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M.V. Gabriela Prat M.P. 575 Profesora / JTP-Semiología y Análisis Clínicos Facultad de Ciencias Veterinarias UNR

Nuestros viejitos y sus riñones:

Insuficiencia renal crónica

La insuficiencia renal crónica es una enfermedad que se caracteriza por ser irreversible y progresiva, que persiste por un período prolongado de tiempo, incluso años, hasta llegar a la falla renal, que es una de las principales causas de muerte no accidental en nuestras mascotas. Se la considera una enfermedad de los gerontes aunque en realidad el rango de edades en la que se inicia es variable, lo que ocurre es que a veces a partir de los 9 – 10 años en perros y 12-13 en gatos es cuando comienza presentar síntomas más elocuentes. Si bien estamos haciendo referencia a dos especies diferentes hay muchos signos en común como ser: Toma más agua y orina más de lo normal: es muy frecuente que los propietarios cuando hacemos esta pregunta nos respondan que “toman mucho y orinan muy bien”. Estos signos son comunes a muchas enfermedades y si ocurre en período estival el dueño puede asociarlos con el calor. En el caso de los perros es más fácil darse cuenta si hay uno solo, de tener más de un animal lo ideal sería identificar cuál es el lugar donde orina (si no es jardín) y observar el volumen de las micciones o si se dirige más seguido al bebedero. En algunos casos el hecho que llama la atención es que “moja la cama” o pide para salir a orinar de noche “no aguanta como antes”. En el caso de los gatitos lo que podemos observar es mayor cantidad de humedad en la bandeja sanitaria: “no duran las piedritas como antes”. Otro signo suele ser la menor actividad, pero como estamos hablando de gerontes muchas veces los propietarios

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la consideran consecuencia inevitable en el proceso de envejecimiento. Cierta pérdida de peso (incluso antes de la falta de apetito). Al ir avanzando el proceso podemos observar inapetencia, primero puede ser apetito selectivo, come sólo lo que más le gusta, generalmente es alimento blando y el propietario puede, equivocadamente, inferir que se debe a un problema en los dientes. En los gatos un signo muy importante es que no se acicalan y se notará inmediatamente en su pelaje. Al ir avanzando la enfermedad se presentará deshidratación (a pesar de tomar más líquido), vómitos, diarrea o constipación (esta última es la más frecuente en gatitos), caída de pelo, en algunos casos caspa y picazón en el cuerpo, menor tolerancia el ejercicio (se cansa muy pronto, esto se nota mucho en los perros que ya no pueden caminar las mismas distancias), respiran “más rápido, como agitados”, somnolencia, depresión, no reaccionan como antes a los estímulos (por ejemplo el

timbre), pudiendo avanzar los signos nerviosos con diferentes manifestaciones a medida que se agrava la enfermedad (temblores, convulsiones coma). - En los gatos en algunas oportunidades se puede observar dificultad al andar junto a una curvatura del cuello hacia abajo (como si se mirara el pecho) - Aliento desagradable, urinoso (aunque no es fácil diferenciarlo pues a veces tienen piorrea), úlceras en la boca. Como toda enfermedad es muy importante el diagnóstico lo más precoz posible pues, si bien no hay cura, se pueden tomar medias que ayuden al enlentecer el avance de la misma. Como los signos mencionados son muy generales, e incluso en muchas de nuestras mascotas por su temperamento, difíciles de observar se puede hacer un chequeo de laboratorio periódico, ya que con un análisis de orina completo y un hemograma completo podemos obtener información que nos permita arribar a este diagnóstico y de hacer falta pedir otras determinaciones.


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