Arquitectura 51 - 1922

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A~QUitECTURA

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Algunas re posñll»R~

de nuesfrrlal

más fá cilmente su con cordan cia con nuestro medio ac· tu al. que el valor absoluto del arte juzgado; porque, sin aceptar nin guna filosofía relativista, el arte es para nosotros "expresión", y com o tal, no puede menos de re•

comprensión más o menos difícil, mata en nosotros el placer estético. Para él, el espíritu exige u na perfe cta

lacionarse estrecham e nte con el medio ambiente en que

paz intelectual. He ahí e.l recio escollo de todas .las innovaciones guerra s encarnizadas que han debido sostener determinadas tendencias, antes de alcanzar sus triunfos defi• •

nthvos. Un c ierto n ú m ero de factores con ven c ionales, cre a· dos unos por el medio ambiente, universales otros, for·

se produce. Una gran toleran cia para todas la.s e.s cuelas, es la única cons ecuen cia lógic a que surge de estas consideraciones. Pero esta toleran cia, que pued.e y debe tener el crítico ilustrado, no se e n cu entra e n ·el público a quien e l arte se dirige' y el público juzga con criterio abso· luto, y con la intransigen.cia expontánea del corazón, las manifestaciones artística.s . Así debe de ser según lo que dej a,mos expr esado: el público es •• el medio,, y en él

man la base sobre la cual se asienta toda composición de arte. Así com o el poeta sufre en su imagina.c ión la tiranía del lengua je que ha de com u nicado con sus se·

residen los factores con ven cionales, contr·a los cuales no es posible directam e nte luchar. ·¡· ••

mejantes, así también los cultores del arte e n Jas otra.s esferas, se inclinan c ada uno a n te su lenguaje propio y peculiar. Pero -

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** Apliquemos estas consideracion es a nuestro asunto.

circunstancia curiosa -

Hablo e ntre arquitectos nacionales: ¿quien es de ellos el que no se ha planteado alguna vez, si no cien ve ces, la pregun ta de cual pueda ser la nuev·a tendencia de

tampoco lo fami-

liar alcanza a darnos impresión de belleza. Por el contrario: l as mismas obras maestras, como no sean ba·s· tante complejas, sucumben para nosotros, ante la con· templa.c ión constante que las hace vul gares. L o vulgar es sinónimo de lo feo.

n uestra arquite ctura? ¿quien n o ha pensado en elemen· tos nu evos , en n uevas proporcioQes 1 Las formas lógicas de los modern os procedimientos con.s tructivos, los ti·

El artista, ligado a los demás h o mbres por lo con· vencional •v lo conocido, debe no obstante tr asmitir les

pos del c:-lima y del continente e n estas tierras de aluvión cosmopolita, las líneas originales que cristalicen los par-

lo n uevo; y e n este equilibrio de lo con ocido y de lo de.s conocido, reside en cierto modo, el se cr eto de la . , , . e mocwn e·s tehca. Lo que una obra presenta a n uestro espíritu d·e la armonía del u niverso, sin obligarnos a esfuerzo alguno,

ticulares programas del siglo ¿quién no ha buscado la realiza ción estética de estos idea.les de nuestro arte?

s in que vayamos a pedírselo con el razonamiento y con la ciencia, eso será .lo que ten ga de her mosa para nos· otros. Claro está : para n o inquietarnos, para no obligar· nos al razonamiento y al esfuerzo, tendrá que habl arnos en nuestro idioma, e n e l idioma de n uestrO·S e lementos familiares, o de acuerdo con las formas y los

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Atrqtoifr~~tn.~ra

No admitimos como proporcionada, ni alcanza a impresionarnos como bella, una combina ción de ·e lementos desconocidos y poco familiares. Todo aquello que n os obligue a una inspección curiosa, o a u n trabajo de

artísticas , y he ahí también la explicación de muchas

t' .

. ewo 1U©Bon

La renovación está e n e l ambiente. Parece que nue.s· tros medios de expresión estuvieran g'a.stado·s , que la.s proporcion es canónic as y seculares, nos tuvieran apri. sionados y sin movimiento. Una frialdad monótona nos amenaza con la noche polar ¿Es tan acentuada la ·e xisten cia de este hecho? Muchos lo afirman categóricamen• • te, y lo exajeran aun m ás . F rente a ello, los arquttectos nac ionales-ayudados por el cosmopolitismo de nuestro público-busc an fuera de fronteras, y en la,s exhumacio-

rasgos dominante·s que nos sean conocidos. Por eso, de un pueblo a otro puehlo y de un siglo a otro siglo, el llamado " buen gusto" se muda y las tendencias artísticas se suc eden; y por eso guardan también dentro de cada r aza y de cada suelo, algo así como una línea per manente: Por u na parte se busca lo novedoso, se huye de las repeticiones vulgarizadas, de las frases hec has; y por otra el arte se afir ma al suelo que lo cobija, para hablar en idioma inteligible. Todo criterio absoluto para juz gar el valor del arte, en tal o cual manifestación regional o histórica, es injus·

nes arqueológic as, que y a caracterizaron en Europa al siglo XIX, esa renovación anhelada. Vemos así .s urgir en n uestro suelo: el chalet nor mando para adaptarse a las playr,s; la casa española, destinada a la ciudad y al cam· po; la villa italiana para realzar el encanto de los aire• dedores urbanos; y no faltan el tipo ingilés y el tipo nor• teanieric ano de las viviendas. En este mare magnun de tipos diversos, todo parece contribuir a que se pierda aún más el carácter de nue.s • tro arte. P ero no podemos ni debemos ser pesimistas:

tifi cado y absurdo. P odrán señalarse desde "afuera" def·ectos y cualidades objetivas de una obra de arte deter·

ción es indispensable. Toda esa variedad que hoy parece agobiarnos, e n riquece n uestro lenguaje artí.stico, y adap-

minada. Y p ar a esto mismo, se requiere prudencia. Lo

ta al público a u na amplia tolerancia. Cuando esos ele-

que se relaciona con el placer estético que esa obra es capu de sugerir al pueblo y a la é poca que la cre aron, no se a·l canza sino desde .. adentro''.

mentos ·Se fundan, que han de fundir·se sin duda, ·e l día e n que los arquite ctos dejemos a un lado nuestra preten•

El juicio sobre un arte pretérito o exótico, expresa

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para que la renovación se produzc-a, la época de transi-

sión de eruditos clasificauores de estilos, habremos crea• do para los artistas del futuro, una tan grande libertad


de expresión, cual no pudiera crear.sé en ningún .pueblo de civilización secular.

que no puede crear el gen~o de un hombre, aislado en una hora de la civilización, lo realizan los siglos suman-

Estamos ahora ensanchando nuestros horizontes~ y así como podemos esperar que fundidas en una las diversas corrientes de sangre que ·l a inmigración ha reunido en América, formen mañ·ana una raza nueva y vigorosa, podemos esperar también que en el arte se pro-

do una tras otra las obras de los genios. Tal es el papel de la técnica •• artística"~ y debemos fe,l icitarnos de que en un momento que pod~mos considerar fundamental, eche ella sus raíces ·hondas en nuestra tierra, para producir mañana frutos dignos de la

duzca la misma evoluc ión. Pero si una erudición libresca de parte de los artis-

herencia artístic a, legada a América por la c ivilización e uropea.

tas arquitectos, impidiera reunir en un solo lengu.a je, to· dos los elementos de orígenes distintos, como se aúnan

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en el idioma hablado las voces de diver.s as y antagónicas etimologías, aun no debemos ser pesimistas: porque aun conservándose el casillero de los estilos, el lenguaje ar• quitectónico se enriquece: y tal vez los esti.l os mismos sirvan ·mañana, en mayor escala que hoy, para dar carác ter a las obras de arte.

Pero hemos hablado de

la técnica •• artística",

y a

penas hemos mencionado la .. científica". Esta tiene también su papel en el arte, pero indirecto. Ella da las formas constructivas y lógicas dentro d e la economía: su fín principal es de c arácter utilitario

Dejemos a un lado prejuic ios y temores: la sabia dirección de la naturaleza va siempre más allá que la previsión humana: y aunq u e nos fuera dado corregir, por

y práctico\ caráder del c ual no puede c asi nunca des-

lo que toca a nuestra América, las leye.s univer• . s ales . que presiden la evolución de pueblos y civilizaciones, haría-

las forma.s artísticas? Sabido es que no todas las con·strucciones se presentan al público, como obras de arte para ·ser juzgada·s . Hay edificios de índole utilitaria q u e no temen exponer

prenderse la arquitectura. Ahora bien ¿cómo puede obrar esta técnica sobre

mos bien de no poner sobre ellas nuestras manos.

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sus esqueletos descarnados a los ojos del público. Ellos dan las formas nuevas sin temores de crítica. Pasan desatendidos. . . pero no deben pa·s ar.lo para los arquitectos artistas: cuando esas proporciones extrañas y esos elementos nuevos, que hoy tal vez sorprenden pero n o emocionan, hayan penetrado en el lenguaje convencio-

Mu cho ha progresado en el país la técnica Arquitectónica. ¿Cual es el papel que ha de tocarle a ella en la evolución artística de la arquitectura? Ante todo precisemos su significación de la manera más clara que nos sea posible ¿a qué se reduce la técnica? Ninguna definición de diccionario nos satisface plenamente. ¿Qué entendemos nosotros por nuestra técnica? Podríamos definirla por •• el .c onocimiento de nues·

nal de la arquitectura, el arte podrá ir tomando posesión de ellos par a con ellos expresar belleza. Si desde un principio la forma constructiva hubiera aparecido bajo el pretendido dominio del arte, no habría producido emoción estética: habría sido como un idioma extraño, de los que solo pueden entenderse, die• • c tonano en mano. Las formas artísticas, cuando son realmente reno• vadoras, no preceden a las constructivas, ni aparecen ·s Í· multáneamente con ellas. Los grandes estilos han sur· gido desnudos, como abandonados por ·el espíritu del arte,

tro arte''. No la llamamos ciencia, aunque la ciencia tenga en ella una parte de relativa importancia· Hay dentro de la técnica arquitectónica, mucho conocimiento que esca· paría a una clasificación metódica y rígida. Es lo que podriamos llamar la técnica . ..artística". Sus conclusiones rara vez son terminantes, y de _la diversidad de sus tendencias, surgen las diferent es escuelas de arte. La buena técnica artística enseña a sentir, por medio del estudio de sus conclusiones: la mala, a pena.s llena •l a mente de prejuicios y fórmulas vanas: y es porque la técnica se refiere en muchos de ·S us puntos, a eso que hemos llamado ..lenguaje''. a e·s o que es convencional y muda·ble. La té cnica artística, deduce de las obras de arte los caracteres que les son comunes y sienta así sus normas para el artista. Claro está: muc.hos de estos caracteres son universales; muchos son locales o

particulares. Algo se refiere en ellos a lo que es objetivo en la obra de arte: a su armonía con la naturaleza : "' su .. verosimilitud" por ejemplo: mucho .a •l o que es simple modo ele expresión : la proporción, la concordancia re· lativ·a de los elementos, etc. De más está que digamos cuán indispensable es la técnica para el artista. No sólo la ciencia progresa y su· ma sus conoc imientos: también lo hace el arte; y lo

hijos de finalidades uti.litaria·s . Y si mientras no han pe· netrado en el lenguaje artístico con sus forma•s y sus comhinaciones elementales, el arte ha debido echar mano de ellos, .los ha cubierto con ropajes "piadosos" disfrazando sus formas •• chocantes"· •

Esta con•sideración nos conforta, cuando vemos en nuestra época reproducirse el cuadro ¿No entrarán m a· ñana por ejemplo, las formas y las propor.c iones carac· teristicas del cemento armado en las combinaciones artísticas? ¿no expresará por ellos la arqu~itectura sus creaciones nuevas 1 Difícil sería negarlo cuando ya estamos viendo los comienzos de esta evolución. Es preciso ser pues optimi·s tas, tener fe en el futuro de n u estra arquitectura, c uyas orientaciones de mañana poseen un horizonte despejado: si bien es cierto que la hora presente es todavía de indecisión y de duda.

H. T. A.

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HACIA LA NUEVA ESTJÉTICA Las

ca~a~ ·cdl~

Ih1ormigón ccoladl()) lecciones de restos arqueológicos. Pero el arquitecto mo· derno no puede ignorar el arte pretérito, sino que, conocedor de toda la tradición arquitectónica y de todas las bellezas pasadas, ha de depurarlas, con alma de artista. para cre ar la síntesis de la línea bella, de la nueva línea bella, que ha de complacer al espíritu fatigado del obrero durante su estancia en el hogar.

Las generaciones de hoy, testigos de los primeros pasos que da la humanidad ha cia esa edad nueva que ahora está naciendo, son, con más o menos consciencia, las creadoras de la nueva estética y de la nueva forma bella. Las diversas artes responden a la vida de u n país cada una con su matiz especial en armonía con el espíritu de aquél, pero ninguna como la Arquitectura está tan ligada a la vida colectiva y social, ya que la masa del pueblo, con sus costumbres, sus ne ces idades y su cultura, ha de dar

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la pauta de las condiciones materiales y morales a que ha de satisfacer la forma arquitectónica; y así, tan interesante como pudiera ser para el sociólogo el problema de la humanidad del porvenir, lo es para el arquitecto el

Como ejemplos en la fase de evolución hacia la n ueva forma, son altament-e interesantes los tipos de casas baratas construídos por el novísimo procedimiento del hormi gón colado.

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problema, paralelo a aquél. de la arquitectura d el porvenir. ¿Cuál será, pues, la forma arquitectónica del mañana, y cuál será la estética de la ciu dad futura?

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Es indudable, por lo que a la estética actual se refiere, que mucho, o todo de lo que hoy se tiene por sencillo y corriente y vulgar, lo sin carácter, lo cotidiano y

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lo anónimo, servirá a los arqueólogos venideros como dato magnífico para definir y caracterizar la obra bella de nuestra época. Y en cuanto a la estética futura, la forma arquitectónica será verdadera; como la columna de cartón en la falsa anécdota de Juan de Herrera, cae-

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rán las columnas postizas, las ménsulas de escayola que cubren viguetas de hierro, los pináculos hue cos, los dinteles kilométricos ... Pero esta evolución hacia la nueva belleza, será lenta y trabajosa, porque pesa sobre la Arquitectura toda la gloriosa historia de la construcción en piedr a, pero ella será, y entonces habremos llegado a la nueva forma verdadera y bella. Y esta evolución será porque hay , además de la nece.s idad moral de que se -efectúe, una causa práctica y

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decisiva que la determina; esta causa, que es una necesidad perentoria, que ha de depurar la arquitectura, que ha de renovarla, que ha de embellecerla y que ha de darla una fisonomía moderna, es la actual crisis de la construcción, la crisis de la vivienda barata. El aba en el costo de los materiales, la r·econstrucción de las ciudades arrasadas por la guerra, las nuevas exigencias de la vida moderna y del hogar moderno,

Casa de hormigón colado. Calle de la Mont ]oíe en Saint. Denís. (Francia)

el encarecimiento general de la vida y la necesidad de proporciona·r habitación saludable a las cla.ses más humildes, plantean hoy el problema del arquitecto en tiempos bien distintos de aquellos en que se podí-a construir un Monasterio del Escorial·

Este método en el arte de construir es debido a los ingenieros Harms, holandés, y Small, americano, y, en resumen, consiste: en colar en un molde de fundición una casa de hor migón, de modo análogo a como se efectuaría el colado, en ese mismo molde, de una pieza de metal fun· dido.

El problema de la vivienda barata es, principalmente, un problema de simplificación de forma, de supresión de ornamentación y de rapidez en la ejecución; y además, en é l, no ha de olvidar el arquitecto que su profesión es un arte cuyo fin primordial es la expr·esión de la belleza;

Describiremos la operación sumariamente. Se prepara la cimentación, como para una construc• ció n ordinaria, según las cargas, clase de terreno, etc.; se

y así, la necesidad de conseguirla de una manera simple y sumaria con el empleo acertado de sólo los materiales

construye el suelo de la planta baja, que será una super• fi c ie continua y sobre él se empieza a colocar el molde.

necesarios en la constru cción, le hará ser modernísimo en

Este molde o matriz está forma.d o por un gran nú-

.su concepción. Podemos, pues, afirmar, que

el barrio

mero de placas de fundición de peso y tamaño maneja•

o brero será la obra arquitectónica del siglo, bien distinta

bles, las cu ales, como han de ser colocadas de canto unas

de otras bien pomposas que no pasan de ser magnas co-

s obre otras, tienen los bordes especialmente reforzados

-lo -

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AR()tJiti:CtURA y dispuestos para recibir lor pernos que han de unirlas entre sí. Con las mismas piezas se pueden mold·e ar for• mas diversas según su dispf sición, y así, los moldes se pueden emplear para el encofrado de distinta-s construc• • ciones, lo cual es un gran fac tor de economía. Los primeros elementos del molde se colocan for· mando una doble hilada de ~lacas, una interior y otra ex· terior, separadas segím la magnitud de que vaya a ser 1 el grueso del muro y paralel as entre sí; luego se siguen

el encofrado y se tapan los orific~os que en los muros han dejado las clavijas que reforzaban las piezas del molde. Los marcos de la·s puertas y ventanas, así como las vigas y tubos de chimenea y los tramos de las escaleras, quedan perfectamente empotrados y sujetos por la dilataciól'l del hormigón al fraguar. Una de las características de este sistema de cons· trucción es la brevedad como medio de economizar en

poniendo filas de plac~s sólo en el molde exterior, y en•

la mano de obra, principal elemento que interviene en la determinación del costo. La casa que apar-ece en la

tonces se procede a la colocación de los hierros que van a constituir la armadura de lo" muros y q u.e están dispues· tos formando una red de horizontales y verticales bastante separados entre sí; se colocan también los tramos

fotografía adjunta ha sido ejecutada próximamente en catorce 'días : ocho para colocar e.l molde, uno para la colada, dos para el fraguado y poco rnás de dos para desmoldar.

de las escaleras constituidas por piezas de H. A., cuyos extremos entran en el moldd, y asimismo se disponen los tubos de las chimeneas y los marcos de las puertas y ventanas. Después se coloca la pared interior del enco· frado, que se mantiene a una distancia constante de la exterior por medio de unos tacos o clavija..s. De esta ma·

Las viviendas de hormigón colado son de una sobria,

nera queda preparado el m~lde de todos los muros, traviesas, etc., de la planta baja. El techo está constituido por viga-s de H. A. que se colocan sobre el molde y a puesto y despué..s se continúa montando el del piso superidr, de modo análogo a como se ha indica.do para el bajo. Las casas proyectadas en este sistema son general· mente de dos plantas. La última fila de placaiS colocad·a, tiene una disposi· ción especial redondeada en su borde para moldear la sencilla moldura que sirve de cornisa de coron·a miento. Sobre el encofrado del pisol segundo se colocan las vigas que han de constituir el piso .d e la terraza.

selecta y nueva belleza. Ellas han de satisfacer nuestros anhelos de verdadera estética, ac·aso porque están conce• bidas sin preocupación estética. Y son modernas, limitadas por su silueta acusadora de rectas y planos, y por la rapidez de su ejecución, llena del vértigo actual que r ige a nuestra vida intensa; f-ebril ejecución que aparece en las líneas del edificio en s u carácter espec ial, en la a usencia de retoque·s y enlucidos, y en la carencia de guar• dapolvos, impostas y salientes; y aparece este carác ter, sin perjudicar al de solidez y estabilidad, cosa natural en obra de ejecución rápida, pero d·e concepción madura: madurez en el pensamiento y rapidez en la acción, virtu• des de nuestra época. Al quit·ar el molde, aparece la vivienda con su línea fina y airosa, senciUa y bella. El color ceniciento del hor· migón la envuelve en una tonalidad suave que apenas

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Los suelos están forma.d os por losas de hormigón que se colocan sobre las vigas. ~stas vigas y losas se prefieren ya manufacturadas para ser puestas en la obra, con o bjeto de ahorrar el tiempo que necesitarían para su com· pleto fraguado, en caso de ser formadas en la colada, p~esto que no se podría q¡uitar .e l encofrado correspon·

diente hasta que el endure cimiento de los suelos les permitiera soportar su pro~io peso; además, este proce• dimiento inmovilizaría el mplde por mucho tiempo en una misma obra, lo que no se puede a.dmitir por razones , . econom1cas. Después de montado el m~lde por completo, se vierte en él, por la parte superior,¡ constantemente por el mismo punto y de una manera continua, la mezcla especial que constituye el hormigón, me~:tcla especial ~ue tiene por objeto asegurar el reparto uniforme de 1~ masa por todos los puntos del molde, y evitar olas decantaciones que pue· den ocurrir en el seno del hormigón ,al ser vertido desde cierta altura. . Y como en el reparto y compresión de la masa no se

altera el tenue valor obscuro de la cornisa de coronamien• to; los distintos planos que da la planta, siempre algo • movida, son en su belleza la variedad, así como la sabia ponderación de huecos es la armonía de •SU belleza; ar· monía que, a veces, está subrayada con la disonancia pro· ducida por la coloc ación o el tamaño de algún hueco desacorde con los demás. La belleza en la distribución de puertas y ventanas estriba en que aparecen sencillamente a la fachada como manif·esta.c ión de .la vida del interior, expresada lógica y cuidadosamente en las plantas, en cuyo estudio reside, como es sabido, una de las principales fuentes de econo• mía; y con respecto a su ornamentación, debieran de ha· berse pintado con colores violentos, mejor que con los blancos y grises empleados; de esta manera se hubiera valorado ·e l color apagado de los muros de hormigón; pu· diera haberse emple~do un a:zul ultramar intenso o un violado fuerte. Pero. el problema de

1a ornamentación d.e esta vi·

emplean pisones y demás procedimientos corrientes, es

vienda, dejando aparte las consideracione.s económic as, es sum.amente difícil por causa de la nov.edad de los pro-

preciso que el hormigón tenga una gran fluidez para que, vertido por un solo punto, presente en c ada instante una

cedimientos constructivos. Suprimida la ejecución de la obra por hiladas horizontales, se haoe difícil el empleo de

superficie libre aproximadamente horizontal. El mortero se prepara, pues, con una gran cantidad de agua ( 120 a 175 por 100), lo que le da gran fluidez, y ademá.s se le agregan materia·s coloidales, que aumentan su viscosi· dad e impiden la decantación. A los dos o tres días de vertido el hormigón, se quita

impostas y elementos análogos con la base de la línea horizontal, y la construcción sin solución de continuidad no hace racional el empleo de salientes en esta clase de muros; poco, pues, ha de servir la aplicación de la.s formas de la arquitectura tradicion-al, y aun menos, quizá, la busca en el natural de elemen.t os utilizables. pues es bien

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ARQUITECTURA

difícil el encontrarlos desempeñando funciones análogas; acaso la consid.e ración sobre las formas estratificadas de

constructivo que triunfe en la práctica, adaptándose a las condiciones que se le pi.d en 7 j Qué rara belleza será

los terrenos sedim•entarios era un camino a seguir, pero un difícil camino, pues sería labor verdader.amente genial la de crear, mediante el estudio del natural, formas adap•

la de las ag'rupacion.e s de cientos de miles de esas vi·

tables a lo tan intelectualmente concebido. Pero aun hay más; entre las muchas soluciones bus-

darán las actuales como núcleo de las venideras, como

cadas al problema de la vivienda barata (que bien han variado desde que se hizo el ensayo de Mulhouse en 1852), hay otra, tan original como 1a descrita, presentada últimamente en los Estados Unidos: consiste en ejecu• tar las fachadas sobre los moldes tendidos ·horizontalmente sobre el suelo, y, una v.ez fraguado y endurecido el hormigón, se izan hasta su posición vertical, colocándose de esta manera en la obra; después se colocan las vigas, suelos, etc., en piezas ya fabri c ada·s de hormigón armado. He aquí un nuevo problema de forma y orna-

. , mentac10n.

Estas son unas, entre las ideas nuevas, verdaderamente revolucionarias, ·en el arte de construir, creadas por la honda transformación de la vida; eUas no han dado aún la forma definitiva, pero sí el ambiente nuevo que vivifica. ¿Qué carácter y qué estética s·erá la del sistema

viendas! ¿Cómo será, pu·es, la ciudad del porvenir 7 Acaso que· centro de la administración, los trabajos y los negocios; quedarán rode.adas d.e las futuras barriadas, con las ha· hitaciones, 1as viviendas, las de la nueva estética, llenas de sencillez, de verdad y de belleza. Entonces apar.ecerán lo·s edificios de hoy con sus moldura-s y sus cresterías, con sus esculturas y sus ornamentos, con la misma ex· trañeza y la complicación que aparecen los antiguos templos indios en medio de la Horesta virgen; sólo que esta • floresta se.r·á de chimen·e as, de cables y de anuncios, esos elementos que caracterizan tan típicamente la fisonomía de las ciudades fabriles, ya con sus líneas duras, ya con sus colores violentos. ¡Bello e intenso mañana! Entonces, acaso parezcan dulces cuadros a lo Fra Angélico las locuras de Marinetti.

Enrique Colás H ontan. .. Arquitectura.. -

Madrid.

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Traba]os preselllla«fios

Pan

a.

Ame~ricano

consttru(Ctiva ~ccon~mñcco- sanñlawia las nuevas impl2llllaccñon~s, ttransfowmacñone$ y ensanches edilicaos

Estudio de una adaptabi~ 2

prá~tica

La construcción de una ciudad, así como la ampliación de toda otra existente, es la solución de un complejo y grave problema sanitario que precede a toda preocupación d·e índole estética, sin que esta prioridad signifique que tal preocu pación no sea atendible, sino que asume su alto y verdadero valor una vez resuelta la cuestión sanitaria, base fundamental de toda implantación edilicia.

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P1rim~r CCoRlgreso Arquñt~~ios

por analogía se podrán referir los demás que se hallen en condiciones semejantes. Nos referiremos a Montevideo, ciudad de tipo cu adricular, enteramente constituida por cu adrados y fracciones de esa figura dispuestos en dameros de grande extensión que solo se diferencian entre sí por variación de ru mbo de calles, y n ó por otra cosa.

D e nada, en absoluto, valdrá la belleza de una ciudad si ésta no es salubre y poco vulnerable a los ·agentes morbosos que constantemente se ciernen sobre la vida.

Montevideo es, quizá, la ciudad de manzanas más pequeñas; miden éstas 85 mts. de lado, habiéndolas a profusión, menores, pero raramente más grand·e s.

La población más hermosa del orbe será esquivada con horror si es malsana, y nadie vacilará un solo minuto en la alternativa de optar e ntre ella y otra, árida y vulgar, pero privilegiada en sanidad. El único índice de incontrastable valor que mide el grado de excelencia de una localidad cualquiera, es su índice de mortalidad.

Esta exigüedad fué originada, más que por otra causa, por una forzada razón de proporción a que se sometió el fundador ante la estrechez de ·l a lengua de tierra en que h ubo de delinear la ciudad primitiva, que en la época de su funda ción no medía más de 700 metros de ancho útil. Dic ho fundador dividió, pues, el terreno, en fracciones en armonía con su reducida dimensión.

Esta verdad indiscutible evidencia que es absurdo emproender grandes obras de embel·l e cimiento o ensanche urbano sin antes tener rigurosamente plane ado el sistema topográfico-sanitario a que deben subordinarse dichas obras-entendiendo por sistema sanitario todo el conj unto de menesteres :-redes de toda índole, pavimentos, locomoción, centros culturales y de distracción, etc.

L os muni cipios na cionales que sucedieron a los c a• bi:ldos hispanos, no obstante no tener para la extensión extramuros de la ciudad, que atender a la mi.sma razón que se impuso al conquistador, puesto que a partir ·d.e.l recinto de la Ciudadela el terreno se ensanchaba ampliamente hacia todo rumbo, han continuado hasta el día usando las

que contribuyan al confort completo d e la existencia, o sea a la sanidad en su más ámplia expresión.

mismas prácticas de urbanización y el mismo módulo de

Para la finalidad a que nos proponemos arribar por el presente estudio, vamos, en forma breve y resumida,

La división del suelo en parcelas diminutas, si tuvo conveniencia para la aldehuela esencialmente militar, que por imperiosos fines políticos fundara España en

a entrar de lleno al análisis de un caso concreto al que

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subdivisión de la tierra delineado por los españoles.


ARQUITECTURA •

herra charrúa, no la tuvo i g ual para la comuna patria, a • quten cupo la misión de extender la ciudad hasta su límite actual. El desmenuzamiento del suelo de la urbe en cu a dras cortas, ha originado un exorbitante número de c alles qu e no han desempeñado otra misión que -la de extender extraordinariamente la ciudad con las consiguientes gr aves desventajas que toda extensión con poca densidad de población aporta a todo c entro urbano: imposibilidad de dotarlo d·e redes sanitarias, lu z, aguas, pavimentos, lo comoción, etc., en toda s u planta. Tomando un promedio, podríamos decir que Monte-

la c antidad ni la calidad que la sanidad dom é stic a reclama, y , por lo tanto, un permanente fo c o de insidias a la sal u d de su habitador. De la anula ción mos a ocuparnos en puesto que, de dicha nidad de la vivienda

del s u sodicho núcleo ponzoñoso valo q u e sigue del presente estudio, anulación hacemos depender la say, por extensión, .la de la ciu dad en

general. La habilitació n sanitaria del c entro de toda m a nz a na podrá obtenerse fa c ilmente si nos valemos del siste ma

video, cada 500 m e tros lineales, tiene 100 de c alle, y que c ada manzana enfrenta a u na superficie de vía públic a c asi igual a s u área, sin que esta prerrogativa hay a in-

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fluido mayormente en su sanidad. No es, como sab e mos, ni el núm e ro de calles, ni la amplitud de éstas la q ue asegura en absoluto la sanidad de una pobla ción. Una poblac ión ser á sana cuando sus c asas lo sean, y éstas, a su vez lo serán, cuando sean sus ceptibles de ser envueltas y penetradas profundamente por el air e y la luz, elementos prjmordiales de la higiene natur al. Montevideo, a pesar de ten e r, sin incl u ir plazas y parques, más de la terc era parte de su suelo destinado a c alles, no concede mayormente a sus viviendas la facultad salubr e antedicha. Nuestras manzanas, pequeñas por orígen, y en m uchas partes más empequeñec idas por leyes de retiro de • frente para ensanc hes de calles, obligan a ,} a c asa a apiñarse ha cia el centro de dic has manzanas y a comprimirse '

Subd ivisión en blocks paralelos y disposición de sus desagües

conocido del área central libr e inte r puesta a los fo n dos de todos l os edificios de a qu ella en forma que ab a rque e l mayor número d e éstos. Pero, para q ue tal pr á c tic a sea r e alizable, e s m e nest er que las manzanas sean mayores que las q u e a ctu al -

~J 1

Fig. 2 -

mente constituyet:t la ciudad, en las eu ales la m e j o ra a puntada es difícilmente realizable a c a u sa de s u peq u eñez,

'.ALL:El::.,

no obstante, en ciertos c asos también podría t e ner lu ga r mediante una ley de r e tiro de fo ndo a náloga a la di ctada para retiro de fr e nte en los c aso s de e n s an c h e de c alles. Pero, donde la inno va ción asumirá todo s u v alor e importancia, será en u n amanzamiento n u evo . Para f ij a r ideas y evitar des cripc iones, r epre sentaremos grafic am e nte e l procedimiento de q u e nos valdr íamos para ll egar a la habilitació n sanitar ia ant e dicha.

n > r ~

La Fi g. 1 de por sí, y sin requerir expli c a ciones, nos indica que el resultado de la ope ra ción efe ctu ada sob re una frac ció n de suelo para el fin prop u esto , es la o bt e nción de u n cuerpo de bloc ks edific ables q ue e n s u conj unto constituirán la n ue va manzana con la perfección in-

m

troducida. El esquema ofre c e una combinació n de blocks en c uadro, pero éstos, como lo muestra la Fi g. 2, pueden disponerse en cualqu ie r otr a forma, y a par alelamente, para aplic a c iones de c asas-jardín a copladas, en gr u pos de

Fig. l - Subdivisión de una manzana en blocks aislados, y disposición de área central libre y pasages de comunicación con las calles adyacentes en sus fondos pr ec isamente donde por la índol e d e s u s dependencias es más reclamado el desaho go. El núcleo de toda manzana está, e n general, constituído por d e pendencias d e s e rvicio, casi siempre, a c ausa de la estre chez extrema de.I solar tipo de Montevideo ; en inferiores condiciones de areac ió n e ilumina ció n. Es este núdeo un conj u nto de fondos yuxtapuestos y apiñ a dos, q ue en general no recibe de los elementos naturales de vida

cuatro, o aisladas si se q u ier e , y a distr ibuy éndose en planta irregular o mixta. A primera vista pa r e c erá que el terreno de stinad o a áreas libres y pasaj es tr ae r á como conse cuen ci a una grande pé r dida de terreno q ue extenderá u n poblado más de lo q u e lo haría u n amanzamiento común. Sin em b a rgo no es así, porque el terreno tomado para uso común será, e n gran parte, compensado por la r edu cción de c alles a

- 22-


·'

ARQUITECTURA que d~ Jugar la ampliación de la manzana modificada.

rada por los cond uctos de cada casa. Es conocida la im-

Por otra parte, si consideramos que los solares de ésta, por su doble exposición al cielo, serán suceptibles de mayor aprovechamiento por supresión de patios, elevación, etc., tendremos, como resultado de la mejor·a, una equi-

posibilidad de una obturación perfecta en todo tubo a base cementicia, a causa de los inevitables asientos de te· rreno y descuidos constructivos , aún insignificantes, y

librada compensación de suelo edificado, entre las manzanas macizas y .las internamente abiertas. La ciudad, e n vez de extenderse, apiñada, se concentrará, diluída, y

por ·l o tanto son inevitables las filtraciones y emanaciones a que tales imperfecciones dan lugar. El dorso de to· do colector es u na criba irrigadora de gases perniciosos del suelo de la calzada en toda la extensión de la ciudad.

sanidad. comodidad y

Las tuberías doJ'lliciliarias están en el mismo caso. Y en

belleza. Sabemos que hoy, higienicamente hablando, es impo-

con junto las vías de la ciudad no son sino una tranu. de fuentes emanadoras de gases y filtraciones temibles, que después de atravesar la capa de suelo que l as o~vlta,

en

privilegiadas condiciones de

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C:AL

trascienden al ambiente y se distribuyen librement ~ ror la ciudad. Agreguemos a esto que la m u ltiplicación al infinito de las perforaciones y su dificultad de obturarlas her· meticamente favorece la difusión de las temibles ratas,

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y tendremos definida la condic ió n hi gié nica del sistema que hoy por hoy desagua la ciudad. Los graves inconvenientes que acabamos de descri-

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bir pueden reducirse al mínimun adaptando, al aman:t a• miento que analizamos, el dispositivo de desagüe que en· señan las F ig. 3 y 4. V.emos por esas figuras que el sistema consiste en sacar las tuberías domiciliarias por el fondo de la c asa y conectarlas a un conducto, el . cual,

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l 1

después de recoger todos los desagües de la manzana y calles, los arroja a su vez al colector maestro por comu· nicaciones m uy distanciadas u na d e otra y que correspon· den a una por cuadra. En esta forma la criba al cole ctor maestro n o ha lugar por l a desaparición de los conduc tos

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transversales domiciliarios que, atraviesan las calles, las que, también, se verán libres de levantamientos de su5 c alzadas, costosos y obstruyentes. El saneamiento de vialidad por retiro de tuberías de c alle e inte grid ad c asi total de col ectores maestros m ul-

Fig. 3 - Disposición de los desagües de una manzana. A. Colector maestro. B. Ide m secundarios. CCC. Tubos domiciliarios. D. Sumideros de call-e. E. Area central lihe. F. Block!S edificables sible utilizar los subsuelos de nuestras casas en más de una tercera parte de su piso. La doble exposición habilitará e n toda su amplitud no solo esa importante depen· dencia sino que también m ejorará, de mucho, los pisos bajos comer ciales, generalmente mal aereados y m uchas veces iluminados artificialmente e n las horas más bri-

,

1 1

llantes del día, práctica ésta rechazada por la higiene, aún ola más anticuada. F uera de la ventaja particular del mejor aprovechamiento del terreno a que la doble vista dá lugar, otras innumerables derivarán de la disposición propuesta. L a plazuela central proporcionará a la vivienda adyacente u n aparente l ugar de estadía, que puede ser jardinado y hasta contener aparatos gimnásticos, donde los párvulos de la vecindad podrán distraerse lejos de la calle y a la vista de .los suyos; y en los barrios populosos facilitará los servicios generales de la casa, concediendo a su cuer· po más Íntimo la independencia que hoy no tiene, La estrechez d e nuestros solares no admite puerta de ser· vicio. Todos los menesteres domésticos, aún los menos propios, deben hacerse por la ú nica puerta de la casa a través de vestíbulos, galerías, escaleras de honor, etc .• con menoscabo de su propiedad e independencia. Per o la mayor y más trascendental ventaja de la di·sposición en estudio es de índole eminentemente urbano-sanitaria y , . econonüca. Nuestra ciudad está integralmente minada por una tupida red cloaca-!; decenas de millares de v·eces perfo-

- 23 -

Fig. 4 - Disposición del sistema de saneamiento interno y de vialidad tiplica su eficacia salubre por reducción extraordinaria de desarrollo lin eal d e tubería pública. La Fig. 4 muestra que para el desagote de un sistema edilicio de la forma e studiada, basta disponer un colector cada dos cuadras, y en la mayoría de los casos en u n solo sentido. puesto que las manzanas o bloc ks se empalmarían a dicho co• lector dos a dos por interm edio de los conductos secun· dar ios de calibre reducido y solo cubiertos por la tierra de la plazuela interna para su más cómoda inspección.


ARQUITECTURA De lo visto se desprende que la disposic ión que de· jamos estudiada reduce su desarróllo métrico lineal a menos de la mitad de lo que lo h aría el sistema com ún a ctu almente en uso. La econ o mía derivada de esta reducción es tan grande com o. evidente.

del momento obli gá ndo n os a ser breves no n os permiten describir, proporcionará a la casa y a su suma, la ciudad, el sistema que en sus grandes líneas acabamos de exa· minar en la ligera y resumida reseña que terminamos aquí. Montevideo 1920.

Silvio Geranio,

Fuera de las ya expuestas, otras mil ventajas eco-

Arquitecto.

n ó micas, estéticas y de com odidad que las c ircunstancias

&1

CCASAS CCONSISTORiAlLES DE ARAGON ( N ofr2~ de

<e~CCM1r~n(())Imnst2)

(ComHch.BSB6n)

t Bastantes c asas ten ían capilla en donde el Con· sejo oía misa los días señalados, y la del Espíritu S a nto antes de la elección de oficiales, entre los n obles y los c iudadan os previamente insaculados en las bolsas de los respectivos cargos; verbigracia , en Huesca, Jaca, Barbastro y Tara zona. T úvola también Z aragoza, cuya casa ha sido demolida. Asímismo había un _departamento para las marcas o contrast es que el Concejo ponía en las piezas de plata que se labraban, bien fuera la llamada de

r

Otros servicios m u ni cipales se alojaban en departa-

1

m entos separados; verbigracia, en H uesca el peso públi co y el almudí o gr anero. Algu no era hospitalizado en edificio monásti co, com o la leprosería en el hospital de los frailes de San Lázaro, desde el siglo XII (3) . La Casa Consistorial difería, como digo, tan poco de • u na mansió n señorial, que a menudo pudo ser- aquélla instalada en u na noble particular adquirida por el Con· cejo; tal es el caso de Graus, Alquézar, Valderrobres , etc.

\

Alcañíz le y, bien la de reales, bien la acendrada. Para ello, el Concejo designaba u n ciudadano, con la denom inación de

marcador de la plata (1). En otro aposento estaba el archivo; en otro, con puerta independiente, la pr isión, con sus cadenas, sus ar· gollas de garganta y de pies, las esposas, los grillos y los candados (2). En otro, el depósito para las medidas· patrones, la sala de la Contaduría, o sea la de los cont a· dores o jueces de los ] urados, etc.

( 1)

A/lltll t cs e itado~. púg. :! , .

(2)

A}Juntes citado::;, pág. 50.

''

Casa Consistorial Pero lo corriente era que el edificio fuese fabricado ad h oc. La planta y distribución son m uy simples:. aquélla, rectan gular; el piso bajo suele aparecer dividido por unos como arcos for meros, a los que correspond e n otros en cim a, que constituyen el antepecho de la exornada galería de la luna, o caja de la escalera. Ej e mplo: H uesc~ y ] a c a. En este caso la puerta de ingreso se abre e n el muro de fachada, no sucediendo así cuando hay porche o atrio. < ::)

Yéa~ ...· nu~::;tra

ca, 1921) pftg. :!4,

- 24-

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ARQUITECTURA Este vestíbulo raras veces tiene bóveda.

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Por

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artesonado de madera en las suntuosas {Huesca-actual

neral, techumbre corriente. El de Huesca ostenta un bello artesonado, y entre las zapatas corre el mote Urbs victrix Osea, que llevan sus monedas autónomas romanas. Los arcos van exornados a lo renaciente, y presentan en sus enjutas, en medallón, el prudente ·aviso: Quien quiera

sala de vistas de la Audiencia-,] aca, Barbastro ). En cuanto a las fachadas, las Casas Consistoriales rural es la tienen sencilla y sin adornos; las ventanas ras· gan el liso muro, y el remate es la galería corrida con pequeños arcos, destinada a desvanes, a estilo de las ca• sas partic ulares ( 4) y alero voladizo. Algunos d·e estos cuerpos de galería son evidentemente añadidos en el

siglo XVIII; pero es el caso que la mayoría de las Casas C o nsistoriales que citamos lo presentan. No lo tienen Ja c a, Bielsa y T arazona. En estas dos hacen aquel oficio

una segunda serie de ventanas, y debió tenerlas también Jac a. En esta última, recientemente ha sido substituido e l r emate que se ve en la fotografía por otro pesado y antiestético, que es un latente atentado al Arte. La de Huesca tiene una bellísima galería. El rafe

t

o alero va sustentado por nueve columnas que se apoyan e n un antepecho corrido. El alero es de primorosa talla e n madera, a estilo de los que tanto abundan en Arag'Ón (5), y presenta canetes, cordon•es, piñ·as, etc., produciendo gracioso, pero majestuoso efecto. Esta galería la protegen en sus lados dos torres cuadradas. En 1611, cuando se

Loa vre (Huesca ) -

Casa Consistorial

1

administrar justicia, cierre los ojos al odio y a la ami-

cicia. 1578. Del vestíbulo parte la escalera que conduce a la sa· la de sesiones, que en Huesca ·aparece exornada con me· dallones que presentan bustos de guerr e ros, de Felipe Il y su esposa (?), angelotes, etc., y en el cupulín del re· mate de la caja (ya del siglo XVIII), los es cudos de Hues c a (el antiguo de las torres y la muesc a) y del Rei· no. Todo en labor de estuco o yeso endurecido. Esta escalera e$ análoga a las de las casas nobles suntuosas (Maestranza, Argillo, Luna, Gurrea, en Zara• goza; Climen t, Monteara gón, en Hues c a etc.) con la sola diferencia de que en éstas la •luna o patio, sobre cuatro co· lumnas, es central y las dependencias e·s tán en torno de él ( tradició~ greco romana), comenzando la esc alera en uno de los frentes, y en la Casa Consistorial esta luna y es c alera aparecen a un lado. La parte esencial de la Casa Consistorial, como de las nobiliarias, es la gran sala alta, la sala de las reunio· nes, que equivale al salón de honor, o de recibir, con su · estrado , de las c asas solariegas. En ella se tenían las reun iones concejiles, las re c epciones, etc. Gravita sobre el vestíbulo y tiene acceso por 1a amplia escalera que co• mienza en aquél. Del mismo modo que la sala de recibir de u n a casa señorial se alza sobre la baj a o vestíbulo, con saletas o piezas reducidas adyacentes, o sobre una tienda en las casas modestas, el salón de sesione·s en las Con.. sistoriales está sobre el vestíbulo, con paso a pequ eñas dependen cias (Huesca, Jac a, Barbastro, T·arazona, Ale a• ,•ñi:z, etc.), o sobre el atrio o lonja de pública contratación (Bielsa, Graus, Sena, Alcolea, Monzón, Loarre, Valderro· bres, etc.), en el que está la puer ta de ·a c ceso a la es c alera. La g'ran sala se ilu mina con amplias ventanas ( algunas convertidas más tarde en balcones), bellamente exor• nadas al exterior, según el gusto renac entista. Esta sala s9lía tener una monumental chimenea. La techumbre, con

Bielsa (Huesca ) -

construyó, opinaron unos que se hic iese con arquería, o tros con columnas, como asi fué. El 26 de Abril de 1577 se firmó el contrato entre el

( 4)

1919).

\"~ase

nuestro c:-;tu<lio "La (·asa a ltoaragonesa.·· ( Madrid

( 5) Son excelentt-s ejemplos, en Za ragoza. en las casas <le la Maestranza, Colegios de Ran Felipe y Politécn ico, A udiencia . Casino principal, casa el e Morlares, etc., qu'e ademl\s con tienen esplénd idos a rtesonados en el int'erior, con r ica talla y policromfa, cuya tradic ión mudéjar es •bien patente en las techumbres d e la ca,tedral d-e Teruel. Ralas capitular y priora! de Sljena (siglos XIV ~· XY ) . La Seo y L a A ljafer1a de Zaragoza, palacio t'Piscopal de Huesca (~iglo XV). c te. Hay, ~Ldemás, hermosos a leros, en la casa d·c los Argensolas. d e Barbastro; en la de Lafar.ga e n Sar ii'íena e n la de Clim ente, de H uescas ; en T a razona, en Daroca y en o'tros mucl1os lugare.s de Aragón. (Véase Ale1·os y t echttmbt·es de Zarago~a. en A-rt e Ant.gonés, tomo l, número 3, marzo de 1 913 ).

~ 25 -

'

Casa Consistorial


ARQUITECTURA Concejo y el ma estro Miguel de Allué para edificar esta Casa Consistorial. Por eso en los medallone·s del vestíbulo aparece la fecha de 1578. En 8 de Febrero de 1610, co mo quiera que la fachada se hallaba en pésimo estado, acordó el Concejo levantarla de nuevo. Hizo los planos Domingo Zapata y Abadía, arquitec·

hay un cuerpo, de fecha anterior (siglo XV), destinado a otras dependencias municipales y a prisió n del partido.

to de Zaragoza, y se encargó de la dirección de los tra·

Tiene tres esbeltísimos arcos ojivales en su atrio, y u na galería de arcos de remate añadida en el siglo XVIII.

bajos su hermano Hernando Abadía, de Huesca, en 26

Aunque torpemente reformada hacia el año 1863, es

de Abril del mismo año. En 29 de Julio de 1611 se acordó consultar con maes·

muy interesante el exorno de la fachada de Tarazona, obra

columnas, como mar caba la traza; y en caso afirmativo, q ue se hic iera así, y no con arcos, como algunos pretendían. En Agosto de este año se comenzó a trahaj ar. Desde Abril de 1612 fué direc tor de las obras el citado Zapata, por e nferm edad de Abadía, hasta su conclusión. En Noviembre de este año se terminó, reconociéndola los maes·

La Fresneda (Teruel ) -

del siglo XVI. Sobre la puerta, y a lo largo de aquélla, vense dos enormes estatuas c asi exentas, de T úbal y

tros y oficiales peritos si el mirador estaría seguro con

'

del centro se tapó en el siglo XVIII para colocar u n es· cudo de armas y un rótulo más tarde. Remata en galería de arcatura y rafe de madera labrada. Formando ángulo

Hércules, arrimados a un árbol (7). Faltan dos más, des· truídas. En cima corre un pre cioso friso casi de alto re• lieve, representando la entrada de Carlos V en Bolo nia, con m u ltitud de figuras de próceres y c aballeros, com o de un pie y medio de altura, obra del mejor tiempo de n u estras Artes.

Casa Consistorial

-- -··-

• ••

tros Antonio M e ndizábal, por el Concejo, y Marcos Mañaria, de Zaragoza, por Zapata (6). Las ventanas primitivas ostentan sus rejas de época;

La de Sos es del siglo XVII, con puerta del gusto • re1nante. La de Jac a lleva fecha de 1544 e n el zóc alo de las

y aunque se han abierto otras posteriormente, todavía cons erva la fac hada una austeridad, una auritmia y u n

columnas que protegen la portada. A los lados, dos ven· tanas con salientes rejas de é poca. Correspondiendo al

c arácter tales, que ha cen de esta Casa Consistorial la mejor y m ás típi c a de Aragón y de su arquitectura muni-

piso noble, ventanas con remate en frontón esculturado

cipal. No hay en ella escultura ni aplicación ninguna (por eso su misma severidad la hace agradable). En cambio, otras fachadas ostentan abundante exorno. La de Alca· ñiz pertenec e al siglo XVII. Es de gusto serio, neoclásico, con puerta de medio punto flanqueada de col umnas y tres grandes ventanas en c ima, con frontón y antepech o. La (ti 1

1•:1 N li ficio que ha.,· al laclo e~ el antig·u1J Co l ~,g-io Imperial de Santiago, agTegado a la {lni\'P J'Siclad. fundado por D . B e-

.'· :\Ja~· or· r·eng-uer de ::ian Yi cP n t~. ca t ecl r átiC'o el~ aquel cC'ntro, y e l emperador <:a rio s Y. e n 1534. L~L arqui t ectunt d e !':U fachada gwncla simetría <'On la del Anmtamiento: e n efecto. :,;e llizo con <'st a mi·ra a l mismo tiempo. eRto e~. tle.sde No,·iembre del año 1610. El arquitecto fué el citado .M entlizábal. >

{cabezas y jarrones). El tono negruzco de esta fachada la comunica gravedad y robustez, e n medio de los pla terescos adornos. La de Bielsa presenta en su flan co, como se ha dic ho, u n tambor aspiller :-.do, qu e le da u na silueta pintores c a de casa fuerte. En m edio de la rudeza constructiva del país y de la sobriedad del paisaje pirenaico, llama la aten c ión el exorno fastuoso de su ventana c entral, del más puro siglo XVI, y el molduraje de las ventanas del último piso . .-\ht<lien(lo a la in ~tr ipl'ión que rodea el ~·~<:udo <le la eiutlau: 1'ubul Japhet lllt: funclCtrit: H crculcs 111c ,·ecclifi-cco: it. (i 1

- 26-

'


ARQUITECTURA Carece de galería: y la te ch u mbre de lajas de pizarra. en

dan mucho c arácter, se yergue el piso noble. prev1a do-

gran declive, le da u n aspecto asaz original. En la base.

ble imposta corrida. con ventanas (luego balcones) con

,

arquena. En la provinci a de T eruel, además de la de Alcañ iz, son muy interesantes las Casas Consistoriales de La

sobrio exorno de frontón a lo romano. Encima, otra im·

Fresneda y Vald errobres. La primera, anti gua Lonja. pa· rec e un edificio de fin del siglo XV o prin cipios del XVI.

XVI.

aunque con adic iones posteriores (los adornos platerescos

posta, galería de arcos, friso decorado y gran alero de ma· dera con canetes y metopas labrados. Es obra del siglo El material empleado en estas Casas Ayuntamientos es la piedra arenisca o caliza, el ladrillo y ambos com• binados. D e piedra ~illería, en su totalidad. son las de Bielsa (con tejados muy agudos a causa de la abundancia de nieves en aquella comarca pirenaica). Jaca, Tarazona. Sos. Alcañiz. La F re sneda y Valderrobres. De ladrillo. Barbastro, L oarre, Monzón, Alcolea y. por lo general, las de pueblos de poca importancia. Por excepción, es toda de ladr illo la de Hues ca, y admira el efecto grandioso que e l alarife consiguió con solo este material. s'i n combinarlo siquiera en lacerías y dibujos a lo mudéjar. antes bien, dand o superficies lisas. solamente divididas por impostas sencillas. La piedra y el ladrillo vense asociados en Graus y en Sena : aquélla en el cuerpo del edificio éste en la galería de remate. Esta alianza, tan corriente en la~ Casas Con• sistoriales de los P.aíses Bajos, Dinamarca y Suecia (8). produce bonito efecto. Arte castizo y vigoroso, con la robustez y el contraste del carácter y del terreno. es el de estas Casas Consisto· r iales aragonesas, m uy homogéneas en su traza. Si al • influjo italiano deben elementos como la mirándola o ga· lería y el exorno. que adquiere aquí un tinte de sobriedad. bien propio y tradicional es el rafe o alero que las termina. de origen mahometano español: la distribución, aunque las dependenc ias sean, como es lógico, las mismas q ue e n todas partes. pues com ú n en la esencia es el origen de

Jaca (Huesca ) - Casa Consistorial

de las ventanas-b alcon es y la galer ía alta de a rqu illos. d e l siglo XVII). Ti e n e amplio portal de arco de medio pu n to rebajado y dos ven tanas con rej as e n el hastial de fac hada pr inc ipal. En la lateral, tres arcos sustentantes, y e n cima, tres ventanas main eladas. Rem ate de gal ería y rafe o alero voladizo. La de Valderrobres es pr eciosa por el vigor de sus lín eas y su elegancia. Sobre grand es soportales, que l e

los Municipios y su formación: y esa noble arrogancia que, sin alardes de torres. cupulines. flechas. remates en frontones dentellados, ventanas rasgadas muy próximas y puertas varias a lo francés, Aragón dió a sus· edifi cios con c ej iles, que forman un grupo definido y c alificado e n el cuadro gen érico español de la edad moderna.

Ricardo del Arco. 1>ele!-:"a•!o r egio (le B ellas Artes -- Madriñ. CS)

1'. r;;n Jnrt. ff ótcl.~ de villc ct bef/?·oi8 . .Yunt ti c

Jiu yen .;t _r¡c ct

- 27-

la Frau r.: e.

Rcnaissance (·París, Laurens. 1919), pá;.:s. r, a 21).


ARQUITECTURA

IP'ETIT HOTEL A~rquite<elo

Armando Ac:osta y Lara

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ClAlA

Fachada La fa chad a y plantas que publicamos hoy, pertene· ce n al petit hotel situado e n la calle W ashin gton e n tre Col ó n y Pérez. Castelln o. Fu é co nstruido e n un terreno ocupado hast a ahora por u na vieja c asa colon ial, sig uien do la tend e n c ia ya mar c ada de tran sformar las c alles del vie j o M o n tevide o, co n la co nstru cción d e edificios que c a mbiarán su anti guo aspec to, co nst i tuyéndose así u n barrio e minente. , . mente anstocrahco . El edifici o co ns ta de u n pasaje subterráneo par a e n t r ada de servicio, planta baja oc upada por los l ocales de re c epc ión y servic ios, planta alta, con stituyen· d o la parte íntim a de la c asa y l ocales para sirvientes

al cual dan l a sala, e l es critorio y el co m edor , q ue a s u vez. tie n e u n bow-window sobre la ter raza que da al j ardín. L a parte de servicios, está constituida por el gara ge, toilette, despe nsa, offic e con escalera de servic io y cocina la q ue ta mbi é n da sobre el jardín . E n l a planta alta se han dispuesto los dor m itorios, boudoir, toilette, cuarto de costura con balcón a l jardín, cuarto de baño, con tando tambié n con u n hall c e n tral, sobre el cual desemboca la es c alera prin cipal. La fac h ada respon de al estilo Luis XVI, m odernizado y adaptado a n uestras n e c esidades y c ar ac terísti c as e·spe ciales.

e n la azotea . S e h a adoptado el partido de hall c e ntral ,

- 28 --


ARQUitECtURA

FACULTAD

ECTURA r CONCURSOS

PRO rEC OS 1

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Prof. Arqto: José P. Carré

Fachada

Alumno: Raúl Federici

Un jardín de aclimatación Arquitectura IX y X Situado a proximidad de una gran ciudad, este jardín será establecido adentro de un gran parqu,e público del cual formará parte, fero, teniendo, sin embargo una completa independencia y su entrada propia. Será un gran jardín comportando las diferen· tes divisiones correspondientes a las varías varíe· dades de familias del reinado animal, agrupada s entre caminos agradablemente distribuidos. Además de las casas y abrigos necesarios a los animales, y entre los <:uales se destacarán los de la s fieras, de los monos, de los pájaros, de los ¡:erros, reunidas cada familia en un mismo pa bellón, con parte techada en donde será admitido el público, y parte al aire libre

Prof. Arqto : José P. Carré

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Planta

Alumno: Raúl Federíci

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Prof. Arqto. José P. Carré

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Fachada

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Alumno: Luís A. Barbé


ARQUITECTURA .

Se distribuirán los edificios siguientes: Un Museo de Historia Natural. Un Palmario. Invernaderos (templados y calientes). ' Galerías de exposiciones de instrumentos agrtcola y adornos de jardín. Un acuario. Una sala de conciertos. • Un terreno de exhibición de los raros espeetmenes de la raza humana que existan todavía en estado salvaje. Se dispondrán también en lugar bien apropiado unas caballerizas y construcciones para abrigar los animales de silla como elefantes, girafas, camellos, que servirán a las personas que desean pasear de este modo en el jardín. Dos pequeños ferrocarriles: uno a tracción mecánica y otro a tracción animal, pondrán en comunicación las principales partes del jardín. El terreno no excederá de 400 metros en su mayor dimensión.

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Planta

Prof. Arqto. José P. Carré

Alumno: Luis A. Barbé

Una Escuela de Dibujo y Museo. - Arquitectura 4o. curso.

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Prof. Arqto. José P. Carré

Fachada

Alu m no : Leonidas Chiappara

Este edificio aislado y rodeado de plantaciones servirá al mismo tiempo para las exposiciones temporarias de arte y para la enseñanza del dibujo. Se compondrá de: J.'' El Museo compuesto de:

Una gran sala para las exposiciones temporarias de Pintura, Escultura, Arquitectura. Varias Salas o Galerías para las colecciones de modelos. 2." La parte enseñanza compuesta de: 2 Clases de Dibujo. Vestíbulo Portero. 2 o 3 piezas para la Administración. Vestuarios, w. c. etc. ~

,

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f"~¡:· .

Prof. Arqto. José P. Carré

La enseñanza del dibujo se hará solimente de noche, de modo que se podrá prever una ~a' en trada. Planta

Alumno: Leonidas Chiappara

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ARQUITECTURA tJN

DEPOSI'rO PARA BASTIDORES Y ACCESORIOS DE TEA'TRO

Prof. Arqto : José P. Carré

Fachada

Alumno: Antonio Rubio

ARQUITECTURA 4." CURSO

1

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Este edificio destinado a conservar los bastidores de un gran teatro como también los accesorios : muebles, trajes, armaduras, etc., estará construido sobre un terreno cuya mayor dimensión no excederá de J60 metros, accecible de un lado por una ancha calle; los tres otros lados estarán limitados por paredes medianeras. Las construcciones no deberán acercarse mas de lO metros de las pared·es medianeras para evitar la propagación de incendios. Por la misma razón, se evitará entre ellos comunicaciones techadas. Sin embargo, el cargamento de los carros debe efectuarse a cubierto. El conjunto de las construcciones comprenderá : L " Un pabellón de conserje y un pabellón de administración a la entrada. 2. o Los depósitos de bastidores en número de tres o cuatro por un conjunto de 80 a 90 casillas de bastidores. Cada depósito se compone d·e una vía longítudina 1, donde los carros de transporte entran por una extremidad, se paran para cargar o descargar y salen por la otra extremidad. De cada lado de esta vía están

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Planta Prof. Aqto: José P . Carré Alumno: A ntonio Rubio

las casillas de bastidores abiertas por delante, cerradas sobre los otros tres lados, anchas de 3 o 4 metros, y de 4 metros por lo menos de profundidad; los bastidores están colocados parados con bastante intervalo para poder hojearlos. Las casillas tienen alrededor de 9 metros de altura. Arriba de las casillas de bajo el techo se colocan los telones arrollados. Se precisa que el carro muy largo, pueda dar la vuelta

Corte

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después de su salida del depósito para vol ver sea por la misma vía, s·ea por un camino diferente. 3." Los Talleres: Uno grande y dos más pequeños, accecible a los carros. Estos Talleres muy vastos tienen luz de arriba. Las telas para pintar están colocadas sobre el suelo. Los pintores trabajan de pié, circulando sobre las telas. El más grande de los talleres está reservado para las telas de fondo. Además se dispondrán talleres pequeños para la preparación de los estudios y maquetas. Vestuarios, lavabos, etc. Un gran taller de carpintería y talleres secundarios para la confección o reparación de bastidores, etc. Cerca de esos diversos talleres habrá una sala representando la escena de un teatro (más o menos 20 X l5 ) para los ensayos de "plantación" de bastidores. • 4. o Los depósitos de accesortos comprendiendo : Un patio descubierto, para los • cargamentos, descarga, embalaje, etc. Almacenes en varios pisos, para los muebles y accesorios. V arios talleres en diferentes pisos para carpinteros, tapiceros, pintores, etc. S.<> Caballería para dos caballos, cochería para un carro. Alojamiento para el Guarda-Conserje, y uno o dos obreros cocheros.


ARQUITECTURA COMPOSICION DE ORNATO

lPMerta cdle la CapñRlla «fiel Sagrario de Bogo~<& Situada e n la plaza principal o plaza de Bolívar, dá acceso a la Capilla del Sagrario y queda contigua a la Catedral. Es un interesante modelo de estilo plateresco, de los que abundan en España donde se presenta como transición entre e l estilo ojival y el greco romano. Ti e n e más o menos 5 mts . 40 desde el piso hasta el intradós y tres metros de luz. Su labor es Íntegramente de talla de piedra, y presenta un conjunto muy bello. S u interior es bastante interesante, sobresaliendo el altar mayor trabajo ejecutado en carey por Fran cis co d e Acuña, así com Ó también el púlpito y los marcos de al-

gunos cuadros de Vasquez, r ico tesoro artísti co de este templo. Prof. Arqto: Cándido Lerena Joanicó

Alumno: Héctor N. Caselll

Tema <c Un Faroh

Se proyectará un farol destinado a colocarse sobre la puerta de entrada de un bazar, tienda u otra casa de comercio. Este farol construido principalmente de hierro forjado dáerá estudiarse de manera que constituya un motivo decorativo que contribuya a llamar la atención sobre la casa de comercio.

DIBUJO DE ORNATO o

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Croquis Prof. Arqto. Carlos A. Herrera Mac-Lean Alumno: Alberto Aguerre

Puerta de la Capilla del Sagrario o

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