

Érase una vez un simpático esqueleto al que le encantaba jugar con los niños, ba ñ arse en el agua del mar, oler las flores del barrio, jugar con los perritos...
Se llamaba Tito Huesitos . Era muy amable y siempre ayudaba al que lo necesitaba.
Solo tenía un problema: todo esto que tanto le gustaba hacer solamente pod í a hacerlo una vez al año.
¿Os podéis imaginar qu é día del año podía hacer todas estas cosas?


Pues sí, el d í a de…