Seminario de Crítica y Enseñanza de la Arquitectura Maestría de Proyecto Arquitectónico y Urbano – MAP [au] Universidad Nacional de La Plata
Ayman Safi Zaid
SOMISA, entre Alvarez y Otriz Sobre del Edificio SOMISA; su critica por el arquitecto Federico Otriz publicada en la Revista Summa, N° 186 abril 1983, y la crítica de la crítica por el arquitecto Mario Álvarez publicada en la Revista Summa, N° 189 Julio 1983. En mi opinión fue una cualidad única del profesionalismo criticar y replicar críticamente dicha critica de forma abierta y a través del mismo medio, tomando en consideración las herramientas de comunicación disponibles desde hace 34 años. Pienso que la idea de un diálogo de críticas en la arquitectura es una forma profesional de transmitir expresiones, aclarar ideas, señalar detalles técnicos y compartir opiniones sobre estilos. Personalmente, aprecio este tipo de diálogo y creo que es una práctica de democracia dentro del desarrollo de la arquitectura. Tal calidad está ausente en la región de donde procedo, además concurre con circunstancias complejas afectadas por una norma global creciente de individualidad de intereses y dominación de los capitalistas. Un proyecto arquitectónico, de un lado es el producto de una relación bilateral limitada entre el arquitecto -tanto el diseñador como el constructor- y el cliente, a través de diferentes fases como la obtención de confianza, el desarrollo del diseño y hasta la construcción, y por el otro lado, el proyecto realizado se convierte en parte del tejido de la ciudad, así como forma parte de los sistemas y visiones colectivos. Aunque un edificio es propiedad de su propietario legal y es producto de sus diseñadores y constructores, en otro nivel, cuando el proyecto se vuelve operativo es entonces compartido, y por lo tanto el edificio pertenece a un contexto más amplio, afectando y afectado al mismo tiempo, en la calle, la cuadra, el vecindario, la ciudad, etc. La arquitectura tiene dimensiones funcionales y de orden, que están vinculadas al contexto. Asimismo, la arquitectura moderna buscó mantener una larga duración, especialmente con avances modernos en estructura, materiales y tecnologías. El trabajo de varios arquitectos -y otros jugadores- forma y afecta colectivamente a la ciudad. Desde este punto de vista, se convierte lógico asumir la responsabilidad de pensar y repensar muy sabiamente a cada pieza permanente agregada en la ciudad. Por consiguiente, entiendo la importancia de la crítica continua en diferentes momentos, sobre varios factores y hecha por varios profesionales. En el caso de la crítica profesional, al ser pública, ayuda a ser constructivo. La discusión sobre aspectos conceptuales y técnicos, más feedback se conviertan en parte de la documentación y la historia del proyecto. El diálogo, por un lado beneficia y educa a otros profesionales y clientes, y por el otro lado aumenta y mantiene el sentido público de entender la arquitectura, entendiendo tanto la singularidad de un proyecto como el pluralismo de la ciudad y su sociedad. Estuve leyendo varios textos para este seminario, pero finalmente escogí escribir sobre SOMISA. Entiendo que este seminario no se trata de construir una crítica a la arquitectura, pero realmente no pude evitar no notar la singularidad de SOMISA cuando la visité por primera vez. Tal vez porque sentí el contraste entre la expresión y el contexto cuando estábamos en el auditorio del sótano presentando un proyecto sobre los asentamientos informales en la República Argentina, comenzando y protagonizado