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Cuento

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Krispy Kreme

Krispy Kreme

Las aventuras de los animalitos emprendedores

En un lugar llamado Unternehmen, vive un grupo de animalitos emprendedores. Todos los días trabajan duro par a crear nuevos productos y generar ideas únicas e innovadoras.

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Dux, Effio, Adasu, Salvum, Shes, Looja, Pecunia, Kioka, Kurir y Monargis son grandes amigos y acaban de enterar se de que son los finalistas en el concurso anual de emprendimiento.

-Amigos, me acaban de avisar que somos los finalistas en el concurso, pero tenemos que crear un nuevo producto-, dijo Dux, el león, muy entusiasmado a sus amigos.

-¡Genial! Podemos pensar en algo que beneficie a todo Unter nehmen-, exclamó Shes.

-Que sea muy creativo e innovador-. Dijo Looja. Y Effio, el castor ecológico recordó que: -Además debe ser amigable con el medioambiente .

“Ya sabemos, Effio”, dijeron todos al unísono. Fue entonces cuando los animalitos emprendedores pusieron manos a la obra y organizaron una lluvia de ideas par a crear el mejor producto de todos: ¡Un helado que no se derrite!

Monargis, Pecunia, Dux y Salvum salieron a buscar los ingredientes necesarios para este innovador producto. Mientras que los demás se dieron a la tarea de crear la imagen de la marca: El logotipo, eslogan, empaques, etcétera.

De esta forma, cada uno de los animalitos emprendedores tenía una tarea especial par a hacer frente a su competencia. El equipo encargado de ir por los ingredientes llegó al mercado, donde se dieron cuenta de que éstos serían muy costosos, de acuerdo a Salvum, el cerdito ahorrador, a lo que Dux pensó que deberían buscar a un proveedor que ofreciera descuento por volumen.

Llegaron a la tienda del Señor Zorro, quien ya lleva muchos años en este negocio y les aseguró que él era la mejor opción, sin embargo, el Señor Ratón, quien tenía el local de al lado, les dijo: -¡No es verdad! No hay proveedor en todo Unternehmen que dé los precios más bajos y con mayor calidad. Sólo yo-.

Los animalitos emprendedores no sabían a quién elegir, cuando el Señor Caballo les aseguró: -Yo les puedo ofrecer muy buenas rebajas-.

Entonces, Salvum pidió a cada uno una cotización, par a saber a quién elegir.

El Señor Zorro les pidió mil 500 monedas; -tengo los mejores sabores artificiales e importados de la ciudad vecina, la mejor productor a de lácteos-.

El Señor Ratón dijo -conmigo les costará mil 800 monedas. Los sabores que yo les ofrezco son naturales y todo lo preparamos en esta misma ciudad, de forma artesanal.

Y el Señor Caballo les ofreció todo por mil 400 monedas. -Traigo este material de un lugar muy lejano, pero en grandes cantidades, por lo que resulta menos costoso-, dijo.

Al escuchar los costos, Salvum sugirió comprar al Señor Caballo -porque costarán menos los ingredientes y nuestros precios al público serán menores-. Todos estuvieron de acuerdo y regresaron a la fábrica para preparar ese delicioso helado.

-Ya tenemos el nombre ideal par a nuestros helados, el logotipo y hasta el diseño del cono. ¡Seremos los mejores!-, exclamó muy sonriente Looja al ver los entrar por la puerta con las compras.

Los demás animalitos los ayudaron a cargar las bolsas y una vez más se repartieron las labores para elaborar los deliciosos helados. Después de algunas horas, el postre quedó listo. La primera en probar los fue Kurir, quien confirmó que el sabor era delicioso.

-Ahora debemos comprobar que no se derritan-, dijo Adasu.

Y cuando Monargis estaba a punto de saborear su helado… -¡Oh, no!-

-Ni siquiera pudo resistir unos segundos-, se lamentó Kurir.

-El mío tampoco resistió al calor-, agregó Dux.

-¡Tenemos que volver a hacer todo!-, exclamó Pecunia un poco molesta.

-¡Oh, no! Ahora gastaremos más-, dijo Salvum muy triste.

En ese momento, Effio corrió a revisar los productos y encontró que los productos eran de mala calidad, -les colocaron una etiqueta con información falsa, informó el castor a sus amigos.

-¡No puede ser! Un buen emprendedor sabe que nunca se debe trabajar con productos de mala calidad, porque el resultado siempre es malo, recordó Pecunia, quien les exigió ser ahora la encargada del control de calidad de los helados.

Salvum se puso muy triste , porque fue él quien decidió comprar al Señor Caballo. -Y yo que creí que era una muy buena idea ahorrar algunas monedas-, sollozó.

Entonces Kioka les dijo: -No podemos sacrificar la calidad de nuestro producto por unas monedas, mucho menos cuando pensamos en helados que no se derriten y ni siquiera duraron un minuto-. Sin embargo, Dux les recordó que sólo faltaban unas horas para el concurso, por lo que deberían dar se prisa para terminar a tiempo y tener la oportunidad, al menos, de competir.

Aunque Monargis se puso muy triste y sugirió ya no concursar, Shes les levantó el ánimo y los persuadió de regresar con los proveedores par a esta vez comprar los ingredientes adecuados y estar a tiempo para la presentación del producto.

Dux, el líder, se encargó de recordar les que -sabemos trabajar en equipo. ¡Podemos lograrlo!-.

-Tienes razón, Dux. Salvum y yo regresaremos con los proveedores a comprar al que nos ofrezca un producto de mejor calidad y a buen precio-, dijo Pecunia.

Al llegar nuevamente al mercado, decidieron comprar al Señor Ratón, puesto que aunque sus productos eran un poco más costosos, eran de la mejor calidad.

Al volver, nuevamente distribuyeron el trabajo de producción y lograron terminar a tiempo, aunque esta vez no podrían comprobar el sabor ni la resistencia al calor.

-Debemos arriesgar nos y confiar en las decisiones que tomamos. ¡Vamos al concurso!-, dijo Dux.

Una vez en el auditorio, el equipo rival presentó unas deliciosas palomitas con cobertura de distintos sabores. Idea que a los jueces les gustó mucho y calificaron con 4.5 estrellas de 5.

Ahora les tocaría el turno a los animalitos emprendedores.

-Hola amigos, les presentamos “Sunny, el mejor helado de Unternehmen”, comenzó Kioka la presentación.

-“Sunny” es un delicioso helado que no se derrite, aunque estés bajo el sol- dijo Dux; mientras que los demás animalitos repartían muestras de los helados entre los asistentes al concurso, los jueces y sus rivales.

Al probar los, no sólo notaron su delicioso sabor, sino comprobaron que, a pesar del calor que hacía, no se derretían.

¡El cambio de ingredientes funcionó!

Los jueces calificaron a los animalitos emprendedores con 5 estrellas, lo que los colocó como ganadores.

-Felicidades amigos, lo logramos con nuestro buen trabajo en equipo. Y a pesar de todo lo que nos pasó pudimos hacerlo-, les aplaudió Dux.

-Lo importante es que aprendimos una gran lección en cuanto al tema de la calidad, ¿verdad Salvum?-, exclamó Pecunia.

A lo que Salvum respondió: -Sí, amigos. Aprendí que unas cuantas monedas no valen par a arriesgar un producto tan bueno.

Y fue así que los animalitos emprendedores aprendieron una nueva lección sobre su negocio.

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