Revista Número 4

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Número 4

Oslo Tuve suerte de que me tocaran días con mucho sol, en una ciudad que suele ser muy oscura y lluviosa. Me encontré con un par de periodistas argentinos y salí a ver shows con ellos. Era un show en el marco de un festival y toqué con un grupo argentino de tango y jazz que se llama Escalandrum, en el que toca la batería el nieto de Astor Piazzolla. Caminé mucho y comí pila de pescado. Me encanta comer pescado cuando estoy de gira porque es nutritivo y fácil de digerir, teniendo en cuenta que las giras suelen ser complicadas en el rubro alimentación. Algo que suelo extrañar cuando estoy de gira es la actividad física, siento mucha diferencia a nivel corporal cuando no hago ejercicio. Por lo tanto trato de caminar o hasta salir a correr media hora. Incluso lo he hecho en días de show, cosa que no es del todo recomendable. Hábitos: en regla general antes de tocar me tomo por lo menos una copa de vino, un whiskycito, es algo que me sienta muy bien, pero a su vez hace que todos los días termines tomando un poco, pero si bien nunca fui muy reventado trato de cuidarme. Hoy por hoy agarrarme un pedo en medio de una gira y tener que encarar temprano al día siguiente es algo que no hago porque la paso mal. Pero tampoco me escondo, porque una parte linda e importante de las giras va en salir y conocer y trato de optimizar el tiempo también en ese sentido, de ir a comer y conocer gente. No soy de los que pasan todo el día en el hotel. Es un esfuerzo extra pero que le da sentido a viajar.

Haciendo playa invernal en el norte de Alemania

Lisboa Una ciudad hermosa a la que he ido muchas veces y siempre la disfruto mucho. En este caso toqué en un contexto bastante formal, ya que en 2017 Uruguay fue una suerte de capital iberoamericana dentro de Portugal. ¡El concierto fue en una especie de palacio! Por invitación del Consulado uruguayo en Portugal. Estuvo buenísimo, pero muy distinto a lo que acostumbro.

Tren averiado llegando a Malmo, Suecia "Tuvimos que caminar como 2km"

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Madrid En este caso hice mucha prensa e incluí en los afiches no solo la credencial de Bajofondo, sino también la de haber tocado junto a Jorge Drexler. Me presenté en el Café Berlín, un club de jazz, con esa atmósfera. El hecho de tocar piano acústico hizo que me metiera casi sin querer en un circuito muy cercano al jazz. Y el mundo del jazz hoy, al igual que el de la música clásica, tiene una necesidad muy grande de apertura para sobrevivir. Los grandes festivales de jazz tienen actualmente muchas cosas que no son de jazz. Hace unos años tocamos con Bajofondo en un festival enorme de jazz en Rotterdam en el que tocaba Snoop Dog. Precisan abrir públicos, hay orquestas que tocan compositores populares porque si no se muere el género, y estamos hablando de estructuras gigantes de auditorios, orquestas de presupuestos enormes. Acá en Uruguay te das cuenta gráficamente de la realidad lo que es con la Orquesta del Sodre.

Abrazos post show de Bajofondo en el Walt Disney Concert Hall


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