La Escucha de lo Cotidiano / La Escucha que Transforma Liga electrónica del proyecto: https://balamronan.net/la-escucha-de-lo-cotidiano-la-escucha-quetransforma/ Hoy en día… Gran parte de la sociedad, la política y la cultura se ha re-ordenado bajo un modelo único, subordinado a la economía y finanzas neoliberales, donde el único desarrollo válido es el de la riqueza a través de la producción, distribución y consumo masivos. En el neoliberalismo las personas, los grupos sociales, las diferencias culturales, la desigualdad de derechos y económicos, importan cada vez menos. Nos han invadido a través de una sobresaturación de publicidad visual y sonora a través de distintos medios de comunicación, nos han invadido con su urbanismo, que con sus imponentes carreteras, edificios y espacios privados, contribuye a aislar el encuentro y contacto entre los habitantes de la ciudad. Ya no se toman en cuenta las necesidades y carencias de los ciudadanos. A través de los medios de comunicación y el diseño urbanístico se fomenta el individualismo, las personas se desconectan de los espacios que atraviesan y de las personas. Se fomenta el miedo a las y los demás, la discriminación y la censura a quienes son diferentes. Se han creado espacios donde no caben la reflexión y la convivencia. Las ciudades se han deshumanizado, se han puesto al servicio de la actividad económica y financiera. Este no es el espacio para señalar todos los problemas por los que ha atravesado el país en estos últimos años, sin embargo son problemas que nos afectan y que hemos tenido que adaptarnos a ellos de manera forzada. En una sociedad que ha venido sufriendo tantos problemas en los últimos años ¿como podemos indignarnos, plantarnos y cambiar las cosas?, ¿qué podemos hacer?, si bien no tengo respuestas concluyentes, pienso que es necesario repensar nuestro tejido social, nuestras relaciones con las demás personas, las conozcamos o no; pienso que es necesario poder detenernos para hablar(nos) y escuchar(nos), darnos tiempo para reflexionar, cuestionar, luchar y crear. Hemos visto muchos movimientos y luchas que buscan el mejoramiento de la mencionada situación, he incluso muchos(as) hemos incluso participado en estas, son momentos de interrupción, catarsis y fascinación colectiva, los percibimos como momentos de ruptura que muy probablemente abrirán nuevos caminos para el mejoramiento de nuestras vidas, sin embargo, cuando por una u otra razón terminan esos momentos, nos damos cuenta que no funcionaron, al menos no de la manera que esperábamos. Pienso que esos momentos son importantes, pero tal ves sea más importante aún estar conscientes que tienen una corta duración, y que la re-apropiación y mejoramiento de nuestras vidas es tarea de todos los días. Probablemente sea importante (incluso urgente y fundamental) voltear a ver y escuchar a las personas que proponen otras maneras de producir, de consumir, de dialogar, de organizar, de tomar decisiones… de vivir. Otras formas de hacer que propongan la colaboración en lugar de la competencia, el nosotros(as) en lugar del yo. Hay muchas otras formas de hacer que proponen otras formas de vivir, pero implican trabajar a diario, no esperar la próxima marcha, manifestación o movimiento. “Yo creo que la revolución se trata de cambiar nuestra rutina, el día a día, los espacios que no son importantes, esos son los espacios que van a transformar el mundo, no las acciones heroicas, sino que es en esos momentos donde solamente estamos viviendo y tenemos una rutina donde realmente podemos hacer un cambio, y creo que el arte tiene que inscribirse ahí, por eso creo que es importante dejar de pensar el arte como algo que sólo sucede en los museos, o que es fantástico o que es un espectáculo, no, el arte es lo más simple y lo más aburrido de la vida, y creo que merece serlo.” [1] “Las cosas pasan a muchos niveles, en muchos momentos y en tiempos distintos. Está el tiempo de la interrupción, de la novedad, de la emocionalidad, de lo colectivo… pero también están los momentos de lo invisible, de lo cotidiano, de lo continuo. Están los momentos de romper, están los momentos de durar y de continuar, y también los momentos del antagonismo y de la frontalidad. Tenemos que aprender a manejar esta multiplicidad de lógicas, de momentos y de espacios.” [2]