de una indiscreción imperdonable de parte de tu esposa, algo muy estúpido y muy frecuente en las relaciones basadas en todas esas cosas que hombres y mujeres se empeñan en denominar amor, insultando así al propio Dios.Tu conoces

las

citas,es

un

mensaje

reiterativo,una

leccion

a

ser

aprendida,Puedes encontrarla tal cual en el decimosexto verso del cuarto capitulo de la primera epístola del apóstol San Juan: Dios es amor. Hace casi tres años desde entonces y, con el corazón roto has querido anestesiarte

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con un hedonismo desenfrenado: te has hecho famoso entre los círculos de solteros de la ciudad y no son pocas las señoras que te desean como compañero de lecho. Dices, y como en todas tus afirmaciones eres sincero, que no tendrás una relación estable y no volverás a cohabitar con nadie jamás; estás demasiado cómodo con tu soledad y con tu imagen. Te gusta definirte como existencialista neofreudiano fundamentalista sin creer una pizca de tal afirmación:en el fondo de tu corazón sigues siendo el mismo niño cristiano formado por los jesuítas.Te sabes muy inteligente y crees que es éste el atributo que más respetas en un ser humano, cuando en realidad los valores morales,en especial la honestidad y la lealtad son para ti cualidades insuperables...Es por todo esto,al menos en parte,por lo que te he elegido. ¿Me has elegido...?.Tienes muchas preguntas,pero este no es ni el momento ni el lugar...Alguien nos tendió una mano con cuatro píldoras sobre la palma sudorosa, ambos le ignoramos y ella me ordeno:Vamónos de aquí.La seguí afuera y me chocó el cambio sufrido en la textura de la noche:era más oscura, más negra,se sentía más noche que ninguna otra que pudiera recordar;noche por fuera,noche por dentro.Carmila se detuvo frente a la puerta derecha del auto y, sin apartar de la mía su mirada, esperó mientras yo abría la puerta, sosteniéndola mientras se acomodaba en el asiento con una expresión divertida en el rostro recordándome a la negrita de “A Bronx Tale”,y me puse al volante.¿Dónde?.Donde tu quieras,amor,me contestó riendo.Su risa era cantarina, hermosa como toda ella, pero por mucho tiempo me pre.(nada de

risitas de adolescente ni esa cacofonía

hebefrenoide que las plasticas emiten como manifestación consensual de hilaridad…no se si habia tenido la experiencia pero pude sentir la certeza de que asi es como rien las mujeres,como rie la Mujer) ese torrente de limpidas carcajadas termino en un silencio tal que senti como se congelaba

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cada gota de sangre en mis venas.Por la primera de las eternidades donde me llevaría con creciente frecuencia me dilui en su mirada, mas que provocativa,desafiante. Al volver en mi,con la desorientación del sonámbulo, estaba conduciendo hacia el Oeste por el Malecon.Ebrio de su perfume,de su voz,de su presencia había girado en U como un automata,mientras Ella buscaba entre las carpetas de MP3 fui,por un instante fugacisimo capaz de una necesaria si bien inútil introyeccion:por debajo de la excitación de la nueva conquista,de los acostumbrados temores adolescentes resurrectos por obra y gracia del espécimen femenino de Homo sapiens sapiens sentado a mi lado, respecto del performance en curso y de aquel ya construido sobre el horizonte de mi imaginación de viejo satiro pude discernir,con terrible lucidez un temor profundo e intenso,eso que la gente denomina grima,mejor

expresado

con

el

termino

ingles

dread;el

sentimiento

sobrecogedor presente cuando el hombre se enfrenta,cara a cara con su destino,con el mas definitivo y único de los tales:la muerte.Las primeras notas del introito de O Fortuna me volvieron de nuevo a la realidad,por una vez preferible a mis ensoñaciones.La sonrisa gris de su mirada se llevo aun el recuerdo de haber sentido tales temores entre la sed urgente de sus labios y el palpitar de la ereccion ignorada.

Carmila insistió en que mantuviéramos las ventanillas abiertas y, aunque durante los primeros minutos de nuestro paseo la brisa nocturna no pudo prevenir el embarazoso sudor que manaba de mi frente y de todo mi cuero cabelludo,a medida que avanzabamos no sólo se hizo más fresco, sino que ,a mediados de Julio, la noche tropical llegó a sentirse fría y la escena, con la temperatura en15 grados Celsius(al menos así la sentía yo) y la gélida mirada gris de Carmila sobre mi rostro, debería estar ocurriendo en alguna ciudad escandinava.Sin ceremonia me afirmó saber que su insistente mirarme me ponía nervioso pero que, cómo yo mismo sabía, los opiáceos me hacían sudar

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como un caballo.De alguna manera se las ingenió para llenar de una indescriptible dulzura sus ojos grises, cuya calidez podía en aquel instante taladrarme literalmente el alma y me pidió que detuviera el automóvil.No me pidió, me ordenó y yo obedecí.

Hasta entonces su conocimiento sobre mí,a pesar de sorprendente,no me pareció supranatural ni nada por el estilo.El círculo de solteros de la clase media alta capitalina es bastante estrecho,el de aquellos especialmente indulgentes lo es aún más; aquellos que pertenecíamos a la categoría de los depravados nos conocíamos personalmente y en la mayoría de los casos,bíblicamente.Asi que atribuí su conocimiento al flujo de datos sobre mí mismo disponible de labios de amigos y amantes que pudimos haber compartido.Nos detuvimos en la Autopista 30 de Mayo,tras desobedecer la señal de tránsito y doblar en u para poder aparcarnos del lado del mar, donde se habían hecho tan frecuentes las violaciones y asesinatos que el patrullaje policial, una vez caía la noche, incluía hasta ocho grupos de patrullas mixtas con tres miembros de a pies y hasta cinco patrulleros.

Las revistas sensacionalistas narraban casos de extrañas mutilaciones y cadáveres totalmente exsanguinados,asi como continuas desapariciones.Se barajaban hipótesis absurdas a base de elementos tan poco probables como satanismo,vampirismo, canibalismo.Absurdas,si bien,a las tres de la mañana mas allá de METALDOM se sienten muy posibles.

Ni la razón,ni el jumarrebate,ni la jeva increíble a mi lado impidieron que divagase sobre la posibilidad de mi muerte prematura a manos del posible primer asesino en serie dominicano(o mejor dicho, asesinos en serie,lo que venia ocurriendo en esa autopista durante el ultimo año era una verdadera masacre,el trabajo de más de un individuo,quiza una nueva forma de terrorismo de Estado...¿quién sabe?).Me había abstraído tanto que no me dí cuenta como Carmila se había acercado a mí,contemplándome de nuevo

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con esa extraña dulzura en su mirada.Me escuché a mí mismo preguntarle si era capaz de amar a un extraño y me contestó, cantando el estribillo de aquella canción de Los Beatles: ...yes,I’m certain that it happens all the time,mientras sus ojos me sonreían desnudándome y su olor me narcotizaba con un efecto tal como no experimentaba desde los dieciséis años.Me deshizo la corbata, sonriendo ahora sin rastro de sarcasmo, casi maternal ,beatífica y putesca a la vez, desabotonó la parte superior de mi camisa y al ver su cabellera negra descendiendo sobre mi cuello y mi pecho tuve la vieja fantasía de ser mordido en la yugular por un ser de ultratumba.El calor húmedo de su lengua sobre mi piel abrasada, en una caricia simple y a la vez enloquecedora borró de mi mente cualquier cuita, arrebatándome en una ola de pasión violenta y ternura agradecida tan intensa, tan deliciosa que sólo puedo compararla con la primera vez que sentí el rush,la patada de la heroína endovenosa .¡Dios,esta mujer me ha hecho sentir mejor que elpropio opio!.En aquel preciso momento ella levantó hacia mí su mirada,tomó mi mano izquierda para colocarla sobre su seno derecho y,otra vez con hielo en los ojos me dijo,en una suerte de susurro felino cargado de un orgullo sin medidas: ”.¡Si,yo soy mejor!”.Aunque deseché inmediatamente la idea como imposible,

fue

el

primer

signo

que

tuve

de

que

Carmila

podía

leer,literalmente,mi pensamiento.

También parecía hablarme en silencio.Algunos llaman a este fenómeno telepatía.En aquellos primeros días de nuestra relación la categoricé alternativamente de gnóstica, de vampiro, de ángel y/o demonio,de regalo de Dios o del mismo Satanás en apariencia de mujer.Cada encuentro la hacía aun más desconcertante y su renuencia al sexo me hacía preguntarme si tal castidad no obedecía a algún imperativo dogmático de origen incierto o a cierta forma sutil de sadismo.

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Esta

última

posibilidad

debí

descartarla

de

inmediato.Nuestros

encuentros eran tan plenamente satisfactorios o aun más,que las decenas de maratones sexuales con una variedad de compañeras de incuestionable hermosura y habilidad durante el ultimo año.Carmila me guiaba como a un niño al través de senderos sembrados, intermitentemente, de ternura, de enloquecedora lujuria, de entusiasmo adolescente,de éxtasis...Una noche entre curioso y asustado, le pregunté,medio en broma medio en serio, si no sería ella el travestí más hermoso de todo el Caribe.A pesar del paño con pasta pude ver dolor en la expresión de su rostro y sentí como se me encogía el corazón dentro del pecho.Tras casi dos semanas comportándonos como novios recatados y lascivos y siempre alerta para defenderse de mis incursiones manuales, mi pregunta era más bien una demanda y así ella lo tomó.Me hizo aparcar en una calle sin salida de la Zona Colonial, encendió la luz dentro del auto y sin apartar de mis ojos su mirada,se quitó,lenta y deliberadamente como toda una consumada stripteaser,la ropa interior.Sus mejillas y orejas que el pelo recogido hacia atrás mostraba tan delicadas,tan hermosas como el resto de su anatomía,tomaron el color carmesí ya por mí conocido, de la excitación sexual intensa.Reclinó hacia atrás el asiento y,con la espalda contra la portezuela, se subió hasta la cintura la falda oscura que llevaba aquella noche;entonces,con un dedo en los labios que, más que esconder, resaltaba una sonrisa infantil, pícara y provocadora a la vez, levantó algo la pelvis y separó ambas piernas tanto como el interior del carro lo permitía, asumiendo prácticamente lo que los médicos llaman posición de litotomía.Me mostró,así,su vulva húmeda, roja con un tal aire de orgullo y de triunfo que destruyó para siempre en mí cualquier viso de credibilidad para con las tesis freudianas sobre la mujer y la pretendida envidia peneana.Como ya era su costumbre completó en voz alta mi pensamiento:”...no puedo creer que todavía tomes en serio a ese

judío

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charlatán, megalómano.”Se pasó apenas la punta de la lengua por el el labio superior y, tomando mi cabeza con ambas manos me sumergió en el mundo cálido, fragante y dulce entre sus piernas en la más deliciosa punición concebible que culminó con el escapárseme la eyaculacion,retenida segundo a segundo,mientras entre mis brazos,ella se recuperaba de su propio climax.Me estrechó entre sus brazos, colocando la mano derecha sobre mi coronilla de modo que mi rostro descansaba sobre el nacimiento de sus pechos.Entonces me dijo:”Tienes que aprender a amarme,y entonces, sólo entonces seré tuya.”.Una vocecita en mi cabeza,no puedo recordar con certeza si mi propia imaginación, añadió algo así como:”...y entonces te dejare morir entre mis brazos ,mientras aún me amas y serás, para siempre, feliz.”

Las semanas pasaban y, como la víctima en las películas de terror, los “detalles significativos”se me escapaban.Hacía ya casi dos meses que Carmila y yo salíamos noche tras noche y nuestra intimidad, aunque no consumada carnalmente,crecía hasta donde nunca habría creído posible pudiese existir tal cercanía entre dos seres humanos.Podíamos pasar noches enteras guiando por la ciudad, en total silencio; en algunas de aquellas noches llegué a sentirla como una ausencia y en más de una ocasión creí no verla sentada a mi lado.Llegué a pensar que esta mujer era un producto de mi imaginación, un delirio nacido de la desolación, la desesperanza,el desamor.No sabía siquiera su apellido,sus orígenes, su ocupación.Salvo aquella fiesta donde nos conocimos,no la ví nunca en situación social alguna.

A pesar de todo sabía que si un día le viera crecer cuernos y un rabo no por ello dejaría de amarla como la más hermosa y deliciosa criatura que había conocido.Su nivel cultural era anonadante,realmente era la persona mós culta con quien había conversado: le gustaba recitar a Rimbaud en francés,a Goethe,a Rilke en alemán y así sucesivamente.Amaba a Yeats,a

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Coleridge y a Bécquer y desde luego,nuestro favorito:Poe.Decía que traducir un poema es una aberración y que por su amor a la literatura y por ciertas necesidades prácticas se había convertido en una políglota casi completa.Discutíamos sobre el pensamiento de diferentes filósofos y parecía

como

si

los

hubiese

conocido

personalmente:detestaba

a

Schopenhauer,sentía lástima por Nietzche,no imaginaba como Kant podía ser padre de ningún sistema ético.A veces sus conclusiones resultaban cruelmente cínicas pero no por ello menos ciertas.Hablando de astronomía, era capaz de describir las aún no descubiertas lunas de Plutón como si hubiese vivido en una de ellas.Una vez me dijo que era capaz de convertirse en cualquier animal,a voluntad y que su metamorfosis favorita era la del cuervo,pues no había manjar tan rico como los ojos del necio, enriquecidos a fuerza de mirar y mirar sin ver nunca nada..

En una ocasión,hablando de religión,tocamos el tema de Cristo y su semblante se demudó, su mirada se cubrió con un nubarrón denso de miedo,de vergüenza y de algo que ni siquiera ahora puedo definir.Se me ocurrió entonces confirmar una de mis múltiples tesis sobre quien ya se había convertido en el ser que más había amado sobre la tierra.La desafié a declarar a Jesús como su Señor y Salvador,seguro ya de que Carmila era alguna especie de bruja, quería entonces demostrar si pertenecia, efectivamente,a las huestes luciferinas.Con una tristeza abismal en sus ojos grises,tal como no podía imaginar pudiese contener el alma humana, comenzó a llorar silenciosamente,sin sollozos, sin palabras, sólo lágrimas, llanto como nunca antes había visto: un manantial sin fin brotaba de sus ojos empapando su rostro, sólo levemente congestionado,mientras me miraba sin pestañar.La escuche decir,en mis adentros,”hace tiempo deberías saberlo:yo no tengo salvador, renuncié a la Redención como un día lo hiciste tú.”Dejó caer su cabeza sobre mi pecho y sus sollozos,nacidos de la más absoluta e

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inconsolable desesperación,me arrancaban a jirones el corazón.Entonces supe,supe que era suyo,que siempre lo había sido, que por siempre lo seria,que estas no eran plañideras de enamorados,que eramos seres hermanados por una condena terrible,desterrados ambos de la gracia de Dios para encontrar una patria efímera en los brazos uno del otro,una y otra y otra vez, por toda la eternidad.

“Vine a llevarte.” “Lo sé.” “No es la primera vez....” “No digas más.” “¿Hasta cúando estaremos separados?.” “Sólo la Providencia sabe.” “¿Acaso provee El también para nosotros.?” “Es así como te he encontrado”.

Aquella noche hicimos el amor,como lo entiende la mayoría, por primera vez y las sorpresas dejaron de ser tales.Carmila,mi demonio renuente,mi alma gemela unida a mí en una eterna condena,habia esperado por mí todos estos años.Su odisea,que era también la mía, había sido en el tiempo y también en el espacio;así,desde su nativa Rumania se había trasladado a América siguiendo horóscopos,mediums y oráculos,sabiendo que al Destino le gusta valerse de la voluntad humana.Su sangre gitana le había ayudado a sortear a los charlatanes y en su camino había dejado,decepcionada,a más de un prospecto,algunos de los cuales pagaron su despecho y su falta de control con una muerte atroz.En toda una vida de sibaritismo descarnado ninguna sensación, ningún placer podía compararse a aquello indescriptible que ocurría durante nuestra unión.Lo que los hombres llaman relaciones sexuales únicamente se le asemeja en la forma y sobre aquello que fluía entre los dos,durante nuestros encuentros,ningun poeta se había atrevido a soñar.En menos de tres meses esta mujer,esta criatura,me había curado del cinismo y de la amargura convirtiendo- me a una nueva religión,egoísta y asediada:la de nuestro amor.Aquella primera noche yacimos abrazados llorando como niños castigados,como debieron haber llorado Adán y Eva la primera noche de su destierro del Paraíso,exiliados de la presencia de

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Dios,con sólo el uno y el otro para consolarse mutuamente esa desdicha sin nombre.

Con lo poco que tenía ahorrado vivíamos más que cómodamente en un motelucho en las afueras de una de las provincias del sur del país.Los días se convirtieron en semanas, las semanas en meses.Al comenzar el tercer mes de nuestra vida en común Carmila me anunció sin palabras,técnica que no usaba desde los inicios de nuestra relación,que estaba ovulando.Me dijo que la reproducción debía señalar el fin de la maldición que compartía- mos y cuyo origen hacía milenios que ambos habíamos olvidado.Mientras hacíamos el amor la sentí mas sumisa aún que lo habitual y si es posible un orgasmo simultáneo de los espíritus eso fue lo que debió haber ocurrido entonces:el climax sincrónico nos arrebató de esta tierra y nos llevó, a un lugar de belleza y de paz inimaginables tan intensa y tan brevemente que ambos lloramos de nostalgia al regresar,sabiendo que por ese único momento habíamos vuelto a estar en Su presencia.Carmila me dejó reposar la cabeza sobre su pecho y,conteniendo sollozos convulsos, me dijo que estaba encinta,estaba segura.Me sentí inundado de una alegría inmensa,ambos habíamos sido perdonados, nuestro amor nos había redimido;la emoción me dejó sin palabras.Busqué en la oscuridad su mirada clara y encontré sus ojos, una vez más, anegados en ese llanto silencioso tan propio de ella.

Distinguí en su mirada, además de la languidez del amor y de la melancolía un destello de furia que hizo saltar mi corazón de pavor.

Con la ternura de una madre hacia su infante, mientras susurraba una canción de cuna en una lengua ultraterrena que hizo desaparecer de mi ser el miedo que instantes ha había congelado mis entrañas,me hizo voltear el rostro, apretándome de espaldas con ambos brazos, contra su pecho, estremecido por esporádicos sollozos ahogados. Su respiración se hizo más profunda y su abrazo,a pesar de su fuerza desmesurada fue llenándome con

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mayor paz,la paz inefable de quien enfrenta finalmente su destino y lo acepta,y se entrega.Sentí la laceración violenta en el lado derecho del cuello,seguida de una sensación poderosa como de ser literal,forzosamente drenado;en ningún momento experimenté dolor.Sentí como eso que,quienes no han padecido la muerte llaman, ignorantes,vida,me abandonaba y como una oscuridad creciente me envolvía.Recuerdo haber escuchado los sonidos salvajes de Carmila sorbiéndome la vida:la viuda negra,la Mantis religiosa alimentándose y alimentando a su progenie recién concebida con el cuerpo del macho,desechable una vez lograda la concepción.Pero mi Carmila fue hermosa,sublime incluso en su fatal animalidad,mis últimos recuerdos son su mano acariciando mi cabeza, su rostro mojado en

sus lagrimas y en mi

sangre, contra el mío,el susurro de palabras de consuelo como una madre que duerme a un niño, aquella canción de cuna:tasmad ekena manasa bhagavan satvatam patih....

Y aquí te espero,mi dulce amada.La eternidad sigue siendo nuestra aunque la redención siempre nos escapa y a pesar de ser infinita aun no es el turno de la Divina

Misericordia.!Cúan dura es la Justicia de Dios!¡Que

grande ha debido ser nuestro pecado!.Pues la Providencia nos sabe jugar crueles bromas y nos hace creer nuestros sueños de ilusos y la voracidad y el celo que te llevaron a convertirte literalmente en Furia y tomar mi vida;y la

debilidad

y

la

concupiscencia

que

me

hicieron,sin

lucha,entregártela,ambas nos alivian ahora con su condena inapelable .Y aquí te espero,oh,Carmila, única epifanía concebible para almas tan deleznables como la mía.Aquí te espero mi querida,mi hermosa,mi vida,mi esposa...en el lugar más oscuro, más frío y solitario del infierno,a donde pertenecen los demonios y quienes han cometido la osadía de amarlos.

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Cuentas Sin estar aquejado de enfermedad terminal alguna, sin, en aquel momento hallarse considerando seriamente el suicidio como manera de poner fin al inagotable devenir de sus días, sin siquiera ser reo del Pabellón de la Muerte en alguna cárcel de la Norteamérica que nunca se había interesado en visitar, un ciudadano, un ser tan anodino hasta la obligatoriedad del anonimato, decidió vivir de la forma más plena posible. No exentos de responsabilidad Borges y Rilke en la génesis de esta tan peculiar demencia, el sujeto de este breve relato concluyó que tal plenitud se correspondía con el cálculo más exacto posible del tiempo que le restaba de vida. Desde luego, su primera desilusión vino con la muy lógica y sobria conclusión de que tal exactitud era imposible si bien, tomando ciertas precauciones y dejándose guiar por la estadística podría saborear al máximo el sabor del tiempo y llegar así a esa condición deshumanizada que todo mortal, secreta o abiertamente, envidia: hartarse lo suficiente de la vida para recibir con autentico

alivio y ¿por qué no?,incluso con alegría, la

muerte.

De modo que, basándose en las ultimas estadísticas publicadas por la OMS,calculó hasta el más probable último segundo la extensión del resto de su vida y, aún más allá,mediante una determinada actividad, terminar percibiendo el tiempo como si en sí fuera la esencia de la vida y no, cómo efectivamente es, su negación.De acuerdo con las cifras de la OMS en cuanto a expectativas de vida,a nuestro personaje le restaban 40 años de existencia terrenal,es decir 126 millones,230 mil 400 segundos.Para que su cálculo fuese aún más exacto y desarrollar a plenitud su agenda existencial, decidió omitir de su repertorio conductual cualquier comportamiento actual o potencialmente peligrosa: dejó de fumar e ingerir alcohol,no participó ya

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más en ninguna actividad que requiriese esfuerzo físico extraordinario incluyendo deportes,caminatas sobre los cien metros,subir

mas de tres

peldaños y cualquier forma de actividad sexual,incluyendo el autoerotismo.

En cuanto a la forma de ocupar de manera sensible y satisfactoria aquellos ciento veintiséis millones doscientos treinta mil cuatrocientos segundos se decidió por una formula verbal que no faltará quien llegue a considerar blasfema: yo soy el que soy.Le tomaba exactamente dos segundos recitar la tarjeta de presentación de Dios de modo que,si eran ciertas las afirmaciones de la OMS podría repetir sesenta y tres millones ciento quince mil doscientas veces la fórmula antes de caer muerto.Así que Juan Pérez no dijo ya más otra palabra en toda su vida salvo que él era quien era.Perdió su trabajo,desde luego, pero el hecho no le molestaba en lo absoluto: había recibido de parte de su madre una herencia lo bastante grande en efectivo y bienes inmobiliarios para recitar mas de cincuenta veces el millón treinta y seis mil ochocientos yo soy el que soy que le restaban.Su esposa le abandonó tras soportar estoícamente su compulsión cronométrica durante casi ocho meses y cuando,a instigación de la misma,un grupo de familiares y amigos intentó llevarlo por la fuerza a un hospital psiquiátrico, tomó la pistola y, sin perder mentalmente la cuenta de la fórmula en cuestión, amenazó con darle un tiro a quien siguiera insistiendo en no dejarle contar en paz.

El sueño fue inicialmente un problema, pero por alguna formula mágica luego de haber repetido 1,209,600 yahvés en castellano no sintió ya más la necesidad de dormir.Más de una mente esclarecida ha intentado en vano descubrir la fisiopatología del deterioro mental y físico que siguió.Alguien adelantó la interesante hipótesis de que la ecolalia exclusiva pudo terminar “secuestrando neurotransmisores e incluso,glucosa(fuente calórica exclusiva del Sistema Nervioso Central),hacia aquel único circuito neuronal, descuidán

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dose las demás funciones corticales hasta el desarrollo de atrofia cerebral.

Había recitado la frase cuarenta y ocho millones doscientos once mil, doscientos ocho veces cuando se dejó llevar, sin oponer la menor resistencia,al manicomio donde los psicofármacos, la terapia electro convulsiva y las técnicas psicoterapéuticas no le hicieron perder una sola frase.

La perdida de peso se estabilizó en ciento treinta libras y recuperó al menos tres horas de sueño cada día, siempre manteniendo estrictamente la cuenta de sus dos segundos,aún fuera de las fronteras de la vigilia.Cuando finalmente falleció,sin darse cuenta como habían crecido sus hijos, quiénes a su vez ya tenían su propia progenie, sin percatarse de un solo evento noticioso, un amanecer,o la presencia en la cama contigua de otro paciente; ajeno,en fin,a todo fuera de su continuo repetir las palabras de la zarza ardiente,ya la había dicho setenta y cuatro millones trescientos noventa mil cuatrocientos cuarenta y siete veces.Este reloj humano lo dejó anotado en la solitaria hoja de papel que había traído al hospital con el único fin de registrar exactamente la totalidad del tiempo vivido midiendo el tiempo.En su cálculo final incluyó los cuarenta y cinco segundos que le tomaría expirar luego de anotada la cifra.Ninguno de quienes leyeron aquellos números pudo llegar a descifrar el enigma escondido tras ellos y de la asombrosa hazaña de Juan Perez únicamente él mismo fue testigo.

La saga del Doctor Belliard El interminable, absurdo debate entre evolucionistas y creacionistas ha sacado definitivamente a la luz un hecho incuestionable: la inmensidad de la vanidad humana. El protestantismo ortodoxo se aferra al terco anacronismo de la lectura literal del Génesis, con una estrechez de miras en lo teológico a la cúal no ha dejado de contribuir la democratización del

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acceso y la interpretación de las Sagradas Escrituras.Con la pasión del sectarismo éste persiguió a sus enemigos, virtuales y actuales, con tanta o más saña que la propia Iglesia Católica.Bástenos recordar qué, durante el Medioevo, el tristemente

celebre Santo Oficio(mejor conocido como

Tribunal de la Inquisición) trató de justificar al menos sus torturas y homicidios procesando en un contexto jurídico a quienes presentaban argumentos heréticos. Tales herejes eran sometidos a un rígido proceso judicial donde debía demostrarse, finalmente, el carácter de sus planteamientos. En unos cuatrocientos años la Inquisición condeno a la muerte a diez veces menos herejes y brujos que su contraparte en el norte de Europa, dónde el protestantismo había echado firmes raíces.

Quizá el punto más sagrado de las Sagradas Escrituras para la hiper sensible megalomanía de nuestra especie es el hecho de ser criaturas hechas “a imagen y semejanza” del Creador. ¡Tremendo ego el del género humano!.Pretender ser idénticos, aún en nuestra apariencia carnal, al Supremo Hacedor del universo sólo puede ser calificado como una suerte de atavismo delirante. Es el contagio a la totalidad de la especie humana de la prepotencia hebrea al considerarse pueblo elegido, en contacto con la más elevada manifestación de la deidad. Este antropocentrismo, pues

un

teocentrismo basado en un dios idéntico al hombre no es otra cosa, habría destinado sin prurito alguno, a Darwin a la hoguera que tan sabiamente Galileo evitó. La humildad del científico, apóstol de verdades en continua revisión y cambio, le impide entregarse sin rubor al martirio. Recuérdese que el propio Jesús no murió defendiendo doctrina alguna, si no para coronar con el suplicio el ejemplo a seguir que fue su vida: la obediencia a Dios, confiando en Su amor, en Su Sabiduría como contraposición a la desobediencia, el propio pecado y para que en El se cumpliera la expiación definitiva del mismo.

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Que en nombre del amor, de la belleza de Jesucristo se muera y se mate es una de las más grandes y la más triste de las ironías que pueblan esa anamnesia siquiátrica que denominamos historia universal. Armados con la Biblia

pululan miríadas de terroristas espirituales, asesinos de almas,

condenando gente al Infierno a diestra y siniestra, haciéndole un flaco servicio al Redentor introduciendo la crueldad y la compulsión humana al juicio ajeno y gratuíto dentro de la praxis “cristiana”.

No vemos por otro lado, y perdone el lector la breve disgresión, contradicción alguna entre el amor a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos, por un lado y afirmar, por el otro, que la vida en el planeta comenzó en un caldo inicial de compuestos orgánicos que de acuerdo con leyes necesariamente establecidas por algún legislador, se organizaron sucesivamente en algas, hongos, bacterias, protozoarios,plantas, crustáceos, insectos, peces, anfibios, reptiles, aves y, finalmente, mamíferos, incluyendo un incontable numero de especies de homínidos, nuestros más cercanos parientes en la genealogía de la vida. Siete días o siete millones de años no significan nada para Dios, quién se halla fuera del tiempo.

A propósito del tiempo, de la infalibilidad bíblica y del delirio antropocéntrico sólo el anonimato y, tal vez, la prudencia de las casas editoras de Bruselas durante la primera mitad de este siglo impidió,pasados ya los tiempos de la hoguera y de la doncella de hierro, que Louis Belliard, médico y lector apasionado de las obras de Verne y de Wells fuese, cuando menos, excomulgado, ridiculizado y condenado al ostracismo(al menos con mayor celeridad y publicidad que como finalmente sucedió). Durante el tiempo libre que su práctica profesional y su dedicación como esposo y padre, este miembro de la segunda generación de una familia pequeño burguesa de la capital belga produjo cuatro impresionantes volúmenes a los cuales,tal vez, halla tenido alguna vez acceso J.J. Benitez,plagiario confeso de textos

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psicográficos;si bien no es de este tipo de producción literaria de la que tratamos ahora y,en su favor,debemos afirmar que M.Belliard es mucho más imaginativo y ameno que el perpetrador de tantas troyanas caballadas.

Impresionado por la velocidad con

que la Revolución Industrial había

cambiado y continuaba cambiando, ante sus ojos,el comportamiento,en términos globales, de la Humanidad y fresca en su propia memoria La Gran Guerra como testimonio de la profundidad de dichos cambios que,más que experimentados parecían haber sido impuestos sobre el género humano en menos de ciento cincuenta años,así como la profunda incidencia de los mismos sobre el potencial ilimitado del ingenio y la crueldad del hombre;el Doctor Belliard concoctó,sus lectores no pueden ni podrán distinguir jamás si en tono de pura ficción o como especulación científica, una saga donde se yuxtaponían los viajes en el tiempo, la posible extinción de la raza humana,la biografía de las estrellas y elementos tomados de la propia Biblia.No puede descartarse que Asimov y Roddenberry hallan tenido, de alguna manera, acceso a los trabajos de este prolífico, audaz e imaginativo autor belga.

El primer volumen de la saga de Belliard,”La muerte de la Tierra”,se sitúa siete mil años a partir del siglo xx cuando el calendario usado se iniciaba con la reconstrucción de la civilización humana tras un cataclismo que había estado a punto de extinguir nuestra especie. Probablemente influenciado por el recuerdo de la aparición del cometa Halley,el autor describe someramente la catástrofe,ubicando su génesis en la colisión del planeta con “...uno de esos errabundos cuerpos celestes que los antiguos denominaron cometas y asteroides y cuyo verdadero origen y naturaleza fue un misterio hasta que la humanidad pudo identificarlos tal cual eran: letales reliquias cósmicas,restos de un planeta de nuestro propio Sistema Solar, lanzados en una orbita retrógrada por el impacto con Gaia .”(1) Para Belliard Gaia era la

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prototierra,un cuerpo celeste “...al menos cinco veces el tamaño del mayor de sus residuos:la Tierra.”(2). Otro de tales residuos es nuestra luna.

El primer volumen de las fantasías de Belliard narra como,a lo largo de la historia de nuestro Sistema Solar,estas colisiones se repetían fatalmante,retrotrayendo en cada ocasión a

la barbarie a toda la

humanidad, sino terminaban por extinguir de una buena vez la propia vida sobre el planeta; obligando a reiniciar desde cero todo el proceso evolutivo en el peor de los casos o haciendo retroceder la organización humana al paleolítico en el mejor de los escenarios.Al final de este primer volumen Belliard narra como un grupo de científicos logra predecir,con casi dos centurias de antelación, la próxima colisión planetaria e intenta, con la tecnología disponible, evitar el propio cataclismo mediante la destrucción, con artefactos explosivos,del fragmento planetario que se aproxima.Un segundo plan es puesto en marcha simultáneamente para evitar,en caso de fallar el primero,el descenso a niveles primitivos de la organización social del hombre.

Para tales fines este grupo de científicos deberá colonia

establecer una

fuera de nuestro planeta.Belliard revela,al describir esta mítica

colonia,el intenso amor que profesaba hacia la cultura helénica,de hecho,el capitulo que cierra el libro se denomina “Una Atenas selenita”.En éste el autor describe como los habitantes de las tres ciudades lunares observan las imágenes telescópicas de la destrucción de su planeta madre:”Una nube de polvo, precedida por un relámpago que pareció cubrir la totalidad de la esfera terrestre, se levantó extendiéndose como un círculo creciente desde el lugar del impacto.Finalmente el azul de nuestro planeta quedó cubierto en su totalidad por densos nubarrones de polvo, iluminados aquí y allá por descargas eléctricas.Por una suerte de prurito de atávica cortesía nadie se

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atrevió a decir aquello que todos sabían ciertamente:que,a pesar de los refugios subterráneos, de la animación suspendida,del éxodo hacia las áreas más alejadas del punto de impacto, no había manera de que ningún ser humano, que ningún ser vivo,,excepto quizás por algunos insectos y microorganismos, pudiese haber sobrevivido a tal debacle.Incluso la mente infantil de Jack Caine fue capaz de intuir tan terrible verdad y,con los ojos anegados en llanto,se hizo a sí mismo una de esas promesas únicas y olvidadas de la infancia que finalmente se constituyen en la cruzada de toda una vida: nunca jamás, nunca.”(3) Un año después de ser publicado el primero,el segundo volumen del opus de Belliard apareció como una modesta tirada de apenas 500 ejemplares que fueron repartidos por el escritor entre amigos, conocidos, colegas y muchos de sus pacientes;el resto,cerca de doscientos treinta ejemplares encontraron su destino final en el ático de la casa del médico, donde se sumaron a los ciento ochenta y seis ejemplares de la primera

y única

edición de “La muerte de La Tierra”.Contrario al primer libro, consistente en una serie novelada de situaciones,el segundo,intitulado“El futuro de la historia” gira alrededor de un personaje:Jack Caine,un hombre atormentado por una ciega obsesión: cambiar el destino de su especie,alterar el pasado cuyo terrible clímax había presenciado cuando era apenas un niño.Las variables con las cuales Caine deberá trabajar,los enemigos que se presentan en su camino y la crisis arquetípica que debe atravesar su conciencia para

dar inicio a la empresa de violentar la memoria de la

humanidad,de darle como instrumento al hombre un pasado capaz de permitirle sobrevivir a su porvenir sin importar las circunstancias,la más inimaginablemente dura de las luchas que librará este personaje,constituyen los elementos de esta fascinante narración.Encabezando un equipo de físicos,antropólogos ,sociólogos,psicólogos y, cómo el propio Caine, historia-

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dores, nuestro héroe

llega a una conclusión capaz de sustentar su

inconcebible proyecto: deben reducirse al mínimo los períodos de barbarie atravesados por el género humano en el navegar del planeta al través del tiempo y del espacio.

Para evitar a toda costa cualquier paradoja debía limitarse al máximo el tiempo, lugar y número de individuos a participar en esta misión.Al final del libro el grupo de científicos ha enviado exitosamente,o al menos así lo creen, un mensaje más de nueve mil años en el pasado usando una cápsula espacio-temporal.A pesar de su incuestionable imaginación,Belliard

no

poseía el conocimiento científico básico para ir más allá de una descripción superficial y casi risiblemente simplista de la empresa:uno de los miembros del equipo diseña una orden escrita dirigida,específicamente,nada más y nada menos que a Platón; sin embargo el resultado del experimento es inconfirmable pues nadie podía percatarse de la pequeña frase,apenas cuatro palabras,añadida a la apología que el filósofo dedicó a su maestro,Sócrates y,a pesar de su carácter baladí y estar situadas prácticamente fuera de contexto,nadie podría reconocer como nueva una frase escrita hacía cinco mil años.Sólo les quedaba el registro de haber enviado algo al pasado,no había modo de saber de que se trataba y, por ende, nadie podría nunca afirmar con certeza si había llegado o no a su destino.

El tercer volumen de la saga del Dr. Belliard es probablemente el trabajo de ficción más atrevido y fascinante en la historia de la Literatura Universal.Esta narración tiene lugar casi trescientos años después de los hechos relatados en “El futuro de la Historia”.La descendencia de los refugiados lunares retorna a la Tierra con algunas especies de animales y vegetales preservadas y dan lugar a un desarrollo sin precedentes ,en cuanto a extensión e intensidad,de todo el quehacer humano,incluyendo

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novedosos avances científico-tecnológicos que tendrán como producto final una sociedad automatizada y de la cual han sido erradicados la mayoría de los males intemporales que aquejaban a la humanidad.Las iniciativas de Caine y sus colaboradores han seguido siendo estudiadas y los adelantos en la Física teórica permiten la aplicación actual de la premisa propuesta por éste.Los recientes adelantos de la astrofísica permiten un descubrimiento que coloca a los científicos del 276 A.T.(Agnus Terra,refiriéndose al momento del cataclismo descrito en el primer volumen) ante una nueva y definitiva disyuntiva:el sol ha envejecido

silenciosa e inexorablemente

y,antes de un milenio,el Sistema Solar desaparecerá engullido por un voraz sol enrojecido y moribundo.La única esperanza de la especie humana radica en su capacidad para encontrar y colonizar un planeta habitable fuera del alcance de dicha Super Nova,probablemente mas allá de la propia Vía Láctea.

La comunidad científica queda paralizada ante su impotencia para llevar a cabo tal hazaña.Las investigaciones de Caine adquieren renovado interés y urgencia y los Departamentos de Historia,Antropología y Física de la Academia Universal deben

dedicar todo su tiempo y esfuerzo al

problema redivivo de acelerar al máximo el desarrollo del conocimiento humano modificando la historia de la especie.En palabras de uno de los personajes de esta tercera novela,el autor sintetiza magistralmente la esencia del problema a resolver:”Debemos borrar de la memoria colectiva de la especie cada una de las experiencias traumáticas, tanto de origen interno como extrahumano,o si se quiere extraterrestre,que han permitido el enlentecimiento del proceso conocido como civilización o han dado lugar a un franco retroceso en el mismo.Debemos ahorrar,literalmente,tiempo; ahorrarnos cuando menos siete u ocho mil años de primitivismo,de anarquía, de barbarie...”(4).En la quasi delirante historia del futuro de Belliard dos

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acontecimientos habían obligado a la humanidad a recomenzar el lento camino desde las cavernas a las estaciones espaciales:”...la más devastadora de las guerras,que dividió a los seres humanos,sin excepcion,en una de dos categorías:cadáveres y animales apenas más evolucionados que los demás primates.Menos de catorce siglos tras esta devastadora conflagración mundial,el primer impacto de un asteroide contra la superficie de nuestro planeta,cuando,según parecían atestiguar los hallazgos de casi doscientos años de excavaciones arqueológicas,precisamente comenzaba,nueva vez, a desarrollarse la semblanza de una organización social basada en el dominio de la técnica, en otras palabras, una civilización como hemos aprendido a concebirla.”(5) Los científicos del relato del médico belga

utilizan “máquinas inteli-

gentes” para determinar aquellos “lugares” del pasado de la humanidad donde una intervención decisiva podría alterar significativamente el presente y permitir a la especie el porvenir que la Naturaleza se prestaba a arrebatarle.La clave para la solución del problema, se determinó, yacía en la prolongación en el tiempo del Imperio Romano, cuya caída a manos de las tribus del Norte de Europa,“muchas de ellas ágrafas, la mayoría ancladas aun en el Neolítico”(6) ,había condenado a la humanidad ficticia del belga a milenios de la más absoluta barbarie.”Algunos historiadores y antropólogos calificaban aquella época terrible como la segunda prehistoria caracterizada por la presencia en las entrañas del otrora más poderoso imperio de la historia de tribus, de bandas de nómadas con apenas una nebulosa noción de la rueda y daban a tal período de caos una duración de entre cuatro y doce mil años”(7).Se debía proveer a Roma con los elementos que la hicieran capaz de absorber culturalmente a dichos pueblos.

El plan que fue puesto,entonces,en marcha era el de la preservación,no ya como entidad política y militar, si no como institución cultural, del

163

Imperio

Romano.Para

tales

fines

debía

introducirse

un

constructo

arquetípico que sirviese de cemento capaz de hacer de la voluntad colectiva de bárbaros y romanos una unidad dispuesta a

preservar los logros

científico- tecnológicos de los últimos, permitiendo el desarrollo inherente a su propio momentum .Evidenciando un conocimiento muy profundo del pensamiento jungiano para un hombre de su época Belliard caracteriza este elemento unificante como un mensaje, un discurso capaz de anclar en el inconsciente colectivo de cualquier cultura, de cualquier raza;en palabras de uno de los personajes de la novela:”...debe transmitir contenidos estéticos y morales codificados en un relato simple y a la vez capaz de resistir el escrutinio del pensamiento griego.El tótem perfecto,digno de la adoración de Aristóteles y de Atila”(8).

Para tales fines se decidió trasladar hasta aquella época la doctrina filosófica desarrollada,apenas un siglo antes del éxodo a la Luna, menos de trescientos años antes del cataclismo,por una orden monástica anónima y que, según el consenso de los sociólogos de la época, había sido el pilar fundamental para la paz y el progreso experimentados por el genero humano durante los últimos seiscientos años.En pocas palabras se trataba de una suerte de transplante filosófico a unos diez milenios de distancia, capaz de dotar a la impresionante disciplina y orden de los Romanos con la fuerza moral para convertirse

en salvaguarda de la civilización.Para ello los

científicos deciden valerse de una de las innumerables corrientes religiosas olvidadas por la humanidad,la más sobresaliente “dada la pasión fanática de sus adeptos y su sólida consistencia ética”(9).Esta religión perdida en el tiempo era el judaísmo y con el apéndice transtemporal se convertiría en el cristianismo.

Este tercer volumen y el siguiente apenas llegaron a las prensas y, aunque ninguna casa editora se atrevió abiertamente a asumir su difusión,

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algunos ejemplares debieron haberse diseminado por Europa a mediados de los años ’30 pues la fantástica y hermosa historia autoría de un oscuro médico belga formaba, de acuerdo a los registros recuperados gracias a la compulsión germánica por señalar, catalogar y hacer listas, parte prominente, si no en número al menos en fruición, de las hogueras de libros organizadas por el nazismo.Documentos revelados recientemente por el Vaticano y,como siempre,a pesar de sí mismo,sugieren que la Iglesia Católica ofreció comprar a la casa editora la totalidad de la obra de Belliard,para destinarla,suponemos los peor pensados, a sus menos publicitadas y más modestas,no necesariamente literales,hogueras.De todos modos el Doctor Belliard no pudo escapar al atrevimiento de sus fantasías y pocos meses tras la impresión de este tercer volumen, su práctica profesional fue declinando paulatina y progresivamente hasta el punto que su esposa e hijos debieron abandonar Bruselas para mudarse definitivamente a la pequeña ciudad, poco más que una aldea,de donde Mme.Belliard era nativa.La mudanza fue mós que geográfica: la esposa del Doctor no sólo retornó al hogar paterno sino que terminó reclamando para sí y para sus hijos el apellido de su padre;castigo poco menos que divino:privar a un hombre de exhibir su descendencia,borrarlo de la memoria de los propios cementerios.

Así, rodeado del más absoluto anonimato,Louis Belliard se convirtió en el primer mártir de la literatura de ciencia-ficción, ironía tan rocambolesca como a veces resulta el propio género.No tuvo siquiera el nimio consuelo de la fama del artista maldito y los grandes maestros de dicho género no han admitido nunca el haber conocido su obra.Pero tal fenómeno es en sí mismo un trabajo de ciencia-ficción que nos llevaría a disgregarnos aún más de la historia y las historias de Louis Belliard.

En “La construcción de Occidente”,título de este tercer volumen que por olvido, pereza o capricho habíamos olvidado señalar,se hizo llegar a la

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Palestina de Tiberio, basándose en los testimonios de Flavio Josefo y Plutarco,una serie de escritos que formarían el grueso de los evangelios.Con estricta simultaneidad se proyectaba a dos personajes caracterológicamente disímiles y separados entre sí por más de doscientos años,mensajes que afirmarían la validez del nuevo movimiento filosófico revestido de la fuerza emocional de la religión e inicialmente mercadeado como tal.El primero era un joven rabino, estudioso de Filón y de Plotino;el segundo un emperador romano obsesionado por mantener la cohesión interna del Imperio.La novela termina en un valle desértico de América del Sur,donde debía ser levantado el mayor centro urbano de la civilización que se condenó a sí misma reescribiendo la historia de la humanidad en un intento desesperado por salvar a la especie humana.Para evitar el crudelísimo olvido de la inexistencia los directores del proyecto,a pesar de concluir tras un memorable conversatorio entre los tres personajes centrales, la fatal inutilidad del gesto,enviaron a otro lugar de la historia,miles de años antes de aquel sobre el cual habían decidido intervenir,los escritos y material audiovisual que documentaba el gesto más noble hecho por generación alguna.Uno de los partícipes del proyecto,a pesar de estar convencido de la imposibilidad de dejar “una huella en el pasado de un futuro que nunca existirá”(10),añade

además, que de encontrar tal testimonio la extraña

civilización producto de la nueva historia, éste pasaría como una broma, un complot o el producto de una mente delirante.Belliard,autor y único testigo del éxito de esta empresa narra como,al través de la Iglesia Católica y el propio orden feudal, sobrevivió en esencia el Imperio Romano y si bien algunas áreas de Europa atravesaron durante la Edad Media períodos de incuestionable barbarie, ésta nunca fue generalizada y su duración “en el interminable respirar de los tiempos, no llegó a ser siquiera un suspiro”(11).

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Sobre el cuarto y último volumen de la obra de Belliard únicamenta tenemos referencias indirectas y extremadamente escuetas. Al parecer la incansable y metódica fantasía del médico belga no podía dejar cabos sueltos. La nueva moral impuesta a la humanidad desde el futuro fue el factor de mayor peso

para impedir que llegase a ocurrir la “guerra

universal” descrita en el primer volumen. Una tercera y ultima maniobra desde el futuro advertía “a aquel que tenga entendimiento” sobre la aparición del fatal asteroide y describía el plan de contingencia que permitiría la

rápida evacuación del planeta

colisión. Modificada

inmediatamente antes de la

por la sabiduría de su progenie, la historia permite

finalmente una redención definitiva e infinita y para cuando los astrónomos comienzan a detectar el “desgaste solar” ya la especie humana ha logrado dispersarse a todo lo largo y ancho de la Galaxia y aún más allá, fuera del alcance “ de los letales estertores del padre moribundo”.(12) Es una triste ironía que una imaginación tan prolífica, una tan asombrosa capacidad para soñar, cuya ingeniosa, inocente blasfemia no merece tal calificativo; reflejo, como en realidad es, de la inmensa fé de su autor en la bondad y la generosidad de la especie humana, halla terminado encontrando la muerte en la intemperie de los barrios bajos de la capital belga, segada a los cuarenta y cuatro años por la tuberculosis, el alcoholismo y la intolerancia de sus contemporáneos.

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Diálogo Anoche o antenoche o quiza mañana por la noche o en la primera noche sobre la Tierra o,a lo mejor,durante la ultima noche del cosmos,en medio del Big Crunch,el Apocalipsis o como prefiera el lector designar este periodo para la mayoria catastrófico,para algunos iluminados summit de toda la belleza,la sabiduría y el amor imbuidos en la Creación por el Creador.En fin,una noche tuve una conversación con un amigo de,literalmente toda la vida,un de esos amigos que no hacen ruido,que no piden nada,pero que siempre estan ahí para ti,listos al llamado o a la intrusión,si el caso lo requiriese.Lo encontre sentado a la mesa de la cocina,sorbiendo una taza de chocolate caliente para combatir el frio que desde la noche invernal del tropico se filtraba hasta el interior de la residencia.Sin necesidad de saludos,como es propio entre quienes realmente se sienten intimos y en verdad se aman mutuamente,me senté frente a el y,bebiendo de la misma taza de chocolate caliente dimos inicio a la conversación que en este momento el ocio,uno de los tantos aliases del ominoso destino,me inspira a reproducir.

Mi amigo:Como estuvo tu día Yo:Como crees?

Ma:Poco derecho tienes a quejarte,tu elegiste.No es un reproche...tomalo como un recordatorio.

Yo:Siempre me han gustado los juegos de palabras y ese double-entendre estuvo genial.

Ma(sarcástico):Cúal duoble-entendre?

Yo:Cierto...yo elegi.Ocho horas al día, cinco días a la semana.Y la otra cara de la moneda,la sagrada familia,el desnucleizado núcleo de una sociedad descalabrada adecuadamente protegido bajo el manto de innumerables

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falacias,las mas crueles bajo la guisa de miticos lazos afectivos...cierto,yo elegí:...a walk on part in a war,for a lead role in a cage.

Ma:Hubo momentos cuando estuve casi convencido de que nunca caerías en esa rutina...que nunca te integrarías para parafrasear a Eco.Por cierto que tienes de tomar en el sentido mas psicotropicamente amplio de la palabra.

Me levante mientras me reía de buena gana de la estructura de la frase.Tome dos botellas del bar y sendos vasos de uno de los estantes de la cocina.Subi la escalera a saltos hasta llegar al estudio,de donde baje mas lentamente con una bolsa de plastico y algunos frascos que coloqué sobre la mesa,delante de mi amigo.Abrí la botella de Stolichnaya y deposité una cantidad generosa del liquido cristalino en cada uno de los vasos.Volvi a la nevera a por una botella de agua tonica.Twist?-le pregunte con la cabeza dentro del refrigerador.No,no te molestes por mi,no me gusta el limón-le escuché responder.Volvi a tomar mi lugar en la mesa Yo:Con algo de fenobarbital y una bolsa plastica podria salirmelas con lo que los tipos de Heavens Gate se la salieron...

Ma:Desde luego...pero tu mujer no podria reclamar nada a la compañía de seguros y se le pondría bien difícil con tres muchachos.

Yo:(con un suspiro de resignación)Como siempre...todos los angulos cubiertos como dicen los gringos.Crees que La Universal haga desembolsos en caso de sobredosis accidental?

Ma:No te hagas ilusiones.Esa gente no tiene alma...literalmente.Son parte de un experimento,mas bien una apuesta como la descrita en el libro de Job...tambien norteamericanos

participan

un

y

muchísima

entretenimiento,específicamente

grupo

de

de gente

políticos,especialmente del

mundo

del

Hollywood;aunque,estrictamente

hablando,este grupo fue escogido para una misión muy especial de propaganda a largo plazo...

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Yo:Por que no me sorprende esta conversación delirante?.Luego de servir el agua tonica,saco el sobrecito de papel de enrolar y,como dictan las reglas de cortesía le paso a mi amigo la bolsa para que examine el contenido.Este la abre y aspira,luego,sosteniéndola con la mano izquierda examina visualmente el contenido mientras asiente con la cabeza.

Ma:Hawaiian sinsemilla...tienes buenos contactos...

Yo:Las ventajas del ejercicio burocratico a nivel mediano.

Preparo el joint,lo enciendo y lo paso al invitado quien aspira largamente una primera vez,sosteniendo el aliento por casi treinta segundos y asintiendo con la cabeza y me lo pasa.

Ma:Antes,años atrás,en una situación como esta te habria dado un bad trip...

Yo:Si...como la noche aquella,durante el funeral de la abuela o luego de ver El Séptimo Sello...No,he madurado...en el rarisimo buen sentido de la palabra.A veces te he esperado con ansias,otras te he deseado lo mas lejos posible...esta noche eres...bienvenido,como debe ser.

Ma:(aspirando profundamente del joint mientras se despereza)Es siempre cool ser recibido asi.Odio los hospitales y clínicas y a los inconformes que alli suelen aglutinarse...en este pais paraece que nadie ha leído a Kubler-Ross Yo:No,no...de hecho han incluido la Psicología de Enfermedades Terminales en el pensum de psicología de mi alma mater...incluso algunas de sus tecnicas se han estado aplicando por casi ya una decada,pero exclusivamente a nivel privado.La eutanasia no llega a los pobres...

Ma:y tan aliviados que se sienten los familiares cuando por fin muere el abuelo

diabético,una

carga

economica

y

emocional

dificil

de

mesurar...pragmatismo y clase social.Te habría gustado realizar alguna investigación en ese campo,estoy seguro...en fin(fumando lentamente del porro)odio eso de tener que arrastrar a la gente.

170

Yo:Got ya,bro...que esperas de un animal capaz de razonar y estar plenamente conciente de lo irremediable,definitivo de su sitiuacion mientras en todo su ser se mantienen intactos los mecanismos biologicos de autopreservacion...

Ma:La canción de George Harrison...

Tomo el control remoto y la cocina se llena con el ritmo funky del introito de The Art of Dying.

Ma:Cool...siempre supe que al final entenderias Yo:Orden divino Ma,pasandome

el

joint

y

asintiendo

con

la

cabeza:Orden

divino...oye,buenísima la yerba.

Yo:Que esperabas de un viceministro de cincuenta y seis años...esa porqueria sanjuanera curada con formol?

Tomo uno de los frascos y pongo cuatro cápsulas sobre la mesa,voy a por una hoja de papel blanco y,abriendolas una a una,deposito sobre la hoja el polvo crema.Saco la cartera y de ella una de las tarjetas de credito e inhalo dos cantidades saludables,una por fosa nasal.Le paso la hoja con el polvo a mi amigo que hace lo mismo.Debo levantarme corriendo para dirigirme al lavadero,pero apenas me sacunden un par de arcadas y la nausea parece retroceder, colocarse en algun lugar secundario de mi conciencia hasta ser asimilada junto con la euforia avasalladora del opioide, hasta que ella misma pasa a ser parte del bienestar general producido por la droga.

Ma:Vaya...los colombianos estan progresando Yo:Tu sabes...hidroponía e ingenieria genetica.Cuando ocurrio lo que sabes con China White y otros opioides de gabinete...lamentable esos casos de neurotoxicidad.Lei en una ocasión sobre un chamaco de 23 años...una sola dosis

y

desarrollo

un

parkinson

irreversible;al

año

siguiente

se

171

suicido...,retornaron a la amapola a por alcaloides.Si no sabias esto es morfina,no heroina,por eso tarda un poco mas en patear.

Ma:Lo

imagine.Lastima

lo

de

ese

muchacho...totalmente

innecesario.Ahora,dejame decirte,los gringos han hecho un buen trabajo con eso de la propaganda contra el uso ludico de drogas.Y contra toda logica...Si existen euforizantes en la naturaleza,para quien y para que crees que fueron puestos alli.Siendo conservador(comienza a rascarse la punta de la nariz,luego el brazo izquierdo,ambas manos bajan hacia los muslos)mas del 85% de los problemas asociados con el uso ludico de substancias,excepcion hecha del alcohol,viene del status moral y legal que le ha dado esta sociedad que hacen de las adicciones un problema sanitario,social y legal.

Yo:Creo que ,ademas de su utilidad como excusa para las incursiones policiales en las zonas urbanas depauperadas,el stablishment teme,de alguna manera,al adicto...suelen ser personalidades cuestionadoras,criticas y rebeldes.Si no pudiesen canalizar su inconformidad con ese primer chutazo o ese primer joint ,cuando rechazan,generalmente de forma irreversible, someterse a las leyes ni respétar los valores de una sociedad que en ese momento no saben todavía que desprecian,la manifestarian de otras maneras y tal vez,solo tal vez,lograran hacer tambalear al status quo,que por cierto aprendio muy bien la lección del 68.Drogar para poder vigilar y castigar,profilácticamente a una juventud ociosa cuya naturaleza es cuestionar de una forma critica y sistematica,el mundo en que han nacido y cuyo destino ha sido siempre servir como elemento de cambio...

Ma:Has estado leyendo demasiado a Foucalt Yo:Si supieras que después de Histoire de la Follie,hace como diez años no he vuelto a leer al maricón ese...

Me entra un paroxismo de risa que rapidamente contagia a mi interlocutor y ambos nos desternillamos como dos tontos hasta que comienza a sonar My

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sweet Lord desde el reproductor de mp3.Me siento inmensamente agradecido y de repente me escuece la urgencia por ir a por el encuentro con El. Ma,como

si

adivinara

mis

pensamientos:No

te

preocupes,no

vas

a

descender...lo prometo.Y con quienes te aman y a quienes amas de verdad podras estar en contacto cuando y cuanto quieras....aprenderás rápido.Le hago un gesto perentorio y me mira fijo,los mismos pantalones crema,la misma camisa azul claro,el mismo rostro que con los acostumbrados cambios cronológicos me ha estado mirando desde el espejo por cerca de sesenta años...Hacia mucho que uno de mis encargos era quien me urgia ha emprender la marcha.

Mientras nos alejamos los rasgos de mi amigos parecen disolverse en una especie de bruma.La mesa de la cocina queda en un segundo plano,sobre ella yace a medias un hombre,una botella de vodka y un vaso medio vacío a su izquierda,algunos frascos y una hoja de papel a su derecha.Puedo escuchar como la muerte describe el desarrollo ulterior de la situación. _Sabes lo hipócritas que son...y tu mujer no es tonta.No habra autopsia ni toxicología.Muerte cardiaca subita.Todo esta en orden Y continuara estándolo-añado-conmigo o sin mi.

Mi amigo me hecha un brazo alrededor de los hombros,su abrazo es difícil de

describir,tierno

y

frio

a

la

vez,transmite

una

paz

casi

inefable.Caminamos,literalmente,con rumbo a la eternidad.Se escucha la conversación alejarse.Fuiste feliz?.

Sí,lo fui...aun lo soy.Los niños me echaran de menos...

Nunca subestimes la fuerza de esos pequeños...toda la Naturaleza esta de su lado,el ultimo producto de la evolucion,preciosa inversion de DNA.

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Epilogo En fin,tras el encuentro y la lectura locomotriz ha continuado maldiciendome le calor apocaliptico de este agosto de balckouts y franceses deshidratados.Cream me da su version de la Odisea,sabes,acentuada con la guitarra del mejor Clapton,precocaina,durante heroína o que importa ni a quien le importa,el orden de los factores no afecta el producto(o es esa sólo otra de nuestras mentiras digestibles?),el orden de los psicotropicos no afecta el tuete final.Algunos llaman tuete a la claridad,claro en castizo seria tueste pero decía...aquí,es decir antes,hace unas horas,me ha acorralado la sombra de mis vacíos, en medio de otra de las interminables tertulias deconstruidas a priori por nuestro desubique ontológico, sumatoria vectorial de incertidumbres conduciéndonos a la inercia deliciosa de la ignorancia alevosa.Yo no tengo Karinas que recordar ahora,Glenn o Glem o Melg ,oruges euq on et atropmi,aunque me quedan algunos olvidos impenitentes,afectos constipatos,cadenas de alma en pena.

Desde luego que todos nos hemos fumado nuestros salmos y hasta el Apocalipsis,otro extraterrestre

asegura haberse fumado una edición de

lujo complete de El Quijote(que me lapiden los puristas iberofilicos pero me parece el libro mas aburrido del mundo luego del Deuteronomio)....Verano de ratas,ratones,gatos,leones,pegasos,energúmenos y toda la fauna local que desfila entre los esquizontes que los dioses de la burla juntan de tarde en tarde en El Conde.Si no fuera por este desquite,por la presencia ocasional de uno o preferiblemente,varios estupefacientes...coño y quien puede darse esta realidad así, a las rocas?.Los idiotas de siempre,los que no distinguen entre un tabaco y un champiñón, balan de drogas y alineación,como si no fuera

suficiente

esta

incurable,impepinable...un

terrible minuto,un

condena segundo,sin

a

la

sobriedad

aburrimiento,sin

174

angustia,anestesia general plis,me duele mi humanidad,me equivoqué de planeta.Ojalá pudiera ser tan pariguayo como para escribir alguna vaina hermosa a otra pariguaya todavía capaz de engañarse con el amor y otras babosadas con las que entumecer la conciencia de la propia bestialidad de nuestros respectivos ácidos nucleícos.

Cogelo como catarsis,men.El tipo que tripeo con John,cool.Todos tripeamos con él,como muchos tripeamos tambien con JC,que importa que exista o no cuando yo lo amo...Además que es existir?,existo acaso yo porque escribo esto?y si nadie nunca lo leyese,podría alguna vez decirse que efectivamente fue escrito como hasta ahora únicamente yo sé y tal vez el disco duro,aunque no sea ningún HAL.Y soy YO quien lo escribe....yo es solo un determinado status neuroquímico durante el cual estamos conscientes de nuestras percepciones....al menos para la mayoría.Los que comienzanamos a estar conscientes de nuestro pensamiento,de nuestra propia conciencia de la

conciencia

de

los

mismos

o

de

lo

que

sea(si,la

eidética

husserliana...)tendemos a terminar en neutralizadas por la garra omnisciente del veneno de los psiquiatras al menos dejaran que cada uno se drogue,se joda,se muera,coño,en paz....pero no,hasta en lo mas intimo tienes que ser vigilado,microchipeado,electrificado,condicionado.A

mi

de

donde

me

encuentre a la morgue al cementerio,que no me jodan con funerarias coño,pueden darme el maldito dinero del entierro ahora,por adelantado y tirarme en cualquier basurero,total...los cuervos tienen que comer.

Me cansé ya de escribir vainas,que no son ni delirios ni poemas ni aforismos,nada...el loco es una suerte de poeta tartamudo o el poeta es un loco semioticamente conectado con la lengua de los normales,de los androides,los que construyen las pocilgas y viven en ellas,celosos de cada trozo de tocino,autocaníbales del infarto merecido al suyocardio.Pat Benatar me dice que le de el mejor trompón y lo dejamos aquí.Basta...

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