Bajo la Luna

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En la serenidad de las costas, donde el mar y la tierra se encuentran, la vida marina se despliega en formas y colores inimaginables. Las playas son el umbral entre el mundo terrestre y el marino, convirtiéndose, a su vez, en espacios de recreo y belleza para el ser humano. Los ciclos de vida de la fauna acuática, desde el diminuto plancton hasta las majestuosas tortugas marinas, dependen de un ecosistema en equilibrio.

Sin embargo, el balance de este frágil sistema natural se ve amenazado por un enemigo silencioso y omnipresente: la basura.

Entre las olas y la arena, desperdicios generados por los humanos se acumulan, creando trampas mortales para los habitantes marinos. Plásticos de todo tipo, latas, botellas y otros desechos, alteran el hábitat natural, desencadenando una serie de efectos devastadores en las especies marinas.

Las tortugas marinas, antiguas viajeras del mar y guardianas ancestrales de las aguas de mares y océanos, así como otros animales marinos, enfrentan una lucha constante por su supervivencia.

Bajo la Luna nos sumerge en la historia de Tin, una tortuga tinglar, y sus compañeros de aguas saladas, Los Residentes, unidos en una alianza sin precedentes con el objetivo de hallar una manera de comunicarse con los seres humanos. A través de señales sutiles y comportamientos inusuales, las tortugas, los peces y hasta las más pequeñas criaturas marinas comienzan a transmitir un mensaje urgente.

Las playas, antes paraísos de vida y belleza, se han convertido en campos minados de basura.

Plásticos flotantes, redes abandonadas y desechos de todo tipo amenazan su existencia.

Este cuento nos sumerge en una historia de desesperación, unión y esperanza, donde el llamado de auxilio de la fauna marina encuentra oídos atentos, revelando la imperiosa necesidad de proteger nuestro océano y sus residentes. El cuento incluye elementos inclusivos a través de sus personajes, mientras que su tono y ambiente se balancean entre la ingeniosidad, curiosidad, educación y algunos toques de comedia. Promete una historia cautivadora que apela a la sensibilidad y comprensión de que las costas, las playas, son hábitats que compartimos con otras especies. Es vital el compromiso humano para controlar y reducir la basura en las playas, permitiendo la continuidad de los ciclos de vida de innumerables especies marinas. Al adoptar prácticas más sostenibles, participando en limpiezas de playas y minimizando el uso de plásticos desechables, entre otras prácticas ambientalmente conscientes, los seres humanos pueden mitigar el impacto negativo de la contaminación por basura.

A través del esfuerzo y la colaboración, podemos proteger y revitalizar estos preciosos sistemas naturales, demostrando que cada pequeño gesto cuenta en la gran misión de conservar nuestras playas, nuestra isla, nuestro planeta, nuestro hábitat compartido.

Era una noche de luna llena, en febrero. Tin, la más vieja de las tortugas tinglares que anidan en nuestra isla, decidió salir hasta las arenas de la playa. Tin estaba segura de que esos eran los últimos huevitos que tendría porque ya era muy mayor. Nadando lentamente a la orilla Tin pensaba:

Tin - ¿Qué será de mis bebés, si esta vez no encuentran el camino a las aguas y regresan conmigo?

Preocupada ya moviendo sus pesadas aletas en la arena, se arrastró y se arrastró tratando de buscar un lugar seguro. Dió vueltas y vueltas en la arena y sólo veía basura a su alrededor. Tin desesperada y cansada, decidió arrastrarse un poco más hasta encontrar un pedazo de arena que aún permanecía limpio… Ahí decidió detenerse. Con sus fuertes aletas comenzó a cavar en la arena hasta hacer un hueco, donde con preocupación y entre lágrimas puso sus huevitos. Al regresar a las aguas de la orilla, miró atrás donde dejó su nido…y sólo dijo en voz baja:

Tin - “Mis hijos e hijas, los estaré esperando. Sean fuertes como mamá y no pierdan el camino”.

De regreso ya nadando por las aguas, se encontró a sus amigas Cary y Verde. Cary (una tortuga carey, muy inteligente y buena consejera) y Verde (una tortuga verde que cree en la esperanza y en un mundo de paz).

Los peces cirujanos limpiaban a toda prisa el caparazón de Cary. Al verlas, Tin se detuvo y les dijo:

Tin - “Regreso de haber dejado mis últimos huevitos”.

Cary – “Tin, has sido todos estos años una gran madre, regresaran a ti”.

Verde podía notar la preocupación de Tin y le dice: Verde – “Estas preocupada Tin…¿Qué vistes?”.

Tin – “Verde, me encanta ver cuando los humanos llegan a disfrutar las playas, pero cuando se van, dejan tanta basura que cada vez se hace más difícil vivir”. Siento que mis bebés no van a poder encontrar el camino para regresar con tanta basura por medio”. 3

“Ouch” - gritó Cary… ¿Qué te pasa Cary? - dijo Tin.

Verde le contesta: – “Cary fue herida por un bote esta mañana y los Cirujanos tratan de limpiarle la herida.

Eyyy! - respondió uno de ellos. ¿Por qué siempre nos dices “cirujanos”, tenemos nuestros nombres?

Verde sonrió y dijo: ¿Pesky? o ¿Cevi?

El cirujano contesta: ¡Ni Pesky, ni Cevi, yo soy Cano!

Verde – “Doctor Cirujano Cano, estamos muy agradecidas por los cuidados que ha tenido su equipo con Cary”

…y en secreto le dice a Tin: Verde - “No sé cuándo podré aprenderme todos sus nombres”.

Verde - “Sabes Tin, ayer nadé hasta Loíza y vi tres niños a la orilla de la playa”. Tin - ¿Si?

Verde – “Al parecer estaban recogiendo basura, y anotaban en una libreta”.

Cary – “¡Ouch! Doctor Cirujano ¿cuánto le falta?”.

Los peces cirujanos todos a coro - “Ya casi terminamos Cary”.

Cary – “Deberíamos investigar chicas. Yo puedo ir en la mañana, si los cirujanos me lo autorizan”

Los peces cirujanos todos a coro - “¡Ya estás lista Cary!

Cary – “Gracias, ustedes son los mejores”. ¿Y usted es el cirujano Cano?”.

“No, no, no, yo soy Pesky” – dijo Pesky, el pez cirujano.

Verde – “Nos rendimos con los nombres. Gracias doctores cirujanos por cuidar siempre de nuestros caparazones”.

Los peces cirujanos todos a coro – “Si, si, si, tienen que cuidarse amigas”.

Tin – “Entonces nadamos a Loíza”. Cary y Verde – “Nadamos en la mañana”.

A eso de las 10:00 de la mañana ya Tin, Cary y Verde rondaban las aguas de Loíza. En una de sus playas vieron a los niños otra vez. Estos estaban recogiendo basura de la arena; limpiando todo. Tin Cary y Verde se acercaron bastante para poder escuchar. 7

Un niño le decía a una niña –“Alba, yo recogí 3 sorbetos, 10 tapitas plásticas, 19 colillas de cigarrillo y 3 latas, 11 botellas plásticas, y 2 bolsas plásticas.

La niña desde su silla de ruedas le contesta – “Bueno José, pues sumándolo todo…eeee…desde ayer, llevamos…. 5 sorbetos, 15 tapitas plásticas, 22 colillas de cigarrillo, 7 latas, 18 botellas plásticas, 6 bolsas plásticas”. Cary – “Estos niños al parecer limpian la playa y están contando todo lo que se encuentran”. Verde – “Ummm, interesante. ¡No todo está perdido Tin! Hay unos que se están preocupando, y haciendo algo que nos ayuda. Esto es esperanza para nosotras Cary, lo ves bien”. 8

Cary – “Esperen… ¿qué hace la otra niña?

“Shhh, está haciéndole señas” – le dice Verde, a Cary y a Tin.

“Te entendí Mariana! - dice José haciendo señas.

José – “Encontraste otra bolsa…Alba la anotará también”.

Mariana se comunicaba con sus amigos José y Alba, con lenguaje de señas. Estaban en ese momento limpiando la playa. 9

Cary – “Verde, tu verde como la esperanza. No podemos bajar la guardia, tu estuviste hace dos semanas bien malita del estómago con aquel pedazo de bolsa plástica que confundiste con una medusa”.

Tin – “Shhh, chicas…Si ellos hacen esto, podríamos dejarles un mensaje…pero, ¿cómo?”.

Cary sale nadando delante.

Cary – “Vamonos que esta noche tenemos que hacer el plan”.

Verde con su verde bandana muy animada y dice – “Tenemos que hacer una reunión con todos los residentes”. Tin – “Será una reunión bajo la Luna”.

Acercándose a las aguas más profundas…ya Verde hacia su anuncio. A todo grito y muy animada con su verde esperanza decía… Verde – “A todos los residentes de estas aguas, esta noche bajo la Luna llena, tenemos reunión. Todos los residentes esta noche nos reunimos para hacer un plan… Vamos a llevarle un mensaje a los humanos”.

Una vez se posó la Luna llena, hermosa sobre las aguas… casi a la orilla, se acercaron los residentes. Ya estaban todos esperando a que diera comienzo aquella importante reunión.

Hasta allí llegaron Los Meros meros; Cabrilla, Batata y Cherna (un trío de peces Mero).

Sama y Negrita; dos peces Pargo que nadaban muy atentas. Varias colirrubias y chapines, todos agrupados esperando por el inicio.

Mientras en la arena los Cangrejos fantasmas que levantaban sus palancas gritaban: Cangrejos fantasmas - “Estamos listos acá en la arena”.

Dentro de sus conchas a la espera estaban, Carrucho y Burgao.

Moviendo su cola de lado en lado andaba Panuli; la langosta, ansiosa de que comenzara todo. 12

De repente las aguas mar afuera se tornaron oscuras. Una sombra provocó el silencio de todos que, asustados bajo el agua, no sabían lo que pasaba…

Las aguas de momento se abrieron y apareció Peli; un pelícano pardo que al zambullirse al agua con su casco de volador dijo: Peli – “Ea, ea, aquí Peli llamando a base, aquí Peli, ya presente representando a las aves pescadoras”.

Con la llegada de Peli, se percibe a distancia a las tres tortugas marinas ya dispuestas a comenzar la misión, misión el Plan.

Todos sorprendidos al verlas acercarse comentaban entre susurros..

“Se acercan las tres Ángeles de Charlie” ¿“Qué te pasa? … estas son las tres Ángeles del Caribe”.

“Cállense éstas tres son unas leyendas. Shhh, silencio ahí viene Tin, sus años son sabiduría escuchen”.

Verde se adelantó con su bandana verde, alzó la voz y dijo:

“Residentes aquí estamos en la noche de hoy, para hacer un plan, tenemos que buscar la forma de que los humanos sepan lo que queremos”.

¡Siiii,! - gritaron los meros.

Verde – “Como tortugas marinas sabemos que llevamos años nadando estas aguas y caminando las arenas”. ¡Siiii,! - gritaron Carrucho y Burgao. 14

Cary se adelanta, y al lado de Verde les dice a los allí presentes: Cary – “Llegó la hora de dejarles saber a los humanos que necesitamos su ayuda”.

Y con una voz grave, desde la parte de atrás se escucha un: ¡Siii! – gritó Minino moviendo sus aletas (Minino es un Tiburón gata residentes de las aguas).

Tin tomando el frente dice:

Tin – “Estamos aquí reunidos porque llevamos años enfermándonos, lastimándonos, llorando la pérdida de nuestros bebés…viviendo con temor. Todos estos años, sin ninguna esperanza”.

Con voz baja Verde; le murmura a Tin: Verde – “Siiii, hay esperanza”.

Cary – “Déjala Verde, tu con la esperanza y la esperanza, ¡Ommm! Haciendo gesto de paz. “Ella sabe lo que hace”.

Tin – “¿Cuántos de ustedes han tenido que pasar por las Piedras de Emergencia a visitar a los Cirujanos porque se han enfermado del estómago tragando plástico que dejan los humanos en las playas?”.

Los peces cirujanos todos a coro – “Estamos por la salud de estas aguas” 15

“Nosotras estuvimos hospitalizadas en Piedras de Emergencias, por poco no vemos ni a nuestros nietos” gritaron Sama y Negrita.

“Gracias doctores cirujanos; ustedes saben que son los mejores” - dijo Cary.

Tin – “Esta mañana salimos hasta Loíza, y nos acercamos muy calladas a la costa. Vimos unos niños recogiendo basura en la playa y anotando en libretas. Están contando y recogiendo toda la basura que encuentran en las arenas”.

Panuli, la langosta grita – “Ya perdí la cuenta, con cuántas botellas y tapas plásticas, me he tropezado.

De atrás gritó Cobi, un cangrejo ermitaño – “ya hasta he perdido la vergüenza.

Caminando por la arena y tener que andar llevando una tapa o lata de salchicha en lo que encuentro una concha decente donde vivir”.

¡Eyyyy! - Gritaron Carrucho y Burgao ¿qué más decente que nuestras conchas?

“He perdido hasta el estilo al caminar”. 16

¡Silencio! - grito Verde Tin – “lo que quiero que sepan es que hay un pequeño grupo que al parecer quieren ayudarnos, pero tenemos que hacerle llegar el mensaje”.

Al fondo Peli, el Pelicano grita – “Bueno yo me ofrezco a llevar el mensaje”. ¡Si! - gritó Minino, el tiburón gata. Minino – “Los humanos no entienden nuestro idioma, tenemos que enviar una señal”. A ver, ¿quién sabe aquí de señas?” “El experto es Fantasma” – dice Peli.

Peli – “Fantasma, ¿dónde andas?” 17

Sale Fantasma de entre su grupo de cangrejos fantasma, mostrando sus palancas y haciendo sus movimientos peculiares.

Fantasma – ¡Aquí estoy!

¿Crees que los humanos entiendan las señales de tus palancas? - Pregunta Tin

Fantasma - “Bueno, en realidad no creo que todos…pero, yo estoy listo para llevar el mensaje”.

¡Ajua, Ajua! – gritan los meros, meros.

Cary – ¡Muy bien, muy bien! Pero, ¿cómo llevar el mensaje para que los demás nos entiendan.

Cary en voz baja le dice a Verde – “Ay, ay, ay, siento que pronto me toca dejar a mis bebés, necesito pronto ir a poner mis huevitos”.

Verde grita – “Residentes se nos tiene que ocurrir algo, nos queda poco tiempo, ya pronto le toca a Cary… y luego voy yo. Antes de dejar nuestros huevitos en la arena, debemos dejar el mensaje”.

Las colirrubias y chapines compartían ideas con los meros meros. Sama, Negrita, Carrucho y Burgao también daban sus ideas.

Cobi y Panuli junto a Minino, compartían las suyas…

De repente las aguas del mar se oscurecen nuevamente.

Las aguas se abren dejando ver a Peli que había regresado.

¡Ya se! – grita Peli

Peli – “Tin, acabo de ver a unos niños dibujando y escribiendo con sus dedos en la arena. ¡Ellos entienden eso! ¡Y ustedes tres saben hacerlo!

Mientras, Peli le dice a Tin – “Tin yo voy a volar un rato, volando siento que me llegan mejor las ideas. No te desanimes algo se nos va a ocurrir”.

Tin estaba algo triste, quería que el mensaje llegara a todos y todas. Quería que los humanos entendieran.

Entre murmullos todos compartían sus ideas, ninguna parecía que pudiera funcionar.

¡Es cierto! - grita Verde. Verde – “Tin, tú puedes dejar marcas en la arena con tus aletas. Los humanos podrán entenderlas”.

A Tin le brillaron los ojos de la alegría. No había pensado que de la misma manera que marcaba la arena con sus aletas, cuando pisaba, así mismo podría escribir un mensaje

¡Todos gritaban de la alegría! Todo fue celebración. La mañana siguiente, Tin saldría preparada a encontrarse con los niños de la playa en Loiza. Sabía que los volvería a ver allí. En esta ocasión acompañada de “Los Residentes” tenía todo el valor que necesitaba. Era necesario que Fantasma también fuera, así que Peli hizo un gran sacrificio y lo entró en la bolsa de su pico, para poder llevarlo hasta allá. Fantasma asustado le gritó a Peli – “No me vayas a comer de camino, mira que yo soy el del lenguaje de señas. Soy demasiado importante hoy más que nunca para que también el mensaje llegue en señas. “Oye, oye no me dejen que yo también quiero ir” - gritó Cobi subiéndose a toda prisa a la espalda del pelícano. Peli riéndose – “Tranquilo Fantasma, desayuné fuerte esta mañana”. Y Cobi…agárrate bien que aquí voyyyy” 20

Llegaron a la orilla las tres, decididas a dejar su mensaje. Allí ya estaban los tres niños otra vez. Detrás, Los residentes ya en las aguas de orillas, listos para darle ánimo a Tin y Fantasma. Tin se acerca a la orilla dando sus aletazos firmes sobre la arena. Peli aterrizó en la arena abriendo su enorme pico para dejar salir a su nervioso pasajero, Fantasma. 21

Los niños abrieron los ojos bien grandes al ver a esa enorme tortuga a la orilla

José gritó haciendo una señal – “Alba, Mariana, miren esto”.

Las niñas se acercaron, mientras Fantasma se apresuraba para acercarse a Tin.

Tin, firme y decidida junto a Fantasma se acercó un poco más a los niños, sabía que era el momento perfecto para llevar su mensaje.

Los niños totalmente sorprendidos sólo se quedaron parados observando lo que ocurriría…

Enseguida Tin comenzó a mover sus fuertes aletas dibujando letras en la arena.

Fantasma, aprovecho la mirada asombrada de Mariana, para comenzar a hacer sus señas.

Mariana rápido lo entendió, haciéndole señas sus amigos

José y Alba… ”Vienen a dejarnos un mensaje” –

en señas Mariana les hizo saber.

Fantasma comenzó con sus palancas a mostrar las señales.

Mariana iba traduciendo a sus amigos, y ellos lo decían en voz alta.

“Ustedes, humanos, gracias por preocuparse y limpiar las arenas. Necesitamos de ellas para poder vivir.

Necesitamos nuestras playas limpias, nuestras aguas saludables.

Queremos que este mensaje lo lleven a los demás y que juntos comprendan” 22

Tin ya finalizaba su escrito en la arena, mientras dentro del agua los residentes le daban ánimo. Peli volando desde los aires junto con Cobi animaban a Tin. Al finalizar su marca en la arena, ya toda cansada y agotada, Tin había logrado escribir aquel mensaje que deseaba llevar a los humanos… “Tu Planeta, tu Isla, tu playa, es un hábitat que compartimos nosotros los animales y las plantas con ustedes los humanos. Cuídalo” Desde los aires Peli celebraba leer tan hermoso mensaje. Los niños se acercaron a la arena y al leer el mensaje sus ojos se llenaron de lágrimas. Sabían que por primera vez sus amigos los animales les estaban pidiendo ayuda. “Quieren que los ayudemos, tenemos que pasar este mensaje” –dijo José “Tenemos que hacerlo ya” – en señas respondió Mariana. 23

José, Alba y Mariana llegaron esa tarde a sus casas, les hablaron a sus familias del mensaje que habían dejado Tin y Fantasma. Los padres sorprendidos llamaron a los maestros y a sus vecinos y le contaron.

Los periodistas de los medios de comunicación llegaron al lugar para cubrir la increíble noticia y que así todos los puertorriqueños conocieran el mensaje que a través de Tin y Fantasma dejaron los residentes. Aquella tortuga marina acompañada de un cangrejo fantasma había dejado un mensaje importante en la arena y todos y todas debían saberlo. Mariana, era la portavoz de la comunidad sorda y en señas comunicaba lo ocurrido junto a los periodistas. Todos y todas querían llegar al lugar donde aquella impresionante tortuga Tinglar había escrito su petición. Así pasaron largos meses y se hablaba de aquel día tan sorprendente. 24

José, Alba y Mariana fueron los afortunados de haber vivido el momento en que los residentes de la costa se unieron para hacerse entender y llevar el mensaje que hasta hoy se sigue llevando. Hoy son jóvenes que trabajan educando a otros niños. Hoy son jóvenes que llevan el mensaje de Tin, Cary, Verde, Fantasma y Los Residentes. 25

Autora: Tania M. Marrero-Rodríguez

Editores: Diana Martinó y Miguel Rolón

Ilustrador: Paco López Mújica

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