Las siguientes reflexiones tienen como finalidad ofrecer al lector una guía en la difícil formación de los hijos, específicamente con respecto al "estudio" de los mismos.
Por tal motivo, nos interesa rescatar el concepto de "estudio" en Occidente, y que fue la fuente del gran desarrollo intelectual y moral que hizo florecer las primeras y grandes universidades del mundo, a las cuales nutría en su actividad intelectual y práctica. Es necesario retomar al estudio como lo que es, una virtud a cultivar.
En su relación con la familia, el estudio presenta características importantes que lo convierten en uno de los tantos bienes que pueden contribuir a la unidad y perfeccionamiento de la familia. Por lo tanto, la tarea de la madre y del padre de familia es esencial para lograr que los hijos no sólo vean al estudio como un bien, sino que tengan a éste como algo que debe ser cultivado y amado; como una virtud que le brindará crecimiento espiritual, y lo demás vendrá por añadidura.