Historia de
Hormiguita y

Había una vez una hormiguita que vivía en el número 13 de la gran manzana, junto a su familia de hormigas, papá y mamá hormiga, y su hermano mayor Hormiguín.
Allí jugaban y aprendían juntos.
Un día, papá y mamá hormiga compraron un tarro de miel.
Y cuando lo llevaron a casa, les dijeron:
—Tened mucho cuidado con este tarro, si se os cae una gota de miel encima, os podéis quedar atrapados, y no podríamos liberaros.




Durante un tiempo, Hormiguita y Hormiguín ni se acercaron al tarro de miel, pero un día cuando estaban jugando, Hormiguita se encontró por casualidad con el armario abierto, donde estaba el tarro.
Entonces, subió hasta alcanzar el borde, pero justo en ese momento, el tarro se volcó y pilló sus dos patas traseras.


Hormiguita trataba de escapar, pero cuanto más se esforzaba, más se pegaba a la gota de miel.
Ella no quería llamar a sus padres, para que no le echasen la bronca, pero al final no pudo hacer otra cosa y gritó: —¡Papáááá!
Y papá, que estaba limpiando la casa, fue rápidamente en busca de Hormiguita, pero cuando se acercó, en lugar de echarle la bronca, que era lo que pensaba Hormiguita, trató con todas sus fuerzas de soltar sus patas de la gota de miel.

Como veía que no podía, avisó a mamá hormiga: —¡Mamáááá! —gritó.


