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Vida Estudiantil

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140 AÑOS DE HISTORIA EN ALAJUELA.

En 1877, el entonces Presidente de la República, don Tomás Guardia y su señora esposa, doña Emilia, enviaron a sus hijas al Colegio Nuestra Señora de Sion en París.

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Queriendo tener en Costa Rica un colegio semejante, para la educación de muchas más jóvenes costarricenses, doña Emilia, hizo todos los arreglos necesarios para lo que sería la primera inserción de una comunidad de Nuestra Señora de Sion en el Nuevo Mundo. El 3 de mayo de 1878 se firmó el contrato entre la Congregación de Nuestra Señora de Sion y el Gobierno de Costa Rica. En la primera semana de diciembre de este mismo año 1978, después de un largo viaje, llegaron al Puerto de Puntarenas diez religiosas. Pocos días más tarde, el 16 de diciembre comenzaron su trabajo en la ciudad de Alajuela con un “pensionado”. Se entiende por “pensionado”, como era usual en Francia en esa época, un colegio en donde las alumnas permanecen para estudiar, tomar sus alimentos, descansar, jugar, dormir: un “internado”. En 1885 don Maduro declaró nulo el contrato que el Gobierno había realizado con las Hermanas de Sion para su establecimiento en Alajuela y se decidió que les daría un plazo de un año -al 1 de julio de 1886- para que desalojaran la casa en que se encontraban. Ese mismo año Costa Rica participó en la Guerra contra el General Barrios, lo que puso aún más tensa la situación de la Escuela en general. El Gobierno anunció que cogería todos los recursos para la guerra y que, por lo tanto, no habría más sueldo para los maestros. Las hermanas decidieron que continuarían con las clases en el Liceo de Niñas, aunque no recibieran sueldo alguno. Sin embargo, las críticas continuaron muy severas; cada día aparecían en casa de las hermanas banderas de Costa Rica… Se anunció oficialmente que los padres de familia que mandaran a sus hijas al Pensionado de Sion serían castigados con cinco pesos de multa. En ese mismo mes, julio de 1885, se anunció el cierre del Colegio Seminario de los Padres Paulinos. También se obligó a las hermanas Belemitas a salir del país, y les cerraron sus casas en Cartago y en Heredia. Al pensionado de Sion, poco a poco le iban quitando mobiliario y el material escolar. Sin embargo, las Religiosas continuaron con 37 alumnas, abrigando la esperanza de que una vez calmados los ánimos no se acordarían más del plazo de un año. Pero no fue así. El 23 de junio de 1886, las hermanas de Nuestra Señora de Sion entregaron las llaves de la casa al señor Gobernador de Alajuela y se retiraron a San José, donde otro colegio funcionaba desde 1881 y donde las inspecciones continuas y las intrigas, no habían logrado hacerlas salir del país. Fuente: La CNSS un poco de historia.

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