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El “cantor” del bosque

“cantor”El

del bosque

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El urogallo es uno de los miembros destacados de la fauna de la Val d’Aran y conocido por el espectacular ritual en la época de apareamiento.

Texto: Sergi Mejías - Fotos: Javi Montes

Las condiciones orográ cas de la Val d’Aran y el respeto por el medio ambiente han convertido sus bosques en el hogar de varias parejas de urogallos

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l canto de los urogallos en plena época de apareamiento es una de las experiencias únicas que nos brinda la naturaleza en la Val d’Aran. No es nada fácil poder ver y oír a estos gallos del bosque, de ahí su singularidad. El urogallo forma parte de la del Valle. Se trata de un gallo de bosque de grandes dimensiones pues los machos miden aproximadamente 90 centímetros desde el pico hasta la cola y en torno a 110 centímetros de envergadura, mientras que las hembras rara vez superan los 60 centímetros de longitud y los 90 centímetros de envergadura. El urogallo es un gallo de monte esbelto y bello con un plumaje de color gris tiznado y negro azulado, un tórax de reflejos metálicos y una cola de color negro con manchas blancas, yendo de individuos en los que es totalmente negra a otros con grandes pigmentaciones blancas, mientras que en el contorno de los ojos destaca un rojo intenso. “Solo las comarcas del Pallars Sobirà, Alt Urgell y Val d´Aran, albergan enKtre el 75 y 80% de los urogallos de Catalunya”, nos explica Javi Montes, guía de la empresa Wild Watching Spain, que organiza salidas para fotografiar al urogallo desde los “hides” o escondites.

Las condiciones orográficas de la Val d’Aran y el respeto por el medio ambiente han convertido sus bosques en el hogar de varias parejas de urogallos. Les gustan los bosques frondosos de coníferas, con arbustos y matorrales, de la misma manera que les gusta la soledad como ave salvaje que es. “El urogallo se mueve rápido por el suelo, donde pasa la mayor parte del tiempo en verano, y su vuelo resulta corto y pesado. El despegue se sucede después de una serie de aleteos rápidos y muy ruidosos aunque una vez en vuelo es silencioso”, apunta el propio Montes. >>

El canto de los urogallos en plena época de apareamiento es una de las experiencias únicas que nos brinda la naturaleza en la Val d’Aran

El régimen alimenticio es estacional y varía según la época del año. En verano suele comer hierba, brezo y arándanos alternado con algún insecto aunque su dieta es básicamente vegetariana. En invierno se alimenta de brotes y agujas de pino de manera que abandona temporalmente el suelo, normalmente cubierto de nieve, para encaramarse a los árboles en busca de su menú.

No obstante, el mejor momento para ‘conocer’ al urogallo es en la época de apareamiento. Si se tiene oportunidad, no hay nada más bonito que ver a un urogallo en plena parada nupcial. Todo empieza al amanecer, cuando el urogallo abandona el árbol donde ha dormido y aterriza en el suelo. Entonces estira el cuello y la cabeza hacia el cielo, extendiendo la cola como si se tratara de un pavo real y deja las alas medio caídas. Mientras empieza a recitar un cántico nupcial, va dando saltos y moviéndose de un lado a otro para hacerse notar. Las cantatas resultan increíbles, un espectáculo único al que responden la hembras con fervor.

Tras el festival de cante, las hembras se reúnen alrededor del macho, que puede llegar a montar hasta tres en una mañana. El urogallo normalmente anida en el suelo, realizando un hoyo en la maleza donde la hembra desovará entre cinco y doce huevos del tamaño de los de las gallinas y de color amarillo con motas. La incubación dura 30 días y los polluelos suelen nacer todos el mismo día. Durante un corto periodo de tiempo, la madre se hace cargo de ellos alimentándolos y protegiéndolos de posibles depredadores como el zorro.

La esperanza de vida es el talón de Aquiles de esta bella ave. La transformación de los bosques de coníferas, su

hábitat natural, en reservas madereras y la baja supervivencia infantil pues los polluelos son muy vulnerables y se calcula que sólo el 20% de las crías llegan a adultas podría poner el futuro de esta especie en la cuerda floja. #

Si se tiene oportunidad, no hay nada más bonito que ver a un urogallo en plena parada nupcial

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