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Un sacerdote para la comunidad ucraniana en Bilbao
El Padre Bohdan Luhovyi
El padre Bohdan Luhovyi, sacerdote de la Iglesia Greco-Católica Ucraniana, ha llegado recientemente a Bilbao junto a su esposa para asumir su nuevo ministerio pastoral. Su misión es brindar cuidado espiritual a los fieles de su comunidad en Bizkaia, un encargo que responde a la necesidad pastoral generada por la diáspora ucraniana.
Originario de Ucrania, el padre Luhovyi es un ejemplo del sacerdocio casado, una tradición propia de los Ritos Orientales. “En nuestro Rito Oriental, el seminarista que se forma para ser sacerdote tiene la posibilidad de elegir, tras completar sus estudios, entre el estado de vida casado o célibe”, explica. Durante todos sus años de seminario, se preparó específicamente para el sacerdocio casado, contrayendo matrimonio con su prometida una vez finalizada su formación académica.
En su búsqueda de una vida pacífica, nuestra gente también busca apoyo espiritual en las comunidades que encuentran en el extranjero
Su trayectoria formativa culminó en 2020 con la finalización del seminario en Ucrania. Inmediatamente después, realizó una pasantía de un año en el Departamento de Comunicación de la Curia de la Arquidiócesis de Kiev. Su deseo de profundizar en este campo lo llevó, en 2021, a Roma, donde cursó estudios en la Facultad de Comunicación Institucional de la Universidad de la Santa Cruz.
Fue en la capital italiana donde, tras completar su licenciatura, recibió el sacramento del orden sacerdotal y estableció su hogar junto a su esposa durante el último año.
El punto de inflexión que lo trajo a Bizkaia se produjo esta primavera, cuando respondió a la solicitud del obispo Stepan Sus, responsable del Departamento Pastoral de Migraciones de la Iglesia Greco-Católica Ucraniana. La petición era clara: la urgente necesidad de un servicio capellán en Bilbao.
Lamentablemente, ahora más que nunca, nuestro pueblo necesita ayuda y cuidado, especialmente cuidado espiritual
La guerra
El padre Luhovyi es plenamente consciente del contexto de dolor que impulsa su misión. “Lamentablemente, ahora más que nunca, nuestro pueblo necesita ayuda y cuidado, especialmente cuidado espiritual”, afirma. La guerra que Rusia ha traído a Ucrania ha obligado a millones de personas a abandonar sus hogares y dispersarse por Europa y el mundo en busca de protección. “En su búsqueda de una vida pacífica, nuestra gente también busca apoyo espiritual en las comunidades que encuentran en el extranjero”, señala.
En este escenario, la Iglesia se erige como un pilar fundamental. “La Iglesia se convierte para ellos en un factor que une, reúne y ayuda a las personas en los distintos momentos de la vida, especialmente en los de dolor y sufrimiento”, destaca el sacerdote.
Hoy, el padre Bohdan Luhovyi se une a esta misión con un objetivo claro: “Llevar al Dios Vivo a las personas, ayudarlas en sus desafíos y dificultades, y unirlas alrededor del templo”. Su deseo es que “la casa de Dios se convierta en su hogar y refugio, al cual siempre puedan acudir con sus necesidades y peticiones”, ofreciendo un espacio de consuelo y esperanza en tierras vascas •






