Arquitectura 232 - 1956

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Palabras del Arq. Eugenio P. Baroffio Sr. Presidente de lo Sociedad de Arquitectos, Arqto. Brugn ini, Sr. Concejal de Mon tevideo, Prof. Pive/ Devoto, Señoras, Señores. No tengo ese don que permite o algunos improvi sar un discurso si n que los palabras tra icionen su pensamien to. De a hí que me hoyo visto obligado o escribir un poco o presurodom ente estos apuntes que no son nodo más que sugerencias p rovocados por este generoso homeno je. Grande, profundo agradecimie nto debo o lo Sociedad de Arquitectos, o lo que estoy vinculado desde su fun dación . M is colegas yo me honraron en su seno en otros oportunidades, o lo la rgo de este lapso que hoy llego o/ medio siglo. Dos veces en ese tiempo tuve el honor de se r Presidente de lo Comi s ión Direct ivo . Luego se me hizo un home na je de adhesión y augu rios cuando fui designado Deca no de lo Sección de Enseñanza Secundario y Preparatorio de lo Universidad de lo Repúb lica. Poco después, al prepararse e l V Congreso Pon Americano de Arqui tectos fui nombrado por lo Asamblea, Socio Honorario, al mismo tiempo que o los Arqtos. J ocobo Vózquez Vare /o y Alfredo R. Cam pos. Este úl timo homenaje que vincu laba mi nombre al de esos dos ilustres y beneméri tos colegas, colmaba todos mis intimas y pre tenc iosos aspiraciones. El estor al lodo de aque ll o fig uro consular q ue e ro don Jacobo, de señori l prestancia, po r vi rtudes y talen tos tonto como su singula rmente ilustre abole n go y de esto otro que tenemos lo dicho de tenerlo presente aquí : el Genera l Cam pos, compañero de fr aterno a mistad, consti tu!o un hecho de particu la r y hondo regocijo espiritual, e n e l ca mpo ético profesional y en las reg iones del senti mien to . Ahora, con este acto q ue rememo ro uno e tapa de mi vida, que, s i bien es de trascendenc ia real poro m í, poc·o en tidad puede a lcanzar por su proyección exterior, lo Sociedad ha que rido subrayar ese acontecer con gene roso impul so. Atribuyéndome v irtudes, algunos de los cuales creo, si n modestia, habe r podido demostrar, se ho magnif icado, no obstante, el volar de e llos y e l mérito q ue me corresponde en su a p licac ión en las ac t ividades profesionales. Lo nuestro es uno profesión que por e l a lto va lor de su com ple jo significado y por su proyección e n los cotidianos faenas, impo ne un riguroso acota mien to o los princ ipios morales y uno constante especulac ión de los di sciplinas intelectuales que regu lan lo práctico de SU e¡erCICIO. En e l curso de estos 50 años que han transcurrido desde aquel dio en q ue lo Unive rsidad me h abil itó poro e je rce r lo profesión de Arquitecto, c reo haber cumplido con c ie rto d ign idad y un espíritu ajeno o pequeños intereses, el compro m iso que ese honroso tí tulo implico como inel udible . Los mé ritos, bie n modestos, que pude haberlo acumul ado e n este largo lapso, no son por cie rto como poro justificar uno demostración que aspi re al ca rácter de un home na je a l evidente va lor de uno obro de profesional. Los ci rcun stancias que lo vida depa ro, e n sus miste r iosos design ios, no siem pre o frecen o portun idades e n que los virtudes que se poseen puedan evidenciarse de modo concluyente y a firm ativo. Mi actividad e n ese med io siglo de mi e xiste ncia, ha debido d is-

tribu irse entre el desempeño de uno funci ó n técnico de carácter público, en que cuarenta años se dedicaron al Mun1cipio, y lo en señan za en lo Universidad. Función d irige nte sim ultáneo en ambos campos, d uran te var ios años, me obligó o actuar en los Consej os de Facul tad de lo Sección de Enseñanza Secundario, en e l Consejo Ce ntral Unive rsitouo, a l m ismo t iem po q ue en la Administroción Municipal con ca rgos de responsabil idad moral y profesional. Esto actividad, que en cierto modo me impidió mayor la titud de to reos, me brindó en cambio uno pos ición más e n arm onio con m1 temperamento y con mis ideales. En mi largo actuación de técnico municipal, he madurado conceptos, reafi rmado ideos, mod ificado pa receres, siempre guiado por la conv icción de que el cum p limien to de l deber poro con el p úb lico , para defensa del interés com ún, logro su acción benéfico . Aún adm it iendo q ue el cargo púb lico -como lo he dicho otras ve ces- es refugio de m uchos opacados y faltos de inic iativo , ocaso seo en tre esa clase donde se encuentra en mayor núm e ro hombres m orales, equil ibrados y humanamente superiores. Po rque el triun fo en otros lides rec la mo sacr ifici os, g randes o pequeños. El superar o los demás, yo seo por lo poses ión de bienes moteri·oles, d e mondo o de reputación, impone muchas veces condiciones superiores, que han de tene r como a liado lo suerte. Pe ro muchos otros veces, ta mbién - quizá lo mayor porte - el e ncumbra mien to y e l triunfo son consecuencias de falta de escrúpulos m o ral es, de sen timien tos fr aternos y so lida rios, de convicciones sostenidos con dig nidad y justificado o rgullo . No será por cie rto, pues, signo de inferioridad, smo de superior sentimie nto humano, el no querer move rse al impu lso de toles estímulos y el resig na rse o vivir, muchos veces oscu rom ente, pero conse rvando inconta minado e l sagrario de lo concie nc io, tesoro de humi ld es y fecu ndos virtudes. Con estos ideos, limi té mi acción profesiona l. Puse al ser vicio de mi cargo municipal todo e l caudal de mi espíritu, todo e l o mor que n ace de un conoc imien to má s acabado de los cosas, apl icándolo o mi ciudad, o todo lo que en ello tiene de esencial en su vida, o todo lo que ésto recla ma . De aquí nació mi interés po r los disc iplina s urbanísticos . Lo Universidad sirvió poro que sus proble mas, que son los de lo c ulturo nacional, me hic ieron a spirar o mi supe ra ción inte lectua l para responde r m e jor o los com promisos que m e crea ba el título honroso que se me habí a otorgado . De ahí los dos actividades fundomento les de mi vida en este lapso, c uyo re memorac ión nos congrego aqu í poro darme e l papel de protagon ista forzoso e n este acto de tan gene roso impulso. En ellos he debido se r jue z, exam inador, asesor, proyectista, real izado r, comen tarista, fi scal , en múltiples y comple jas problemas pro fesionales y cuestiones cu ltural es . En todas he puesto la mejor de mi espíritu, y si e l resultado no ha sido e l po r mí deseado o e l más a certado técnicamente, na ha sido par fa lto de humi lde contracción al estudia y espíritu de justo valoración de c ircunstancias. Reitero e l a g radec imiento a l Sr. Presidente par sus bondadosas palabras y o todos quie nes con su presencia han d ado va lor o esto demostrac ión que tanto obliga a mi reconocimien to. A todos, Gracias

Yo en p re nso esto revisto e n cuyos pogtnos notic iamos e l ho mena je que S.A.U . present ó a l Arq _ Euge nio P. Boroffio con motivo de sus bodas de oro p rofes iona les, se produjo e l fa llec imi ento de to n destocado co lega. Ante ton penoso y sentido deceso, " ARQUITECTURA" e nl uto sus páginas en a dhesión a l sentir gene ra l de nuestro profesión _

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