Sally Mann. Gancho para heno, 1989.
total en sí mismos. Por supuesto que es peligroso fotografiar a nuestros hijos de esa manera, pero Mann puede hacerlo (y exhibir y publicar una foto semejante) debido a la enorme confianza que debe servir de fundamento a esta especie de colaboración creativa. "Esas fotografías les pertenecen más a ellos que a mí", ha dicho Mann.' Será una herencia de valor incalculable para Emmett, Jessie y Virginia, que habrán de ponderarla y meditar sobre ella cuando sean mayores. y para los adultos de hoy día constituye un recordatorio punzante de todo lo que es, y puede ser, la niñez.
didad emocional y una tensión cada vez mayores. Al cartografiar el terreno psicológico de la infancia, Mann refleja el elaborado proceso de estira y afloja que le es propio: el niño permanece ligado a sus padres a la vez que marca una distancia. Cuando Mann crea una imagen como Hay hook (Gancho para heno), 1989, donde aparece Jessie colgando de una cadena afianzada a una viga elevada, su cabeza echada hacia atrás de modo que apenas puede verse, no pretende expresar tanto lo siniestro como lo perturbador de los actos que afloran en más de un niño cuando se queda a solas con su propia imaginación. En Hayhook puede apreciarse un indicio de daño corporal , pero esta impresión le atañe más al observador adulto que a la niña del retrato. La imagen manifiesta el conocimiento de Mann respecto a las mentes de sus hijos; en última instancia, es la imagen de una cualidad esencial de la juventud: una concentración
NOTAS I Palabras de Sally Mann citadas en Vince Aletti. "Child World" ("El mundo de los niños"). Village Voi ce, 26 de mayo de 1992, p. 106.
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