Guada Reina Aragón
Ilustrado por: Irina Fabrizzi
Desde muy pequeña he sido muy observadora. Me gustaba mirar a todas partes.
Descubrieron que era sorda.
Al principio mi mamá me miraba preocupada, y me llevó a algunos médicos.
Vivía mi vida en silencio.
No escuchaba los pájaros, ni los coches cuando paseábamos por la calle, ni incluso a Coco, mi perrito.
Una mañana fuimos a un pequeño edificio, era parecido al cole en el que trabaja mamá.
Por los pasillos podía ver a niños y adultos moviendo mucho las manos, haciendo movimientos muy curiosos.
También había otros niños y niñas jugando o leyendo cuentos.