Breados nº3

NÚMERO 3 • DEL 18 AL 24 DE MAYO DE 2020

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TRABAJO EN EQUIPO, COMPAÑERISMO Y SOLIDARIDAD

El entusiasta operario breado parece disfrutar a pesar del esfuerzo.

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"El planeta ha notado el tiempo que hemos estado confinados"

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Fútbol de pipas y bocata

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¡Rayos, truenos y centellas!

La resonancia de las palabras

10 Tira cómica

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El arte de lo posible

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ENTREVISTA CONFINAVIRUS AL DÍA. DOLO FERNÁNDEZ Y DANIEL CABERO (TOULOUSE, FRANCIA)

"El planeta ha notado el tiempo que hemos estado confinados" Dolo y Daniel viven en el sur de Francia, cerca de Toulouse, en una casa a las afueras de un pequeño pueblo rodeado de naturaleza. Queríamos que nos contaran cómo están viviendo esta crisis, así que les hemos enviado unas preguntas que ellos nos han contestado mientras paseaban y charlaban, avanzada ya la tarde, por un entorno privilegiado cerca de su casa. En los audios recibidos, detrás de las palabras, podemos oír el ruido de sus pisadas, la hojas de los árboles y el canto de algunos pájaros (que quizás también hayan estado entre nosotros, en España, pues ellos no están confinados y pueden viajar lo que quieran).

David Carmona Fernández Para empezar nos explican que allí el confinamiento ha sido un poco diferente al de España. Desde el principio podían salir de casa hasta un kilómetro de distancia y durante una hora, eso sí, debían llevar un formulario donde se especificaba dónde vivían y a qué hora habían salido de casa. Desde la semana pasada ya tienen derecho a viajar hasta a 100 kilómetros de distancia de su vivienda.

Breados: ¿Cómo se vive la crisis en Francia?, ¿tiene miedo la gente?

Dolo: Como en la mayoría de los sitios. Una gente con más miedo, y otra con menos. Está todo cerrado, incluidas las escuelas. Los padres se han quedado en casa para cuidar a sus hijos y, quienes pueden, para teletrabajar. Quizás quienes lo llevan peor son los jóvenes, es un mal momento para ellos. En el aspecto económico se vive mal, hay sectores que están muy perjudicados.

Daniel: Sí, hay una gran inquietud por la situación económica. Hay miedo y cierto temor por el desconocimiento de cómo será el futuro.

Dolo: Se tiene miedo por lo que ha pasado y lo que está por llegar, por la incertidumbre que nos espera.

Daniel: Por otra parte, hay muchas ganas de encontrarse, de ver a los amigos y pasar una noche de charla y barbacoa.

Breados: ¿Qué tal el trabajo?

Daniel: Todo el que puede está teletrabajando. Ese es mi caso y el de todo mi equipo. Yo lo vivo bastante

bien porque estoy en un entorno muy agradable y con una buena conexión a internet. Consigo estar en contacto con los compañeros, hacemos reuniones, y conseguimos que el trabajo avance.

Dolo: Yo he teletrabajado los primeros días, pero luego he tenido que ir a la empresa. Allí intentamos respetar las medidas de seguridad, pero no siempre podemos, por ejemplo al cruzarnos con un

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compañero por el pasillo es imposible mantener la distancia recomendada. Por lo demás, no se ve tensión entre los colegas, no se pasa mal.

Breados: ¿Qué es lo que más echáis de menos de vuestra vida habitual?

Dolo: Prácticamente seguimos con nuestra rutina anterior, excepto los fines de semana que antes aprovechábamos para ir a la ciudad a ver gente, al cine o simplemente dar un paseo. Para mí lo más fuerte, lo más difícil, es saber que no puedo ir a España a visitar a la familia. No puedo salir, no puedo coger un avión. Eso me angustia mucho.

Daniel: Echo de menos el contacto con la gente cercana, mi madre, algunos amigos, o mi hija que vive en Lyon.

Breados: ¿Habéis descubierto algo positivo?

Dolo: Yo he descubierto que pasar muchas horas en el jardín me encanta. En ocho años que llevo aquí apenas lo había hecho y el caso es que me aporta mucha serenidad, mucha tranquilidad. Me siento muy bien conmigo misma y con lo que me rodea.

También me he dado cuenta de que me gusta escribir, y seguiré haciéndolo.

Daniel: Y yo, que el teletrabajo puede funcionar muy bien, es muy productivo y estoy más tranquilo.

Además, hemos tenido una primavera estupenda, y es una gozada parar para salir al sol a tomar un café.

El entorno nos hace la vida fácil. La naturaleza parece más tranquila y eso me gusta.

Breados: ¿Pensáis que esto debe hacernos cambiar?

Daniel: Sí, espero que esta crisis cambie cosas. A mí me ha mostrado en qué mundo de locura vivíamos, siempre a toda velocidad, corriendo detrás del dinero, del beneficio, produciendo cada vez más y echando más mierda a nuestra tierra. Pararnos un

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poco nos ha dado más tiempo para ver que lo más importante es lo que tenemos cerca, la gente que nos cura, los que cuidan a otras personas, la relaciones humanas, la cultura... Tengo un poco de miedo de que cuando todo esto pase se pueda volver a lo anterior.

Deberíamos repensar hacia dónde irá este mundo.

Como no cuidemos más este planeta, fracasaremos.

Dolo: Estoy de acuerdo con lo que ha dicho Daniel.

Está claro que el planeta ha notado el tiempo que hemos estado confinados y lo está agradeciendo.

Sería una buena idea seguir haciendo todo lo bueno que hemos hecho este tiempo sin darnos cuenta.

Por otra parte, pienso que quizás ahora la gente no va a tener la necesidad de vivir en grandes centros urbanos. Gracias al teletrabajo pueden verse beneficiadas las afueras de las ciudades y los pueblos. Todos esos pueblos que estaban casi desaparecidos porque la gente los había abandonado para marchar a la ciudad en busca de trabajo. Quizás ahora la gente va a retornar porque quizás nos pueden dar más que las ciudades. En mi caso, pienso que si el confinamiento me hubiese cogido en mi piso de Sevilla estaría un poco desesperada de verme en medio de la ciudad.

La gestión política

Dolo nos puntualiza que, como en España, también en Francia ha sido horroroso. Faltaron camas en los hospitales, las UCI no daban más de sí, los sanitarios no tenían protecciones adecuadas ni suficientes y el gobierno no sabía qué hacer con los muertos. A su modo de ver se han cometido errores igual que en España, Alemania, Reino Unido y el resto de países, pero a pesar de ello la gente allí se queja menos del gobierno. Quizás tienen otra manera de ver las cosas.

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UNAS PALABREJAS MUY COMPLEJAS

La resonancia de las palabras María José Carmona Fernández En esta situación que estamos viviendo tan excepcional, todos nos hemos dado cuenta de la cantidad de palabras, neologismos, vocablos, frases hechas, etc. que hemos incorporado a nuestra conversación. Si a eso añadimos los millones de whatsapp de gente "creativa" que no para de inventar palabros nos encontramos con el covidiccionario.

Resonancia afectiva. Yo no escribo para enumerarlas sino porque se ha hecho muy evidente para mí algo ya descrito por lingüistas y psicólogos, la resonancia afectiva o emocional que tienen las palabras ligada entre otras cosas a nuestra experiencia y a nuestra memoria, siempre filtrada por nuestra mirada e imaginación.

Me empezó llamando la atención distancia social. No es rechazo ni agrado lo que siento, simplemente me paro a observarla, quizás por ser algo paradójica... Luego: confinados. En casa la transformamos en confitados, mucho más dulce, ayudaba quitando dramatismo. Y cuando me vine a dar cuenta todo el mundo hablaba de desescalada... ¡¿Cómo?!, ¿estamos bajando una montaña? Sentía desconcierto y admiración al ver cómo todos ya la habían incorporado a su discurso y yo aún pensando en cuarentena.

Pero la que me produce total rechazo es nueva normalidad, ando intentando analizar la cuestión, parece que también es una frase paradójica, ¿no os parece?, o quizás sea normalidad, ¿qué es la normalidad?, ¿lo que hace la mayoría? Y si oigo desescalada hacia la nueva normalidad ya me deja K.O. Seguiré meditándolo.

Hacer de espejo. La que más me gusta, es hacer de espejo, habitual en la jerga hospitalaria ahora. Como enfermera me ayudó sobre todo en mis primeras veces con EPI (equipo de protección individual).

Tuve que dializar a pacientes de otras plantas en las que no conocía, ni reconocía, a nadie. Ponerte y sobre todo quitarte el equipo de protección produce nervios, miedo y urgencias. Por eso, en el hospital es obligatorio que alguien, normalmente más experimentado y sin importar la categoría profesional, te ayude en cada paso del proceso -que debe ser extremadamente minucioso-, para no contaminarte. Está claro que en esta situación, hacer de espejo significa trabajo en equipo, compañerismo y solidaridad.

Los EPI, o mejor dicho, el virus nos ha igualado a todos.

Más palabras. Hay otra palabra que me ofreció una gran persona que la leyó en una entrevista a Emilio Lledó, inexperimetada. Es maravillosa, nos da una idea de por qué no podemos explicar la vivencia de esta situación de crisis. Creo que ha todos nos ha resultado inabarcable emocionalmente. Bueno, he preguntado en casa y las palabras que más gustan, o disgustan, son distintas para cada uno, así que os invito a que me contéis cuales son las que más resuenan en vuestros cuerpos.

Cuando me vine a dar cuenta todo el mundo hablaba de desescalada, y yo aún pensando en cuarentena Ponerte y sobre todo quitarte el equipo de protección produce nervios, miedo y urgencias

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LA ENSEÑANZA EN TIEMPOS DE CORONAVIRUS

El arte de lo posible Ángela Álvarez Guerrero Esta profesora de inglés de Educación Secundaria en el IES Alguadaira (Alcalá de Guadaíra) está haciendo un máster en nuevas necnologías para la enseñanza online. ¿En qué universidad? En la universidad de su casa. ¿Con qué expertos/profesores? Algún amigo y/o compañero que le da consejos. ¿Con qué material? Su portátil viejo, heredado de su padre, su ipad y su móvil. ¿En qué horario? Por supuesto, inclusivo, es decir, que no entiende de jornada escolar, ni de fines de semana o festivos. Intenta ponerse un horario riguroso para que el máster no le absorba también gran parte de su tiempo de descanso y ocio. Pero, muy a su pesar, se ve preparando materiales y corrigiendo tareas durante el fin de semana, investigando nuevas herramientas mientras ve pasar el puente del 1 de mayo, contestando correos (“Teacher, ¿cómo se hace el ejercicio 6?”) a las 9 de la noche o mensajes de madres abnegadas (“Me

gustaría saber si Jesús está haciendo las tareas”) un domingo a las 10 de la mañana.

Recompensas. No obstante, el entusiasmo de esta profesora le hace valorar lo positivo del máster: lo mucho que está aprendiendo, lo barato que es (sólo ha tenido que invertir en más espacio en Drive y en iCloud), y el trabajo de la mayoría de sus alumnos.

Están trabajando mucho y bien; están aprendiendo no sólo contenidos curriculares, sino algo más importante: adaptarse a una nueva realidad. Lo están haciendo en un tiempo récord, organizándose bien y con las herramientas de las que disponen, que en muchos casos no son más que un teléfono móvil y un ordenador que hay que compartir con el resto de la familia. Y cuando esta profesora se agobia, y duda, y se pregunta si lo está haciendo bien, recuerda una frase que vuelve a estimularla para seguir trabajando: la educación es el arte de lo posible.

Una muchacha un tanto desordenada, pero con los alumnos muy entregada.

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REFLEXIONES DESDE EL CÓRNER.... DE SAN JERÓNIMO

Fútbol de pipas y bocata

Hace ya más de dos meses que no tenemos balompié, pero parece que hace años.

Imagino que le pasará lo mismo al resto de futboleros: hay que ver lo mucho que lo echamos de menos. Y sobre todo a los de cartuchos de pipas y bocata, como es mi caso.

Javier Carmona Fernández Quiero recordar el último partido al que fui, pero soy incapaz; el olvido quizás se deba más a los infumables partidos del Sevilla F.C. como local en esta temporada que al tiempo que hace que se suspendió el campeonato. La verdad es que eso da un poco igual, incluso habría dado lo mismo que fuésemos detrás del eterno rival, colistas o estuviésemos en la división de plata. Lo que de verdad añoro son esos días de partido, que ya por el hecho de acercarme al estadio, son especiales.

Las buenas compañías. Este año, al igual que hace ya muchos, seguía disfrutando en la grada de la compañía de mi fiel y entrañable Basilio, pero además se unía a nosotros alguien muy especial, mi sobrino Pablo. A pesar de la afición de su padre y del abuelo materno por el equipo rival, él nunca se dejó influenciar por esta insensata opción y ya desde bien pequeñito optó por la fidelidad al equipo nervionense. Acertada decisión. Con él sentado a mi lado, volví a ponerme al día de la alineación rival o

aprender las nuevas letras de las canciones de la hinchada a las que llevaba años sin prestar atención. Así que durante la presente temporada los días de partido eran aún más esperados.

Durante el encuentro podía aprovechar su sapiencia futbolera para preguntarle: “Pablo... ¿y ese que juega de delantero con las botas rosas quién es?”

También con él podía desahogarme con el fútbol rácano que jugaba nuestro equipo. “¡Joé!, Pablo, pero... ¿por qué sigue poniendo de titular al tronco de Jong?” Como si el pobre chaval fuera amigo del entrenador y supiera darme una explicación. El mejor de los recuerdos, sin duda, los abrazos del gol, y eso que goles ha habido pocos y que nuestro Pablo, como ya sabemos no es de mucho achuchón.

En fin, lo malo de todo esto no es la suspensión liguera, lo peor es que en breve van a reanudar el fútbol, pero sin público. ¡Ese fútbol no es el del fiel aficionado! ¡A mí me gusta el fútbol de pipas, bocata, amigos y... sobri!

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UN TRUENO ESTALLADOR

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M U ¡B

¡Rayos, truenos y centellas!

Pablo Carmona Álvarez La mañana del 12 de mayo de 2020 cualquier persona podría haberse convertido en Flash y así estar en la Liga de la Justicia, combatir el mundo, ¡y hasta haber conocido a Batman! Pero no, nadie se convirtió en Flash, nadie está en la Liga de la Justicia, nadie combate el mundo, ni nadie ha conocido a Batman, pero eso sí, como diría Manuel Vela, un amigo del instituto, “cayó un truenaco de la leche” que despertó a media Sevilla e interrumpió sus dulces sueños. Por ejemplo, en la casa nº 2 de la calle Brea despertó a un niño llamado Pablo Carmona, o sea yo, que dormía felizmente. Fue el trueno más fuerte que he oído en toda mi vida. Os lo voy a contar todo tal y como fue. Cayó ese pedazo de

rayo y el trueno me despertó. Nada más oírlo me levanté, sentí como si hubiera una onda expansiva, y no sé por qué pensé que había estallado una central nuclear. Estaba cagadísimo, hasta se me pasó por la cabeza que se había destruido la mitad del mundo, o cosa así. Fui como un balín hasta la habitación de mis padres, y ahí estaba mi padre sentado frente al ordenador. Por suerte, me animó diciéndome que tan sólo había sido un trueno. Volví a mi cuarto, miré por la ventana, estaba lloviendo a cántaros, yo seguía temblando a causa del trueno de hacía apenas unos minutos cuando cayó el segundo.

Quizás este no era tan tremendamente fuerte como el anterior, pero es el segundo más fuerte que he

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escuchado, o el tercero, porque luego vino otro del mismo calibre. Yo flipaba viendo cĂłmo mi hermana no se habĂ­a despertado con ninguno de ellos, dormĂ­a como un tronco.

Cuando cayĂł el segundo trueno estuve por decirle a mi padre que si estaba seguro de que no eran bombas, porque de verdad lo creĂ­a, pero al final no dije nada. De repente, mi mĂłvil sonĂł, alguien habĂ­ame mandado un wasap, era Manuel Vela y lo habĂ­a mandado a un grupo de amigos. Esta fue la conversaciĂłn: Manu: ÂĄÂĄÂĄÂżAlguien ha escuchado un truenaco de la leche ahora mismo?!!!

Yo: Yoyoyoyo.

Manu: Brrrrrutal. A mĂ­ le ha despertado.

Yo: Igual. Me he cagado un huevo, illooooo.

Manu: Yo digo, se ha derrumbado un piso.

Yo: En mi casa ha saltado un diferencial de la luz.

Manu: En mi casa no se ha ido la luz, pero en el piso de mi padre donde trabaja, sĂ­.

Yo: Cuando lo escuchĂŠ pensaba que habĂ­a explotado una central nuclear o algo asĂ­.

Manu: Chernobyl.

Yo: Uff. Manu: Ha sido el trueno mĂĄs fuerte de toda mi vida, la verdad.

Yo: SĂ­, sĂ­.

Hamzsa: igual, a mĂ­ tb me ha despertado.

Jaime Estepa: ZĂ­.

Yo: Yo estaba temblando y todo cuando se ha escuchado. Pero en total han sido tres.

Hamzsa: yo he escuchado 4.

Fer: Yo tmb me he levantado.

Manu: Mi pajaro se ha vuelto loco cuando ha sonado.

Yo: đ&#x;˜‚ Pablo Borjabad: A mĂ­ tb me ha despertado.

MĂĄs informaciĂłn. DespuĂŠs de este suceso investiguĂŠ y me enterĂŠ de que el rayo cayĂł entre la Glorieta del Alamillo y el polĂ­gono Calonge a las nueve y media de la maĂąana. AdemĂĄs de que se fuera la luz de mi casa (como habĂŠis visto en la conversaciĂłn), tambiĂŠn se fundiĂł varias farola de mi calle, y todavĂ­a sigue asĂ­. Vamos, pero es normal, fue tan fuerte que lo escucharon hasta en Dos Hermanas, Pino Montano, San JerĂłnimo... y no es broma. DespuĂŠs ha seguido habiendo truenos durante varios dĂ­as, como el viernes quince, cuando

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salĂ­ a pedalear con mi amigo Rufino GonzĂĄlez y mi padre. EstĂĄbamos en los soportales de la calle Miguel Unamuno y ÂĄbum!, otro trueno cayĂł y revolucionĂł a todo el mundo. Ese quizĂĄs no habĂ­a sido tan fuerte, pero habĂ­a sido al aire libre, asĂ­ que sonĂł bastante.

Rayos peligrosos

Como todos sabemos, los rayos pueden ser daĂąinos, como durante un partido de fĂştbol disputado por Wolmer's Boy's School y Jamaica College, en Jamaica, cuando un rayo de una tormenta elĂŠctrica hiriĂł a varios futbolistas. Cuatro de ellos, dos de cada equipo, tuvieron que marcharse al hospital. Afortunadamente, todos se recuperaron y ahora estĂĄn mĂĄs sanos que una pera.

NiĂąo maravilla. En un campamento de verano un niĂąo de apenas doce aĂąos iba de excursiĂłn a las cumbres de AnsĂł (Huesca), en el Pirineo aragonĂŠs.

Poco despuĂŠs de las dos de la tarde de un domingo, al pobre chaval le cayĂł un rayo en su propia cabeza y atravesole hasta los pies. El muchacho se quedĂł en coma durante varios segundos, pero para asombro de todo el mundo despertĂł al momento. TenĂ­a heridas en la coronilla y en la planta de un pie, por donde le entrĂł y saliĂł el rayo, ÂĄy hasta tenĂ­a la suela del zapato totalmente destrozada! Se lo llevĂł la Guardia Civil en helicĂłptero y tuvo que estar en la UCI (Unidad infantil de Cuidados Intensivos), pero ahora, igual que los futbolistas, estĂĄ mĂĄs sano que una pera.

Momento en el que un rayo hiere a dos futbolistas.

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Manuel Vela Peinado

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- Sopa de letras Mateo Muñoz Álvarez Lola Pablo Claudia Mateo María Pilar Elo Yaya David Fátima Ángela Guillermo Cristina Nacho

¡Feliz cumpleaños a

MANUEL VELA!

- 14 de mayo -

¡Feliz santo a

FÁTIMA ÁLVAREZ!

- 13 de mayo -

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Somos Pablo Carmona, Lola Carmona, Fátima Álvarez y David Carmona.

En este número han colaborado Mateo Muñoz, Manuel Vela, Ángela Álvarez, María José Carmona y Javier Carmona.

Sevilla, mayo 2020

Todas las colaboraciones son bienvenidas

Envía tus artículos a: pablocarmonalvarez@gmail.com