
Blanca, tras mucho investigar, leer y pensar, se armó de valor y ¡salió en busca del color!
El Reino Blanco estaba rodeado por un blanco mar y, como Blanca no sabía muy bien a dónde dirigirse, subió en su barco blanco y comenzó a navegar.

Cuando llegó al Reino de los Mares, la princesa se puso sus gafas, su tubo de bucear, las aletas y, ¡a la de tres!, se sumergió en busca de alguien que le pudiese explicar cómo hacer para que su mar tuviera ese color.