Arquitectura 252 - 1984

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Detengámonos en algunas consideraciones complementarias. En particular nos parece importante aludir al concep to de necesidad implícito en el primero de los parámetros enunciados. Las " necesidades" manejadas por el arquitecto, no siempre coinciden con las sentidas por el destinatario de la obra. Aquéllas, frecuentemente , se p resentan deformadas por la preconcepción formalista. Pero las necesidades que el usuario siente como propias, pueden igualmente caer en deformaciones, tensionado como está, por una sociedad habit ualmente distorsionada por los hábitos inducidos y las apetencias insensatas del consumo. Al respecto, es necesario confiar en el control autocrítico del diseñador y procurar, complementariamente, el susten to sociológico que permita detectar con razonable aproximación, las verdaderas y reales necesidades de aquel usuario . • En segundo lugar, validamos el apoyo técnico cimentado en la investigación científica. La racionalización de los procesos constructivos, la detenida consideración de las condicionantes locales, el ahorro energético (material y humano), alcanzan en efecto, especialmente en países como Jos nuestros, relevancia especial . Consignemos en tercer término, la dicotomía latente en la interpretación de la "forma". Como m anifestación hedonista , autosuficiente, sólo puede aspirar a la fruición esteticista por parte del gustador preparado y sensible. Con vocación pluralista, puede además alcanzar a ser estímulo para la expansión del individuo y de la actividad comunitaria . Frente al obstinado entronizamiento de la conceptualización abstracta ("Racionalismo ", " Funcionalismo" t " Tecnologismo" t " Formalismo") t pretendemos pues recuperar la vitalidad plena y cabal de la racionalidad, la funcionalidad , la técnica y la forma. Con la enumeración de tales presupuestos teóricocríticos, factibles de ser incorporados a la práctica docente , nos compete ahora aventurar algunos lineamientos para su p osible implementación operativa .

11. LA TE ORlA EN LA PRACTICA DE SU ENSEÑANZA Comencemos sosteniendo nuestro absoluto convencimiento de que no existe enseñ¡mza plena sin un sólid o fundamento científico; pero tampoco existe enseñanza plena, allí donde no se brinda u na total garantía para poder sustentar libremente las ideas.

La instrumentación de la enseñanza teórica en una escuela destinada a la preparación de arquitectos, debería proponerse como objetivo primario, promover en el estudiante la racionalidad autoconciente que le permita afirmar , dentro de los parámetros enunciados, su control sobre el diseño . Creemos en efecto , q ue el desarrollo de la arquitectura actual está en buena medida condicionado por la conciencia crítica con que los creadores enfoquen su problemática. Conviene entonces colocar el acento menos en el "aprender" (en tanto acumulación informativa o aceptación impuesta de normas operativas), que en el "conocer" (en tanto esfuerzo intelectivo y sensible por indagar esa problemática arquitectónica y discutir las realizaciones o tentativas generadas para enfrentar su solución) . La posibilidad de aproximar la e nseñanza a una metodología cien tífica, obliga a cuestionar toda estructuración de un cuerpo doctrinario cerrado y completo , contraponiéndolo a una teor ía e ntendida como una sucesión de hipótesis. "Una concepción como la planteada , impone ... la necesidad de reconocer como lógica de su propio desarroll o, la crít ica y evolución sistemática de los modelos propuestos; impone también la imposibilidad de negar a priori una concepción teórica en tanto la práctica a que se refiere no permita definir un criterio suficientemente fundado de valoración, aún cuando su proposición pueda chocar con los criterios dominantes. U na teoría así entendida es un proceso esencialmente crítico, encarado como guía necesaria para una práctica concreta, que no tiene sin embargo más garantía de su pureza que su depuración sistemática,. ( 7) La enseñanza debe ser pues, dinámica . Pero tam bién abierta , evolutiva. Evolutiva , para atend er los niveles de progresiva complejidad en el transcurso de la formación académica. Abierta , de modo de captar con generosa amplitud , la aportación personal del estudiante, adoptando la rigurosa congruencia de pensamiento, como única norma excluyente. Y además de dinámica, abierta y evolutiva, entendemos que la enseñanza debe ser motivadora , promociona!. Debe inducir al acto creador. Al acto creador basado en la meditación y la lógica y por sobre todo , en la sensibilidad hacia el ámbito paisajístico y urbano , y hacia la comunidad y la persona, sustento y razón de ese acto creador . Aún cuand o se mantenga a cargo de un catedrático la clase expositiva y "magistral", resulta imperioso viabilizar los medios capaces de superar la habitual pasividad implícita en su práctica, con la deseable participación activa del alumno . El campo de experimentación pued e ser variado. Dentro de esa afirmación receptiva, caben al menos dos modalidades complementarias con las formas tradicionales de impartir la docencia:

(7) "Teoría de la Arquitectura - Criterios de Orientación y Contenidos". Repartido No. 443.71 de la Facultad de Arquitec tura de Montevideo, 13/ IX/ 71 . 29


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