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LONG LIVE THE KING
EL INICIO DE 2025 TIENE MARCADO EN LA AGENDA LA CELEBRACIÓN DEL NOVENTA CUM PLEAÑOS DE LA QUE FUE UNA DE LAS FIGURAS MÁS ICÓNICAS DEL ROCK. DE INIGUALABLE ESTILO Y TALENTO, DEJÓ UNA HUELLA IMBORRABLE EN LA MÚSICA Y EN ESTE ANIVERSA RIO, RECORDAMOS Y HONRAMOS A UNA LEYENDA QUE MARCÓ UN ANTES Y UN DESPUÉS EN LA INDUSTRIA MUSICAL. LARGA VIDA A ELVIS.
Considerado uno de los iconos culturales más populares del siglo XX, Elvis Presley fue, es y será el auténtico rey del rock and roll. Nació en Tupelo (Misisipi), pero a los trece años se mudó junto a su familia a Memphis, en Tennessee, donde en 1954 comenzaba su carrera artística cuando el dueño de Sun Records, Sam Phillips, vio en él la manera de expandir la música afroamericana. Este es el inicio de la historia de una auténtica leyenda de la música que cautivó y que, muchos años después de su fallecimiento, sigue enamorando a su atemporal y multitudinaria legión de fans de todas las edades y en todo el mundo.
Y es que Elvis era diferente. En la época actual y con el fenómeno de las redes sociales de por medio, sus inimitables bailes con ese particular movimiento cadera que le valían el apodo de “la Pelvis” con el que enloquecían sus fans, son motivo de innumerables likes y vídeos virales al instante, aumentando sin fin su fama de artista irrepetible.
Pero su historia data de otro tiempo. En un contexto de tensión política y social en Estados Unidos, Elvis siempre tuvo su propia forma de actuar alejada de las reglas convencionales, y probablemente por eso su imagen se disparó entre miles de jóvenes que perdían el juicio como fanáticos en cada una de sus actuaciones. Tal es así que su controvertido mánager, el coronel Parker, empezó a coordinarle presentaciones en la televisión y el 6 de enero de 1957 era invitado al “Show de Ed Sullivan”, el más prestigioso de la televisión estadounidense. Pues bien, los productores atemorizados por el escándalo que sus sensuales movimientos podrían desatar, prohibieron a las cámaras filmarlo más abajo de la cintura.
Y es que su forma de actuar en el escenario era irrepetible, quizá demasiado adelantada para su época. Si se analiza su biografía desde sus orígenes, se puede llegar a comprender ese estilo único, y es que Elvis se crió rodeado de la comunidad negra de la cual absorbió mucho de su cultura y expresividad. Pero como un hombre blanco, pobre, del sur, también estuvo influenciado por la música campesina, y el fundamentalismo religioso de su familia lo expuso a los himnos Góspel de la iglesia. De alguna manera logró fusionar todas estas fuentes para crear un estilo muy particular de moverse y cantar para la posteridad.
La vida de Elvis dio para mucho, a pesar de su repentino y pronto final. Otro de los momentos de su trayectoria que más daba que hablar fue cuando el ejercito le llama para prestar el servicio militar obligatorio. La prensa siguió todos sus pasos durante este extraño periplo dada la forma de ser y magnitud de su figura, primero en una base militar en Texas, donde le dieron permiso para salir a grabar algunos temas que posteriormente formarían parte de su repertorio musical. También se le permitió asistir al funeral de su madre, hecho que marcará la posterior vida y trágico final del artista debido al gran apego y cercanía que tenía con ella. Un trauma del que nunca se pudo recuperar.
Durante este periodo militar, Elvis fue desplazado a Alemania para cumplir el resto de su servicio. Allí es donde conoció en una fiesta a Priscilla Beaulieu, la hijastra de un oficial de la Fuerza Aérea estadounidense desplegado en la base de Wiesbaden. Ella tenía apenas catorce años y Elvis era diez años mayor. A pesar de las objeciones iniciales de su familia, Priscilla salió con el artista varias veces.
Cuando él terminó su servicio y regresó a Estados Unidos convenció a sus padres para que la dejaran visitarlo en Graceland. Finalmente, la joven se quedó a vivir allí con la promesa de que terminaría su escuela y bajo el compromiso de matrimonio cuando cumpliera la mayoría de edad. Se casaron unos años después, pero al cabo de seis años su matrimonio finalizaba por divorcio. De esta relación nació su hija Lisa Marie, que falleció en 2023.
A principios de los setenta la decadencia de Elvis era palpable, tanto en su aspecto personal como en su pasada exitosa carre- ra. Así, a pesar de tener una temporada de conciertos lucrativos en Las Vegas, no era ni la sombra del artista que había enloquecido y enamorado al mundo con sus canciones. En 1977 era una auténtica caricatura de sí mismo. Padecía una soledad profunda, era adicto a los fármacos, y sufría de sobrepeso e insomnio. Todo ello bajo la tutela y el férreo control del coronel Parker, un explotador y encantador de serpientes que gestionó su carrera de absoluta forma desleal y nada beneficiosa para el artista.
El final de la leyenda sería tristemente el esperado, la tarde del 16 de agosto de 1977. Su novia Ginger Alden lo descubría muerto, víctima de una arritmia cardíaca, en el suelo del baño de su mansión Graceland. Allí mismo está su tumba, visitada por miles de viejos y nuevos fanáticos que siempre le llevarán en sus corazones. Entre ellos resonará por siempre un claro y conciso “larga vida al rey”.




