Diagnóstico del Parque Natural "Sierra de Aracena y Picos de Aroche"

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DIAGNÓSTICO DEL PARQUE NATURAL “SIERRA DE ARACENA Y PICOS DE AROCHE”

Sin embargo, no debemos olvidar que la dehesa es una obra humana, favorecida, como estamos viendo, por su importante valor económico y, en consecuencia, como se expone en la Orden conjunta de 6 de abril de 1999, de las Consejerías de Agricultura y Pesca y Medio Ambiente, “el mantenimiento de su equilibrio requiere no sólo de una constante intervención, sino que ésta se efectúe atendiendo a las posibilidades y limitaciones que impone el medio” (Junta de Andalucía, 1999). De tal forma, continua la mencionada Orden, que “cualquier intensificación inadecuada que se haga buscando sólo una mayor rentabilidad económica a corto plazo o, por el contrario, el abandono de sus aprovechamientos si no se cuenta con medios de explotación suficientes, puede llevar a la pérdida de dicho equilibrio, y amenazar la supervivencia de este sistema tan valioso” (Junta de Andalucía, 1999). La historia de la explotación de la dehesa de la Sierra onubense nos ofrece ejemplos de esta pérdida del equilibrio. A raíz de la década de los años 50 del siglo pasado, y fundamentalmente, en los años 60, el sistema de explotación de la dehesa basado en escasa tecnificación y mano de obra barata entra en crisis. Los aumentos de salarios conllevan la intensificación del uso de inputs tecnológicos, la aparición de la peste porcina merma la rentabilidad de la cría de esta cabaña, el aumento de los costes de explotación obliga al abandono de las tierras, dejándose de realizar las labores de regeneración de la dehesa… Todo ello trae consigo una pérdida de recursos pascícolas, la matorralización de las fincas (aumentando, inevitablemente, los riesgos de incendios) y la dedicación de las fincas a otras actividades menos respetuosas con el medio natural, como es la repoblación con especies de crecimiento rápido para abastecer la demanda de la industria papelera onubense recién instalada (Asociación GDR Sierra de Aracena y Picos de Aroche, 2001). Finalmente, las consecuencias se dejan ver en la ruptura de los ecosistemas que el manejo tradicional de la dehesa había generado. Felizmente, esta dinámica parece romperse cuando, erradicada la peste porcina, el sector cárnico del Parque vuelve a adquirir importancia, erigiéndose como protagonista de la economía serrana y posibilitando la recuperación de la dehesa. El tercer pilar que caracteriza la dehesa es su aprovechamiento integral. La dehesa la hemos caracterizado como una explotación ganadera, agrícola y selvícola de la que se extraen numerosos productos. Aunque en la sierra de Huelva la dehesa ha estado enfocada, fundamentalmente, a la cría de ganado porcino, indudablemente, su conservación se ha logrado por la diversidad de frutos obtenidos que van desde el corcho obtenido de los alcornoques hasta la sementera o la obtención de recursos energéticos. De este modo, cuando hablamos de dehesa como un sistema agrosilvopastoril, hacemos referencia a un uso de la tierra donde se combinan plantas leñosas perennes (árboles o arbustos), cultivos herbáceos o pastizales y animales en libertad (Lavado Contador et al., 2002), tanto domésticos como silvestres. De modo general, en las dehesas tradicionales del Parque Natural “Sierra de Aracena y Picos de Aroche” se distinguen tres espacios según el aprovechamiento que se deriva de ellos (Asociación GDR Sierra de Aracena y Picos de Aroche, 2001): el monte hueco, formada por árboles y matorrales, OBSERVATORIO LOCAL DE EMPLEO

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