POLÍTICA
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Febrero de 2007
es menor a la del primer grupo: los modernizadores utilizaron al aparto partidista para acceder al poder. Una paradoja central del priísmo es que la experiencia del grupo nacional revolucionario fue utilizada para desmantelar su propio proyecto nacional. Gracias a las dotes de los políticos tradicionales, la tecnocracia salinista gana, aunque sea a la mala, la elección de 1988. Tienen un objetivo central: desmantelar el proyecto del nacionalismo revolucionario. Estas dos corrientes se han enfrentado antes con dureza dentro de las reglas del propio instituto. Javier García Paniagua renunció a la dirigencia del partido cuando se enteró que José López Portillo había optado por Miguel de la Madrid como su sucesor. Cuando un periodista le preguntó si el partido había elegido a su mejor hombre contestó “Veremos”. Seis años después, un nutrido grupo de militantes abandonó el partido para fundar el hoy PRD. Existe evidencia de que el derramamiento de sangre de 1994 pudo haber atendido, precisamente, a una confrontación violenta de esos grupos. Dos años después, el presidente Zedillo pierde el control de una asamblea nacional de su partido en donde la militancia impone candados para acceder
a cargos de elección popular. El último ajuste se da entre Francisco Labastida Ochoa y Roberto Madrazo, en 1999. Pero existe un tercer grupo: el de los pragmáticos. A éste atienden diversos gobernadores. Son, básicamente, aquellos militantes que no poseen un motor ideológico, sino de poder, para su actuar. Son los interlocutores naturales con el poder, independientemente de su signo partidista. Son los especialistas en sobrevivir, en flotar, en mantenerse a lo largo de los duros vaivenes de la política. Serán ellos quienes decidan la presidencia del CEN, en última instancia. Pero lo importante para el PRI no es definir quien será su próximo presidente. A fin de cuentas, el CEN ya no controla, en la realidad, los resortes de poder priista. Eso terminó con la era de Roberto Madrazo. Ahora, el instituto es un monstruo de mil cabezas. Parte de su poder está en el Congreso, pero otra parte está en los gobiernos de los estados, que también controlan asientos en las cámaras. Además, se encuentran aquellos nodos de poder en donde no existe nada: ni gobernador y pocos legisladores, en donde el institucional ha visto reducirse su influencia hasta expresiones meramente locales.
Bancadas priistas en el Congreso de la Unión por Estado Estado
Dip.
Estado
Dip.
Estado
Dip.
Estado de México
9
Puebla
4
Colima
1
Veracruz
9
Campeche
3
Baja California
1
Chiapas
8
Nayarit
3
Guanajuato
1
Sinaloa
7
Distrito Federal
3
Querétaro
1
Durango
6
Michoacán
3
San Luis Potosí
1
Nuevo León
6
Yucatán
3
Tlaxcala
1
Chihuahua
5
Sonora
3
Tabasco
1
Hidalgo
5
Coahuila
2
Zacatecas
0
Jalisco
5
Aguascalientes
2
Baja California Sur
0
Tamaulipas
5
Morelos
2
Guerrero
0
Oaxaca
4
Quintana Roo
2