Hay padres que conocen todo el repertorio de burlas, ironías y gritos. Otros confunden “educar” con sermonear, amonestar, amenazar, criticar, gritar. o único que consiguen es hacer que su hijo se sienta más indefenso, frente a esos padres que pierden el control y hacen el ridículo. A partir de la adolescencia, posiblemente “les pase la factura”.
Taller de libre expresión Las dificultades ofrecen ocasión de crecer en el diálogo doméstico. Sin embargo, comúnmente, los “de arriba” toman decisiones, y los “de abajo” obedecen callados. En la próxima crisis, consulta a tu hijo. Sus ideas, las tuyas, las de cada miembro de la familia, sometidas al examen de todos, para llegar a una solución elaborada por todos. Mirando los “efectos” de la experiencia de tu hijo, verás que el esfuerzo tras varios beneficios: hace que se involucre más en la armonía hogareña, favorece su creatividad y fortalece su autoestima. Además, en ese proceso, él descubre una camaradería y una “complicidad” que le permitirán enfrentar mejor las dificultades. El mejor truco para dialogar con tu hijo es proponerle preguntas orientativas. “Si decidimos...¿que sucederá después?; Y tú ¿cómo te sentirás?; ¿cómo influirá en Fulano?”. Es uno de los mejores métodos para enseñarle el difícil arte del equilibrio. Algunos creen que ponerse a su altura, para dialogar, es renunciar al deber de ser su referente y su guía. Es lo contrario; consultándolo y tomando decisiones juntos, conseguirás que siempre esté dispuesto a colaborar. Contigo, y con el resto del mundo.
Cambia la típica pregunta iofoto
deberes, no me sale bien ninguna de las dos cosas. ¿Cómo podríamos organizarnos?” . La pregunta, hecha con franqueza y sencillez, los ayudará, a ambos, a encontrar lo mejor.
Cuando los niños inician su vida escolar, los padres ansiosos por saber de su día solemos recibirlos con la típica pregunta ¿Y como te fue ahora en la escuela? Pero también muchos ya sabemos cual será la respuesta : un seco y monótono “bien”, o una displicente expresión “aburrido como siempre”. El resumen de la jornada escolar se reduce a eso. Pero los padres queremos saber mucho más. ¿Que pasa si cambiamos la típica pregunta? seguramente obtendrás respuestas diferentes. Te dejamos algunas formas de preguntarle a tu hijo como le fue en la escuela • ¿Qué fue lo mejor que te pasó hoy en la escuela? ¿Qué fue lo peor?
• ¿Con quién te gustaría jugar durante el recreo? Piensa en alguien con quien no hayas jugado nunca
• Cuéntame algo gracioso ¿qué te ha causado gracia hoy?
• ¿Cuál fue la palabra que más repitió tu profesor hoy?
• Si pudieras elegir al lado de quién sentarte en clase ¿quién sería? ¿al lado de quién no te gustaría hacerlo?
• ¿Qué cosas te gustaría aprender en la escuela?
• Cuéntame acerca de tu lugar favorito en la escuela.
• ¿Con quién de tu clase podrías comportarte mejor?
• ¿Cuál fue la palabra más rara que escuchaste hoy?
• ¿Generalmente dónde juegas cuando estás en el recreo?
• ¿Si hoy invitáramos a tu profesor de visita qué crees que nos diría de ti?
• ¿Quién es el chico más gracioso de tu clase? ¿qué tiene que lo hace tan gracioso?
• ¿A quién ayudaste hoy? ¿Alguien te ayudó hoy?
• ¿Te ha gustado el almuerzo de hoy? ¿qué es lo que más te ha gustado?
• Cuéntame ¿qué cosa nueva aprendiste hoy? • ¿Hubo un momento en el que te sintieras muy feliz hoy? • ¿Te sentiste muy aburrido hoy? ¿Por qué? • Si un extraterrestre viniera a tu clase y se llevara a algunos de tus compañeros ¿a quién te gustaría que se llevara?
• ¿Qué te gustaría dejar de hacer en la escuela?
• Si mañana fueras tú el profesor ¿qué harías? • ¿Qué piensas, hay alguien de tu clase que debería salirse de la escuela? • Si pudieras cambiar de lugar con alguien de tu clase ¿con quién sería? ¿por qué? • Cuéntame de tres momentos en los que hayas usado un lápiz hoy. Fuente: simplesimonandco.com
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