Libro cuando las negras de chambacú se querían parecer a maría félix 1936 19557

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una comunidad flotante al pie de la mencionada puerta; gracias a esa circunstancia es que aparece un edificio de madera de tres pisos, estilo republicano popular, con miras a albergar a los campesinos y comerciantes que llegaban a Cartagena. Cuando la puerta del Revellín es destruida, en razón del episodio del “murallicidio” en la segunda década del siglo XX, el Corralón de Mainero, se convierte en un lugar de asentamiento permanente. Medio siglo después, hacia 1952, vivían allí trescientas familias en las peores condiciones de hacinamiento e insalubridad. El alcalde Vicente Martínez Martelo compró el predio a la familia propietaria y procedió a desalojar a las familias que allí habitaban, al parecer, sin ningún plan de reubicación, ni mejoramiento de las condiciones de vida de las gentes. En efecto, el Corralón desapareció y, al parecer, parte de sus habitantes fueron a engrosar la ya sobrepoblada isla de Elba donde quedaba la barriada de Chambacú, mientras que otros engrosaron los nuevos asentamientos populares a orillas de la Ciénaga de la Virgen, en lo que se conocía como barrio Caimán, hoy Olaya Herrera (De Ávila, 2008). Una pregunta para ajustar la relación ciudad-medios de comunicación en el marco de Cartagena es ¿hasta qué punto el melodrama del cine y la radionovela reforzó la idea del derecho a la ciudad? Esta pregunta se hace, porque una de las características del melodrama en América Latina, precisamente, es la puesta en escena de la desigualdad entre los distintos estratos sociales y, por lo general, se cuentan historias de gente pobre y humilde que logran superar tal condición y convertirse en personas y familias respetables en el marco de la ciudad y su vida urbana. El derecho a la ciudad, en Cartagena, está muy vinculado al sistema socioracial imperante; de manera que el proceso de blanqueamiento (biológico, social, económico y cultural) se constituye en estrategia para acceder a los beneficios que representa un ascenso en dicho sistema y poder evadir las manifestaciones de rechazo social y racismo que acontece en la vida cotidiana. El señor Orlando Novoa de 84 años de edad, es peluquero desde 1952 en la Barbería Jaramillo, la cual, quedaba en la calle del Estanco del Tabaco en el centro histórico de Cartagena.

CUANDO LAS NEGRAS DE CHAMBACÚ SE QUERÍAN PARECER A MARÍA FÉLIX... -

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