Laura, la niña aventurera



Laura era una niña de ocho años muy alegre y divertida.
Lo que más le gustaba en el mundo era jugar con su hermana pequeña, Carmen. Carmen tenía seis años y era la persona que más quería del mundo. Siempre, cuando salían juntas de la escuela, iban corriendo a casa para jugar.

Vivían en una casa grande y bonita, con un jardín trasero donde se pasaban horas y horas jugando. El jardín era enorme, como de un campo de fútbol, con un árbol robusto y alto dentro de él. El árbol tenía un hueco en la parte baja, donde las dos niñas se refugiaban cuando llovía. La verdad es que si por ellas fuera, vivirían dentro de ese árbol para siempre.


Jugaban siempre con su pelota favorita. Era morada con una franja amarilla en medio.
Un día, jugando las dos niñas en el jardín, se les escapó la pelota hasta el hueco del árbol. Carmen, al ir a recogerla, descubrió en el suelo, entre la hierba, una pepita dorada.

Las dos niñas se quedaron asombradas de lo que brillaba esa pequeña pepita. Nunca habían visto nada igual. A Carmen le pareció buena idea darle un bocado. Quería saber a qué sabía algo tan brillante.

Laura es una niña valiente y soñadora. Lo que más le gusta es jugar con su hermana, pero esta un día se pone enferma y para salvarla tendrá que vivir una arriesgada aventura.







