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Celebremos las fiestas Navideñas
CELEBREMOS LAS FIESTAS NAVIDEÑAS SIN PIROTECNIA
Por: Lic. Shakira M. Santiago
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Presidenta Comisión Especial sobre los Derechos de los Animales-CAAPR Moderadora de Mascotas con calle
El uso de la pirotecnia es un debate que, cada año, cobra vigencia, sobre todo durante la época navideña. Según avanzan los días que anuncian la llegada del fin del año, se levanta la voz de alerta ante los lamentables accidentes que personas han sufrido a consecuencia de su uso, tales como pérdidas de extremidades, daños oculares severos, quemaduras y hasta la muerte.
Sin embargo, muchos creen que están exentos de sufrir un daño e, incluso, existen personas que prefieren arriesgar sus vidas y la de terceros por un instante de supuesta “diversión”. A todo lo anterior debemos añadir los daños provocados a nuestras mascotas, así como a los animalitos realengos, animales de granja, pajaritos y al ambiente, entre otros.
Las mascotas realengas, e incluso aquellas que viven con sus guardianes, pueden ser víctimas de algún accidente o perderse como producto de la desesperación provocada por el ruido de la pirotecnia.
De acuerdo con el doctor Gregory Berns, neurobiólogo especializado en comportamiento canino, los perros no tienen la capacidad de racionalizar su ansiedad y puede que sufran una forma más profunda e intensa de terror, similar al estrés postraumático en seres humanos, un trastorno de graves repercusiones y difícil de tratar.
Además, un estudio de la Universidad de Oslo determinó que aproximadamente un 23 % de los perros analizados reportó miedo a los ruidos y que los petardos y fuegos artificiales eran los principales causantes del terror, sobrepasando otros ruidos fuertes como los disparos, los truenos de las tormentas y el tráfico.
De otra parte, el Informe técnico veterinario sobre los efectos de la pirotecnia en animales, publicado en el 2017 por la Asociación de Veterinarios Abolicionistas de la Tauromaquia y del Maltrato Animal (AVATMA), destaca que la respuesta de los ruidos provocados por la pirotecnia en los gatos pasa más inadvertida, toda vez que, en general, estos tratan de ocultarse o escapar, y otras veces pueden correr detrás de los explosivos, pudiendo ingerirlos, perder la vista o lesionarse.
De otra parte, animales como los caballos, al igual que los perros y gatos, pueden sentirse amenazados por los fuegos artificiales, mostrando señales de estrés y miedo, y, por consiguiente, intentando huir o escapar.
Según la entidad Ética Animal, se calcula que un 79 % de los caballos experimenta ansiedad a causa de los petardos, y que un 26 % sufre lesiones por estos, ya que, en ocasiones, pueden reaccionar a la pirotecnia, tratando de saltar verjas y huir peligrosamente hacia zonas donde pueden ser atropellados.
En el caso de las aves, el ruido de los petardos puede causar taquicardia e incluso la muerte. Una muestra del estrés que les provocan se refleja en que pueden abandonar temporal o permanente el lugar donde se encuentran. Igualmente afectados pueden verse los animales que viven en granjas, pues son especies que tienen un sentido de la audición más agudo porque así evitan los depredadores y, por ende, para ellos, los ruidos y explosiones provocados por la pirotecnia son muy incómodos y estresantes. Los perjuicios son graves, desde orinarse hasta un infarto.
Interesada por indagar más sobre este tema, el año pasado realicé un sondeo sobre los efectos de la pirotecnia en mascotas y, el 100 % de los participantes se expresó negativamente sobre esta práctica. Las mascotas de los participantes -perros y gatos; jóvenes y séniors; saludables y con condiciones- expresaron que sus mascotas se desesperaron al punto de correr de un lado a otro, temblar constantemente, raspar puertas y ventanas hasta lesionarse físicamente, ladrar continuamente y sufrir fuertes palpitaciones, entre otros efectos que afectaron su bienestar.
Los guardianes se angustiaron al observar cómo sus mascotas se descompensaban, de modo que recurrieron a administrarles calmantes, y a colocarlas en un cuarto con música y acondicionador de aire, entre otras alternativas.
Sin duda, los daños provocados por la pirotecnia sobrepasan considerablemente cualquier presunto beneficio de diversión. Cuando un acto atenta contra la vida de otros, debemos distanciarnos de la indiferencia y favorecer el bien mayor.