“Más allá del campo: la otra cara del arbitraje” Por: Desiré Martínez y Camila Valdez “Una de mis primas una vez me reclamó ‘es que viniste a mi cumpleaños de pants’, sí, al tuyo y al de todos, llegué a bodas, a quinceaños, dejé de ir a fiestas porque aquí llegaba y era de ‘es que me pasó esto en la cancha’ y yo así de ‘vengo de un mundial, de estar dos meses y medio afuera de mi casa, yo no quiero saber de futbol’”. En un mundo donde el deporte más popular es el Futbol (con más de 250 millones de personas que lo practican, según diversas fuentes), el reconocimiento hacia los jugadores es implícito, la afición se entrega en cada uno de los partidos y las personas encuentran en ellos una gratificación, pero, así como los jugadores, hay otras personas dentro y fuera de la cancha que hacen posible que este deporte se disfrute. Los árbitros son personas esenciales para el buen desarrollo de un partido, aunque pocas veces se conoce lo que hay detrás de toda su labor. El arbitraje, en cualquiera de sus niveles (amateur, profesional e internacional), provoca soledad y abandono a la familia, sin embargo, también provoca satisfacción personal. ¿Qué tan cierta será esta aseveración?
Al Margen del Estadio Durante más de 13 años Agustín Martínez fue jugador de fútbol en el equipo “Deportivo Guadalajara”, el cual estaba conformado por jóvenes del barrio en el que vivía; por situaciones del destino, en uno de los días en los que había decidido que jugar ya no era algo para él, lo invitaron a pitar un partido después de que un árbitro central faltara al encuentro.