Análisis
Pioneer PD-50+A-70
MUY SILENCIOSO, EL SISTEMA DE ALIMENTACIÓN DEL PD-50 PERMITE EXPLOTAR TODO EL POTENCIAL DEL ESQUEMA DE PROCESADO DIGITAL DE 32 BITS EMPLEADO.
que la más alta tecnología electrónica del momento puede aportar a la lectura de formatos como el CD o el SACD (y en este caso también del DVD-R/ RW), empezando por un esquema de conversión D/A idéntico al del A-70 (y por tanto con procesado a 32 bits, interesante desde el punto de vista sonoro siempre y cuando –como es el caso- esté bien ejecutado) y terminando con una fuente de alimentación muy elaborada en la que se utilizan transformadores independientes para las secciones clave. Como es norma en un número creciente de productos de su clase, el PD-50 también incluye entradas para que otras fuentes digitales que tengamos (en especial reproductores portátiles, aunque también ordenadores equipados con tarjetas de audio convencionales) puedan aprovecharse de la
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LA MECÁNICA DE TRANSPORTE, COMPATIBLE TAMBIÉN CON DISCOS DVD-R/RW, EXHIBE LA SOLVENCIA HABITUAL EN LOS DISEÑOS DE PIONEER.
LA SECCIÓN DE SALIDA COMBINA TOPOLOGÍA DOBLE MONOFÓNICA CON COMPONENTES DISCRETOS DE ALTA CALIDAD
LA (SANA) OBSESIÓN POR LA CONSTRUCCIÓN MECÁNICA Pocos amplificadores integrados que no sean de “super High End” hay en el mercado con un nivel de refinamiento tan evidente en su construcción mecánica como el Pioneer A-70. Si a esta ecuación le añadimos el parámetro precio, la verdad es que estamos ante un producto único en su clase. De hecho, no resulta exagerado afirmar que, guardando las debidas distancias, en el A-70 encontramos una sofisticación propia de las realizaciones de TAD o Esoteric, por citar dos nombres de la más exclusiva electrónica de consumo nipona que pueden encontrarse en nuestro país. Y no se trata de que la estructura del Pioneer sea enteramente metálica sino de las soluciones adoptadas para que los circuitos del aparato descansen sobre una plataforma absolutamente inmune a las vibraciones externas. Así, si observamos la fotografía del interior del aparato, lo primero que destaca es no sólo la robustez del “cuadro” que soporta el conjunto sino la división en tres compartimentos
separados que albergan otros tantos subsistemas cuyas potenciales interferencias mutuas es fundamental minimizar con el fin de conseguir la máxima pureza en el sonido final. De ahí la importancia de conceptos como el denominado “Clean Ground Construction” o los elementos de estabilización mecánica repartidos por todo el aparato, que tienen por objeto la inmediata evacuación –como si del retorno de masa de una señal eléctrica se tratarade cualquier energía de origen eléctrico o mecánico susceptible de colorear el sonido en caso de permanecer dentro del sistema. En este sentido, el robusto encapsulado de los transformadores empleados demuestra el esmero que los diseñadores del A-70, asistidos por los ingenieros de los prestigiosos estudios de grabación AIR Studios de Londres (cuyas salas de monitorización están equipadas con cajas acústicas de TAD, la división “pro” de Pioneer), se han aplicado a la hora de realizar el ajuste fino del aparato.