Davinia Prieto Ilustrado por Laura Navarro Hernández



—¡Voy a ser hermana mayor!
Así es como Lucía anunciaba a los cuatro vientos que iba a tener un hermanito. Estaba feliz, emocionada, contentísima con la noticia. Siempre había soñado con tener un bebé en casa; darle el biberón, cantarle canciones, jugar con él en el parque. En definitiva, tener a su aliado perfecto.
—Cuando vengas del «planeta de los bebés», haremos mil juegos, buscaremos tesoros, cantaremos, bailaremos…, será muy divertido, ¡ya lo verás! —así es como ella lo soñaba.
Desde que supo que iba a ser hermana mayor, cada día miraba y tocaba la barriga de mamá. No podía creerse que ahí dentro estuviera el bebé dormidito, pero siempre atento a las aventuras que le explicaba ella desde el otro lado.
Pasaban los días, y la barriga de mamá iba creciendo poco a poco. Pero un día, empezó a sentirse mal y su papá la llevó al médico para ver qué pasaba.
Lucía estaba feliz, sus padres le habían comunicado que tendría un hermanito. Pero nada sería como ella esperaba.
La llegada del bebé sería antes de tiempo y esto trastocaría sus planes de hermana mayor.
Con este cuento quiero dar visibilidad a esos hermanos mayores de bebés prematuros, que también sufren y viven la experiencia de poder tener a su hermano en casa.