
4 minute read
Crecimiento económico y desarrollo en Ecuador.
Por Eco. Ariel Cevallos Mera Cel. 0996 298 3761
A finales del año 1972 el Ecuador empezó a exportar más de 300 mil barriles de petróleo a un precio promedio de $2,24 USD, desde ese entonces Ecuador atraviesa por lo que se conoce en teorías de desarrollo como la maldición de los recursos naturales, aquello establece una relación inversa entre recursos naturales y desarrollo, es decir, aquellas naciones que tienen mayor o abundante cantidad de recursos naturales como petróleo, gas natural, cobre, carbón, etc. tienden a crecer y alcanzar bienestar de forma menos acelerada en comparación a aquellas naciones que cuentan con escasos recursos naturales (ejemplos básicos :Japón, Suiza, Dinamarca, entre otros). (Puertas, 2020)
Advertisement

Partamos por entender la diferencia entre crecimiento económico y desarrollo económico. El crecimiento está más ligado al aumento del nivel de productividad, al control y análisis de indicadores macroeconómicos (tamaño de la economía, inversión, sector externo, entre otros), mientras que, el desarrollo económico hace más referencia a un aumento de la riqueza en relación al mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos, por ejemplo, mediante un aumento de ingresos, mayores niveles de educación, alto niveles de esperanza de vida, y especialmente mediante reducción de pobreza y desigualdad. Lo ideal en la sociedad es que el crecimiento económico sea propobre, que se traduzca en desarrollo económico-social de los individuos. (Márquez et, al.. 2020).
Analizando el contexto ecuatoriano, conforme a cifras oficiales del Banco Central del Ecuador y el INEC, desde que Ecuador adoptó la dolarización se evidencia que entre el periodo que comprenden los años 2009-2017 el notable crecimiento económico generado en la nación, mismo que fue sostenido por altos niveles de inversión pública, mayor endeudamiento e incremento de los ingresos petroleros (dada bonanza petrolera entre 2007-2014) fueron el mayor instrumento para reducir la pobreza y pobreza extrema dentro de la nación (ver figura 1).
Por otra parte, autores como Joseph Stiglitz (premio nobel de economía) sostienen que, si bien es cierto el Producto Interno Bruto (PIB, el cual es el principal indicador para evaluar el crecimiento económico) lo mide todo pero excepto aquello que hace que la vida valga la pena, es decir deja del lado el componente social, y no analiza cuestiones como acceso a servicios públicos, niveles de pobreza y por consiguiente desigualdad, por lo tanto, el crecimiento y desarrollo deben ser vistos de forma integral y no aislada. Es simple, la economía de un país mañana puede crecer, duplicarse, triplicarse, pero si ese crecimiento económico no se traduce en mayor bienestar y desarrollo social, entonces ese crecimiento es poco significativo. (Lissardy, 2020).
También surge una interesante interrogante ¿Por qué varias naciones ubicadas en Norteamérica que hasta hace décadas contaban con menor cantidad de recursos que naciones sudamericanas pudieron desarrollarse de forma más acelerada en comparación a nuestras naciones sudamericanas ? las respuestas pueden ser múltiples y complejas, sin embargo , hay que tener claro que el desarrollo es básicamente un problema de poder, es decir , es un problema político, depende de quién manda , de quien administra y tiene la predisposición y el liderazgo para cambiar una realidad, y en segunda instancia el desarrollo depende del componente técnico, es decir, del cómo lo vamos a hacer, eso último se los asegu- ro es lo más fácil. (Linkl y Maggor, 2021). También hay que reconocer que, una de las cuestiones más importantes para alcanzar crecimiento y bienestar es la generación de oportunidades que se convierte en una herramienta clave a la vez para reducir los niveles de pobreza. En ese ámbito, desde mi óptica, la atracción de inversiones es un medio sustancial, especialmente con énfasis en la inversión extranjera (que no supera acta finales del año 2022 los $1.000 millones en Ecuador), dado a que, en naciones con carencia de liquidez, captar ahorro, capital externo permanente permite dinamizar la economía, aumentar la renta de los ciudadanos y sostener la dolarización. Desde las esferas de los diversos poderes del estado también se deben generar planes, políticas y programas de estado (permanentes, sostenibles en el tiempo) que mejoren las condiciones de vida especialmente de los sectores más vulnerables, el problema es que como mencionaría Milton Friedman(1980) quien es el principal exponente de la escuela monetarista, en su análisis sobre las 4 formas de gastar el dinero, los gobiernos y autoridades suelan gastar el dinero de los demás (ciudadanos) “en los demás (mismos ciudadanos )” , por lo tanto, las autoridades no tienen incentivos para administrar de forma los recursos y buscar la calidad, esto porque no son recursos propios. (Portal Primicias, 2021).
Finalmente, hay que destacar que, el éxito de cualquier política pública no se debe limitar a un solo indicador, también hay factores como marcado crecimiento económico, redistribución de la renta y mayor gasto público, y generación de empleos de calidad que inciden en el desarrollo de un territorio.
El crecimiento económico en el mundo ha estado acompañado, al menos desde mediados del siglo pasado, de un significativo incremento en los intercambios de bienes y servicios a escala internacional. Al respecto, Proaño, et al. (2019) sostienen que la globalización ha obligado “a los mercados a ser cada vez más competitivos y eficiente, puesto que una de las características teóricas que tiene este paradigma es la apertura y unificación de todos los mercados a nivel mundial” (p.83). En 1950, la apertura comercial, indicador que mide la relevancia del sector externo de un país, ascendió en promedio a 27,8% del PIB total en una muestra de 55 país, mientras que, en años más recientes, 2017, por ejemplo, era de 59,8% en la misma muestra (Feenstra, Inklaar y Timmer, 2015). Por lo tanto, si en 70 años, el Mundo experimentó un crecimiento apreciable a la par que el comercio internacional más que se duplicó, conviene preguntarse ¿qué relación empírica pudiese existir entre crecimiento económico y apertura comercial?
Esta pregunta tiene diferentes contenidos empíricos. Keho (2017), plantea que: “La relación entre apertura comercial y crecimiento económico se ha investigado extensivamente encontrándose hasta los momentos resultados mixtos y no conclusivos” (p.3). En consecuencia, el crecimiento y el comercio internacional es una relación no absuelta de polémica en la macroeconomía. Uno de esos debates se desarrolla acerca de la causalidad del crecimiento.
Por un lado, se considera que un elemento positivo para el crecimiento de un país lo constituye una mayor inserción en el comercio global. Por ejemplo, se ha asignado a la integración y apertura parte del éxito en crecimiento económico mostrado por los países del Este de Asia (Banco Mundial, 1993; Tahir y Ali, 2014).
Así que, en esta línea, los países con una mayor apertura comercial pueden aprovecharse de las ideas y conocimientos (Grossman y Helpman, 1991; Romer, 1993), los avances técnicos (Grossman y Helpman, 1992), los derrames de productividad (Khan y Nagayasu 2018), del capital físico y humano (Lucas, 1988), el mercado más amplio, las economías de escala (Yanikkaya, 2003; Mesquita y Stein, 2019), la era digital (Organización Mundial del Comercio, 2018), la posibilidad de disfrutar más rápidamente la introducción de nuevos bienes y servicios