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ncanos Giancarlo De Cario La revista americana Progressive Arc/titecture da cuenta en el editorial de su n 6mero de setiembre de 1983, que el Posmodernismo está por acabarse y, para demostrar que la vida siempre contin 6a, presenta una docena de proyectos de una nueva corriente llamada Neomodernismo. Era inevitable -dice el editorialque el Posmodernismo muriese muy joven a6n, porque estaba afectado de un "idealismo" todavia más acusado que el del Movimiento Moderno contra el cual, hace poco más de diez años atrás, se levantaron reproches y desprecios. El Neomodernismo. en cambio, promete ser más longevo justamente porque carece de la más minima traza de "idealismo"; es, por el contrario, "pragmático" y se inclina a tomar cuanto hay de bueno en el Movimiento Moderoo luego de evaluar --si bien no la causa, por lo menos el efecto-- si no la estructura expresiva, por lo menos el repertorio linguistico. De "idealismo" se muere, se podria concluir rápidamente. Pero luego sobreviene la curiosidad por conocer de qué suerte de padecimiento se trata. A primera vista, la denominación parece arrojada al azar, como sucede cuando nos encontramos frente a esas abreviaturas coloquiales que los americanos tanto usan para concretar y asimilar una idea rápidamente , ideas que los europeos, con esfuerzo de siglos, han elevado a los niveles más abstractos. Pero una recorrida por el Random-House -uno de los diccionarios estadounidenses más autorizados- nos demuestra que para ellos el término "idealístico", dentro de las artes fig urativas , nomina el tratamiento que se impone
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al sujeto representado para exaltar una particular concepción mental de belleza o de forma; tratamiento que, en general, consiste en la selección de rasgos particulares de varios modelos y su recomposición en un todo, qe acuerdo con una idea predefinida de perfección. En ese punto uno recuerda al viejo Dizionario del/a lingua italiana del siempre sorprendente Niccoló Tommaseo, quien ya en el año 1860 decia del mismo término, "el eclecticismo ... abreva en el idealismo ... ". Es así que de eclecticismo m uéren y también nacen -por cada muerte tantos efuneros nacimientos-las corrientes. las familias, los grupos de la arquitectura contemporánea. Charles Jencks confecciona un pormenorizado balance de muertes y natimientos en un extenso articulo apgrecido en el N° 53 de la revista inglesa Arc/titectural Design dedicado por entero a la Representación Abstracta. Jencks es un genio de la clasificación -así figura en el prólogo de la edición- y por cierto en su articulo y en el nutrido grupo de presentaciones que le suceden clasifica todo y a todos con una habilidad sorprendente. Pareciera que luego de todas sus acuatintas de los 6Itimos años le hubiese llegado el momento de aventurarse con el gran fresco. Las corrientes que registra son muchas y los adeptos en proporción solo unos pocos. Esto significa que en algunas corrientes hay uno o dos seguidores y, con frecuencia, solo uno. Algunos nombres figuran incluso en dos o tres corrientes diferentes al mismo tiempo, de modo que la tarea de clasificación resulta por demás compleja, no precisamente por el problema de la identificación sino porque si el que las clasifica es
también fundador de una corriente, él ya no sabe cüañtos paitídarios puede reclarn ar para si. Pero esto no le sucede a Jencks, quien registra con objetividad a todo aquel que actualmente está en el Posmodernismo --que él mismo ha creado-- como a quienes ya han abandonado sus filas (y quiz.ás ahora digan que nunca pertenecieron al mismo), ya que cuando sintieron que habian avanzado lo suficiente, abandonaron el barco y comenzaron su propio camino. Su fresco se centra alrededor de dos figuras - Peter Eisenman y Michael Graves. los supérstites más auténticosrodeados por imágenes más esfumadas dispuestas en grupos cuyos contornos se interceptan. E\tán los Nihilistas Positivistas, que no se limitan a no creer en nada sino que ofrecen representaciones simbólicas de su personal no-creencia; el grupo de los Memoristas, en busca de arquetipos, no arquitectónicos sino extractados de la historia de la arquitectura; el grupo de los Escatologistas, que identifican el 61timo destino espacial de los seres humanos con cementerios y campos de concentración; el grupo de los Metamorfologistas que se dedican , casi como un juego, a alterar los significados ya adquiridos y compartidos por todos con el fin de producir sistemas de relaciones no concordantes y, por ende, no sistemas; el grupo de los Neoabstraccionistas, que buscan interdependencias sin significado que podrían convertirse en significantes si se llevaran a cabo como su objetivo final; los Neoabstraccionistas 11, mayormente europeos, que reconfirman cuanto era afirmado por Alberti acerca de que la arquitectura tiene sus leyes propias para concluir -a diferencia de Alberti- que