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a historia comienza a principios del verano de 1848. En mayo de ese año, un niño de 16 años llamado Hannes Tiedemann llega a Nueva York con su madre, sus hermanos Klaus, Luis y sus hermanas Catharina, Rebecca Elise, y Lowiese. Atrás queda la finca ancestral en un pequeño pueblo de Holstein, Prusia (hoy Alemania), otro hermano, Heinrich, decidió permanecer en las tierras de la familia con su nueva esposa. El padre de la familia, Han, fue el herrero local que falleció en ese tiempo, lo que provocó esa inmigración un busca de prosperidad. Construido en 1865, esta mansión gótica situada en la avenida de Franklin, fue el hogar de inmigrante alemán Hannes Tiedemann, como los hijos de su esposa, su madre además de otros personajes que formaron este enclave. Hannes Tiedemann era un próspero comerciante, y a su vez banquero de inversiones, llegando a ser director de una entidad bancaria, cuya reputación en la ciudad era de ser un hombre de carácter fuerte. Debido a esta personalidad, muchos coetáneos, afirmaban que también era bastante abusivo hacia su familia. Esos últimos rumores se extendieron por la ciudad, sobre todo cuando tras la muerte de sus hijos, esposa y madre, fallecieron en un corto período de tiempo en circunstancias misteriosas y no muy convincentes. También muchos habitantes y conocidos de su entorno creen que Hannes Tiedemann asesinó a su sobrina y una sirvienta joven. Pero vamos a conocer un poco mejor esa historia de este inmigrante alemán, cuyos acontecimientos fueron la semilla de una supuesta maldición que arrastra esta mansión, incluso hasta nuestros días, pero pese a todo lo acontecido, nosotros dudamos de su veracidad en cuanto al personaje de Hannes Tiedemann, puesto que hoy en día hay descendientes directos de esta persona. ¿Qué pasó para que su reputación fuese tan nefasta? Hannes Tiedemann construyó la mansión en 1865, tras muchos cambios domiciliarios en su vida familiar, Tiedemann era un tendero antiguo, comercial tonelero, que se pasó a la banca por sus buenas dotes y conocimientos. La nueva profesión, banquero, se convirtió en una fuente de riqueza le permitió no escatimar gastos durante la construcción de la casa,
finalizada ésta, se mudó rápidamente con su esposa, Luise. Durante los próximos años, Luise dio a luz un hijo y una hija, pero la vida en la mansión nunca fue realmente feliz. En 1881, ese año se había convertido en una tragedia de dimensiones insólitas.
A los pocos días de iniciarse el año 1881, para ser más exactos, el 16 de Enero, una enfermedad terrible, y de sufrimiento prolongado por aquellos tiempos se llevó a su hija Emma de 15 años. Falleció a causa de la diabetes, un padecimiento que no había cura entonces y cuyo tratamiento era bastante complicado. Por si fuera poco, tras el funeral de su hija, poco tiempo después, la anciana madre de Tiedemann, Wiebeka, también murió en la casa. A raíz de estas muertes, junto al carácter de Hannes, comenzó un rumor en la ciudad, la leyenda nos dice que Emma, su hija, se quitó la vida colgando de las vigas en el ático, mientras su madre falleció por unas causas desconocidas. Si bien ciertas consultas realizadas por expertos aseguraron que su fallecimiento se debió a la diabetes que sufría. ¿Fue asesinada Emma, o pereció de tan complicada enfermedad? O quizá ¿Se quitó la vida ella misma por las dificultades de salud? Difícilmente lo sabremos si nos atenemos a todas las noticias recogidas. Su afligida esposa sufrió anímicamente estas pérdidas familiares, mientras Tiedemann, ajeno a las pérdidas, contrataba los servicios de una firma de arquitectos para diseñar algunos retoques, mejoras y ampliaciones a la mansión. Fue durante esta expansión que los pasajes secretos, habitaciones ocultas y puertas ocultas se han añadido a la casa. Se instaló alumbrado de gas en todo el edificio y muchos de los accesorios son aún visibles hoy en día, completando todo con un gran salón de baile, torrecillas, junto a las gárgolas que también se incorporaron en el diseño, haciendo que parezca la mansión lo más parecido a un castillo.
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