motorista de tránsito en medio de la Alameda. Es enérgica en sus indicaciones a una conductora que acaba de cometer una infracción. Ya a un costado de la vía, solicita la documentación de rigor y dialoga de forma amena con la automovilista, que llega a esbozar una sonrisa y asume su responsabilidad. “Las carabineros no somos rudas, somos extremadamente apegadas a la ley. La sutileza para dedicar una palabra amable a la gente y ayudar a que se relajen son un toque que no podemos descuidar”, explica muy enfática. Para ella son gestos que ayudan a marcar una diferencia respecto de los hombres, más cuando se tiene un contacto permanente con los distintos usuarios de las vías. “La femineidad no la dejamos en casa o en el roperillo, la llevamos al servicio porque es parte de nosotras”, estima. La energía que contagia a las menos antiguas durante su servicio, eso sí, la irradia en todo momento. Practicar deporte junto a su familia es, por así decirlo, indispensable. Corre, pedalea, se ejercita y nada. Le cuesta parar. Por suerte sus cercanos le siguen el ritmo y ha construido un estilo de vida en torno a la actividad física.
Por otra parte, se enorgullece de los logros de sus retoños. Reconoce que sin el apoyo de su marido –también funcionario– la tarea hubiese resultado más difícil, porque supieron compartir de la mejor forma las labores. Luego se sincera y detalla que empezó su carrera institucional en una comisaría de menores y que, por lo tanto, fue mamá sin serlo. “Aprendí muchas cosas cuando cuidábamos pequeñas que estaban en riesgo social. Lo único que querían era cariño. Ellas se apegaban a nosotros hasta que se iban… pasábamos a ser sus mamás, todas teníamos nuestras regalonas. Y eso nos ayudó después con nuestros propios niños, porque tuvimos una gran experiencia”, rememora.
reportaje especial
i Luce imponente con su tenida de
“Es súper importante nuestro trabajo, porque teniendo las mismas capacidades y herramientas que los hombres, aportamos esa cualidad de mujer de poner paños fríos cuando la situación está un poco tensa”.
SUBOFICIAL VERÓNICA MANTEROLA LEYTON 32a. Comisaría del Tránsito, Carreteras y Seguridad Vial Suboficial de Población
MARZO 2015
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