Revista TRIBU #3

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— ¿Hubo un momento en que lo empezó a disfrutar? Quizá cuando alcancé mi primer cinturón negro. — ¿Por qué le empezó a gustar, porque empezó a entender la técnica? No sé. Realmente no entendía mucho la técnica. Cuando obtuve el cinturón negro empecé a pensar: ¿por qué tengo este cinturón negro y por qué estoy entrenando? Empecé a pensar uno por uno cuáles eran los motivos por los cuales estaba haciendo esto continuamente y ahí fue cuando empezó a convertirse en algo interesante para mí. — ¿Qué le llegaba en ese momento de la figura del creador del aikido, Morehei Ueshiba? No recibimos enseñanza de O’Sensei porque ya se había muerto. Pero quedaron algunas instrucciones escritas y algunos videos. Los que se pueden ver son de él muy mayor, con barba. Lo que no podemos ver es el proceso que tuvo desde que era joven hasta llegar a ese momento en que solo levantaba la mano y la gente salía volando. Los videos y los escritos que quedan son de cuando él ya estaba maduro. Nos perdimos la parte en que él hizo esa evolución. — ¿Cómo es eso de que levantaba la mano y la gente salía volando? Podemos pensarlo como una caligrafía, un manuscrito trazo por trazo. En el keiko (entrenamiento)

vamos aprendiendo los trazos, las técnicas. Cuando miramos los videos de O’Sensei los oponentes salían volando al verse enfrentados a su técnica. Nosotros estaríamos en la parte más básica, cuando tenemos que entender cada pincelada. O’ Sensei llegó al estadio más fluido y suelto de una caligrafía. Cuando ves una caligrafía hecha por un maestro, es un solo trazo. Son muchos y muchos años de hacer trazo por trazo. Repetir la forma, la forma, la forma, el básico. En un momento dado, él, por su experiencia, por su talento, por hacerlo todo el tiempo, hace que se vea suelto, relajado y hasta bello. Nosotros tratamos de imitarlo, pero no podemos. Tenemos que hacer el proceso, pasar por la base, como en la pintura, hasta que la mano se suelte. Y quizá lo logremos. — ¿Hay en esa técnica un manejo de la energía? Algo así como energía, no te lo sabría decir. Lo que sí puedo decir es que era algo muy impresionante. No es lo mismo ir a un concierto que ver un video de un concierto. En los videos se ve la técnica pulida pero no es lo mismo que verla en vivo. — ¿Qué le transmitía su sensei, Kobaiashi, sobre el gran maestro y creador del aikido, O’Sensei? Mi maestro no hablaba mucho de O’Sensei. Tenía su estilo, su línea y simplemente nos hacía practicar aikido. Era una persona muy particular. No había muchas charlas acerca de O’Sensei.

—Podemos pensarlo como una caligrafía, un manuscrito trazo por trazo. En el keiko vamos aprendiendo los trazos, las técnicas.—


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